Hoy podemos volver a dejar olvidados los abrigos ya que vamos a saltar el charco con rumbo a tierras más cálidas; en el hemisferio sur está a punto de entrar el verano y nosotros nos disponemos a desembarcar en pleno centro de Buenos Aires. Es allí, a ritmo de tango, donde vamos a ponernos finos deleitándonos con una de sus más famosas especialidades : los alfajores de maicena.
Puede que no sean unas galletas navideñas propiamente dichas pero, como allí se consumen en cualquier época del año y están tan sumamente deliciosas, me ha parecido que debían de formar parte de este galletario.
Estos deliciosos dulces parece ser que comparte el mismo origen que los que se preparan en España, aunque tengan más similitudes con el alajú en cuanto a su configuración, siendo difundidos durante el periodo colonial, proviniendo ambos de Al-Ándalus y su nombre, al-hasú, del hispanoárabe significando "el relleno". También su típico formato redondo proviene de España donde se encuentran antecedentes desde, por lo menos, el siglo XVIII. Esta deliciosa tentación se encuentra difundida por muchos paises latinoamericanos aunque los alfajores de maicena que conocemos aquí los asociamos directamente con tierras argentinas (Fuente : Wikipedia)
Ingredientes :
- 150 g de maizena
- 100 g de harina
- 1 cucharadita de levadura química
- 100 g de mantequilla en pomada
- 75 g de azúcar
- 2 yemas de huevo, talla L
- 1/2 cucharada de brandy
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 1/2 cucharada de ralladura de limón
- 3 cucharadas de leche (si fueran necesarias)
- Dulce de leche para rellenar*
- Coco rallado para decorar
- Azúcar glass
Tamizar la maizena, la harina y la levadura. Reservar.
Batir la mantequilla con el azúcar hasta que la mezcla esté cremosa. Añadir las yemas, una a una, y después el brandy batiendo hasta integrar entre cada adicción. Echar la mezcla de las harinas e incorporar justo hasta que este integrado. Echar la vainilla y la ralladura y, con ayuda de una espátula, trabajar hasta que esté homogéneo. Como quedará una masa demasiado seca, ir añadiendo cucharadas de leche hasta obtener una masa maleable pero que no se desmigue. Yo tuve que echarle 3 cucharadas pero puede que vosotros no necesitéis tantas.
Poner la masa en la superficie de trabajo, ligeramente espolvoreada con harina, y estirar con ayuda de un rodillo, hasta obtener un grosor de unos 6 mm. Refrigerar mientras se calienta el horno, de esta manera las formas quedarán más definidas y será más fácil manipular la masa.
Calentar el horno a 180ºC, con calor de arriba-abajo.
Sacar la masa de la nevera y, con un cortador redondo de unos 4cm de diámetro, ir cortando círculos y depositándolos sobre una bandeja de horno forrada con papel. Hornear durante unos 14 minutos, sin dejar que se doren mucho. Sacar del horno y dejar enfriar sobre una rejilla.
Cuando estén totalmente fríos, rellenar con el dulce de leche. Mi consejo es que lo hagáis con ayuda de una manga pastelera ya que, además de que el relleno quedará más uniforme, será mucho más fácil y menos pringoso. Para ello deberéis poner una buena cantidad de relleno sobre la mitad de los círculos horneados pero sin llegar al borde, tapar con la otra mitad, apretándo ligeramente para que queden bien pegados y el relleno asome un poco.
Una vez rellenos todos, poner una buena cantidad de coco rallado en un plato y hacerlos rodar por él, de uno en uno, hasta que todo el borde esté cubierto. Una vez rellenos todos espolvorear con azúcar glass. Con estas cantidades y medidas salen 24 alfajores.
Fuente : Mordiendo la galleta
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