Seguimos con las escapadas virtuales así que, coger de nuevo la mochila porque nos vamos de viaje, nada más y nada menos que ha disfrutar de unos de los festivales más populares y multitudinarios que se hacen en estas fechas. El Oktoberfest, el auténtico festival de la cerveza que nació en la ciudad bávara de Múnich hace más de 200 años, tiene una duración de entre 16 y 18 días, comenzando el primer sábado posterior al 15 de septiembre y prolongándose hasta el primer domingo de octubre, aunque este año se podrá disfrutar de una jornada más ya que el día 3 es festivo en Alemania.
Ya sabéis lo que me gusta a mí la historia así que vamos a conocer un poco el origen de este evento. Para ello hay que remontarse al 12 de octubre de 1810, día en el que tuvo lugar el enlace entre Luis I de Baviera y la princesa Teresa de Sajonia-Hildburghausen. Los ciudadanos fueron invitados a celebrarlo también, en los campos frente a las murallas de la ciudad, fueron 5 días de festejos coronados con una carrera de caballos. Dado el éxito del evento, decidieron volver a repetirlo al año siguiente, aunque hasta 8 años después no se empezara a repartir cerveza, y sólo la elaborada en la región de Múnich. Con el paso de los años se fueron añadiendo espectáculos y atracciones de todo tipo. Fuente : El mundo
Pero para aguantar tanta cerveza habrá que meter algo más sólido en el estómago ¿no os parece? Y, por eso, os traigo esta rica ensalada que, acompañado de unos bretzels, serán ideales para tal fin.
Ingredientes :
- 800 g de patatas
- 90 g de pepinillos agridulces
- 1 paquete de salchichas de Frankfurt pequeñas (160 g aprox.)
- 3 cucharadas de mahonesa
- 1 cucharadita de mostaza antigua
- 1 cucharadita de eneldo fresco picado
- 1 cucharada del líquido de los pepinillos
- Cebollino fresco picado para decorar
Lavar bien las patatas ya que las coceremos con la piel. Poner en una cazuela, cubrir con agua fría y añadir una cucharadita de sal. Llevar a fuego medio y dejar cocer hasta que, al pinchar las patatas con una aguja, ésta entre fácilmente en la patata pero sin llegar a deshacerse. Escurrir y dejar templar para que al ir retirándoles la piel no corramos el riesgo de quemarnos. Cortar en cubos e ir poniéndolos en un bol. Dejar enfriar por completo.
Mientras cortar en cuadraditos los pepinillos y las salchichas en rodajas de 1cm, más o menos. En un bote echar la mahonesa, la mostaza el eneldo y el líquido de los pepinillos y remover hasta que esté uniforme.
Cuando las patatas estén frías añadir los pepinillos, las salchichas y la salsa y remover con cuidado, procurando que no se deshagan demasiado las patatas, hasta que esté todo bien mezclado. Espolvorear con el cebollino picado y ya estará lista para servir.
Como ya no hace tanto calor, yo recomiendo no meterla en la nevera, ya que la patata allí cogería una textura un poco rara, llevándola a la mesa así, a temperatura ambiente.