Mermelada de higos con nueces

    No hay nada mejor que tener buenos amigos, eso es indiscutible, pero si además estos tienen el gusto de regalarte unos buenos cestos de los frutos de sus árboles ya es el no va más.
    Por suerte yo cuento con amigos de este tipo y, cada verano en plena época de recolección, se presentan con una buena selección de higos recién cogidos del árbol, unos higos dulces, jugosos... de los más ricos que he probado en mi vida, aunque esto debe ser por el cariño que los traspasan al cogerlos. Gracias Elvira y Paco por acordaros de mí, años tras año.
    Por eso, y porque os quiero un montón, esta entrada está dedicada a vosotros. Muacksss.
    Evidentemente no podía comerme tantísima fruta a riesgo de que pudiera dar un jamacuco así que se me ocurrió hacer mermelada y alguna otra cosilla más para aprovechar tanto higo.

   
    Esta receta la hice en Thermomix ya que es la manera más fácil y, sobre todo, limpia de hacer mermeladas pero se puede hacer igualmente al fuego de la manera tradicional, de hecho llevé higos a mi madre a Valladolid y allí hicimos la mermelada en cazuela.

    Ingredientes :

• 500 g de higos 
• 1 limón pequeño
• 200 g de azúcar mascabado
• 50 g de nueces peladas

    Lo primero será lavar bien los higos y partirlos por la mitad para asegurar que no están agusanados... es lo que tiene el no echar pesticidas, jejjeje, natural 100 %
    Ponerlos en el vaso y triturar 15 seg, vel.4. Cuando están troceados los pruebo para saber el dulzor que tienen y ajustar así la cantidad de azúcar a mi gusto.
    Añadir el zumo del limón y el azúcar y programar 30 min, vel.2, 100ºC poniendo el cestillo encima para que vaya evaporando el líquido y evitar así salpicaduras de ningún tipo.
    Yo elegí azúcar mascabado ya que me gusta mucho más el saborcito tan especial que deja en los preparados pero podéis poner el azúcar del tipo que queráis.
    Si pasado ese tiempo la mermelada ha cogido la consistencia adecuada incorporar las nueces troceadas groseramente, y con esto no quiero decir que las insultéis al echarlas sino que los trozos sean grandes, jejjeje, y dejar otros 5 min, 100ºC, vel. cuchara, giro izquierda.
    Tengo que reconocer que a mí la mermelada me gusta dejarla bastante espesa así que os recomiendo que comprobéis la consistencia para dejarla bien a vuestro gusto.
    Mientras esterilizar los tarros y las tapas en agua caliente, dejar escurrir y secar bien. Rellenar los tarros con la mermelada bien caliente hasta casi el borde, cerrarlos y ponerlos boca abajo hasta que estén totalmente fríos.

    Antes de etiquetar los botes, anotando el contenido de los mismos y la fecha de envasado, hay que asegurarse que se ha hecho bien el vacío. Al apretar la tapa en el centro con el dedo esta no debe hundirse, si si lo hiciera habrá que esterilizar los botes metiéndolos en una cazuela bien cubiertos con agua templada, envueltos en un paño para que no choquen entre sí, y dejar hervir el agua durante unos cuantos minutos. Retirar del fuego y dejar enfriar dentro del agua. Sacar del agua, secarlos bien y volver a comprobar que la tapa no se hunda. Etiquetar con la fecha de envasado y guardar en la alacena.

   
    Y, por supuesto, tenía que catar como había quedado así que que mejor forma que acompañar la mermelada con un poco de pan y algo de queso... Una deliciosa tosta para ayudar a pasar la mañana de la mejor de las maneras posible ¿a qué sí?

    Y, probando, probando al final me he acabado comiendo todo el cuenco...

    Y no lo he rebañado porque ya me había comido todo el pan, jajjaja.