Hace unos días, charlando con ella, comentábamos que lo más difícil, lo que más nos costaba al escribir una entrada para el blog, no eran ni tomar las fotos ni elegir el receta a presentar sino la introducción de la misma. Por eso, porque ese curso suyo, que no os podéis perder, me dio la inspiración para preparar estos donuts que bien podrían acompañar a esos deliciosos dulces árabes, es por lo que le dedico humildemente esta entrada. Va por ti Sensei.
Pistachos, pétalos de rosa, agua de azahar, cardamomo,canela... todos los sabores y olores que envuelven la magia de la cocina del lejano oriente y, esos y no otros, son parte de los ingredientes de la propuesta que hice para el reto que, en instagram, nos propuso @cocinandosabores con el hashtag #donutworrysiescasero creado por @laasaltante
Como ya tenía la receta de otros donuts en el blog (aquí y aquí) quería que estos fueran especiales y, aparte de intentar aportarles los sabores y olores orientales, los he preparado con masa madre natural lo que hace que estén tiernos y esponjosos durante bastante más tiempo.
Ingredientes :
- 210 g de harina de fuerza (usé Harimsa)
- 7 g de levadura seca*
- 2 g de cardamomo molido (1/8 de cucharadita)
- 2 g de canela molida (1/8 de cucharadita)
- 30 g de azúcar
- 5 g de sal
- 140 g de masa madre natural (100% de hidratación)
- 2 huevos L
- 40 g de leche
- 30 g de mantequilla, a temperatura ambiente
- 1/2 cucharadita de agua de azahar
- Aceite de girasol para freír**
- 150 g de azúcar glass
- 40 ml de agua caliente
- Unas gotas de agua de rosas
- Un puñado de pistachos tostados sin sal
- Un puñadito de pétalos de rosas secos
**El aceite que uso para freír los dulces siempre es de girasol ya que este es un aceite neutro que no le aporta sabor a las frituras. Además como no debe coger demasiada temperatura no hay riesgo de que se deteriore.
Poner la harina, la levadura, las especias y el azúcar en el bol de la amasadora y remover para que se integre todo.
Añadir la masa madre, la leche, los huevos ligeramente batidos y el agua de azahar y comenzar a amasar, con el gancho, durante unos 10 minutos a velocidad media. Cuando la masa esté lisa y homogénea, agregar la sal y la mantequilla, cortada en trocitos, y amasar durante unos 15 minutos a la misma velocidad que antes. La masa deberá estar suave, brillante y muy elástica, deberá pasar la prueba de la membrana.
Colocar la masa, bolear un poco para crear cierta tensión en su superficie, en un bol ligeramente engrasado. Cubrir y dejar reposar en un lugar cálido y sin corrientes de aire hasta que doble su volumen. Yo acostumbro a calentar el horno a 35º, apagarlo, y dejar el bol dentro para que la masa leve.
Volcar la masa sobre la mesa de trabajo, ligeramente espolvoreada con harina, y extender con un rodillo hasta que tenga un grosor de aproximadamente un centímetro. Cortar los donuts con un cortador especial para ellos, o en su defecto con dos cortadores redondos de distinto tamaño, y depositar sobre cuadrados de papel de horno.
Volver a cubrir y dejar que vuelvan a levar.
Cuando casi doblen, freír en abundante aceite no excesivamente caliente. Echarlas en él con el papel, al cabo de unos segundos se podrá retirar con facilidad. Dar la vuelta para dorar por ambos lados. Sacar y dejar escurrir sobre papel absorbente unos minutos y pasar a una rejilla para que se terminen de enfriar
Preparar el glaseado mezclando bien el azúcar y el agua caliente. Ir añadiendo agua de rosas gota a gota hasta que esté a nuestro gusto, cuidado con pasarse porque podrá saber a colonia.
Cuando los donuts estén fríos sumergir cada uno hasta la mitad y volver a colocar sobre la rejilla para que escurran. Espolvorear por encima del glaseado, antes de que se seque, algunos pistachos picados y unos pocos pétalos de rosa.
Al cerrar los ojos, con el primer mordisco, comenzaréis a desear que la alfombra mágica se ponga en movimiento y os transporte a las lejanas tierras de oriente, la tierra de las mil y una noches.
Han quedado esponjosos ¿verdad? Pues no os podéis ni imaginar lo deliciosos que están.