Hoy se celebra Santa Bárbara. Muchas costumbres están asociadas a este día en la República Checa donde, aunque los regalos navideños los traerá San Nicolás dentro de un par de días, antiguamente los niños colocaban en la ventana un calcetín esperando que la Santa los llenara de golosinas, aunque si habían sido traviesos le que encontrarían sería carbón y patatas, mientras que las muchachas casaderas cortaban ramilletes de cerezo poniéndolos en un florero, con la esperanza de que florecieran antes del día de Nochebuena ya que, si esto ocurría, querría decir que en menos de un año se casarían y si no no habría boda. Fuente : https://espanol.radio.cz/
Preparar vuestras maletas que hoy nos vamos de viaje para conocer un poquito más de sus tradiciones navideñas. Eso sí, abrigaos bien porque en la República Checa, nuestro destino, tiene que hacer ya un frío de mil demonios. Y, para paliar un poco ese gélido clima, no sólo vamos a encender la chimenea, también pondremos el horno en funcionamiento para preparar una Vánocka, el pan tradicional checo típico de Navidad.
Este pan consta de tres trenzados, uno encima de otro, teniendo cada uno un significado distinto. El trenzado de la base, de 4 cabos, simboliza los cuatro elementos; el del medio, de 3 cabos, el sentimiento, la razón y la voluntad; y, para finalizar, el de 2, el conocimiento y el amor.
Son varias las supersticiones ancestrales que lleva asociado a la hora de prepararlo, como que se debe evitar que el pan roce con ningún objeto de plata o ningún otro metal. Aunque las más curiosas son que la persona que lo prepara deberá llevar un delantal blanco y un pañuelo en la cabeza, no podrá hablar durante la preparación debiendo pensar en alguien querido, para ahuyentar a los malos espíritus, y que deberá saltar mientras la masa esté levando.
También existe la tradición, más normal y compartida en otros países en sus panes dulces navideños, de meter dentro una moneda gozando, la persona que la encuentre en su rebanada, de riqueza y salud durante todo el año. Pero cuidado, que si la Vánocka se quemará o se rompiera atraería la mala suerte.
Ingredientes :
- 25 g de levadura fresca
- 500 g de harina de fuerza
- 230 ml de leche templada
- 10 ml de ron + 30 ml para macerar las pasas
- 100 g de mantequilla a temperatura ambiente
- Ralladura de un limón
- 2 yemas M
- 100 g de azúcar
- 50 g de pasas sultanas
- 80 g de almendras laminadas
- 1 cucharadita de sal
- 1/4 de cucharadita de clavo de olor en polvo
- 1/4 de cucharadita de jengibre en polvo
- 1/8 de cucharadita de nuez moscada rallada
Para decorar
- Clara de huevo
- Almendras laminadas
- Azúcar glass
Macerar las pasas en el ron durante una hora y después escurrir y secar un poco el exceso de líquido con papel. Echar la levadura en la leche tibia removiendo hasta que se disuelva.
Poner en el bol de la amasadora la harina, las especias, el azúcar, la sal y la ralladura y mezclar. Añadir la mezcla de leche y levadura, el ron y las yemas y comenzar a amasar. Cuando la masa esté homogénea y comience a despegarse de las paredes del bol empezar a agregar la mantequilla, poco a poco, cortada en trocitos. Continuar amasando hasta que se vuelva suave y brillante y pase la prueba de la membrana. Entonces volcar la masa sobre la mesa de trabajo, ligeramente engrasada, estirarla, con ayuda de un rodillo, hasta formar un rectángulo. Poner por encima las pasas y las almendras, cortar en trozos colocando unos encima de otros con el objetivo de que queden bien repartidas por toda la masa. Bolear , colocar en un bol ligeramente engrasado, tapar y dejar levar hasta que doble su tamaño.
Una vez levado, desgasificar, volver a poner sobre la mesa de trabajo y dividirlo en 8 partes iguales y una de esas partes dividirla en dos. Estirar formando cabos. Unir bien uno de los extremos de 4 de los cabos, reservando los otros cubiertos con un paño para que no se resequen, y comenzar a trenzar. Una vez trenzado unir bien los extremos y pintar con clara de huevo batida. Colocar sobre una bandeja de horno, cubierta con papel y reservar. Trenzaremos ahora los 3 cabos gruesos que nos quedan, uniendo bien los extremos, y colocar encima de la otra trenza. Pincelar con clara batida. Retorcer entre ellos los cabos más pequeños y poner en la parte superior, dejando los extremos pillados por debajo del pan. Pincelar también con clara. Engrasar ligeramente un plástico lo suficientemente grande para que lo abarque y cubrir con él el pan. Dejar levar de nuevo hasta que casi vuelva a levar.
Calentar el horno a 185ºC, con calor de arriba-abajo. Una vez levado volver a pincelar con clara batida y espolvorear con azúcar y almendra laminada. Hornear a media altura. Pasados 5 minutos, bajar la temperatura del horno a 150ºC y dejar cocinar 40 minutos más.
Sacar sobre una rejilla para que se enfríe. A la hora de servir, volver a espolvorear ligeramente con azúcar glass.
Fuente : Con harina en mis zapatos