Ya tocaba que subiera una entrada dulce ¿a qué sí? Hacía tiempo que le tenía echado el ojo a este postre de la carta de uno de los restaurantes de
Quique Dacosta, el
Mercatbar de
Valencia. Me parece muy divertido el incluir chuches en su presentación, estaba deseando ver la cara de mis chicos cuando notaran las explosiones de las peta zetas al comerlo.
Además, el Chef elegido este mes por las chicas de
Cooking the Chef precisamente ha sido este ilustre embajador de la cocina valenciana, lo tenía clarísimo : esta iba a ser mi aportación. El resto de las aportaciones las tenéis
aquí.
Lo peor de todo ha sido, como me pasa últimamente, sacar el tiempo para poder realizarlo y, al final, casi me pilla el toro... no tengo remedio. De hecho, tengo a medias otro par de recetas algo más elaboradas, ambas dos saladas, pero eso... que están a medias, con todo comprado y parte de las preparaciones congeladas. Con lo que espero que, en breve, puedan ver la luz, tendré que encender una vela al patrón de los imposibles, jejjeje.
De momento, os dejo con la receta de lo que hoy os he traído
Ingredientes :
Para los gofres (salen 6)
- 125 g de harina
- 13 g de levadura fresca
- 75 g de azúcar perlado
- 100 ml de leche
- 50 g de mantequilla
- 1 pizca de sal
- 1/2 sobrecito de azúcar avainillada (4 g)
- 1 huevo L
Para el coulis de frutos rojos
- 60 g de frambuesas
- 60 g de arándanos
- 60 g de moras
- 30 ml de agua
- 15 ml de zumo de limón colado
- 45 g de azúcar
Además
- Unas cuantas frambuesas y arándanos para decorar
- Unas cuantas chuches variadas
- Helado de yogur
- Peta zetas de fresa y de arándano
La receta de los
gofres belgas de Sweet & Sour y la del
coulis de Uno de dos.
El helado de yogur es comprado, en otra ocasión os prometo que será casero y lo publicaré. Y las peta zetas las conseguí en
Tiger... las de arándano son una locura. También las tienen de naranja, así que me tendré que inventar algo nuevo para poder incluirlas, jejjeje.
Poner en un cazo 60 ml de leche junto a la mantequilla, llevarlo a fuego medio y dejar que esta se funda lentamente. Retirar y esperar hasta que esté tibia.
Añadir la yema, romperla en seguida y remover hasta que esté bien incorporada. Reservar.
Disolver la levadura en los 40 ml de leche restantes, que deberán estar tibios. Tamizar la harina, la sal y el azúcar avainillado en un bol amplio. Abrir un hueco en el centro y verter en su interior la mezcla de leche y yema y la levadura disuelta. Mezclar bien hasta que la masa esté homogénea. Será una masa bastante espesa.
Tapar con un film plástico engrasado y dejar reposar en un lugar cálido hasta que doble su volumen.
Mientras la masa leva prepararemos el coulis para darle tiempo a que se enfríe.
Lavar bien las frutas y dejar que escurran sobre un colador. Echar en un cazo el agua, el zumo y el azúcar y poner a fuego lento. Remover de ver en cuando y, cuando el azúcar esté disuelta por completo, añadir las frutas.
Dejar cocer hasta que las frutas estén muy tiernas y haya perdido parte del líquido, yo lo tuve unos 20 minutos. Retirar del fuego, dejar que baje un poco la temperatura y pasar a través de un colador , apretando con la mano de un mortero, para retirar las pepitas y que quede fino. Reservar dentro de un biberón.
Cuando la masa de los gofres haya doblado su volumen añadir el azúcar perlado, al tiempo que lo integramos estaremos desgasificando la masa.
Montar la clara a punto de nieve, agregar e integrar con movimientos envolventes.
Enchufar la gofrera para que se caliente. Engrasar ligeramente con aceite de girasol, con ayuda de un pincel de silicona, y poner 2 ó 3 cucharadas de masa repartiéndola rápidamente por toda la superficie. Cerrar, sin echar el pestillo para no aplastar demasiado, y dejar cocer 8 minutos aproximadamente. Sacar con una espátula, para evitar que se rompan, y dejar reposar unos segundos sobre una rejilla para que endurezcan un poco.
Emplatar regados con el coulis de frutos rojos y acompañados con una quenelle de helado de yogur, frambuesas, arándanos y algunas chuches. Espolvorear con las peta zetas.
Servir enseguida para que el gofre esté aún caliente y el helado no se derrita manteniendo así el contraste de temperaturas que buscamos.