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jueves, 31 de marzo de 2016

Vasitos de mousse de chocolate blanco con crème fraîche y jengibre {Lok@s por Lorraine}

    De nuevo terminamos otro mes y eso quiere decir que es el día de publicación del reto de los cocinillas lok@s por Lorraine. Este mes nos tocaba reto dulce y, casi por unanimidad, hemos elegido esta deliciosa mousse de chocolate blanco.


    La verdad que hace tiempo que le tenía ganas a esta mousse así que no podía dejar de prepararla y participar, por supuesto, aunque he reducido las cantidades de la receta original a la mitad. El problema es que lo del jengibre confitado no es algo que les entusiasme a mis hijos así que me ha tocado tunearla ligeramente.


    De todas formas no quería renunciar tampoco al puntito picante que le aporta el jengibre que, además, contraresta un poco el dulzor del chocolate blanco así que en vez de preparar la mousse con trocitos le he añadido una buena cucharada de almíbar de jengibre. Y a un par de vasitos le he añadido unas láminas finas del confitado que a mí me vuelve loca. Estos seguro que mis fieras no los tocan, jejjeje.


    Ingredientes :
  • 70 g de nata líquida
  • 1 cucharada de zumo de limón
  • 150 ml de nata líquida de montar
  • 200 g de chocolate blanco
  • 1 cucharada de almíbar de jengibre
  • Algunas láminas de jengibre confitado


    Derretir el chocolate blanco en el microondas en tiempos cortos teniendo cuidado de que no se queme. Dejar templar.
    Poner en un bol los 70 g de nata junto la cucharada de zumo de limón, remover y dejar reposar para que espese. Esta será la crème fraîche casera que vamos a utilizar.
    Montar la nata con una varilla. Añadir la crème fraîche remover hasta integrar.
    Poner 1 cucharada de la mezcla anterior en el chocolate derretido y mezclar. Ir echando el resto de la mezcla de la nata poco a poco removiendo constantemente hasta que esté uniforme. Agregar también la cucharada de almíbar de jengibre e integrar.
    La textura debe quedar suave y sedosa. Verter en los vasos elegidos y meter en la nevera para que coja consistencia, por lo menos durante 1 hora.


    Adornar con unas láminas de jengibre confitado y, si os apetece, un poco de nata montada, aunque creo que nata ya lleva suficiente.


    Y, como podéis ver, doy fe de que está rica riquísima.
    Ahora me voy a ver que han preparado mis compis de de reto ¿me acompañáis?


    Susana de Té con limón y canela
    Blanca de Menjar a ca la Blanca
    Mar de El horno de Mar
    Catina de La cocina de Catina
    Chus de Siguiendo a Nenalinda
    Ali de Pan, uvas y queso
    Mavi de Mandarinas y miel
    Marisa de Marisa en la cocina
    Bea de Sweet cookies by Bea 

martes, 29 de marzo de 2016

Leche frita con Thermomix

    Ya os pensaríais que este año no os iba a dejar ninguna receta típica de la Pascua y, la verdad, es que entre lo que me duelen las manos, las vacaciones escolares y el poco tiempo disponible que tengo cada vez hago menos repostería casera.
    Hace tiempo, mucho tiempo, que no hacía leche frita en casa, algo casi inexplicable teniendo en cuenta que es uno de los dulces pascueros, junto a las torrijas, que más me gusta. Sin embargo torrijas si que hago todos toditos los años, de hecho tengo publicadas varias recetas de ellas ( pincha aquí, aquí y aquí) y no descarto sorprenderos con alguna nueva variación.
    El no decidirme ha hacerla quizás sea porque, aunque como ya os he comentado sea un dulce pascuero tradicional, mis recuerdos de ella estén asociados a la siguiente estación del año. La bandeja de leche frita, los polos de gaseosa de naranja y la leche condensada cocida de mi abuela, siempre estaban presentes en las visitas a su casa, el molino, en las vacaciones de verano.
 

    Este año parece que este postre me perseguía, lo he visto publicado en numerosos blogs de cocina, y ha sido esto lo que al final me ha hecho decidirme a buscar una receta. La receta que he elegido ha sido la que Thermorecetas tiene publicada, ya que no quería hacer demasiada cantidad, y esta utiliza tan solo medio litro de leche, aunque yo le he puesto algo menos de azúcar. Ni que decir tiene que está preparada con Thermomix.


    Ingredientes :
  • 500 ml de leche entera
  • 90 g de azúcar 
  • 50 g de harina 
  • 30 g de maicena
  • 2 huevos 
  • 1 palo de canela
  • La piel de 1 limón
    Para rebozar
  • 1 huevo
  • Harina 
  • Aceite de girasol para freír 
  • Canela en polvo y azúcar 
 
   
    Poner en el vaso la leche, el azúcar, la harina, la maicena y los huevos y batir 15 seg, vel. 4
    Colocar la mariposa en las cuchillas y añadir el palo de canela partido en dos y la piel del limón. Cocer 11 min, 90º, vel. 2. La receta original cuece la crema un par de minutos menos pero a mí, con ese tiempo, no terminaba de estar suficientemente espesa así que le puse un poco más.
    Mientras se hace la crema engrasar ligeramente un molde de rectangular, yo utilicé uno de 24x14.
    Retirar el palo de canela y la piel de limón y verter la crema en el molde preparado y cubrir con plástico de cocina. El plástico tiene que estar en contacto con la crema para que a esta no se le forme costra, vamos igual que se hace con la bechamel de la masa de croquetas.
    Dejar enfriar y meter en la nevera hasta que esté bien frío y cuajado, mejor dejarlo toda la noche.
    Retirar el plástico y cortar en porciones. Pasar cada una por harina y huevo batido y freír en abundante aceite caliente hasta que queden bien doraditas por ambos lados.
    Sacar, colocar sobre un plato cubierto con papel de cocina, para retirar el exceso de grasa, y dejar templar. Rebozar en una mezcla de azúcar con un poco de canela y colocar en una bandeja.
    Servir una vez que se hayan enfriado del todo.


        Queda super rica y es tan tan rápida de hacer que no tardaré en volver a prepararla. Ahora que, tardaron en comérsela tan poco como lo que yo había tardado en preparar la crema, jejjeje.

domingo, 20 de marzo de 2016

Risotto de setas

    Hoy comienza la primavera, parece mentira porque, por lo menos aquí en Valencia, el invierno ha pasado de largo dejando solamente algunos días de frío. En los árboles los primeros brotes nacieron hace mucho tiempo y los naranjos llevan todo el mes deleitándonos con el delicado aroma de sus flores. En los almendros comenzaron a caer las flores y empezaron a germinar los frutos.
    Además este domingo es doblemente festivo ya que es el de Ramos. No me gusta que comience la Pascua tan pronto, en plena resaca fallera, apetece un poco de rutina antes de volver de nuevo a tener fiestas. Además de que luego se hace taaan largo el tiempo hasta el verano...
    Pero bueno, es lo que toca y, hablando de lo que toca, hoy como domingo en mi casa toca arroz.
   

    Pero como ya os comentaba antes que es un doble festivo, os traigo un arroz de fiesta, un delicioso risotto de setas.


    La receta, cambiando el tipo de setas, es esta de Javi Recetas que, en esta ocasión, es para dos personas y solo puedo decir una cosa sobre ella : qué pena que no hubiera hecho el doble porque está de rechupetearse los dedos!!


    Ingredientes :
  • 180 g de arroz carnaroli
  • 600-700 ml de caldo de verduras (yo tuve con 650)
  • 150 g de shiitake
  • 150 g de setas eryngii
  • 100 g de cebolla
  • 75 g de mantequilla
  • 50 g de parmesano
  • 100 ml de vino blanco
  • 2 dientes de ajo
  • 7 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Sal 
  • Pimienta negra de molinillo recién molida
  • Perejil finamente picado
  • Lascas de parmesano para decorar
    Limpiar las setas y cortarlas en rodajas finas. Calentar bien el caldo.
    Poner, a fuego medio, 5 cucharadas de aceite en una sartén y sofreír el ajo, picado muy fino. Cuando empiece a dorarse añadir las setas picadas, media cucharadita de sal y unas vueltas de pimienta. Cuando hayan perdido todo su agua retirar del fuego y reservar en caliente.
    En una cazuela, poner 50 g de mantequilla y las 2 cucharadas de aceite que nos quedan. Pochar en ella la cebolla cortada en cuadraditos a fuego bajo. Cuando esté transparente añadir el arroz y remover. Verter el vino y dejar que casi se evapore del todo.
    Incorporar las setas reservadas y 3 cucharones de caldo. Poner a fuego medio hasta que casi esté seco removiendo constantemente. Ir agregando más caldo, de cucharón a cucharón, cada vez que se quede seco, sin dejar de remover, durante unos 18 minutos. Probar si el arroz está cremoso y en su punto.
    Añadir el queso rallado y los 25 g de mantequilla que nos quedan. Remover bien para integrar.


    Servir espolvoreado con un poco de perejil finamente picado y decorado con algunas lascas de parmesano.

lunes, 14 de marzo de 2016

Gratinado de mejillones con romescu

    En estos días de temperaturas inciertas, donde tan pronto hace frío como calor, nada apetece más que un buen plato para entrar en calor si no lo hace pero que también es posible comerlo templado si es uno de esos días más cálidos. Además hay que aprovechar que aún podemos encontrar verduras de invierno en los mercados como coles, coliflores, brécoles y romanescus.


    En esta ocasión he elegido un precioso romanescu para la ocasión. Y que mejor para acompañarlo que unos deliciosos mejillones, un buen aporte de hierro para el cuerpo.


    Ingredientes :
  • 500 g de mejillones
  • 1 romescu mediano
  • 1 cebolla pequeña
  • 1/2 talla de apio
  • 1 cucharadita de tomillo
  • 75 ml de vino blanco
  • 125 ml de nata líquida
  • 1 cucharada de mantequilla
  • 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
  • 40 g de gruyère rallado
  • Sal
  • Pimienta negra de molinillo recién molida
   
    Picar la cebolla y el apio muy finos y pochar en una cazuela con la mantequilla y el aceite. Añadir los mejillones bien limpios, el vino y el tomillo. Dar dos vueltas de molinillo de pimienta, tapar y poner a fuego vivo durante unos 5 minutos removiendo a mitad de tiempo. Ir sacando los mejillones según se vayan abriendo, quitarles las conchas y reservar en caliente. Filtrar el líquido de cocción y reservar.
    Limpiar el romanescu y cortarlo en ramilletes.


    Cocer en abundante agua hirviendo salada durante unos 10 minutos. Mientras poner a reducir el líquido colado de los mejillones hasta que quede 1/3. Añadir la nata líquida, salpimentar y dejar cocer a fuego vivo durante 5 minutos. Agregar 2 cucharadas del queso rallado y remover hasta integrar.
    Precalentar el grill del horno.
    Escurrir y colocar en una fuente de horno untada con un poco de mantequilla y cubrir con los mejillones. Verter la salsa por encima y espolvorear con el resto del queso rallado.
    Dejar gratinar durante aproximadamente 10 minutos hasta que el queso esté fundido y dorado.


    Y, como ya he dicho, se puede comer tanto templado como bien caliente.


    Delicioso!!!

sábado, 12 de marzo de 2016

Macarons de frambuesa rellenos de ganache de chocolate

    En la anterior entrada, la de los macarons de vainilla, ya os dije que iba a haber otra más de macarons y, como lo prometido es deuda, aquí os los traigo. En esta ocasión con un poco más de color y de sabor, hoy os traigo unos macarons de frambuesa, rellenos con la misma receta y cantidades de ganache de chocolate de la receta anterior.


     Ingredientes :
  • 75 g de azúcar glass
  • 75 g de harina de almendra
  • 27 g de claras
  • 1 cucharadita de pasta de frambuesa
  • 1 pizca de colorante rojo
  • 75 g de azúcar blanquilla
  • 21 g de agua
  • 27 g de claras
    
    Os recuerdo las mismas recomendaciones que en la entrada anterior ya que sigue siendo la receta reducida por Belén de Pierre Hermé.
    Es fundamental que el azúcar glass sea comprado, no vale el que podamos preparar nosotros en casa ya que no será lo suficientemente fino, además el comercial lleva en su composición antiapelmazantes.
    La harina de almendra debe estar muy muy fina picada para que el macaron quede liso.
    Por este motivo es bueno triturar ambos juntos durante unos 10 segundos a la máxima potencia. Yo lo hago en la Thermomix pero podéis usar también un molinillo. Ojo, si os pasáis la almendra comenzará a soltar su aceite interior formándose una pasta y ya no nos serviría.
    Después es recomendable tamizar la mezcla, aunque yo no lo hago.
    Poner en un bol, añadir las primeras claras y mezclar hasta que se unifique la masa. Agregar la pasta de frambuesa y el colorante poco a poco, hasta tener el color deseado un poco subido de tono ya que al hornear perderá un poco de intensidad, y mezclar hasta integrar. Tapar el mazapán resultante con film para que no se reseque.
    Para el siguiente paso necesitaremos un termómetro de cocina.
    Poner en un cazo el azúcar junto al agua y llevar al fuego. Cuando la mezcla alcance los 110º C comenzar a batir las otras claras, deberán estar casi montadas cuando el almíbar llegue a 118º C. Retirarlo del fuego, bajar la velocidad de montado de las claras y añadir en forma de hilo por un lateral (no por encima de las varillas) el almíbar. Cuando esté totalmente integrado volver a subir la velocidad y seguir batiendo hasta que la temperatura baje a unos 40º C, vamos que al tocar las paredes del bol este esté templado.
    El siguiente paso es lo que se llama el macaronage, que consiste en unir ambas preparaciones, para lo cual usaremos una lengua y mezclaremos con movimientos envolventes hasta que estén bien integradas. Deberá estar lisa y brillante y debe caer lentamente en forma de cinta si la dejamos caer desde la lengua.
    Rellenar una manga provista de una boquilla lisa de unos 12 mm y formar pequeños montoncitos de unos 3'5 mm de diámetro (más o menos el mismo diámetro que el tapón de una botellita de agua)  sobre un tapete de teflón o papel de horno, con la manga perpendicular a la bandeja. Lo ideal es hacerse una plantilla para ajustar el espacio y controlar el tamaño. Golpear la bandeja, dejándola caer sobre la encimera, para que los picos que nos hayan quedado al formarlos se integren.
    Dejar que se sequen para que formen una ligera costra que será determinante para que les salga un buen pie y no rompan por arriba al cocer. Aquí otro truco de Belén : Meter al horno a 30º C durante unos 10 minutos.
    Precalentar el horno a 150º C (130º C con aire) y dejarlos cocer durante unos 12 minutos. 


    Sacar y dejar enfriar sin levantarlos hasta que estén fríos que ya veréis como se despegarán casi solos. Si no es así podéis ayudaros de un cuchillito.
    Guardar en la nevera dentro un recipiente hermético durante unas 24 horas antes de rellenarlos para que se terminen de asentar y queden con esa textura tan especial que debe de tener un buen macaron.
    Cuando el ganache tenga una buena consistencia para rellenar,  meter en una manga con boquilla acanalada y rellenar la mitad de las conchas de macaron. 


    Cerrar con la otra mitad de las conchas y terminar de enfriar en la nevera dentro de un recipiente hermético.


    Si los de vainilla están buenos, estos no lo están menos.


jueves, 10 de marzo de 2016

Macarons de vainilla rellenos de ganache de chocolate

    Madre mía, no me puedo creer que lleve varias entradas subidas al blog y, desde el Red velvet marble bundt cake, ni una sola sea de dulce. Cualquiera diría que en mi casa solo se come salado y nada más lejos de la realidad, jejjeje, así que para paliar el tema os voy a dejar un par de entradas de lo que últimamente me ha dado por hornear : macarons.


    Mi primera vez con los macarons fue en un curso con Paco Torreblanca en su escuela en Octubre de 2013.


    Pero no me he acabado de lanzar a preparar este delicioso bocado hasta el año pasado cuando hice otro curso con Belén de Cupcakes a gogó. Y, a partir de entonces, ya no he parado. Sin embargo hasta ahora, incomprensiblemente, no los había subido al blog.


       La receta que utilizo es la que Belén nos dió con merengue italiano, que se corresponde con la de Pierre Hermé pero dividida entre cuatro.


    Con el relleno no me he complicado la vida, un ganache de chocolate que le pega más que bien.


    Ingredientes :
  • 75 g de azúcar glass
  • 75 g de harina de almendra
  • 27 g de claras
  • 1 cucharadita de pasta de vainilla
  • 75 g de azúcar blanquilla
  • 21 g de agua
  • 27 g de claras
    Es fundamental que el azúcar glass sea comprado, no vale el que podamos preparar nosotros en casa ya que no será lo suficientemente fino, además el comercial lleva en su composición antiapelmazantes.
    La harina de almendra debe estar muy muy fina picada para que el macaron quede liso.
    Por este motivo es bueno triturar ambos juntos durante unos 10 segundos a la máxima potencia. Yo lo hago en la Thermomix pero podéis usar también un molinillo. Ojo, si os pasáis la almendra comenzará a soltar su aceite interior formandose una pasta y ya no nos serviría.
    Después es recomendable tamizar la mezcla, aunque yo no lo hago.
    Poner en un bol, añadir las primeras claras y mezclar hasta que se unifique la masa. Agregar la pasta de vainilla y mezclar hasta integrar. Tapar el mazapán resultante con film para que no se reseque.
    Para el siguiente paso necesitaremos un termómetro de cocina.
    Poner en un cazo el azúcar junto al agua y llevar al fuego. Cuando la mezcla alcance los 110º C comenzar a batir las otras claras, deberán estar casi montadas cuando el almíbar llegue a 118º C. Retirarlo del fuego, bajar la velocidad de montado de las claras y añadir en forma de hilo por un lateral (no por encima de las varillas) el almíbar. Cuando esté totalmente integrado volver a subir la velocidad y seguir batiendo hasta que la temperatura baje a unos 40º C, vamos que al tocar las paredes del bol este esté templado.
    El siguiente paso es lo que se llama el macaronage, que consiste en unir ambas preparaciones, para lo cual usaremos una lengua y mezclaremos con movimientos envolventes hasta que estén bien integradas. Deberá estar lisa y brillante y debe caer lentamente en forma de cinta si la dejamos caer desde la lengua.
    Rellenar una manga provista de una boquilla lisa de unos 12 mm y formar pequeños montoncitos de unos 3'5 mm de diámetro (más o menos el mismo diámetro que el tapón de una botellita de agua)  sobre un tapete de teflón o papel de horno, con la manga perpendicular a la bandeja. Lo ideal es hacerse una plantilla para ajustar el espacio y controlar el tamaño. Golpear la bandeja, dejándola caer sobre la encimera, para que los picos que nos hayan quedado al formarlos se integren.
    Dejar que se sequen para que formen una ligera costra que será determinante para que les salga un buen pie y no rompan por arriba al cocer. Aquí otro truco de Belén : Meter al horno a 30º C durante unos 10 minutos.
    Precalentar el horno a 150º C (130º C con aire) y dejarlos cocer durante unos 12 minutos. 


    Sacar y dejar enfriar sin levantarlos hasta que estén fríos que ya veréis como se despegarán casi solos. Si no es así podéis ayudaros de un cuchillito.
    Guardar en la nevera dentro un recipiente hermético durante unas 24 horas antes de rellenarlos para que se terminen de asentar y queden con esa textura tan especial que debe de tener un buen macaron.


    Solo quedará preparar el relleno.
    Ingredientes :
  • 75 g de chocolate para postres
  • 75 ml de nata para montar
  • 23 g de mantequilla
  • 15 g de azúcar
    Calentar la nata hasta que casi rompa a hervir y diluir el azúcar en ella. Agregar el chocolate troceado y reposar un par de minutos. Remover hasta que el chocolate esté totalmente fundido y entonces añadir la mantequilla. Remover hasta que esté integrado y dejar enfriar.
    Cuando tome bastante consistencia meter en una manga con boquilla acanalada y rellenar la mitad de las coquillas de macaron. Cerrar con la otra mitad de coquillas y terminar de enfriar en la nevera dentro de un recipiente hermético.


    El resultado, desde luego, es impresionante.

sábado, 5 de marzo de 2016

Judías verdes con jengibre, zanahorias y sésamo de Ching-He Huang {Cooking the Chef}

    Siempre que pensamos en comida china nos aparece en la imaginación los platos que podemos degustar en los restaurantes pero la cocina china es bastante más amplia y rica de los que ellos nos presentan. Nos pasa un poco como con la cocina japonesa donde no todo lo que se pone en la mesa es sushi.
    Lo cierto que prácticamente toda la cocina asiática se basa en salteados en los que se incluyen infinidad de verduras, algunas pueden ser difíciles de encontrar en algunos sitios pero otras las tenemos a mano cada día. Este plato que os traigo es un buen ejemplo de ello.


    Cuando leí quien era la chef elegida este mes por A&A, las chicas de Cooking the Chef, se me quedaron los ojos a cuadros, en mi vida había oído hablar de ella. Luego de ver algunos vídeos de ella en Canal Cocina descubrí que si la había visto en alguna ocasión y, lo mejor de todo, me encantan sus recetas.


    He elegido esta receta, aunque no será la última que veáis de Ching-He Huang por aquí, porque, además de que se utilizan ingredientes que todos podemos encontrar fácilmente en los mercados, es rápida y fácil de realizar.


    Lo principal para que este plato salga realmente estupendo es que las verduras sean lo más tiernas posibles pero si no lográis encontrarlas solo tenéis que hervirlas unos minutos antes de comenzar el salteado para que estén más blandas.


    Ingredientes :
  • 1 cucharada de aceite de girasol
  • 1 cm de jengibre fresco
  • 1 zanahoria mediana
  • 340 g de judías verdes redondas
  • 1 cucharada de salsa de soja
  • 1 cucharadita de vinagre de arroz
  • 1 chorro de aceite de sésamo tostado
  • 1 cucharada de semillas de sésamo tostado
  • 1 cucharada de semillas de sésamo negro
    Lavar y secar bien las judías verdes y las zanahorias. Quitar los extremos de las judías y partirlas en trozos grandes. Partir las zanahorias en rodajas.
    Pelar el jengibre y rallarlo o cortarlo en trocitos muy pequeños.
    Poner en un wok, a fuego medio-alto, el aceite de girasol. Saltear el jengibre durante unos 30 segundos.
    Añadir las rodajas de zanahoria y los trozos de judías verdes y sofreír durante un par de minutos. Verter un poco de agua para facilitar la cocción y dejar reducir hasta que las verduras estén al dente.
    Agregar la salsa de soja, el vinagre y el aceite de sésamo y remover para que se reparta. Espolvorear con las semillas de sésamo, voltear un poco y servir enseguida.


    En casa ha sido un verdadero descubrimiento esta manera de comer las verduras, algo muy rápido y rico, ñam ñam. Si lo probáis ya me contaréis que os parece. Mientras os invito a descubrir el resto de platos que mis compis de reto han preparado (pincha aquí)