Seguidores

Mostrando entradas con la etiqueta Galletas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Galletas. Mostrar todas las entradas

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Biscotti de café y harina de castañas, sin huevo

    Estando como estamos en plena temporada de castañas me ha parecido que estas galletas que hoy os traigo nos van a hacer disfrutar de lo lindo. Aunque, en realidad, lo que he usado para prepararlas ha sido su harina el sabor sigue siendo inigualable y, con cada bocado, parecerá que nos estemos llevando los sabores más otoñales a la boca. 

    La forma que tienen de grano de café se debe a que, precisamente, ese es su otro ingrediente  principal, cuyo sabor casa perfectamente con el del otoñal fruto. Y doy fe de que están ricas a rabiar.

    Ingredientes :

  • 225 g de harina de castañas
  • 125 g de mantequilla, a temperatura ambiente
  • 125 g de azúcar glass
  • 4 g de café soluble (2 sobrecitos)
  • 25 g de cacao en polvo
  • 1/4 de cucharadita de levadura química
  • 1/4 de cucharadita de bicarbonato sódico
  • 1 pizca de sal
  • 25 ml de café fuerte
  • 2 cucharadas de leche

    Batir la mantequilla junto al azúcar hasta que ésta blanquee. Añadir el café. Tamizar la harina, el café soluble, el caco, la levadura, el bicarbonato y la sal, mezclar bien y agregar a la crema de mantequilla y café. Integrar todo, con la ayuda de una lengua de cocina, añadiendo la leche si hiciera falta, de cucharada a cucharada, hasta que tenga una textura blandita pero manejable, que no se pegue demasiado a los dedos. Volcar la masa sobre un plástico de cocina dándole forma de churro, envolver bien y refrigerar durante, por lo menos, 1 hora.

    Sacar de la nevera y cortar en rodajas. A mí me salieron unas 40 no muy grandes, pero dependerá del tamaño que les deis. Bolear cada rodaja de manera que quede ligeramente ovalada y hacer un corte en la mitad, sin llegar al fondo, para que se asemeje a un grano de café. Repetir con el resto de rodajas y volver a refrigerar otra media hora, para conseguir que no se deformen al cocer.

    Calentar el horno a 180ºC, con calor de arriba-abajo, y hornear por tandas, dejando espacio entre cada galleta, sobre una bandeja cubierta con papel, alrededor de unos 15 minutos, dependiendo del tamaño. Sacar y dejar enfriar sobre una rejilla. Yo horneé 10 galletas en cada tanda.

    Fuente : Adaptada de I Sapori di Ethra 

domingo, 29 de enero de 2023

Cookies de cerezas deshidratadas y trocitos de chocolate

    Después de las fiestas navideñas me ha costado volver a ponerme a hornear algo dulce y no es que me haya pasado mucho con ellos aunque, la verdad, reconozco que he comido más dulce que otros años. En esta primera entrada dulce voy a empezar por traeros unas galletitas, que parece que, como son pequeñas, no nos van a llenar tanto. Además, qué demonios! que como con toda desintoxicación hay que ir poco a poco, jejjejje. También es cierto que, de las dos docenas que han salido, tan sólo me habré comido un par de ellas... es lo que tiene llevárselas al trabajo. 

    Creo que en alguna ocasión os he contado que algunos de mis compañeros me puntúan todo lo que llevo... pero con una puntuación inversa, ya que dicen que si ésta es baja volveré a repetirlo hasta que me salga perfecto, jejjeejje. En esta ocasión la puntuación ha sido de 0,5 así que ya podréis imaginaros que no hayan durado ni un suspiro.

    Ingredientes :

  • 100 g de mantequilla en pomada
  • 125 g de azúcar
  • 1 huevo L
  • 60 g de cerezas deshidratadas
  • 70 g de trocitos de chocolate
  • 210 - 220 de harina
  • 1/2 cucharadita de levadura
  • 1 pizca de sal
  • 2 cucharaditas de kirsch o licor de cereza

    Tamizar la harina junto a la levadura y la sal y reservar.

    Poner la mantequilla y el azúcar en un bol y batir hasta que la masa esté cremosa. Añadir el huevo y el licor y seguir batiendo hasta integrar. Agregar la mezcla de harina y trabajar, con ayuda de una espátula, hasta que la masa esté uniforme. Echar las cerezas, cortadas en trozos si son muy grandes, y el chocolate y trabajar hasta que queden repartidos uniformemente. La masa resultante debera estar blandita pero sin pegarse en exceso a los dedos. 

    Volcar sobre un plástico de cocina y envolver formando un rulo del mismo grosor en toda su longitud. Meter en la nevera por lo menos un par de horas. Yo preparé la masa a última hora de la tarde y la tuve toda la noche en la parte menos fría de la nevera.

    Calentar el horno a 200ºC, con calor de arriba-abajo. Forrar un par de bandejas con papel de horno y reservar.

    Desenvolver la masa y cortarla en 24 rebanadas iguales. Bolear entre las palmas de las manos cada rebanada e ir colocándolas, con bastante separación entre ellas, en las bandejas preparadas. 

    Bajar la temperatura del horno a 180ºC y hornear cada bandeja, a media altura, durante unos 12 minutos o hasta que estén ligeramente doradas. Sacar del horno y dejar reposar en las bandejas unos minutos antes de trasladarlas a una rejilla donde se terminarán de enfriar.

    Para conservarlas en perfecto estado durante unos cuantos días deberéis meterlas en una caja hermética de lata. Aunque con lo riquísimas que están no creo que os duren demasiado.

lunes, 31 de octubre de 2022

Soul Cakes, galletas de alma para Samhain

    Soul, Soul, a soul cake!
   I pray thee, good missus, a soul cake!
   One for Peter, two for Paul,
   three for Him what made us all!
   Soul Cake, soul cake, please good missus, a soul cake.
   An apple, a pear, a plum, or a cherry, any good thing to make us all merry.
   One for Peter, two for Paul, & three for Him who made us all.

    Ya sabéis lo que me gustan a mí las recetas que tienen una historia detrás. Por lo que estas galletas que, además, van de la mano de la canción medieval que os he dejado arriba, y podéis escuchar en la voz de Sting en este enlace, estaba más que claro que tenían que estar en el blog sí o sí.

    Como soy un poco friki, creo que un poco bastante, no he podido por más de poner en algunas de las fotos el Funko del interprete de la canción, jejjeje. ¿A qué mola?

    Pero vamos con lo interesante de verdad, la historia de estas galletas. Antes de que Halloween fuera lo que ahora nos llega de la mano de los estadounidenses, ya en las tierras celtas de Irlanda e Inglaterra la gente se disfrazaba en esta noche de Samhain, que significaba el fin del verano, ya tenían la creencia de que en esta noche la línea que une este mundo con el del más allá era muy estrecha, con el fin de no ser reconocidos como humanos por los espíritus dañinos que pudieran cruzarla.

    Pero todas esas tradiciones, con la llegada de la Iglesia en la Edad Media, se fueron cristianizando, como iba pasando con todas las fiestas paganas que ésta encontraba en su paso evangelizador, porque era más fácil transformarlas e incluirlas en sus cultos que prohibirlas y siguieran celebrándose en la clandestinidad. Y, a partir de entonces, los niños comenzaron a ir de puerta en puerta, cantando la cancioncita y rezando por los muertos y, a cambio, recibían estas galletas pensando que, con cada una de ellas que se comiera, un alma del purgatorio era liberada.

    Ingredientes :

  • 340 g de harina de espelta integral
  • 170 g de azúcar 
  • 170 g de mantequilla fría, cortada en trocitos    
  • 1/2 cucharadita de canela
  • 1/2 cucharadita de pimienta de Jamaica
  • 1/2 cucharadita de nuez moscada 
  • 1 huevo batido (56 g. aprox)
  • 2 cucharaditas de vinagre de sidra
  • 1 cucharadita de leche

    Tamizar la harina junto a las especias, poner en un bol y añadir el azúcar. Agregar la mantequilla y trabajar, con las puntas de los dedos, hasta que adquiera una textura arenosa. Echar el huevo batido y el vinagre, mezclar y trabajar hasta obtener una masa manejable. Envolver en plástico y refrigerar, por lo menos, una hora.

    Pasado ese tiempo estirar, con la ayuda de un rodillo, hasta que tenga un grosor de unos 6mm. Cortar círculos, con un cortapastas de 6 ó 7 cm de diámetro, e ir depositándolas sobre una bandeja cubierta con papel. Con la ayuda de un cuchillo marcar una cruz en el centro de la superficie de cada galleta.

    Encender el horno a 200ºC y, mientras se calienta, volver a meter las galletas en la nevera. Cuando haya alcanzado la temperatura introducir en el horno las galletas, a media altura, y cocer unos 12 minutos, hasta que estén doradas.

    Sacar y dejar reposar unos minutos, en la misma bandeja, antes de pasarlas a una rejilla para que se terminen de enfriar.

    Se conservarán perfectas, durante unos cuantos días, metidas en una caja de lata.

    Y viendo la cruz que llevan marcada me pregunto si no lo harían para que por ahí pudieran salir los malos espíritus al cocerse igual que se hacía en los panes como reminiscencia de la cultura pagana o era la marca cristiana de la cruz ya que se rezba los las almas de los muertos.

    Fuente : El invitado de invierno

jueves, 26 de mayo de 2022

Galletas craqueladas de limón

    Parece que el calor quiere comenzar a apretar así que lo de encender el horno puede comenzar a considerarse de alto riesgo. A pesar de ello, no me he podido resistir a preparar estas galletas, que hace tiempo que me estaban haciendo ojitos, y así utilizar alguno de los muchos limones de los que me regalan y aún tenía por casa. 


     Ingredientes :

  • 30 g de mantequilla en pomada
  • 50 g de azúcar
  • 1 huevo L
  • Ralladura de un limón
  • 40 ml de zumo de limón, colado
  • 180 g de harina*
  • 1 pizca de sal
  • 1/2 cucharadita de levadura
  • 1/4 de cucharadita de bicarbonato sódico*
  • Azúcar glass para rebozar
    * La receta original sólo lleva 160 g de harina pero yo necesité más cantidad porque, aunque la masa final tiene que quedar blandita, yo seguía sin poder manejarla. Además le añadí bicarbonato que la receta original no llevaba.

    Batir la mantequilla con el azúcar y la ralladura del limón hasta que la mezcla blanquee y esté suave. Añadir el zumo e integrar. En este punto puede que parezca que se ha cortado pero no os preocupéis por ello porque luego se compactará. Agregar el huevo y batir. 

    Tamizar encima de la masa la harina, la levadura, el bicarbonato y la sal y trabajar, con una espátula, hasta que esté totalmente integrado todo y la masa se vea uniforme. 

    Tapar a piel con plástico de cocina, para que no se le haga costra, y refrigerar, como mínimo, durante una hora.

    Pasado ese tiempo, calentar el horno a 180ºC, con calor de arriba-abajo. Formar bolitas con la masa, del tamaño de una nuez, y rebozar abundantemente con azúcar glass. Ir colocándolas sobre bandejas de horno, cubiertas con papel, dejando bastante espacio entre cada bolita para que, al expandirse durante el horneado, las galletas no se toquen.

    Meter a media altura de horno y dejar cocer de 13 a 15 minutos, teniendo en cuenta que no deberán dorarse, deberán quedar blanquitas pero hechas por dentro.

    Sacar y dejar enfriar sobre una rejilla, mientras repetiremos la operación con el resto de las bandejas ya que con este tamaño saldrán aproximadamente unas 15 galletitas.

    Fuente : Tía Alia para Directo al Paladar

lunes, 25 de abril de 2022

Anzac biscuits

    Esta mañana, al mirar el calendario, me he dado cuenta de que hoy es 25 de Abril y, para este día, tenía yo pensado dejaros una receta de esas que me gustan a mí tanto, una receta de las que tienen asociada una historia. Así que, si queréis acompañarme, ir preparando la maleta que nos vamos hasta Australia y Nueva Zelanda para conocer las deliciosas y crujientes Anzac biscuits. 

    Lo primero de todo es saber que ANZAC era el ejército australiano y Neozelandés (Australian and New Zealand Army Corps) que se creó para participar en la Primera Guerra Mundial. El 25 de Abril de 1915, fuerzas conjuntas del Reino Unido e Irlanda y del ANZAC desembarcaron en Gallipoli quienes, por un error de navegación, se vieron rodeados por las tropas otomanas. Después de 8 meses de lucha, y más de 43.000 muertos, decidieron retirarse. 

    Por eso que es, en este día, en él que se homenajea a los soldados que lucharon en Gallipoli y que, actualmente, se ha hecho extensivo a todos los caídos de ese cuerpo a lo largo de conflictos posteriores.

    Y vosotros os preguntaréis ¿qué tiene esto que ver con unas galletas? Pues porque estas galletas, dicen, eran las que las mujeres de los soldados, destinados en el extranjero, mandaban a sus maridos debido a que se conservaban en perfecto estado durante un largo periodo de tiempo ya que no contenían huevo. Es tradicional consumirlas durante este día de homenaje.

     Las Anzac biscuits ahora se venden en tiendas y supermercados pero, para poder comercializarlas como tal, deben estar aprobadas por parte de un departamento del gobierno australiano, ya que el término Anzac está protegido por su legislación, que vela por los intereses de los veteranos que participaron en la Primera Guerra Mundial y sus familias. Los beneficios generados tras su venta son destinados a diversas asociaciones, creadas a finales de la Gran Guerra, para apoyar y ayudar a los soldados de las Fuerzas Armadas australiana y neozelandesa. (Fuente : Wikipedia)

    Ingredientes :

  • 45 g de copos de avena
  • 45 g de coco rallado
  • 50 g de azúcar
  • 50 g de harina
  • 50 g de mantequilla
  • 1/2 cucharada de miel de caña
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
  • 1 cucharada de agua hirviendo
  • 1/2 cucharada de leche (si fuese necesaria)

    Calentar el horno a 180ºC, con calor de arriba-abajo.

    Echar en un bol los copos de avena, la harina, el coco y el azúcar. Poner en un cazo, a fuego medio, la mantequilla y, cuando esté derretida, añadir la miel removiendo hasta que esté totalmente integrada. Echar el bicarbonato en el agua hirviendo, remover y agregárselo a la mezcla de mantequilla. Verter sobre los ingredientes del bol y trabajar hasta obtener una masa compacta pero que no se desmigue demasiado. Si esto ocurriera ir añadiendo, poco a poco, la leche.

    Formar bolas, del tamaño de una nuez, e ir colocándolas sobre una bandeja cubierta con papel, dejando sitio entre cada una de ellas. Aplastar ligeramente y hornear, a mitad de altura, unos 10-12 minutos, hasta que estén doraditas. Sacar y dejar reposar unos 5 minutos en la misma bandeja antes de pasarlas a una rejilla para que se terminen de enfriar.

    Fuente : Receta adaptada de Corazón de caramelo

jueves, 2 de diciembre de 2021

Snickerdoodles, unas galletas de canela muy especiales

    Alguna vez os he comentado que gran parte de los dulces que preparo están destinados para la hora en la que tomo el café con mis compañeros. Puede que los tenga mal acostumbrados pero para mí es esencial que caten y valoren mis preparaciones y, en base a sus comentarios, después decido si la receta merece estar publicada en el blog o no. Aunque la primera cata soy yo la que la realizo, ellos  finalmente son mi control de calidad, jejjeje. 

    La verdad que hacía tiempo que veía estas galletas por las redes en cuanto llegaban estas fechas pero no me había decidido nunca a hacerlas. Lo que sí que tenía claro es que quería hacerlas lo más fieles posible a las originales, hechas con crémor tártaro y bicarbonato, porque me daba a mí que tenían que tener un saborcito distinto y muy especial, con ese puntito ligeramente chispeante que les otorga el crémor, y no me había equivocado lo más mínimo. Estas snickerdoodles están impresionantemente deliciosas.

    Ingredientes :

  • 375 g de harina
  • 2 cucharaditas de crémor tártaro
  • 1 cucharadita de bicarbonato sódico
  • 1 y 1/2 cucharaditas de canela
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 230 g de mantequilla, a temperatura ambiente 
  • 250 g de azúcar (267g en la receta original)
  • 1 huevo + 1 yema de huevo L
  • 2 cucharaditas de vainilla en pasta
    Para rebozar :

  • 35 g de azúcar
  • 1/2 cucharadita de canela

    Calentar el horno a 190ºC, con calor de arriba-abajo. Forrar 2 bandejas de horno con papel y reservar.

    Poner los ingredientes del rebozado en un bol y remover hasta que la mezcla esté uniforme. Reservar.

    Tamizar, en un bol, la harina, el crémor, el bicarbonato, la canela y la sal y mezclar. Batir en otro bol la mantequilla junto al azúcar hasta que esté cremoso, alrededor de 2 minutos. Agregar el huevo, la yema y la vainilla y seguir batiendo, a velocidad alta, hasta integrar. Bajar de nuevo la velocidad al mínimo e incorporar la mezcla de harina de tres veces.

    Hacer bolas de masa, de una cucharada colmada aproximadamente, Hacerlas rodar por el rebozado para que se impregnen bien de mezcla e ir depositándola sobre las bandejas preparadas, dejando algo de separación entre ellas. Meter a mitad de horno y dejar cocer unos 10 minutos. Sacar del horno y presionarlas ligeramente con el dorso de una cuchara para aplanarlas un poco. Dejar reposar en la misma bandeja unos 10 minutos antes de pasarlas a una rejilla para que se enfríen por completo.

    Sally dice que guardadas en un recipiente hermético, a temperatura ambiente, duran hasta 7 días en perfecto estado pero yo no puedo corroborarlo. Después de que yo las catara me dio a mí la impresión de que iban a triunfar, aunque llevando canela no podía ser imparcial ya que es una de mis especias favoritas junto con el cardamomo, pero lo que no me imaginaba era que, después de probarlas, se lanzaran sobre ellas como posesos terminándoselas de una tacada, cuando normalmente llegan para dos días. Ésa era la mejor señal para saber que estaban deliciosas ¿o no? Eso sí, ninguno supo decir bien su impronunciable nombre, jajjaja.

    Fuente : Sally's baking addiction

sábado, 9 de octubre de 2021

Cookies de nueces de macadamia, arándanos rojos y chocolate blanco

     Hoy es fiesta en Valencia y que mejor para celebrarlo que desayunar con algo rico rico de verdad. Una de las recetas que más me piden mis hijos que repita es la de estas galletas que les gustan tantísimo así que he pensado que estaría bien el tener publicado la receta aquí en el blog.


     Ingredientes :
  • 125 g de mantequilla
  • 125 g de azúcar fina
  • 1 huevo L
  • 1 cucharadita de pasta de vainilla
  • 50 g de nueces de macadamia
  • 50 g de arándanos rojos secos
  • 75 g de pepitas de chocolate blanco
  • 195 g de harina 
  • 1 cucharadita de levadura química
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
  • 1/8 de cucharadita de sal

    Tamizar la harina junto a la levadura, el bicarbonato y la sal y reservar. Partir las nueces en trozos grandes y reservar.

    Batir la mantequilla junto al azúcar hasta que esté cremoso. Añadir el huevo y mezclar bien. Cuando la crema esté homogénea echar la vainilla y seguir batiendo hasta que esté totalmente integrada a la mezcla. Agregar la mezcla de harina y remover con la ayuda de una lengua de cocina hasta que esté casi integrada, entonces añadir la nueces, los arándanos y el chocolate y seguir envolviendo la mezcla hasta que todo esté uniformemente repartido.

    Cubrir con plástico de cocina y refrigerar, por lo menos 1 hora, para que endurezca un poco.

    Calentar el horno a 180ºC, con calor de arriba-abajo.

    Hacer bolas con la masa, de tamaño aproximado al de una nuez, e ir depositándolas sobre bandejas cubiertas con papel, dejando sitio entre ellas para que al hornearlas no se toquen y queden pegadas las unas a las otras. 

    Hornear, a media altura, alrededor de 12 minutos, justo hasta que los bordes comiencen a dorarse. Sacar y dejar reposar en la bandeja de 5 a 10 minutos, en caliente se rompen con mucha facilidad. Pasar a una rejilla hasta que terminen de enfriarse.


    Una vez frías se conservan perfectamente durante unos días guardadas en un bote hermético. Aunque no sabría deciros cuantos porque en mi casa vuelan. Nunca duran más que un par de días.


miércoles, 23 de diciembre de 2020

Joulutorttu, molinillos finlandeses de ciruelas

     Se acerca el día en que Papá Noël surcará los cielos repartiendo alegría entre los ilusionados pequeños, y no tan pequeños, de cada casa. Como soy un poco cotilla, he querido ver como realizan los preparativos finales antes de emprender su mágico viaje. Hoy, con mucho sigilo, vamos a colarnos en la mismísima casa de Papá Noël.  Así que cerraos bien los abrigos, para no enfriaros, que nos disponemos a surcar Finlandia, sobre un trineo, hasta llegar a nuestro destino. Ya me puedo imaginar, en una gran sala llena de duendes envolviendo los últimos regalos, mientras degustamos una gran taza de chocolate acompañada de algo dulce que nos haga entrar en calor después del gélido viaje. Y nada más adecuado en estas fechas que unos deliciciosos joulutorttu, cuyo nombre significa pastelillo de Navidad, ya que son tradicionales por estas tierras.


    Las base de esta delicia puede ser de masa danesa, de masa tipo sablée o de hojaldre, siendo esta última opción la más tradicional y es, además, la que yo he elegido para traeros, ya que es la más rápida y menos complicada de preparar... si eliges comprar el hojaldre ya hecho, claro está. Suelen estar rellenos de mermelada de ciruela especiada, aunque también se pueden encontrar rellenos de mermelada de manzana, y estar cubiertos con una fina capa de azúcar glass; aunque yo los he adornado con azúcar perlado y luego los he espolvoreado con azúcar moreno tal como nos propone Eva en su receta.


    Ingredientes :

  • 1 paquete de hojaldre fresco con mantequilla cuadrado
  • 100 g de ciruelas pasas sin hueso
  • 1 naranja, zumo y ralladura
  • 1/2 limón, el zumo
  • 1 cuchradita de canela
  • 1 clavo
  • 4 vainas de cardamomo
  • 1/4 de cucharadita de nuez moscada
  • 1 cucharadita de azúcar moreno + para espolvorear
  • 1 yema de huevo, talla M
  • 1/4 de cucharadita de leche
  • Azúcar perlado


    Lo primero haremos el relleno ya que tiene que estar bien frío antes de rellenar el hojaldre. Retirar las vainas del cardamomo y machacar las semillas junto al clavo hasta que estén trituradas muy finas. Poner en un cazo, a fuego suave, las ciruelas troceadas junto a los zumos, la ralladura, el azúcar y todas las especias. Dejar cocer, aplastando las ciruelas con un cuchara, hasta que se forme una pasta espesa pero con textura untable. Retirar del fuego y dejar enfriar por completo. 

    Una vez bien frío el relleno, sacar la plancha de hojaldre de la nevera y cortar, con un cuchillo muy afilado, en cuadrados iguales. Yo la dividí en cuadrados de unos 10cm de lado, saliendo unos molinillos bastante grandecitos. Colocar los cuadrados en una bandeja de horno cubierta con papel, dejando sitio entre ellos para que al subir no se toquen, y hacer un corte en diagonal en cada una de las esquinas hacia el centro sin que lleguen a tocarse los cortes. Repartir el relleno en el centro de los cuadrados y doblar alternando las puntas hacia el centro, dándoles forma de molinillos. Presionar ligeramente las puntas unidas en el centro para que no se despeguen al cocer. Meter en la nevera mientras precalentamos el horno a 200ºC, con calor de arriba-abajo.

    Una vez caliente el horno, sacar de la nevera. Batir la yema junto a la leche y pincelar los hojaldres con la mezcla. Poner un poco de azúcar perlado en la unión del centro y espolvorear toda la superficie con un poco de azúcar moreno. Hornear, a media altura, de 12 a 15 minutos, hasta que el hojaldre haya subido y esté bien dorado. Sacar del horno y pasar los molinillos, con el papel, a una rejilla hasta que terminen de enfriarse.


    Mira que a mí lo del relleno de ciruelas no me hacía mucha gracia pero le dí una oportunidad, afortunadamente porque están para ponerles un piso. Y parede que a mis chicos también les ha gustado, menos mal que me había comido uno cuando aún estaban templados, porque a la que me descuido ni los pruebo, jejjeje.

    Fuente : Bake-Street para Claudia&Julia

martes, 22 de diciembre de 2020

Schoko mandel spritzgebäck, galletas de chocolate y almendra alemanas

    De regreso a Europa, volvemos a ponernos los abrigos para llegar a Alemania y, después de darnos un paseo por los Mercados Navideños para abastecernos de unos cuantos de sus típicos Cascanueces, lo que más puede apetecernos es un café bien calentito acompañado, por supuesto, de un buen plato de galletas. Y si son de chocolate mejor que mejor ¿no os parece?


    Las primitivas spritzgebäck tienen su origen en el siglo XVI y, desde entonces las recetas han pasado de generación en generación. Según la tradición durante las fiestas navideñas las familias se reunen para preparar y hornear galletas que, con el paso de los años, han ido incluyendo diversos ingredientes para dotarles de diferentes sabores : limón, cacao, mantequilla de cacahuete, café, almendra... Y almendra y cacao es lo que yo le he puesto a las galletas que hoy os traigo.


    El nombre original se refiere al verbo alemán spritzen que quiere decir algo así como arrojar a chorros ya que se preparaban pasando una masa blanda a traves de una prensa con distintos diseños. Desde el siglo XX se les da forma con una pistola, aunque también puedes hacerlo como yo, metiendo la masa en una manga con una boquilla estrellada.


    Ingredientes :

  • 65 g de mantequilla
  • 55 g de azúcar fina
  • 1 yema de huevo, talla L
  • 20 g de leche
  • 1/2 cucharadita de vainilla en pasta 
  • 75 g de harina de reposteria
  • 50 g de almendra molida
  • 25 g de cacao en polvo sin azúcar (tipo Valor)
  • 8 g de levadura química
  • 1 pizca de sal
    Para decorar :
  • Chocolate blanco
  • Chocolate negro
  • Decoraciones de azúcar


    Tamizar la harina, el cacao, la levadura y la sal. Reservar. 

    En un bol batir la mantequilla y el azúcar hasta que esté cremoso. Añadir la yema, la leche y la vainilla y mezclar hasta integrar. Agregar la mezcla de harina y la almendra molida y comenzar a trabajar con una espátula hasta que la masa esté uniforme. La textura será blandita aunque sin que se pegue demasiado a las manos. Meter la masa en una manga con boquilla de estrella e ir  haciendo las formas que quieras sobre una bandeja de horno antiadherente SIN papel. Yo hice herraduras, eses y palitos, como podéis ver en las fotos. En principio no hace falta refrigerarlas pero yo las metí unos 20 minutos en la nevera para asegurarme de que no iban a perder el estriado.

    Podía haber utilizado una pistola de galletas para hacerlas pero no tenía ganas de sacar más trastos, aparte de que las mangas y las boquillas las tengo mucho más a mano, jejjeje.

    Calentar el horno a 175ºC, con calor de arriba-abajo. Meter la bandeja sobre la rejilla, a mitad de horno, y cocer de 10 a 15 minutos dependiendo del grosor que tengan. Sacar y dejar unos minutos en la bandeja antes de pasarlas a una rejilla para que terminen de enfriarse.

    Una vez frías del todo las decoraremos... si queréis hacerlo, claro. Para ello derretir los chocolates por separado. Meter el chocolate blanco en una manga pequeña y cortar la punta dejando un agujero lo suficientemente pequeño para hacer líneas. Mojar las puntas de algunas galletas con el chocolate negro y decorar al gusto con los sprinkles. Dejar secar los chocolates antes de llevar a la mesa. 

  

    El resultado será unas galletas mantecosas, tiernas y quebradizas que, con las almendra y el cacao, estarán de rechupete.

lunes, 21 de diciembre de 2020

Soetkoekies, galletas sudafricanas

    Hoy dejamos  aparcados por unas horas los abrigos ya que volamos a Sudáfrica. La Navidad allí es calurosa y la gente hace las celebraciones pertinentes organizando barbacoas a la vera de la piscina, yendo de acampada o, los más afortunados, acercándose hasta la playa. De cualquier manera las soetkoekies son uno de los principales regalos de Navidad y, hasta los supermercados, las venden en pequeñas cajas de edición especial navideña.


    Nunca se imaginaron los holandeses que estas galletas que se llevaron con ellos a Sudáfrica, hace más de 200 años, acabarían siendo una de las preferidas de estos últimos. Me encantan los nombres cuya etimología ya te ofrecen un avance de lo que te vas a encontrar y el nombre de éstas es, precisamente, Galletas dulces, ya que en afrikáans, el principal idioma de Sudáfrica, soet significa dulce y koekies galletas.


     Ingredientes :

  • 125 g de harina
  • 1/4 de cucharadita de bicarbonato sódico
  • 1/4 de cucharadita de cremor tártaro
  • 1/2 cucharadita de canela molida
  • 1/4 de cucharadita de jengibre molido
  • 1/4 de cucharadita de nuez moscada molida
  • 1/8 de cucharadita de clavo molido
  • 100 g de azúcar
  • 50 g de mantequilla salada fría
  • 1 huevo batido, talla L
  • 1/2 cucharadita de leche


    Poner en un bol la harina, el bicarbonato, el cremor tártaro, las especias y el azúcar y remover hasta que la mezcla esté uniforme. Añadir la mantequilla cortada en trocitos e integrar, frotando con las puntas de los dedos, hasta que la masa tenga una textura arenosa. Añadir el huevo batido, reservando un poquito para pincelar posteriormente. Trabajar hasta que esté totalmente integrado y la masa no se pegue a las manos, añadiendo un pelín más de harina si fuera necesario. Hacer una bola con la masa, cubrir con film transparente y refrigerar durante, por lo menos, 1 hora.

    Calentar el horno a 190ºC, con calor de arriba-abajo. Cubrir 2 bandejas de horno con papel. Poner la masa sobre la superficie de trabajo, ligeramente enharinada, y estirar con un rodillo hasta que tenga un grosor de unos 6mm. Cortar discos de unos 6cm de diámetro e ir colocándolos sobre las bandejas, dejando algo de sitio entre cada galleta. Añadir la cucharadita de leche al huevo reservado y batirlo hasta que esté uniforme. Pincelar con esta mezcla la superficie de las galletas y hornear, a media altura, durante unos 12 minutos, hasta que estén ligeramente doradas. Sacar y dejar reposar en la bandeja durante unos minutos antes de pasarlas a una rejilla hasta que se enfríen por completo.

    Con estas cantidades salen 18 galletas de las dimensiones que os indico.


    Fuente : Melkkos & Merlot

domingo, 20 de diciembre de 2020

Sörur o Sarah Bernhardt, las galletas preferidas en Navidad en Islandia

    Hornear galletas para Navidad es, al igual que en otras partes del mundo, una tradición que comparten en Islandia, donde las familias se reunen para prepararlas juntos. Estas galletas son de las preferidas por los islandeses en Navidad.


    Aunque su origen sea danés. De hecho, fueron creadas por el pastelero Johannes Steen, para homenajear a Sarah Bernhardt cuando ésta visitó Copenhague a principios del siglo XX.

     Para las galletas :

  • 67 g de almendra molida
  • 60 g de azúcar glass
  • 1 clara de huevo, talla L
  • 1 pizca de sal

    Para la crema :

  • 25 g de azúcar
  • 20 g de agua
  • 2 yemas de huevo talla L
  • 100 g de mantequilla a temperatura ambiente
  • 2 cucharaditas de cacao en polvo
  • 1/2 cucharadita de café instantaneo

    Para la cobertura

  • 130 g de chocolate de cobertura


    Lo primero prepararemos la crema para que se refrigere. Hacer un almíbar con el azúcar y el agua. Montar las yemas hasta que blanqueen y espesen. Ir añadiendo el almíbar, poco a poco, sin parar de batir. Ir agregando la mantequilla en trocitos hasta que se integre por completo. Echar el cacao y el café e integrar bien. Poner dentro de una manga y refrigerar durante, por lo menos, una hora para que coja cuerpo.

    Calentar a 170ºC, con calor de arriba-abajo. Triturar la almendra junto al azúcar glass. Poner la clara en un bol junto la pizca de sal hasta que se formen picos duros. Añadir la mezcla de harina y glass e integrar con movimientos envolventes con ayuda de una espátula. Meter en una manga  e ir poniendo montoncitos, de unos 5 cm de diámetro, sobre una bandeja de horno forrada con papel. Hornear, a media altura, durante unos 12 minutos hasta que estén ligeramente dorados. Sacar y dejar enfriar sobre una rejilla.

    Una vez que estén totalmente frías las galletas, fundir la cobertura de chocolate y dejar templar mientras empezamos poner un montoncito de la crema sobre la parte plana de las galletas y, con ayuda de la parte cóncava de una cucharilla, arrastrar el relleno hasta los bordes. Sumergir la parte de la crema en la cobertura hasta cubrirla por completo. Escurrir ligeramente e ir colocándolas sobre una bandeja y dejar secar por completo antes de servir. 


    Acompañadas de una taza de café harán las delicias de todos.


    Fuente : Ljúfmeti

sábado, 19 de diciembre de 2020

Nankhatai, galletas indias de cardamomo (Receta vegana)

     Si el olor a especias en Europa está íntimamente relacionado con la Navidad, en India podríamos pensar que huele a Navidad durante todo el año ya que su cocina es una de las más aromáticas que existen. Es por esto que he decidido incluir esta galleta, muy popular en el norte de India y Pakistan, en este Galletario de Adviento, aunque por allí estos días no sean especialmente festivos salvo para los pocos cristianos que allí viven.


    Curioso es el que parece ser el origen de estas galletas cuando en Surat, en el siglo XVI, un iraní que se quedó con una panadería, que anteriormente había pertenecido a unos holandeses; para prevenir el fracaso económico del establecimiento tras el traspaso, comenzó a vender pan seco a bajo precio dando lugar este proceso, con el paso del tiempo, a los nankhatai. Su etimología deriva de las palabras persas naan, que significa pan, y khatai, del persa darí, que significa galleta. Fuente : Wikipedia


    Ingredientes :

  • 60 g de harina de trigo integral
  • 70 g de harina 
  • 60 g de harina de garbanzos
  • 60 g de azúcar fino
  • 1/4 de cucharadita de cardamomo molido
  • 1/4 de cucharadita de canela molida
  • 95 g de aceite de girasol
  • Pistachos picados


    Calentar el horno a 170ºC. Preparar una bandeja de horno cubriéndola con papel.

    Poner todos los ingredientes secos en un bol y mezclar bien. Hacer un hueco en medio y verter el aceite dentro. Incorporarlo con ayuda de las manos hasta obtener una masa que no se pegue a las manos. Hacer bolitas de unos 20g e ir depositándolas sobre la bandeja dejando algo de espacio entre ellas aunque no hace falta que sea demasiado ya que no se extienden mucho. Espolvorearlas con el pistacho picado y aplastarlas un poco para que quede bien pegado.

    Hornear, a media altura, durante unos 18-20 minutos. Sacar y dejar enfriar sobre la bandeja ya que son muy delicadas y se rompen solo con mirarlas mientras están calientes. 


    Una vez frías aguantan bien unos días guardadas en una lata hermética aunque con estas cantidades salen poquitas, unas 16-17 y en cuanto las probéis no vais a poder parar de comerlas hasta que se terminen.


    Fuente : Libro Soul Spices de Anjalina Chugani