Estaba yo pensando qué preparar con el cajón de nísperos que me acababan de regalar cuando el gran Jordi Roca, en sus Cosas de casa de Instagram, preparó una delicatessen con ellos, que yo no podía dejar de copiar. Como ya había utilizado unos cuantos en preparar mermelada y otros pocos en almíbar, cuya receta también os pongo en esta entrada, decidí reducir a la mitad su receta usando unos moldes de flan de esos pequeños desechables de aluminio.
Ingredientes :
Para los sablés
- 4 yemas de huevo L (80 g aprox.)
- 160 g de azúcar
- 160 g de mantequilla en pomada + 3 g de sal*
- 225 g de harina**
- 15 g de levadura química (tipo Royal)
- 6 - 8 nísperos
**Si es de fuerza en teoría es mejor por la gran cantidad de grasa que lleva, aunque yo le puse de la normal y salieron bien
Para los nísperos en almíbar
- 150 g de nísperos
- 150 g de azúcar
- 150 g de agua
Tamizar la harina junto a la levadura y reservar. Precalentar el horno a 220ºC.
Comenzaremos preparando los sablés. Para ello, montar las yemas con el azúcar hasta que blanqueen y estén espumosas. Añadir la mantequilla con la sal y trabajar, con una espátula, hasta que la crema esté homogénea. Agregar la mezcla de harina y levadura de dos veces, e integrar por completo entre cada adicción, con la ayuda de la espátula y repartir la masa entre las flaneras pero sin llegar al borde, yo tuve masa para preparar 8 sablés.
Pelar los nísperos, cortar por la mitad a lo largo y retirar los huesos y las membranas. Trocear cada mitad en 3 ó 4 gajos, dependiendo del tamaño de la fruta, e ir clavándolos en la masa, hasta llegar al fondo de las flaneras.
Hornear a media altura, con calor de arriba-abajo, sobre una bandeja, durante unos 25 minutos. Pinchar para comprobar que estén cocidos por dentro. Sacar y dejar templar sobre una rejilla.
Mientras se están horneando prepararemos los nísperos en almíbar. Pelar, cortar por la mitad a lo largo y retirar los huesos y las membranas de los nísperos. Hacer 2 ó 3 gajos de cada mitad e ir introduciéndolos en un bol con agua y un chorrito de limón, para que no se pongan negros. Poner una cazuela con el agua y el azúcar y dejar cocer 10 minutos, a fuego bajo, desde que empiece a hervir. Añadir los gajos escurridos en el almíbar y dejar cocinar de 6 a 8 minutos más. Retirar del fuego y dejar enfriar.
La espiral sobre la que monté el postre es una gelatina de níspero que preparé triturando, recién retirados del juego, 65 g de los nísperos en almíbar con 20 g del almíbar. En este puré disolví 1 hoja de gelatina, ya hidratada y escurrida, que, una vez solidificado y bien frío, volví a triturar para terminar introduciéndolo en una manga pastelera con una pizca de la punta cortada, para que salga un hilo fino.
Una vez todo preparado, solamente habrá que montar el plato, formando una espiral en la base con la gelatina sobre la que pondremos uno de los sablés y unos cuantos gajos de níspero en almíbar, acompañado de una bola del helado que más os guste; el mío de vainilla con crema de tocinillo de cielo que está para ponerle un piso y le va que ni pintado a este postre.