Tras la interminable sucesión de estos días grises y lluviosos que tenemos, en esta caprichosa primavera, se vuelve absolutamente necesario el alegrarlos con algo dulce, muy dulce, y altamente consistente, por supuesto. Y justo estaba yo pensando en que preparar cuando ante mis ojos se apareció en Instagram esta maravilla.
Es cierto que algunos de los ingredientes que se necesitaban para realizarlo no los tenía pero me lié la manta a la cabeza y empece a hacer cambios con lo que encontré en la despensa. No sé como estaría el bizcocho de la receta original pero os aseguro que el que resultó de mis cambios estaba rico hasta decir basta así que aquí os dejo la receta que preparé por si os animáis a hacerlo vosotros.
Ingredientes (para un molde de 25 cm de largo) :
Para el bizcocho
- 60 ml de café expresso frío
- 125 g de nueces de macadamia
- 3 huevos L
- 150 g de sirope de arce
- 200 ml de aceite de girasol
- 60 ml de leche semidesnatada
- 1 pizca de sal
- 1/4 de cucharadita de esencia de vainilla
- 3 cucharaditas de levadura química
- 225 g de harina de espelta
- 80 g de pepitas de chocolate
Para el glaseado
- 20 g de chocolate blanco
- 1 cucharadita de aceite de girasol
- 40 g de mantequilla de cacahuete
- 3 cucharadas de café expresso templado
- 1 cucharada de sirope de arce
- 1/4 de cucharadita de esencia de vainilla
Para la decoración
- 1 cucharada de pepitas de chocolate
- 25 g de nueces de macadamia
- Pétalos de flores comestibles (opcional)
Calentar el horno a 180ºC. Engrasar bien el molde elegido con spray antiadherente y reservar boca abajo sobre papel de cocina.
Tostar las macadamias, en una sartén sin grasa, hasta que empiece a desprenderse su aroma, pero con cuidado de que no se quemen, y dejar enfriar. Una vez frías triturar hasta que tenga una textura muy fina. Reservar. Tamizar la harina junto a la levadura y la sal y reservar.
En un bol batir los huevos hasta que hayan doblado su volumen y estén espumosos. Poner a velocidad baja y, sin parar de batir, verter en hilo el aceite, el sirope, la leche, el café y la vainilla. Cuando esté uniforme, añadir la mezcla de harina y las macadamias trituradas y trabajar hasta que esté todo bien integrado. Agregar las pepitas de chocolate y mezclar, con ayuda de una espátula para que se repartan uniformemente por la masa.
Verter en el molde preparado anteriormente y hornear, a media altura, durante unos 40-45 minutos hasta que al pinchar con una aguja ésta salga limpia. Sacar del horno y dejar reposar 5 minutos antes de desmoldar y traspasar a una rejilla para que se termine de enfriar.
Para preparar el glaseado pondremos todos los ingredientes en un bol. Derretir a pequeños golpes de microondas removiendo entre cada golpe de calor hasta conseguir que la mezcla esté uniforme y cremosa. Dejar enfriar y meter en la nevera por la menos 30 minutos para que coja cuerpo.
Verter el glaseado sobre el bizcocho cuando éste último esté frío y terminar de decorar repartiendo las pepitas de chocolate, las nueces troceadas y los pétalos por encima.
Como podéis ver en el corte se trata de un bizcocho denso y, sin embargo es engañoso porque, al comerlo con el glaseado, está muy muy jugoso. Ah, eso sí, estar preparados para chuparos los dedos porque el glaseado es bien pringoso, jejjeje.
Fuente : Adaptada de Frau Herzblut Blog