Con casi 10 días de retraso os traigo una propuesta para los enamorados, jejjeje. Porque yo soy rebelde y, en mi rebeldía, me niego a que me digan que tengo que celebrar ese día en una fecha concreta. Además soy de los que piensan que el amor debe celebrarse a cada momento de cada día.
Después de esta arenga tan revolucionaria os cuento que esta delicia la preparé la semana del 14 pero no me nació publicarla entonces. Sin embargo, no podía dejar pasar mucho tiempo en hacerlo porque, de los Angel Cake que llevo hechos hasta ahora, éste se ha sido el que más me ha gustado, los ha superado a todos y, además, con nota. Cierto es que esta era la segunda vez que lo preparaba pero, la vez anterior, las fotos no me salieron todo lo bien que yo esperaba y fue difícil parar a mis fieras sin que metieran el cuchillo y se lanzaran a por él, jejjeje. En esta ocasión me ha quedado subidito de tono, se me fue la mano con el colorante, aunque tengo que reconocer que ese color rosa chicle que tenía resultó impactante pero muy cuqui, por lo menos a mí me lo parece así ¿Qué os parece a vosotros?
Ingredientes :
- 9 claras de huevo pasteurizadas
- 100 g de harina tamizada
- 200 g de azúcar
- 1 pizca de sal
- 1 cucharadita de cremor tártaro
- 1 y 1/2 cucharaditas de pasta de frambuesa
- 3 cucharadas de frambuesa liofilizada
- Colorante rosa (usé Claret de Sugarflair)
Precalentar el horno a 170º
Tamizar la harina.
Batir las claras, a velocidad baja, junto a la sal y al cremor tártaro, hasta que este último esté totalmente disuelto, aproximadamente durante 1 minuto.
Subir la velocidad hasta que se formen picos blandos. Bajar de nuevo la velocidad e ir incorporando el azúcar a cucharadas. Deberán quedar unas claras brillantes y firmes. Incorporar la pasta de frambuesa y batir, a velocidad media, durante 1 minuto.
Bajar la velocidad y agregar la harina, poco a poco, hasta que esté integrada. Deberá tener un aspecto suave y esponjoso.
Añadir la frambuesa liofilizada y mezclar con delicadeza, con ayuda de una espátula y con movimientos envolventes, para que no se baje la mezcla, y verter uniformemente en un molde de corona sin engrasar.
Hornear 40 minutos. Comprobar que está hecho tocándolo para ver si
está firme y pinchando cerca del centro con una brocheta.
Retirar del horno y darle la vuelta, poniendo el molde sobre sus patitas, y dejar que enfríe, por lo menos una hora.
Pasar un cuchillo por los lados y el borde del tubo y desmoldarlo en un plato. Dejar que se termine de enfriar por completo sobre una rejilla.