Con lo que me gustan a mí las chalotas no podía elegir mejor tarta para celebrarlo. Además a mí me parece que tiene una textura más ligera y más agradable en boca debido debido a que la acidez de las fresas frescas, que van intercaladas en la preparación, rebajan un tanto la sensación grasa de la nata. Vamos, una combinación de 10.
Ingredientes :
- 20 bizcochos de soletilla
- 380 g de fresas
- 70 g de azúcar glass
- 2 cucharaditas de zumo de limón
- 5 hojas de gelatina
- 360 g de nata de montar
Para el almíbar
- 100 g de agua
- 50 g de azúcar
- 1 cucharadita de pasta de vainilla
- 250 g de fresas
Lo primero será preparar el almíbar para que se enfríe. Poner en un cazo al agua y el azúcar y calentar a fuego lento hasta que rompa a hervir. Retirar del fuego, añadir la vainilla, remover y dejar enfriar.
Remojar la gelatina sumergiendo las hojas en un bol de agua fría. Limpiar todas las fresas, reservando aparte, en la nevera, las destinadas para la decoración. Retirar los pedúnculos de las demás y trocear. Echar los trozos en un vaso y triturar junto al zumo de limón. Colar para retirar las semillas y que quede bien fino. Poner 1/3 en un cazo junto al azúcar glass y calentar a fuego lento hasta que empiece a hervir, removiendo para que no se peque. Retirar del fuego, añadir la gelatina bien escurrida y mezclar hasta que esté completamente disuelta. Verter encima el triturado de fresas que habíamos reservado y remover hasta que esté integrado por completo. De esta manera, además, conseguiremos que se temple la mezcla.
Montar la nata, que deberá estar muy fría, hasta que esté bien firme. Reservar 1/4 de la nata, para la decoración final, metida en una manga con boquilla de estrella dentro de la nevera.
Añadir, poco a poco, el coulis de fresas, con ayuda de una espátula, integrándolo con movimientos envolventes hasta que la mezcla esté uniforme.
Preparar un molde desmontable poniendo papel de horno en la base y una tira de acetato tocando las paredes. Una vez frío el almíbar, ir remojando las soletillas en él, solamente por el lado plano, e ir colocándolos con la parte abombada contra la pared del molde. Colocar más bizcochos remojados en la base hasta cubrirla por completo.
Verter la mitad de la mousse dentro del molde preparado y alisar con una espátula. Retirar el pedúnculo de otra docena de las fresas reservadas en la nevera, cortar por la mitad a lo largo y repartir por encima. Cubrir con el resto de la mousse alisando de nuevo la superficie. Cubrir la charlota y dejar refrigerar, por lo menos 5 horas y mejor toda una noche, para que la mousse cuaje y coja consistencia.
A la hora de servir, quitar el aro y retirar el acetato con cuidado, pasando una puntilla para despegarlo si fuera necesario. Terminar de decorar con la nata reservada y el resto de las fresas cortadas en cuartos a lo largo.
Servir bien frío.
Puede conservarse en la nevera hasta cuatro días guardado en un recipiente hermético.
Fuente : Lilie Bakery