Hoy es fiesta grande en mi casa, y no porque sea el día de la Hispanidad que también lo es, sino porque hoy, además de ser el santo de las Pilares de mi casa, es el cumpleaños de mi madre. Es por eso que tendremos una celebración por todo lo alto y esta delicia que os traigo seguro que hace las delicias de todos.
Hace mucho, muchísimo tiempo que descubrí esta receta, siendo un entrante bastante habitual en mi mesa cuando hay que celebrar algo. Es por eso que no me explico como no la había publicado aún en el blog. En esta ocasión las he preparado en molde pero, si no queréis complicaros la vida tanto, podéis hacerlo en vasitos, con el tomate por encima y adornado con algún brote de espinaca.
Ingredientes :
- 100 g de langostinos cocidos y pelados
- 600 ml de nata de montar
- 1 cebolla
- 1 cucharada de azúcar
- 1 cucharadita de mostaza
- 2 cucharaditas de vinagre de sidra
- 4 ó 5 hojas de gelatina
- Sal
- Pimienta negra de molinillo
- 3 ó 4 hojas de albahaca fresca
- 1/2 kg de tomates
- Brotes de espinacas
- Aceite de oliva virgen extra
Poner a remojar las hojas de gelatina en agua fría para que se hidrate. Calentar la nata sin dejar que llegue a hervir, escurrir las hojas de gelatina y añadirlas. Remover hasta que estén totalmente disueltas.
Pelar y cortar muy finita la cebolla. Poner en el vaso de la batidora junto a los langostinos troceados, la mostaza, el azúcar y el vinagre. Triturar hasta que quede cremoso, añadir un par de cucharadas de la nata, salpimentar e integrar. Agregar el resto de la nata y volver a triturar para que quede una textura uniforme, suave y cremosa.
Verter en los moldes y llevar a la nevera hasta que esté cuajado, por lo menos 4 horas.
Lavar los brotes de espinacas y escurrir bien para que no quede nada de agua. Lavar, secar y pelar los tomates. Retirar las pepitas y cortar en cubitos pequeños. Poner en un cuenco y aliñar con sal, pimienta. Lavar y secar las hojas de albahaca y picar muy fino. Agregar al tomate, regar con un chorrito de aceite de oliva y remover para integrar todo. Reservar en la nevera.
Desmoldar cada panna cotta, con mucho cuidado para que no se rompan, en cada plato sobre una cama de brotes de espinacas. Poner en lo alto un poquito del tomate preparado.
Servir enseguida.
Fuente : Desirvientadas