¡¡Alaaa, qué trenza!! Así comienza la historia de este reto.
Pero os cuento como fue todo. En la tarde- noche del sábado, mientras esperaba a que Sonia terminara de hacer los deberes, Yo iba ojeando mis novedades en el face; cuando, de repente, me encontré con la foto de una preciosa trenza que había subido Blanca, creo recordar. Después de comentar la foto me enteré que era parte de un reto que se habían hecho, inicialmente, entre
Blanca,
Sònia y
Cris, al que se había unido también
Isabella. Me preguntaron si me apetecía unirme y Yo, resoplando, les comenté que no sabía si iba a llegar ya que publicaban hoy miércoles y tenía unos cuantos retos entre manos hasta ese día. Quedamos en que las avisaría si al final me unía, cosa que hice como a la media hora. Justo en lo que me informaba de que se trataba y me ponía manos a la masa, jajjaja. Como me iba a perder Yo un
reto entre amigas, a mí que me gustan más los retos que a un tonto un pirulí, no podía perder la oportunidad, jajjaja.
Como ya era tarde preparé la masa y la metí en la nevera para retardar el levado y terminar de hacerla al día siguiente por la mañana.
La receta que utilicé es de
"La olla suiza", nadie mejor para enseñárnosla que alguien de allí ¿no?, aunque le hice ligeras variaciones. La receta original la podéis ver
aquí.
Ingredientes :
- 250 g de harina
- 125 ml de leche tibia, aproximadamente
- 30 g de mantequilla en pomada
- 5 g de levadura fresca
- 1/2 cucharada de azúcar
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 huevo pequeño
Disolver la levadura con 30 ml de la leche y el azúcar. Formar un volcán con la harina y añadir la levadura disuelta en el medio. Tapar con un poco de harina y dejar en un sitio templado hasta que empiece a espumar, unos 20 minutos.
Incorporar el resto de la leche, la mantequilla, la sal y la mitad del huevo batido. Amasar hasta que consigamos que la masa se vuelva elástica, unos 10 minutos a mano.
Tapar con un paño y dejar que duplique. Yo aquí la metí en un bol ligeramente engrasado, la cubrí con plástico para que no se resecara y la metí en la nevera para retrasar el levado porque, como dice Ibán Yarza en sus cursos, no hay que ser esclavos de las masas sino las masas esclavas tuyas, jejjeje. Y esto me lo he aprendido al pie de la letra, jejjeje.
Al día siguiente la saqué y la dejé atemperar como 15 minutos, más o menos.
Sobre una superficie muy ligeramente enharinada trabajar dos cilindros de igual grosor y longitud. Yo pesé la masa y la dividí en dos de exactamente el mismo peso para que salieran clavados. Hacer una trenza de cuatro cabos. Mejor os dejo un vídeo de YouTuve de como se hace porque si os lo intento explicar seguro que os lío más, jajjaja (Pincha
aquí)
Yo lo hice siguiendo paso a paso ese vídeo y la de veces que trencé y destrencé el panecito fue alucinante. Cansada ya, acabé con el ordenador en la cocina, lleno de harina todo hay que decirlo, y dándole al play y al pause con cada movimiento y, por supuesto, trenzandolo del revés, jajjaja. Pero al final lo conseguí y, no es porque lo haya hecho Yo pero, quedó bastante aparente, jejjeje. Ahora tengo que ver como diantres saco toda la harina del ordenador pero desde luego mereció la pena.
Era hora de la segunda fermentación que, como la primera la había hecho tan larga, no dejé demasiado tiempo (la metí al horno a 35º C durante unoa media hora)
La saqué y, mientras el horno tomaba la temperatura adecuada para la cocción, 200º C, la pincelé con el resto del huevo batido.
En cuanto el horno alcanzó la temperatura lo metí en él, donde tenía una bandeja dentro a media altura.
Después de 25 minutos la trenza estaba perfectamente dorada y, golpeando en la parte de abajo sonaba como a hueco. La trenza ya estaba en condiciones de abandonar el horno y pasar a una rejilla para que se enfriara.
Madre mía que bien olía aquello, debía estar de auténtica delicia!!! Lo más arduo fue esperar a que se enfriara lo suficiente para poder probarlo, cosa que hice para la merienda... aún estaba templado pero ya no podía resistirme más, jejjeje.
Mirar que miga más esponjosa. Reto superado con creces!!!
Y, como alguno pudisteis ver en mi perfil de face, el lunes me dí el placer de tomarme un verdadero desayuno de domingo, con mayúsculas (dado que ese día no trabajaba, jejjeje) El resto se lo llevé a mis compis, a la mañana siguiente, relleno de crema pastelera y duró menos que un caramelo a la puerta de un colegio, jajjaja... ni fotos llegué a poder sacar.