Siempre que llegan estas fechas mi mente me recuerda los bollos de mosto y, aunque supongo que se hacen en otros lugares cuando terminan la vendimia, a mí me entra la necesidad de volver a Valladolid, lo que no siempre es posible. Así que, lo mejor que puedo hacer para quitarme un poco el mono es liarme la manta a la cabeza y prepararlos yo misma en casa.
Lo mejor de todo ha sido encontrar la receta en Los cerezos en flor donde Elvira lo explica todo maravillosamente bien. El único cambio que he hecho en la receta ha sido reducir un poco la cantidad de azúcar y añadir azúcar invertido para aumentar el periodo de conservación. Ilusa de mí que pensaba que iban a durar varios días en mi casa, jejjeje.
Ingredientes :
- 500 g de harina de fuerza
- 250 ml de mosto
- 1 huevo L
- 52 g de azúcar
- 13 g de azúcar invertido
- 12 g de levadura fresca
- 125 ml de aceite de oliva suave
- 1 pizca de sal
- Ralladura de 1/2 naranja grande
- 1 yema + 1 cucharada de leche (para pincelar)
- Azúcar perlado (para decorar)
Mezclar la levadura con 50 ml de agua y 1 cucharadita del azúcar, remover y dejar reposar 5 minutos hasta que esté burbujeante.
En un bol poner la harina, el resto del azúcar, la sal y la ralladura y mezclar bien. hacer un hueco en medio y verter dentro el aceite, el mosto, el huevo batido, el azúcar invertido y la mezcla de levadura. Amasar hasta que la masa esté lisa y ligeramente brillante. Meter dentro de otro bol, ligeramente engrasado, cubrir con un paño y dejar levar hasta que doble de volumen.
Volcar sobre la mesa de trabajo y desgasificar ligeramente. Pesar la masa y dividir en seis partes iguales. Bolear cada parte y colocar sobre una bandeja de horno, cubierta con papel. Tapar y volver a dejar levar a temperatura ambiente hasta que vuelvan a doblar.
Calentar el horno a 190ºC, con calor de arriba-abajo.
Batir la yema con la leche y pincelar con la mezcla los bollos. Espolvorear por encima de ellos el azúcar perlado. Hornear, a media altura, de 15 a 20 minutos, hasta que estén dorados. Sacar del horno y dejar enfriar sobre una rejilla.
Para conservarlos tiernos durante unos días solo tendréis que meterlos en una bolsa de plástico aunque ya os digo que son un no parar y, como no son más que media docena, en casa no duraron ni dos días.
Fuente ; Los cerezos en flor