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jueves, 12 de octubre de 2023

Panna cotta de langostinos

    Hoy es fiesta grande en mi casa, y no porque sea el día de la Hispanidad que también lo es, sino porque hoy, además de ser el santo de las Pilares de mi casa, es el cumpleaños de mi madre. Es por eso que tendremos una celebración por todo lo alto y esta delicia que os traigo seguro que hace las delicias de todos.

    Hace mucho, muchísimo tiempo que descubrí esta receta, siendo un entrante bastante habitual en mi mesa cuando hay que celebrar algo. Es por eso que no me explico como no la había publicado aún en el blog. En esta ocasión las he preparado en molde pero, si no queréis complicaros la vida tanto, podéis hacerlo en vasitos, con el tomate por encima y adornado con algún brote de espinaca.

    Ingredientes :

  • 100 g de langostinos cocidos y pelados
  • 600 ml de nata de montar
  • 1 cebolla
  • 1 cucharada de azúcar
  • 1 cucharadita de mostaza
  • 2 cucharaditas de vinagre de sidra
  • 4 ó 5 hojas de gelatina
  • Sal
  • Pimienta negra de molinillo
  • 3 ó 4 hojas de albahaca fresca  
  • 1/2 kg de tomates
  • Brotes de espinacas
  • Aceite de oliva virgen extra

    Poner a remojar las hojas de gelatina en agua fría para que se hidrate. Calentar la nata sin dejar que llegue a hervir, escurrir las hojas de gelatina y añadirlas. Remover hasta que estén totalmente disueltas.

    Pelar y cortar muy finita la cebolla. Poner en el vaso de la batidora junto a los langostinos troceados, la mostaza, el azúcar y el vinagre. Triturar hasta que quede cremoso, añadir un par de cucharadas de la nata, salpimentar e integrar. Agregar el resto de la nata y volver a triturar para que quede una textura uniforme, suave y cremosa.

    Verter en los moldes y llevar a la nevera hasta que esté cuajado, por lo menos 4 horas. 

    Lavar los brotes de espinacas y escurrir bien para que no quede nada de agua. Lavar, secar y pelar los tomates. Retirar las pepitas y cortar en cubitos pequeños. Poner en un cuenco y aliñar con sal, pimienta. Lavar y secar las hojas de albahaca y picar muy fino. Agregar al tomate, regar con un chorrito de aceite de oliva y remover para integrar todo. Reservar en la nevera.

    Desmoldar cada panna cotta, con mucho cuidado para que no se rompan, en cada plato sobre una cama de brotes de espinacas. Poner en lo alto un poquito del tomate preparado.

    Servir enseguida.

    Fuente : Desirvientadas

sábado, 30 de septiembre de 2023

Bollos de mosto

    Siempre que llegan estas fechas mi mente me recuerda los bollos de mosto y, aunque supongo que se hacen en otros lugares cuando terminan la vendimia, a mí me entra la necesidad de volver a Valladolid, lo que no siempre es posible. Así que, lo mejor que puedo hacer para quitarme un poco el mono es liarme la manta a la cabeza y prepararlos yo misma en casa.

    Lo mejor de todo ha sido encontrar la receta en Los cerezos en flor donde Elvira lo explica todo maravillosamente bien. El único cambio que he hecho en la receta ha sido reducir un poco la cantidad de azúcar y añadir azúcar invertido para aumentar el periodo de conservación. Ilusa de mí que pensaba que iban a durar varios días en mi casa, jejjeje.

    Ingredientes :

  • 500 g de harina de fuerza
  • 250 ml de mosto
  • 1 huevo L
  • 52 g de azúcar
  • 13 g de azúcar invertido
  • 12 g de levadura fresca
  • 125 ml de aceite de oliva suave
  • 1 pizca de sal
  • Ralladura de 1/2 naranja grande
  • 1 yema + 1 cucharada de leche (para pincelar)
  • Azúcar perlado (para decorar)

    Mezclar la levadura con 50 ml de agua y 1 cucharadita del azúcar, remover y dejar reposar 5 minutos hasta que esté burbujeante.

    En un bol poner la harina, el resto del azúcar, la sal y la ralladura y mezclar bien. hacer un hueco en medio y verter dentro el aceite, el mosto, el huevo batido, el azúcar invertido y la mezcla de levadura. Amasar hasta que la masa esté lisa y ligeramente brillante. Meter dentro de otro bol, ligeramente engrasado, cubrir con un paño y dejar levar hasta que doble de volumen. 

    Volcar sobre la mesa de trabajo y desgasificar ligeramente. Pesar la masa y dividir en seis partes iguales. Bolear cada parte y colocar sobre una bandeja de horno, cubierta con papel. Tapar y volver a dejar levar a temperatura ambiente hasta que vuelvan a doblar. 

    Calentar el horno a 190ºC, con calor de arriba-abajo. 

    Batir la yema con la leche y pincelar con la mezcla los bollos. Espolvorear por encima de ellos el azúcar perlado. Hornear, a media altura, de 15 a 20 minutos, hasta que estén dorados. Sacar del horno y dejar enfriar sobre una rejilla.

    Para conservarlos tiernos durante unos días solo tendréis que meterlos en una bolsa de plástico aunque ya os digo que son un no parar y, como no son más que media docena, en casa no duraron ni dos días.

    Fuente ; Los cerezos en flor

domingo, 24 de septiembre de 2023

Caponata alla siciliana

    Recién inaugurado el otoño no me resisto a seguir preparando recetas estivales mientras, todavía, las temperaturas diurnas se mantengan altas. Con esto no digo que las ensaladas desaparezcan del blog hasta la primavera, que os aseguro que seguirán presentes, pero lo harán con un registro más templado, como esta delicia que hoy os traigo que tanto se puede comer fría, a temperatura ambiente o incluso templada como guarnición de otros platos. Eso sí, siempre acompañada de un buen pan y una copita de vino. 

    Y para presentaros la receta, donde la berenjena es la gran protagonista, nos vamos de viaje hasta la italiana isla de Sicilia.

    Ingredientes :

  • 600 g de berenjenas (2 medianas)
  • 1 rama de apio (45 g aprox)
  • 1/2 cebolla grande (140 g aprox)
  • 1 cucharada de concentrado de tomate
  • 275 g de tomate pera 
  • 15 g de alcaparras
  • 75 g de aceitunas verdes deshuesadas
  • 4 cucharadas de vinagre de manzana
  • 2 cucharadas de azúcar
  • 1 ramita de mejorana fresca
  • Sal 
  • Pimienta negra de molinillo
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Piñones para espolvorear (opcional)

    Lavar y secar la berenjena. Cortar en dados, salar ligeramente y dejar escurrir dentro de un colador, poniendo peso encima, durante por lo menos media hora.

    Lavar el apio y retirarle los hilos. Pelar la cebolla. Cortar ambos en dados del mismo tamaño que los de las berenjenas. Pelar los tomates y trocear también del mismo tamaño. 

    Sofreír en una sartén el apio, con un par de cucharadas de aceite, hasta que esté tierno. Entonces echar la cebolla y seguir sofriendo hasta que el conjunto esté dorado. Salpimentar. Añadir el concentrado de tomate, disuelto en un par de cucharadas de agua, mezclar y dejar cocer, a fuego medio, hasta que la mezcla quede seca. Agregar los tomates pelados, remover y cocinar. a fuego lento, hasta que tenga la textura de una salsa. Echar las alcaparras, las aceitunas y la ramita de mejorana y remover con cuidado para que se distribuyan por el guiso. 

    Dejar cocer, a fuego lento, de 5 a 10 minutos, hasta que espese. Añadir el azúcar, el vinagre, remover, dejar cocinar un par de minutos más y retirar del fuego. Rectificar de sal, retirar la ramita de mejorana y dejar enfriar.

    Escurrir bien los dados de berenjena. Secar todo lo posible con papel de cocina y freír por tandas, en abundante aceite caliente, hasta que estén ligeramente dorados. Dejar escurrir sobre papel absorbente y dejar enfriar. 

    Mezclar cuando estén a temperatura ambiente tanto la salsa como la berenjena y dejar reposar en la nevera unas horas para que se unifiquen los sabores. Servir a temperatura ambiente acompañado de unas rebanadas de buen pan.

    Este plato se suele preparar de un día para otro para que se mezclen bien los sabores y, a la hora de servir, se puede espolvorear con un puñadito de piñones tostados, aunque yo no lo hice,

    La idea de añadir concentrado de tomate la saqué de la receta de Panepanna y la de añadir la ramita de mejorana de la de Memorie di Angelina

    La verdad que no puedo decir como estará acompañando a cualquier plato porque en casa, rebanada va rebanada viene, nos terminamos la caponata casi sin darnos cuenta. Delicia pura!!

viernes, 8 de septiembre de 2023

Sándwiches de helado de leche merengada

    Parece que este verano se va a alargar aunque las temperaturas, a días, nos hayan dado una ligera tregua, por lo que sigue apeteciendo comer platos fresquitos. Así que no nos queda otra que  retrasar el cuchareo hasta que bajen las temperaturas, pero ¡ay, cuándo bajen! Cuando bajen nos vamos a tirar a ello de cabeza. De momento, nos conformaremos con cosas tan deliciosas como los heladitos que hoy os traigo.

    Hace mucho tiempo me aficioné a la leche merengada así que en el blog no podía faltar, lo que no me explico ni yo misma es cómo no estaba la receta publicada todavía, pero con el tiempo todo llega y aquí tenéis la prueba. 

    La idea de publicarla en forma de helado la tenía clara desde que trajeron unos biscuits en una oferta especial en Bofrost, la empresa de congelados que me sirve a domicilio. Cuando encontré en Mercadona las galletas de canela idénticas a las que esos heladitos tenían fui cuando me decidí a reproducirlos en versión casera.

    Ingredientes :

  • 500 ml de leche entera
  • 200 ml de nata de montar
  • 55 g de azúcar
  • 20 g de azúcar glass
  • 2 cucharadas de azúcar invertido (opcional)*
  • 1 palo de canela
  • La piel de 1/2 limón (sin la parte blanca, sólo la amarilla)
  • 2 claras de huevo L
  • Galletas de canela redondas
  • Canela en polvo (opcional)
    *El azúcar invertido sirve para evitar que en el helado se formen cristales de hielo. También podéis utilizar miel pero ésta le dará sabor.

    En un cazo poner la leche, el palo de canela, la piel de limón y 40 g de azúcar. Llevar a fuego medio, remover hasta que se disuelva el azúcar y dejar hasta que rompa el hervor. Retirar del fuego, añadir el azúcar invertido, remover y dejar infusionar hasta que se enfríe. Cuando esté a temperatura ambiente, retirar el palo de canela y la piel del limón. 

    Montar las claras con los 15 g de azúcar restante, hasta obtener picos fuertes, y mezclar ambas preparaciones cuidadosamente. Montar la nata con el azúcar glass e integrar con movimientos envolventes para que la mezcla se baje lo menos posible. Meter en la nevera por lo menos 2 horas, mejor toda la noche, y mantecar en la máquina heladera hasta que esté coja la textura adecuada. 

    Si no disponéis de máquina una vez refrigerada la mezcla verter en una fiambrera y congelar. Sacar cada media hora y romper los cristales de hielo que se hayan formado montando de nuevo la mezcla. Repetir 4 ó 5 veces hasta que esté cremoso.

    Para montar los sándwiches, ir poniendo las galletas del revés en un molde cilíndrico de la misma medida que ellas. Pasar a una manga una parte del helado, cubrir cada galleta con él, espolvorear con un poco de canela en polvo (yo no lo hice) y tapar con otra galleta. Meter en bolsitas individuales, o cubrir con plástico cada sándwich, e ir colocándolos en una fiambrera. Tapar y volver a llevar al congelador hasta un ratito ante de servir.

miércoles, 23 de agosto de 2023

Ensalada caprese de fresas con burrata

    Con estas temperaturas que tenemos ni que decir tiene que lo único que apetece comer son cosas frías. Esta ensalada que os traigo, además de estar de muerte, cumple perfectamente con lo que me había propuesto de poner alguna receta más que llevara fresas.

    Ingredientes :

  • 250 g de fresas
  • 1 puñado de hojas de albahaca 
  • 1 burrata
  • 1 cucharada de vinagre balsámico de Módena

    Lavar y secar las fresas y las hojas de albahaca. Retirar el pedúnculo de las fresas y cortarlas en trozos grandecitos. Reservar alguna hojita para decorar y cortar el resto de la albahaca en tititas. Colocar ambas cosas en el plato de servir, aliñar con el vinagre y remover, con cuidado, hasta que todo quede bien impregnado. 

    Colocar la burrata en el medio, encima de la mezcla de fresas y albahaca. Reservar en la nevera hasta el momento de servir.



domingo, 30 de julio de 2023

Mousse ligero de fresas

    El rosa está de moda. Pero no es esa la razón por la que hoy os traigo este postre, nada que ver con la fiebre que le ha entrado a todo el mundo con ese color desde que estrenaron la película Barbie. Lo mío es más bien debido a lo que me gustan las fresas, mucho más que los fresones, y desde que encuentro en Mercadona éstas, que son segovianas, no puedo dejar de llevarme alguna cajita a casa cada vez que voy a comprar. Así que preparaos porque, mientras las siga encontrando, os voy a ir preparando cositas con ellas, tanto en dulce como en salado. Hoy empiezo por algo dulce, para despedir a este julio que se nos está terminando.

    Ingredientes :

  • 380 g de fresas
  • 1 clara de huevo L
  • 25 g de azúcar glass
  • 100 g de nata de montar (35% M.G.)
  • 1,5 hojas de gelatina
  • 1 cucharadita de zumo de limón

    Remojar la gelatina en agua fría.

    Lavar las fresas y retirarles las hojas. Trocear 210 g de las fresas y triturar. Verter en un cazo junto, añadir el azúcar y el zumo de limón y dejar cocer, a fuego medio, durante unos 8 minutos. Retirar del fuego, agregar las gelatina bien escurrida y remover hasta que esté completamente diluida. Dejar enfriara a temperatura ambiente.

    Montar la clara de huevo a punto de nieve, verter la mezcla de fresa y gelatina y, con ayuda de una varilla manual, remover hasta que la mezcla esté uniforme.

    Montar la nata hasta que esté firme y haga picos duros e ir integrando la mezcla anteriormente preparada poco a poco, con movimientos envolventes de abajo hacia arriba con una espátula, para intentar que la nata se desmonte lo menos posible.

    Cortar por la mitad las fresas restantes e ir colocándolas en el fondo de los tarros o vasos elegidos pegadas a las paredes como podéis ver en las fotos. Puede que no las necesitéis todas, dependerá del tamaño tanto de las fresas como de los recipientes donde las vayáis a poner. 

    Repartir la mousse dentro de los tarros o vasos y refrigerar por lo menos durante 4 horas, aunque yo recomiendo dejarlo durante toda una noche.  Con estas cantidades me dio para preparar 4 tarros de 160ml de capacidad cada uno.

    Si os sobran fresas podéis decorar cada mousse con alguna cortada por la mitad. Yo preferí prepararlas en tarros para cerrarlos y que se secara menos la superficie. Además así se pueden apilar ocupando menos espacio en la nevera. 

    Fuente : Lilie Bakery

miércoles, 12 de julio de 2023

Tajine de ternera con peras caramelizadas

    Lo que más me gusta de preparar comidas de otros países es el poder aprender y comprender parte de su cultura, a través de su gastronomía, sin necesidad de movernos de nuestras casas. Así que ir preparando vuestro petate porque hoy nos vamos de viaje, gastronómico se entiende, con destino final en Marruecos donde una de sus comidas más tradicionales son los tajines, denominando así tanto al plato preparado como al recipiente donde se prepara. Aunque en mi caso está cocinado en una cazuela y, eso sí, presentado en un tajín.

    De las cuatro categorías principales de tajines que hay en este país éste que os traigo sería un tajine mqualli, ya que está cocinado con aceite de oliva y condimentado con azafrán y jengibre, que le confirieren ese característico tono amarillo. 

    La única variación que he hecho de la receta original ha sido el empleo de peritas de San Juan. Aunque la receta se puede preparar con cualquier tipo de pera de carne firme, yo me he decantado por éstas ya que es uno los tipos que más me gustan, lástima que su temporada sea tan extremadamente corta.  


    Ingredientes :

  • 1 kg de jarrete de ternera en tacos
  • 16 peritas de San Juan
  • 1 cebolla
  • 5 ó 6 ramitas de cilantro en un ramillete 
  • 1/2 cucharadita de jengibre fresco rallado
  • 1 palo de canela
  • Unas hebras de azafrán
  • 3 cucharadas de miel
  • 3 cucharadas de aceite de oliva
  • Sal 
  • Pimienta negra de molinillo

    Tostar ligeramente las hebras de azafrán en una sartén sin grasa. Echar en  un mortero y machacar con un poco de sal. Pelar y picar finamente la cebolla.

    En una cazuela poner el aceite y sofreír la cebolla picada en él, a fuego medio, removiendo de vez en cuando. Cuando empiece a estar transparente añadir el jengibre rallado y el azafrán e integrar. Agregar la carne y dejar cocinar a fuego vivo, moviendo continuamente hasta que pierda el color a crudo. Echar el ramillete de cilantro y la canela y verter agua hasta que la carne esté cubierta hasta la mitad. Salpimentar al gusto y llevar a ebullición. Tapar y dejar cocinar, fuego lento, hasta que la carne esté tierna, de hora a hora y cuarto.

    Cuando la carne esté casi cocida, pelar las peras, cortarlas por la mitad y retirar el corazón y las pepitas. Retirar las ramitas de cilantro y sacar la carne, con ayuda de una espumadera, reservándola en caliente. Introducir las peras en la cazuela y dejar cocer, a fuego lento, para que se ablanden pero sin llegar a deshacerse, le puede llevar unos 10 minutos dependiendo de lo firme que estén. Verter la miel, mover ligeramente la salsa e ir regando con ella las peras hasta que el conjunto empiece a verse caramelizado.

    Distribuir la carne en un tajín grande o en cuatro individuales, repartir las peras por encima y regar con la salsa. Servir enseguida.

    Tan sólo decir que los de mi casa no son de comer peras, salvo yo, y han flipado con el plato... ahí lo dejo.

    Fuente : Adaptada del libro Tajines de Martine Lizambard de Libros Cúpula

miércoles, 5 de julio de 2023

Helado de hojas de higuera y miel

    No hay nada que apetezca más, cuando aprieta el calor, que un rico helado para refrescarnos. Sé que tengo pendiente de publicar un montón de helados tradicionales pero ya sabéis que soy un poco bastante rebelde y que si encuentro algo más rarito no me puedo resistir a probarlo. El año pasado me dediqué a recolectar hojas de higuera para preparar una receta de Jamie Oliver (aquí) y este año las he recolectado para preparar esta otra de David Lebovitz 

   A veces te sorprende encontrar recetas con ingredientes que en la vida se me hubiera ocurrido emplear en ciertas preparaciones y ésta es una de esas veces. El usar hojas de parra o de higuera para envolver si había visto hacerlo infinidad de veces, incluso como dije antes yo lo hice el año pasado, pero usarlo como aromatizante en la base de un helado, eso jamás. Y, por supuesto, no me iba a quedar yo con las ganas de probarlo, y más cuando en mi barrio hay higueras silvestres hasta decir basta, así que no me quedó otra que darme un pequeño paseo, tijera en ristre, recolectando las hojas más frescas y lustrosas que encontré a mi paso para usarlas para preparar esta delicia.

    Ingredientes :

  • 4 hojas de higuera frescas medianas
  • 335 ml de nata para montar (35% de mg)
  • 165 ml de leche
  • 50 g de azúcar
  • 1 pizca de sal
  • 2 yemas de huevo L
  • 40 g de miel

    Lavar las hojas de higuera bajo el grifo y secarlas bien. En una sartén de hierro calentar las hojas, volteándolas de vez en cuando, hasta que estén ligeramente secas y empiecen a despedir su olor, de minuto a minuto y medio aproximadamente. Colocar dentro de una cazuela mediana y añadir la mitad de la nata, la leche, el azúcar y la sal. Calentar a fuego medio sólo hasta que el azúcar esté disuelto, retirar, tapar y dejar infusionar durante 1 hora. a temperatura ambiente.

    Pasado ese tiempo, retirar las hojas exprimiéndolas bien. En un tazón batir las yemas y añadir el resto de la nata. Ir agregando la leche infusionada templada, poco a poco y sin parar de remover, a las yemas batidas. Volcar la mezcla en la cazuela y poner a fuego medio, sin parar de remover, hasta que comience a espesar y tenga una textura como de natillas (71ºC) Colar la crema en un cuenco y poner sobre un baño de hielo. Agregar la miel, remover hasta integrar y la mezcla enfríe por completo. Tapar a piel y meter en la nevera toda la noche. Al día siguiente mantecar en una máquina para hacer helados hasta que éste esté hecho. Meter al congelador en un recipiente hermético cubierto a piel con papel de horno para que termine de endurecer. 

    Si no se dispone de la máquina, meter al congelador la crema bien fría, en un recipiente hermético, y al cabo de un par de horas batir la mezcla para romper los cristales de hielo, repetir un par de veces hasta que esté totalmente firme, cubrir a piel con papel de horno y cerrar el recipiente.

    Está absolutamente divino, una mezcla entre sabor a hoja y a higo difícil de explicar. 

    Acompañado de un par de higos cortados en cuartos y regado todo con un poco más de miel lo hará un postre digno de los dioses del Olimpo. 

    Fuente : David Lebovitz

domingo, 18 de junio de 2023

Empanada de cecina, queso fresco de cabra y cebolla caramelizada.

    Cada vez que voy a Valladolid no puedo dejar de pasarme por una tahona que hay muy cerquita de la casa de mi madre. Y es que tiene verdaderas delicias. De hecho, siempre regreso a Valencia, cargada como una burra, con unas cuantas de sus especialidades. La receta que hoy os traigo está basada en una de las empanadas que ellos preparan, aunque con alguna variación en sus ingredientes.

    Ya se que empieza a apretar el calor, pero con todo y con eso, aún me resisto a darle vacaciones al horno. Puede que esté loca, lo cual es bastante probable, pero esta maravilla bien merece la pena el achicharre, jejjeje.

    Ingredientes :

  • 2 paquetes de masa de empanada (460 g aprox. en total)
  • 150 g de cecina 
  • 250 g de queso fresco de cabra
  • 150 g de cebolla caramelizada*
  • 1 yema de huevo + 1 cucharadita de nata fresca

    Para la cebolla caramelizada

  • 500 g de cebollas dulces
  • 1/4 de cucharadita de sal
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
  • 40 ml de aceite de oliva
    * Con medio kilo de cebollas eso será en lo que se nos quedará, aproximadamente, cuando esté caramelizada.

    Lo primero será caramelizar la cebolla ya que necesitaremos que esté totalmente fría a la hora de montar las empanadas.

    Pelarlas y cortar en juliana fina. Poner en una cazuela con el aceite a fuego bajo, removiendo de vez en cuando. Cuando empiecen a estar trasparentes, añadir la sal y el bicarbonato. Al cabo de un momento comenzarán a adquirir un color amarillento, no os preocupéis que es lo normal, es el efecto del bicarbonato acelerando la expulsión del agua que las cebollas tienen en su interior. Dejar cocinar hasta que tengan un color caramelo claro, removiendo de vez en cuando para que no se peguen al fondo. Retirar del fuego, pasar a un bol y dejar enfriar por completo.

    Cuando esté totalmente fría, sacar las masas de empanada de la nevera para que se atemperen, cortar en lonchas el queso y batir la yema junto a la nata. Calentar el horno a 180ºC.

    Extender una de las masas de empanada y dividirla en cuatro partes iguales. Colocarlas, separadas ligeramente entre ellas, en una bandeja de horno cubierta con papel. Repartir entre ellas la cebolla caramelizada, cubrir con la cecina y poner encima el queso de cabra. Extender la otra masa y dividirla también en cuatro partes iguales. Tapar con cada parte las bases preparadas, cerrando los bordes formando un cordón. Pincelar con la mezcla de yema y nata y pinchar la superficie varias veces para que pueda escapar el vapor y ni se abran ni revienten.

    Meter la bandeja a media altura de horno y dejar cocinar durante unos 35 minutos. Una vez estén bien doraditas sacar y colocar sobre una rejilla para que se atemperen.

    Se pueden comer en caliente, aunque yo recomiendo comerlas a temperatura ambiente. En casa las suelo preparar por la mañana para tomarlas en la cena y os aseguro que están divinas.

domingo, 28 de mayo de 2023

Vasitos de Selva Negra

    Qué ganas tenía de que comenzara la temporada de cerezas! El disfrutar picoteando esta delicada fruta ha llegado a ser es uno de mis vicios confesables. Si además las cerezas van acompañadas de chocolate, en cualquiera de sus variaciones, ya es para morirse de placer.  

    Y, para que el morirse de placer se convierta tan sólo en una ligera desconexión, he decidido presentar el postre en formato individual.

    Ingredientes :

    Para el bizcocho de chocolate
  • 85 g de harina 
  • 25 g de cacao en polvo sin azúcar ( tipo Valor)
  • 140 g de azúcar
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • 1/4 de cucharadita de levadura química
  • 1 pizca de sal
  • 1 huevo L
  • 60 ml de aceite de girasol
  • 90 ml de leche
  • 90ml de agua hirviendo
    Para la gelatina de cereza
  • 200 g de cerezas deshuesadas
  • 75 g de azúcar
  • 1/2 cucharadita de zumo de limón
  • 2 hojas de gelatina
    Para el almíbar de kirsch
  • 40 g de agua
  • 40 g de azúcar
  • 15 ml de kirsch o licor de cereza
    Para el chantilly de mascarpone
  • 125 g de queso mascarpone
  • 200 g de nata de montar (mínimo 35% mg)
  • 30 g de azúcar glass
  • 1/2 cucharadita de vainilla en pasta
    Además
  • 1 puñado de cerezas 
  • Nibs de cacao para decorar

    En esta ocasión da igual por cual de las distintas preparaciones comencemos ya que todas necesitarán un tiempo de enfriado. En mi caso, preparé todas, menos el chantilly, el mismo día. Al día siguiente preparé el chantilly, trituré la gelatina y monté los vasitos a primera hora de la mañana, dejándolos reposar en la nevera hasta la hora de la comida.

    Para preparar el bizcocho, calentar el horno a 180ºC. Engrasar una bandeja de horno y cubrir la base con papel. Tamizar la harina junto al cacao, la levadura, el bicarbonato y la sal. Añadir el azúcar y mezclar bien. En otro bol, batir los huevos. Agregar el aceite, la leche y el agua hirviendo. Cuando esté integrado, volcar sobre la mezcla de harina y cacao y mezclar, con una espátula, justo hasta que esté uniforme. Verter en la bandeja y hornear, a media altura, hasta que el bizcocho esté cocido, El tiempo dependerá del tamaño de la bandeja así que deberéis ir vigilándolo a partir de unos 15 minutos. Pinchar con una agua para comprobar que esté bien hecho, sacar del horno, retirar la bandeja y dejar enfriar por completo, sobre el papel, encima de una rejilla. Si decidís prepararlo el día anterior de montar los vasitos envolverlo en film, una vez frío, y refrigerar.

    Lo siguiente será preparar el almíbar. Para ello poner en un cazo pequeño el agua y el azúcar. Cuando empiece a hervir dejar un par de minutos, retirar del fuego y dejar atemperar. Añadir entonces el kirsch y reservar metido en un biberón de cocina.

    Para preparar la gelatina de cereza pondremos las hojas de gelatina, a remojo, en un cuenco con agua fría. Poner las cerezas deshuesadas en un cazo junto con el azúcar y el zumo de limón. Llevar a fuego medio y cocer hasta que, al apretarlas con una cuchara éstas se deshagan. Apartar del fuego, escurrir las hojas de gelatina, apretándolas con la mano, y echarlas dentro del cazo. Mezclar hasta que estén totalmente integradas, verter en una fuente y dejar enfriar en la nevera. Cuando la gelatina esté bien cuajada cortar en trozos, triturar hasta que esté sedosa y meter en una manga. Lo mismo que como el bizcocho, si decidís prepararlo el día anterior, filmar la bandeja de la gelatina fría y refrigerar.

    Para el chantilly tanto el queso como la nata deberán estar muy fríos. Batir el mascarpone, el azúcar, la vainilla y un tercio de la nata hasta que esté todo integrado. Añadir el resto de la nata y montar hasta que esté bien firme. Meter en una manga provista de una boquilla rizada y conservar en la nevera.

    Si habéis preparado la gelatina el día anterior éste será el momento de cortarla en trozos , triturar hasta que esté sedosa y meter en una manga.

    Para montar los vasitos cortaremos círculos de bizcocho del mismo tamaño de los vasitos. Introducir cada uno en un vasito, calar bien con el almíbar, poner encima una capa de gelatina y terminar de rellenar con chantilly. Espolvorear con unos pocos nibs de cacao y terminar de adornar con una cereza entera. Repetir el proceso con el resto de los vasitos y refrigerar hasta el momento de llevar a la mesa.

    Tengo que reconocer que hacer este postre lleva su tiempo con tantas preparaciones distintas, pero ninguna es complicada y os aseguro que el resultado final merece la pena porque está absolutamente delicioso. Un verdadero pequeño placer.

    Fuente de inspiración y de algunas preparaciones : Bavette

jueves, 27 de abril de 2023

Ensalada de tomates cereza y burrata

    Parece que en vez de primavera lo que haya entrado ha sido el verano, porque las temperaturas son más propias de este último, así que al llegar a casa del trabajo lo que apetece es comer algo fresquito que nos refresque un poco y, para eso, esta receta que hoy os traigo es ideal.

    Ingredientes :

  • 125 g de tomates cereza
  • 1/2 cebolla roja 
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1 cucharada de vinagre de Jerez
  • 2 cucharaditas de albahaca fresca picada
  • 2 cucharaditas de perejil fresco picado
  • Sal
  • Pimienta negra de molinillo
  • 1 burrata

    Lavar los tomates, partirlos por la mitad a lo largo y ponerlos en un bol. Pelar la cebolla, cortarla en juliana fina y añadirla al bol. 

    Meter en un bote que tenga tapa el aceite, el vinagre, la albahaca, el perejil y salpimentar al gusto. Tapar el bote y agitar hasta que emulsione. Regar con el aliño los tomates y la cebolla, tapar y dejar macerar en la nevera por lo menos durante una hora. 

    A la hora de servir, colocar la burrata en el medio de una fuente distribuyendo la ensalada alrededor suyo. Regar con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y decorar con unas hojitas de albahaca.

    Para rematar el plato tan sólo tendréis que acompañarlo con unas rebanadas de pan recién tostado.

    A veces no hace falta complicarse la vida para comer algo absolutamente delicioso ¿no os parece? 

    

viernes, 14 de abril de 2023

Mermelada de naranja sanguina

    Otro año que me ha pillado el toro y casi no me ha dado tiempo a proveerme de, las tan apreciadas por mí, naranjas sanguinas. Pero como él que la persigue la consigue he acabado por encontrar, después de muchas vueltas de buscar y rebuscar, un puestecito donde aún le quedaban y, por supuesto, se han venido conmigo a casa. Como no creo que aguanten ya mucho las siguientes entradas, incluida la de esta deliciosa mermelada, las llevarán en su preparación hasta que no me quede ninguna. Vamos, que les voy a sacar todo el jugo posible... y nunca mejor dicho, jejjeje. 

    Me he guiado por la receta que Virginia tiene en su maravilloso blog, Sweet & Sour, que si no lo conocéis ni os imagináis lo que os estáis perdiendo, donde hay dos maneras de prepararla. Yo he seguido los pasos de la aconsejada por ella. No sé como quedaría de la otra forma pero de ésta os aseguro que queda espectacular.

    Ingredientes :

  • 500 g de naranjas sanguinas, limpias de piel  y pepitas
  • 400 g de azúcar
  • 1 limón

    Lavar muy muy bien las naranjas y el limón y sacar tres tiras de piel de cada uno, procurando que no quede nada de la parte blanca ya que si no amargaría. Cortar en juliana las tiras y reservar. Exprimir el limón y reservar.

    Pelar las naranjas a piel sobre un plato, de esta manera recogeremos el zumo que vayan soltando y no se perderá ni un poco. Retirar las pepitas, sacar los gajos y apretar con la mano las pieles que nos queden para terminar de sacar el zumo. Poner las pepitas tanto de las naranjas como del limón, si las tuviera, dentro de una gasa, anudarla con un hilo de cocina y reservar. 

     Poner los gajos en una cazuela. Agregar el azúcar, los zumos y la juliana de las pieles y remover. Introducir la gasa con las pepitas y llevar al fuego, removiendo, hasta que comience a hervir. Dejar cocer durante un par de minutos, retirar del fuego y verter en un bol. Cubrir con papel de horno y, cuando se atempere, dejar reposar en la nevera toda la noche. Repetir el proceso de cocción al día siguiente y volver a dejar reposar toda la noche. Al tercer día, volver a poner en la cazuela, llevar a ebullición y dejar cocer a fuego alto durante unos 10 minutos, sin parar de remover. Retirar entonces la gasa con las pepitas.

    Verter la mermelada en tarros esterilizados, tapar y poner boca abajo hasta que estén completamente fríos. Para comprobar que se haya hecho el vacío apretar el centro de la tapa y ver que ésta no se hunde. Conservar en la nevera.

    Como podéis comprobar en las fotos las naranjas sanguinas que utilicé no tenían mucha sangre que digamos y la mermelada no cogió el bonito tono rojo que esperaba pero bueno, el acidito caracteriza a esta variedad sí que estaba presente y la mermelada quedó rica a rabiar.

martes, 4 de abril de 2023

Ceviche de lubina y naranja sanguina

    No sé si a vosotros también os pasa pero a mí, es llegar la primavera y, aunque el tiempo no acompañe en exceso, empezar a apetecerme platos más fresquitos. Además como, desde que los descubrí, soy totalmente adicta a los ceviches es llegar este tiempo y mi mente no puede pensar en otra cosa. Y eso precisamente es lo que os traigo hoy, pero uno muy especial porque, aprovechando que aún se encuentran naranjas sanguinas en el mercado, aunque cada vez con menos frecuencia, he pensado que la combinación quedaría de lujo y creo que no me he equivocado porque, en mi opinión, ha quedado un bocado exquisito.

    Ingredientes :

  • 2 filetes de lubina
  • 1 lima
  • 1 y 1/2 naranjas sanguinas
  • 1 cucharadita de mostaza a la antigua
  • 1/2 de cucharadita de jengibre fresco rallado
  • 1/2 chile rojo
  • 1/2 cebolla roja
  • Sal
  • Pimienta blanca de molinillo
  • Cilantro fresco

    Lo primero de todo, como el pescado se va a consumir relativamente crudo y no queremos ningún disgusto relativo a nuestra salud, tendremos los filetes de lubina congelados durante 5 días pasados los cuales dejaremos descongelar lentamente en el interior de la nevera.

    Retirar la piel y las espinas que le pudieran quedar y cortar en cubitos de unos 1,5 cm de grosor. Poner en un bol, salpimentar y exprimir por encima, con la mano para que no llegue a amargar el zumo, la lima cortada a la mitad y la media naranja sanguina. Cortar en rodajitas finas el chile retirando las pepitas. Añadirlo al bol junto con la mostaza y el jengibre y remover con cuidado de no romper el pescado. Tapar y dejar macerar en la nevera de 45 a 50 minutos o hasta que veáis que el pescado se ha vuelto opaco. Pelar y cortar en juliana fina la cebolla roja y ponerla en un bol cubierta con agua muy fría. Lavar, secar bien y picar las hojas de cilantro. Reservar. 

    Pelar a lo vivo la otra naranja sanguina e ir colocando los gajos en la base de un plato hondo, en forma de corona. Colocar el pescado en el medio, cubrir con la juliana de cebolla bien escurrida y espolvorear con el cilantro picado. Regar con un poco del líquido de maceración, lo que se llama leche de tigre.

    Servir enseguida bien frío y preparaos para disfrutar de lo lindo.

    Fuente : Adaptada de Emulsión Gourmet

lunes, 27 de marzo de 2023

Angel Food Cake de naranjas sanguinas y arándanos rojos

    Este año se me ha echado el tiempo encima y casi se me pasa la temporada de naranja sanguina sin publicar ninguna receta que la incluyera, con lo fotogénicas que son y, sobre todo, lo riquísimas que están. En esta primera receta que os traigo las naranjas que encontré no estaban demasiado rojas pero aún así su sabor seguía siendo delicioso. 

    Me ha sorprendido gratamente la mezcla de estos ingredientes ya que el resultado no tiene nada que ver con el dulzor que esperas encontrar en este tipo de pastel. La acidez que le aporta los arándanos rojos combina a la perfección con la delicada dulzura de las sanguinas consiguiendo el punto justo de ambos sabores conservando la etérea textura que le caracteriza.

    Ingredientes :

  • 300 g de claras de huevo 
  • 1 cucharadita de crémor tártaro
  • 1 pizca de sal
  • 200 g de azúcar
  • 2 cucharaditas de mermelada de naranja dulce
  • 100 g de harina
  • Ralladura de una naranja sanguina
  • 100 g de arándanos rojos deshidratados
    Para el glaseado
  • 120 g de azúcar glass
  • 1,5 - 2 cucharadas de zumo de naranja sanguina

    Lo primero que tendremos que hacer es lavar y secar muy bien los arándanos y cortarlos en trozos más pequeños, yo los partí en dos y los más gordos en tres. Lavar concienzudamente la naranja y secar antes de rallar su cáscara y exprimir el zumo de media. Reservar. Echar en un cuenco el azúcar y la ralladura y trabajar con las puntas de los dedos hasta que el azúcar quede totalmente impregnado del aceite de la ralladura y reservar. Tamizar la harina y reservar.


    Calentar el horno a 175ºC, con calor de arriba-abajo.

    Echar las claras en un bol amplio. Espolvorear por encima el crémor tártaro y la sal. Empezar a batir, a velocidad baja, hasta que empiecen a espumar y el crémor esté totalmente integrado. Subir a velocidad media y batir hasta que se empiecen a formar picos blandos. Ir añadiendo el azúcar antes preparado a cucharadas, subir la velocidad y seguir batiendo hasta que el merengue esté brillante y forme picos duros. Agregar la mermelada e integrar. Bajar de nuevo la velocidad, espolvorear la harina sobre el merengue y trabajar hasta que la mezcla esté uniforme. Añadir los arándanos e integrar, con ayuda de una espátula para que queden repartidos uniformemente. 

    Volcar la masa en el molde de Ángel sin engrasar. Alisar la superficie y meter sobre la rejilla del horno, procurando que quede a una altura centrada. Dejar cocer durante unos 40 minutos o hasta que esté bien cocido, la superficie cuando se toque no se pegue a los dedos y pinchando con una aguja cerca del centro ésta salga limpia. Sacar del horno y girarlo boca abajo, dejándolo reposar sobre las patitas del molde por lo menos durante una hora. 

    Para desmoldarlo pasar una puntilla por todo el borde para despegarlo de las paredes del molde, girarlo y dejar terminar de enfriar sobre un plato en el cual, previamente, habréis espolvoreado con azúcar glass. Una vez totalmente frío prepararemos el glaseado, mezclando bien los ingredientes del mismo, y bañar con él la superficie del bizcocho. 

    Dejar que se seque un poco el glaseado antes de llevarlo a la mesa y preparaos para disfrutar de lo lindo porque está rico no, lo siguiente... vaya, como para ponerle un piso, jejjejeje.