Con una temperatura tan alta lo único que apetece comer son cosas fresquitas así que, me he liado la manta a la cabeza y, a primerísima hora de la mañana - y ya había 28º C, ¡¡ahí es nada!! - me he puesto a preparar esta cremita, que se hace en un plis con la Thermomix, para dejarla en la nevera hasta la hora de la comida. La receta la encontré en una de las revistas del Thermomix y desde que lo hice no he dejado de prepararla cada verano, está riquísima, aunque rebajando la cantidad de picante ya que a mis peques este no les gusta demasiado.
Ingredientes :
- 50 g de cebolleta fresca
- 400 g de remolacha cocida
- 150 g de caldo de pollo*
- 150 g de mascarpone
- 2 vueltas de molinillo de pimienta blanca en grano
- 2 gotas de tabasco
- 150 g de nata liquida de cocinar
- 1 pizca de sal
Poner en el vaso la cebolleta y la remolacha cortada en trozos grandes. Picar 4 seg, vel.4
Incorporar el caldo, el mascarpone, la sal, la pimienta y el tabasco. Programar 2 min, 37ºC, vel.5_10.
Añadir la nata y programar 1min, vel.5
En la receta original no le programa temperatura y, al principio mi crema estaba llenita de puntos blancos. Entonces decidí poner a 37ºC para que la grasa del queso y de la nata se fundieran, los puntitos blancos, y esta se integrara mejor.
Fue la solución perfecta ya que la crema adquirió un precioso tono fucsia totalmente uniforme.
Pasar a una cazuela e introducir en la nevera. Servir bien fría.
Yo la serví con unas gotitas de nata líquida por encima y unas ramitas de cebollino. Mi hijo dijo que la crema estaba muy rica pero que él no quería hierba de esa por encima, claramente se ve reflejado en la cuchara diciendo que no (menudo fallo, jejjeje) y mi hija estaba encantadísima de comer una crema taaan rosa, jejjeje.