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lunes, 8 de marzo de 2021

Crema de tupinambos y zanahorias con pesto de sus hojas y avellanas

     Aunque estemos en los últimos coletazos del invierno siguen los días desapacibles, donde el frío y la lluvia parece que no quieran dejar de acompañarnos. Nada apetece más que reconfortar el cuerpo y hacerle entrar en calor con un rico plato de cuchara, con lo que nos gusta el cuchareo y lo bien sienta. Así que, como esta tarde se está poniendo fría fría, os voy dejando una cremita rica y contundente que seguro que os entona a tope.


    Hacía tiempo que no encontraba tupinambos en el mercado y es que tengo que reconocer que últimamente me dejo caer poco por allí... bueno, por allí y por cualquier otro sitio, que esto de la pandemia me está pasando factura. Pero a lo que íbamos, que el otro día los encontré y no me pude resistir a llevarme unos cuantos para casa, además de un buen manojo de zanahorias cuyas hojas eran ideales para hacer un pesto de acompañamiento. Aquí os dejo el resultado de lo que hice con todo ello. Vamos pues al lío.


    Ingredientes :

    Para la crema

  • 1 cebolla mediana
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 300 g de tupinambos
  • 300 g de zanahorias
  • 500 ml de agua
  • 200 ml de nata líquida
  • Sal
  • Pimienta negra recién molida

    Para el pesto

  • 1 taza de hojas de zanahorias
  • 1 diente de ajo pequeño
  • 1 puñado de avellanas tostadas + unas pocas para adornar los platos
  • 1 pizca de sal
  • 1 cucharada de parmesano rallado
  • 1 chorrito de aceite de oliva virgen extra

    Lo primero preparemos la crema. 
    Pelar y picar fina la cebolla. Poner en una cazuela el aceite a fuego medio. Cuando esté caliente echar la cebolla y dejar sofreír bien. Mientras la cebolla se pocha, pelar y picar en cuadraditos las zanahorias y los tupinambos. Añadir ambos a la cazuela y rehogar ligeramente antes de verter el agua. Salpimentar y llevar a ebullición. Bajar el fuego al mínimo, tapar y dejar cocer hasta que todo esté bien blando. Apartar del fuego y, mientras dejamos que baje un poco la temperatura, prepararemos el pesto.

    Lavar concienzudamente las hojas de zanahoria. Retirar los tallos e ir echándolas en el vaso de una picadora. Añadir el ajo pelado y cortado en trozos, las avellanas, el parmesano rallado, una pizca de sal y un poquito de aceite. Triturar hasta que se forme una pasta e ir añadiendo más aceite, en hilo, hasta que esté bien ligada y tenga la textura deseada. Pasar a un bote con cierre hermético y tapar. Golpear el resto de las avellanas y reservar.

     Una vez que haya bajado la temperatura de las verduras, agregar la nata y triturar hasta que tenga una textura bien fina. Volver a llevar al fuego para que se caliente de nuevo. Rectificar de sazón y servir enseguida para que no se enfríe.

    Repartir en los platos, echar un poco de pesto en el medio de cada uno y espolvorear con las avellanas troceadas por encima.

    Fuente : Pesto, adaptado de Patty's Cake

jueves, 21 de noviembre de 2019

Gratín de tupinambos al gorgonzola

    Parece que ya se ha decidido a llegar el frío y, la verdad, ya tenía ganitas porque estaba saturada de buen tiempo... seguro que en menos de un mes me acordaré de estas palabras y estaré totalmente arrepentida de haberlas pronunciado pero, en este momento, eso es lo que pienso.
    La mejor manera de poner el cuerpo a tono es una comida contundente, con un ingrediente de temporada, aunque no demasiado conocido, que es una verdadera delicia : el tupinambo.
    Hace poco más de 3 años que descubrí este tubérculo, de la mano de Yotam Ottolenghi, y sigue entrando en mi cocina cada invierno desde entonces.


    Los tupinambos, también llamados alcachofas de Jerusalén, patatas de Judea, patacas o girasoles de Canadá, aunque en nuestro país son más conocidos como aguaturmas, son ricos en fósforo y potasio. Eran otro de los productos cultivados por los nativos americanos que vinieron a colonizar nuestras cocinas desde el otro lado del charco, aunque no eran muy populares hasta que Antoine Parmentier empezó a incluirlos en su cocina. (Fuente: Directo al paladar)


    Ingredientes :
  • 700 g de tupinambos
  • 125 g de crème fraîche
  • 100 ml de leche
  • 2 dientes de ajo
  • 4 ramitas de tomillo fresco
  • 100 g de queso gorgonzola
  • 2 cucharadas de zumo de limón
  • Sal
  • Pimienta negra de molinillo

    Pelar los ajos y aplastarlos con la hoja de un cuchillo. Ponerlos en una cazuela con la leche, la crème fraîche y 2 de las ramitas de tomillo. Salpimentar. Llevar a ebullición, apartar del fuego y dejar infusionar durante unos 20 minutos.
    Pelar los tupinambos e ir poniéndolos dentro de una cazuela que contenga agua fría y el zumo de limón para que no se oscurezcan.
    Precalentar el horno a 180º C, con calor de arriba-abajo.
    Cortar el queso en pequeños trozos. Escurrir los tupinambos, secarlos y cortarlos en rodajas finas de unos 3mm de grosor.
    Repartir las rodajas de tupinambo y los trocitos de queso sobre una fuente, apta para el horno, reservando un poco de queso para decorar.
    Verter la leche infusionada, previamente colada, sobre ellos. Repartir el queso reservado por encima y espolvorear con las hojas de las ramitas de tomillo restantes.
    Hornear durante unos 50 minutos, hasta que el queso se haya derretido y la superficie del conjunto esté bien dorada.
    Servir bien caliente.


        Fuente : Saveurs Magazine nº 250

martes, 13 de marzo de 2018

Gofre de tupinambos con setas al tomillo

    A punto de comenzar la primavera tenemos que aprovechar las últimas cosechas de verduras y tubérculos de invierno. En este caso, de nuevo, vuelvo a la carga con uno de mis tubérculos preferidos, el tupinambo, preparando unos gofres que quitan el sentido.


    Parece que los gofres salados me han ido persiguiendo en los últimos meses  así que, al final, me he dado por vencida y me he lanzado a prepararlos yo también. En otoño, en la revista Saveurs, publicaron un gofre de patata acompañado de champiñones que se me quedó grabado en la retina. Unos meses más tarde, en la revista Regal, encontré un especial de gofres salados, 5 recetas a cada cual más apetitosa. Y, para rematar, el maravilloso gofre de Eva, de Fresa & Pimienta, que es absolutamente impresionante. Me puse con ellos a principio de mes pero hasta ahora no he tenido tiempo de que la receta viera la luz. Ya sabéis, no me da más la vida 😟😟😓😓


    En mi cabecita iba rondando la idea de como preparar los mios y, cuando fui al mercado y vi los tupinambos me saltó la chispa, los mios iban a ser de tupinambo.
    Y, cogiendo un poquito de aquí y un poquito de allí, esta es mi nueva aportación a los gofres salados. Porque estos son mis segundos gofres salados en el blog, si quieres ver los otros pincha aquí. Y ya sabéis lo que se dice, que no hay dos sin tres 😉😉


    Ingredientes :
  • 300 g de tupinambos
  • 1 huevo L
  • 30 ml de nata líquida
  • 1 cucharada de perejil seco
  • Sal
  • Pimienta negra de molinillo recién molida
    Para acompañar
  • 200 g de setas variadas*
  • 1 chorrito de aceite de oliva virgen extra
  • Unas ramitas de tomillo fresco
  • Sal
  • Pimienta negra de molinillo recién molida
    *Yo he utilizado una mezcla de setas shimeji blancas y marrones y trozos de setas ostra.


    Lo primero preparemos el acompañamiento. Limpiar bien las setas con un pincel, si fuese necesario, y rehogarlas en una cazuela con el chorrito de aceite. Cuando pierdan el agua que contienen añadir las hojas de varias ramitas de tomillo y salpimentar al gusto. Dejar un par de minutos más, tapar y retirar del fuego. Reservar en caliente.
    Enchufar la gofrera para que se caliente.
    Pelar, lavar y secar bien los tupinambos. Rallarlos, con un rallador de grano grueso, y colocarlos en un bol. Añadir el huevo ligeramente batido, la nata, el perejil y salpimentar al gusto. Remover hasta que la mezcla este uniforme.
    Cuando la gofrera esté caliente, engrasarla con aceite de oliva, con ayuda de un pincel y poner una buena cucharada de la mezcla en cada parte. Cerrar la gofrera y dejar cocinar de 7 a 10 minutos, hasta que cada gofre esté dorado y crujiente por fuera.
    Sacar a un plato caliente y tapar con papel aluminio para que no se enfríen. Repetir con la mezcla hasta acabar.
    Servir bien calienten acompañados de las setas al tomillo preparadas anteriormente. Espolvorear con unas pocas más de hojitas de tomillo fresco.


    Decir que están ricos es quedarse cortos, ñam ñam. Si te gusta el sabor a alcachofa que tiene este tubérculo, claro está.

jueves, 19 de mayo de 2016

Pollo al horno con tupinambos y limón de Yotam Ottolenghi

    Últimamente mi blog parecía que se había vuelto vegetariano y nada más lejos de la realidad, para demostrarlo, aquí os traigo este rico plato del gran Ottolenghi.
    La verdad que hacía bastante tiempo que quería probar a prepararla pero unas veces porque no encontraba tupinambos y otras por no encontrar el estragón la había ido relegando en el olvido. El otro día que estaba buscando otra receta del mismo libro la volví a ver y, casualmente, tenía todos los ingredientes en casa así que me puse manos a la obra.


    Ingredientes :
  • 450 g de tupinambos
  • 3 cucharadas de zumo de limón
  • 8 muslos-contramuslos
  • 12 chalotas 
  • 12 dientes de ajo grandes
  • 1 limón mediano
  • 1 cucharadita de azafrán en hebras
  • 50 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 150 ml de agua fría
  • 1 1/2 cucharada de granos de pimienta rosa
  • 10 g de hojas de tomillo fresco
  • 20 g de hojas de estragón fresco (40 en la receta original)
  • 2 cucharaditas de sal
  • 1/2 cucharadita de pimienta negra
    Poner en una cazuela abundante agua y la mitad del zumo de limón. Pelar los tupinambos, cortarlos a lo largo en 6 trozos de aproximadamente 1,5 cm de grosor e ir echándolos dentro de ella. Cuando estén todos dentro poner al fuego y llevar a ebullición. Bajar a fuego lento y dejar hervir durante unos 15 minutos, deberán estar tiernos pero no demasiado blandos. Escurrir y dejar enfriar.
    Pelar mientras la chalotas y cortarlas por la mitad a lo largo. Pelar y cortar los dientes de ajo en láminas. Lavar y secar el limón, cortarlos por la mitad a lo largo y después cada mitad en rodajas muy finas. Separar los muslos de los contramuslos del pollo dejando la piel. Picar las hojas de estragón.
    Agregar en un bol amplio los tupinambos fríos, el pollo, las chalotas, los ajos, las rodajas de limón, el azafrán, el tomillo, la mitad del estragón y la pimienta rosa ligeramente machacada. Regar con el aceite y el agua, salpimentar y mezclar bien con las manos.
    Tapar con film plástico y dejar macerar durante toda la noche en la nevera.
    Precalentar el horno a 240º C.
    Mientras sacar el bol de la nevera y disponer los trozos de pollo, con la piel hacia arriba, en el centro de una bandeja de horno. Colocar el resto de los ingredientes alrededor suyo y regar con el líquido del marinado. Hornear durante unos 30 minutos, tapar con papel de aluminio y dejar cocer otros 15 minutos más. Comprobar que el pollo esté bien hecho y retirar del horno.


    Regar con el zumo de limón y el estragón picado reservados. Remover bien para que se integren, rectificar de sal si fuera necesario. Servir enseguida.


    La combinación de sabores que hay entre el azafrán y el limón le da al plato un gusto espectacular que, además, casa a la perfección con el ligero sabor y aroma a alcachofa que tienen los tupinambos, no en vano son conocidos también como alcachofas de Jerusalén.


    Fuente : Jerusalén de Yotam Ottolenghi y Sami Tamimi