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sábado, 8 de febrero de 2025

Crema de boniato y mandarina

    En días como estos, donde el frío se hace sentir y mucho, no hay nada mejor para entonar el cuerpo y lograr entrar en calor que un plato de cuchara. Para esta crema he utilizado dos productos que están en plena temporada y que si por separado están bien ricos, unidos marinan de maravilla.

    Ingredientes :

  • 600 g de boniatos rojos
  • 2 chalotas 
  • 1/2 cucharadita de jengibre fresco rallado
  • 100 ml de zumo de mandarina
  • 200 ml de leche evaporada
  • 300 ml de agua
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Pimienta negra de molinillo
  • Ralladura de 1 mandarina, para decorar
  • Cilantro fresco picado, para decorar
  • Cacahuetes tostados, para decorar

    Pelar y cortar los boniatos en trozos, reservar. Limpiar y picar finas las chalotas. 

    En una cazuela con un chorreón de aceite de oliva, pochar las chalotas picadas, a fuego bajo, hasta que comiencen a tomar color. Añadir el jengibre rallado y los trozos de boniato y rehogar durante un par de minutos. Verter el agua, salpimentar y llevar a ebullición. Bajar a fuego lento y dejar cocer hasta que el boniato esté blandito. 

    Agregar el zumo y la leche evaporada y triturar hasta que la crema esté bien fina. Rectificar de sal si fuera necesario y volver a llevar al fuego, pero sin dejar que llegue a hervir.

    Repartir en los platos y decorar con un chorrito de leche evaporada, la ralladura de mandarina y los cacahuetes tostados groseramente picados. Espolvorear con el cilantro picado y servir enseguida.

lunes, 24 de junio de 2024

Vichyssoise

    De nuevo tenemos encima los calores del verano, y no es que me queje porque entiendo que en cada estación debe tener las temperaturas que tocan, pero resultan agotadores estos días bochornosos que no te dejan ni respirar. Aunque si al llegar la hora de comer te encuentras algo refrescante en la nevera y que además tengan bien de alimento pues tanto mejor ¿no os parece?

    Llegaron los días de gazpachos, salmorejos y toda esa variedad de primeros platos que bien fríos reconstituyen al más asfixiado. Yo. en esta ocasión, me he decantado por una deliciosa vichyssoise.

    Ingredientes :

  • 270g de puerros (sólo la parte blanca)
  • 35 g de aceite de oliva
  • 30 g de mantequilla
  • 500 g de agua
  • 250 g de patata
  • 95 g de crème fraîche
  • Sal
  • Pimienta blanca de molinillo
  • Nuez moscada rallada
  • Cebollino fresco picado, para decorar

    Pelar las patatas y cortar en trozos pequeños. Lavar muy bien los puerros retirándoles toda la tierra que puedan tener. Secar y cortar en rodajas finas. En una cazuela poner el aceite y la mantequilla a fuego bajo y, cuando esta última esté derretida, añadir los puerros cortados. Rehogar durante unos minutos, pero sin dejar que cojan color. Agregar las patatas y salpimentar el conjunto. Remover, verter el agua por encima y subir a fuego medio hasta que arranque el hervor. Volver a poner a fuego bajo, tapar y dejar cocer durante unos 20 minutos o el tiempo necesario para que la patata esté bien cocida y casi se deshaga. 

    Retirar del fuego, añadir la crème fraîche y nuez moscada al gusto y triturar hasta que la crema esté bien fina. Rectificar de sal si fuese necesario y dejar enfriar, cubierta con un film a piel para que no se forme costra. Una vez que esté a temperatura ambiente meter en la nevera hasta que esté bien fría.

    Repartir justo antes de llevar a la mesa, para que no se caliente, espolvoreando cada plato con un poco de cebollino picado.

    Con estos calores que tenemos yo la he servido bien fría pero también se puede servir en caliente, aunque esa opción creo que será más adecuada para cuando las temperaturas desciendan.

jueves, 18 de enero de 2024

Crema parmentier de shiitake al tomillo

    Llegado el mes de enero, se supone que el más frío del año junto a febrero, ¿a quién no le apetece algo calentito para atemperar un poco el cuerpo? Para eso nada mejor que el cuchareo por lo que hoy os traigo una riquísima crema que, incluso en Valencia donde parece que no quiera hacer frío ni por esas, podéis tomarla templada que estará igual de buena.

    Ingredientes :

  • 1 cebolla (200 g aprox.)
  • 2 dientes de ajo
  • 200 g de patatas
  • 350 g de setas shiitake frescas
  • 1/2 litro de agua
  • 3 ó 4 ramitas de tomillo fresco
  • 100 ml de nata de cocinar
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Pimienta negra de molinillo recién molida

    Pelar y picar finamente la cebolla y los ajos. Limpiar las setas y pelar las patatas. 

    Poner a fuego suave una cazuela con un buen chorreón de aceite. Añadir la cebolla y los ajos y sofreír, sin dejar que lleguen a dorarse, removiendo de vez en cuando. Agregar 200 g de setas, las patatas troceadas y las hojas de un par de ramitas del tomillo, rehogando todo durante unos minutos. Verter por encima el agua, salpimentar y subir a fuego fuerte hasta que comience a hervir. Bajar el fuego al mínimo y dejar cocer hasta que las patatas estén tiernas, de 15 a 20 minutos.

    Mientras, en una satén con un chorrito de aceite, rehogaremos el resto de setas con las hojas de otra ramita de tomillo. Salpimentar y reservar en caliente.

    Cuando la patata esté muy blandita, retirar la cazuela del fuego, añadir la nata y triturar hasta que la crema esté suave y sedosa. Llevar de nuevo a fuego suave, para que vuelva a coger temperatura, sin dejar que llegue a hervir.

    Servir la crema en los platos, repartiendo las setas rehogadas por encima. Adornar, si se quiere, con alguna ramita más de tomillo fresco y llevar a la mesa enseguida.

    ¿A qué tiene una pinta estupenda? Pues os aseguro que está riquísima

viernes, 10 de febrero de 2023

Fabes con almejas

    Con estos fríos que tenemos, y ya era hora por cierto, nada hay mejor que el cuchareo. Y para cuchareo nada mejor que un buen plato de legumbres. Y, como veis, hoy os traigo una legumbre vestida de fiesta... de fiesta asturiana : fabes con almejas.

    Ingredientes :

  • 400 g de fabes
  • 1 puerro
  • 1 cebolla
  • 1 zanahoria
  • 1 hoja de laurel
  • 1 bolsita de azafrán molido
  • 2 dientes de ajo
  • 1 cayena
  • 250 g de almejas
  • 100 ml de vino blanco
  • 1/2 cucharada de harina
  • 1 cucharada de perejil fresco picado

    Lo primero que haremos será poner a remojo las fabes la noche anterior.

    Lavar el puerro quitándole la capa exterior y toda la posible arenilla que pueda tener entre sus hojas. Pelar la cebolla y la zanahoria. Escurrir las fabes y poner en una cazuela junto con el puerro, la mitad de la cebolla, la zanahoria y la hoja de laurel. Echar agua justo hasta que las fabes estén cubiertas. Poner a cocer, añadiendo un par de veces algo de agua fría para asustarlas, y dejar cocinar, a fuego bajo, hasta que estén tiernas. Reservar en caliente.

    Picar la media cebolla restante y los dientes de ajo. Lavar bien las almejas y dejarlas escurrir. 

    En otra cazuela pochar la cebolla, a fuego bajo, en un chorro de aceite hasta que esté transparente. Añadir el ajo picado y la cayena y rehogar sin dejar que coja color. Retirar la cayena y espolvorear la harina por encima. Rehogar, verter el vino y una caza del agua de cocción de las alubias y el azafrán y agregar las almejas. Tapar la cazuela para que las almejas se abran e incorporar a la cazuela de las fabes, retirando las almejas que permanezcan cerradas. Rectificar de sal y poner a fuego alto hasta que rompa el hervor, bajar al mínimo y dejar un par de minutos más. Retirar del fuego, espolvorear el perejil picado por encima y dejar reposar un rato, en caliente, antes de servir, para que cojan cuerpo.

    Como podéis ver en las fotos yo las he servido en cazuelitas de barro individuales ya que, de esta manera, tardan mucho más en perder el calor. Para acompañar este plato nada mejor que un rico vinito blanco bien fresquito.


miércoles, 9 de noviembre de 2022

Crema de zanahorias, boniato, tomillo y miso blanco

    Parece que esta vez va en serio que el otoño, por fin, se quiere instalar por estos lares. Por lo menos, las temperaturas han descendido lo suficiente como para empezar a comer de cuchareo y, aunque en mi casa lo del cuchareo no dejamos de practicarlo en todo el año, ahora es cuando realmente empieza a apetecer hacerlo. 

    La crema que hoy os traigo es ideal para estas temperaturas cambiantes de un día para otro porque está igual de rica templada que bien caliente. Como el sabor que tienen los boniatos me encanta, además de aprovechar que están en plena temporada, he pensado que no estaría nada mal si éste fuera el ingrediente principal de la crema, así que ha sido "pensat i fet" como dicen por aquí.


     Ingredientes :

  • 250 g de zanahorias
  • 150 g de cebolla
  • 500 g de boniatos rojos
  • 500 ml de agua
  • 1 cucharada de hojas de tomillo fresco
  • 2 cucharadas de miso blanco
  • 100 ml de crème fraîche
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Pimienta negra de molinillo
  • Semillas de sésamo negro  

    Pelar la cebolla, las zanahorias y los boniatos. Picar la cebolla fina, partir las zanahorias en rodajas y los boniatos en cuadraditos. En una cazuela poner el aceite y pochar la cebolla a fuego medio. Cuando comience a estar blanda añadir las zanahorias y los boniatos y rehogar. Verter el agua, echar el tomillo, salpimentar y, cuando arranque el hervor, bajar a fuego mínimo, tapar y dejar cocer hasta que la verdura esté blanda, unos 20 minutos.

    Apartar del fuego y triturar hasta que esté fino. Agregar la crème fraîche, reservando un par de cucharadas para finalizar el plato, y las cucharadas de miso y volver a triturara hasta que esté uniforme. Rectificar de sal, si hiciera falta, y repartir en los platos. Decorar con la crème fraîche reservada y unas ramitas de tomillo fresco. Espolvorear un poco de sésamo negro por encima y servir antes de que se enfríe. Se puede volver a calentar pero, debido a que tiene miso, no debe llegar a hervir. 

    También podéis decorar los platos haciendo unas flores en unas cuantas de las rodajas de zanahoria. Tan solo tendréis que retirar unas cuantas antes de triturar la crema y darles forma con la puntita de un cuchillo. Es algo laborioso pero queda taaan bonito ¿no os parece?


viernes, 22 de abril de 2022

Sopa de zanahorias y naranja sanguina

    Ya sé que en las dos anteriores recetas preparadas con naranja sanguina os decía que iban a ser las últimas de esta temporada pero, aunque esto se va pareciendo cada vez más al cuento de Pedro y el lobo, os aseguro que ésta es la definitiva y será la última ultimísima receta, jejjejje. Y es que es difícil resistirse a comprarlas, aunque estén a precio de oro, con lo riquísimas que están.

    Después de la Semana Santa tan espléndida que hemos tenido, en prácticamente todo el territorio nacional, nada hacía pensar que iban a volver el frío y las lluvias y, aunque ya deberíamos de saber que la primavera es caprichosa, no nos ha sentado nada bien... por lo menos a mí no lo ha hecho. Y, como siempre digo, lo mejor para entonar el cuerpo es el cuchareo.

    Ingredientes :

  • 1 cebolla
  • 500 g de zanahoria
  • 2 patatas medianas
  • 500 ml de agua
  • 100 ml de zumo de naranja sanguina
  • 3 cortadas de panceta fresca
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • Sal 
  • Pimienta negra de molinillo

    Pelar y trocear la cebolla finamente. Pelar las zanahorias y las patatas y cortarlas en trozos.

    Poner una cazuela con el aceite a fuego medio. Añadir la cebolla y cocinar hasta que esté pochada. Echar los trozos de zanahoria y de patata y rehogar. Verter el agua, salpimentar y llevar a ebullición. Poner a fuego bajo, tapar y dejar cocer hasta que estén blandas, unos 20-25 minutos. Retirar del fuego, agregar el zumo y triturar hasta que esté bien fino. Rectificar de sazón si hiciera falta, volver a calentar a fuego suave, removiendo de vez en cuando, tapar y reservar en caliente.

    Cortar la panceta en tiras finas y cocinar en una sartén sin grasa, a fuego medio-alto, removiendo de vez en cuando, hasta que esté dorada y crujiente. Sacar, escurrir y poner en un plato cubierto con papel absorbente para retirar el exceso de grasa.

    Echar la sopa en los platos y repartir la panceta por encima. Terminar de decorar con unas hojas de perejil o de las mismas zanahorias, como ha sido mi caso. Servir antes de que se enfríe.

jueves, 31 de marzo de 2022

Crema de setas (mejorada)

    Parece que en Valencia, aunque las lluvias nos han dado un respiro, se avecinan días fríos de nuevo así que nada mejor para entonar el cuerpo que una deliciosa cremita ¿no os parece? 

    En esta ocasión he optado por prepararla con una mezcla variada de setas... ¡¡qué me gustan a mí las setas!!  Sí, ya sé que parece que lo de las setas pega más en otoño pero ya sabéis que soy una rebelde y, en cuanto puedo, me rebelo de lo establecido, jejjeje. Además que, en cada estación, se pueden encontrar deliciosas variedades. En mi caso he usado una mezcla de setas primaverales y de cultivo, pero podéis echar las que encontréis en el mercado.

    Ingredientes :

  • 500 g de setas variadas*
  • 2 chalotas
  • 3 cucharadas de aceite de oliva
  • 300 ml de agua
  • 200 ml de nata de cocinar**
  • Unas ramitas de tomillo fresco
  • Sal
  • Pimienta negra de molinillo 

    *Yo usé 155 g de setas de chopo, 75 g de camagrogs y 270 g de champiñones portobello.

    **Si queréis que salga muuucho más cremosa podéis usar nata de montar pero yo no quería que tuviera demasiada grasa así que opté por usar un brick de la de cocinar.

    Pelar y picar finas las chalotas. Limpiar y trocear las setas y los champiñones. Lavar las ramitas de tomillo, secar bien y deshojar, reservando unas pocas para la decoración final.

    Poner una cazuela con el aceite, a fuego bajo, añadir las chalotas picadas y dejar pochar hasta que estén transparentes. Entonces agregar los champiñones, rehogar y dejar cocinar hasta que reduzca todo el agua que hayan soltado. Subir a fuego medio, echar las setas y las hojas de tomillo y dejar rehogar moviendo de vez en cuando. Cuando el conjunto esté ligeramente dorado retirar unas cuantas para la decoración final, reservándolas en caliente. Verter el agua, salpimentar y, cuando rompa a hervir, bajar a fuego bajo, tapar y dejar cocinar durante unos 10 minutos. 

    Añadir la nata, de este modo bajaremos la temperatura, y triturar bien fino. Rectificar de sal y pimienta, si fuese necesario. Llevarla de nuevo a fuego suave, removiendo de vez en cuando para que no se agarre en el fondo, y calentar pero teniendo cuidado de que no llegue a hervir.

    Repartir en los platos. Decorar con las setas reservadas y espolvorear con el tomillo restante. 

    Servir enseguida para que llegue a la mesa bien caliente y preparaos para disfrutar.


jueves, 23 de diciembre de 2021

Sopa cremosa de tomate asado

    Sí, ya sé que vienen días de grandes comilonas pero que os parece, para variar, llevar de primero a la mesa esta deliciosa sopa, que nunca viene mal y es de lo mejor para entrar en calor.


    Hace tiempo que le tenía echado el ojo a esta delicia y no me iba a quedar con las ganas de probarla antes de acabar el año, así que me he puesto manos a la obra y tengo que decir que no me ha defraudado en absoluto... está de muerte. 


    Ingredientes :
  • 650 g de tomates maduros
  • 1 cabeza de ajos
  • 1 pimiento rojo
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1 cucharada de pasta concentrada de tomate
  • 1 cucharadita de sal
  • 1/2 cucharadita de pimentón dulce
  • 2 cucharaditas de azúcar
  • 1/2 cucharadita de pimienta negra de molinillo
  • 1 litro de agua hirviendo
  • 1/2 rama de apio, picado grueso
  • 1 cucharadita de albahaca picada
  • 125 ml de nata líquida (35% de mg)

    Calentar el horno a 200º C con calor de arriba-abajo. Lavar y secar los tomates y el pimiento y secarlos bien. Forrar una bandeja de horno con papel. Partir por la mitad los tomates e ir colocándolos en ella con el corte hacia arriba. Cortar el pimiento en cuartos, retirar las semillas, y colocarlo también en la bandeja. Cortar la parte superior de la cabeza de ajos como se ve en la siguiente foto.


    Poner la cabeza de ajos sobre un cuadrado de papel de horno y éste sobre un cuadrado de papel de aluminio. Rociar con un poco de aceite de oliva, envolver bien con ambos papeles y colocar también en la bandeja. Regar con un un hilo de aceite los tomates y el pimiento y espolvorear con un poco de sal.
    Meter al horno y dejar asar durante aproximadamente 1 hora y cuarto.

    Retirar la piel del pimiento y la envoltura del ajo y sacar la carne de las pieles. Poner en una cazuela la carne de los ajos junto a los tomates, los pimientos, los jugos y las 3 cucharadas de aceite. Añadir la pasta de tomate, las especias, el apio y el agua hirviendo. Remover y, cuando comience a hervir, bajar al mínimo y dejar cocinar 40 minutos. Apagar el fuego y triturar. Agregar el azúcar, la albahaca y la nata y volver a triturar. Rectificar de sal. 

    Calentar a fuego suave sin dejar que llegue a hervir y servir enseguida decorada con un chorrito de nata y unos brotes tiernos y espolvoreada con un poco de albahaca picada.

    Fuente : Adaptada de Lichtenstadt

lunes, 8 de marzo de 2021

Crema de tupinambos y zanahorias con pesto de sus hojas y avellanas

     Aunque estemos en los últimos coletazos del invierno siguen los días desapacibles, donde el frío y la lluvia parece que no quieran dejar de acompañarnos. Nada apetece más que reconfortar el cuerpo y hacerle entrar en calor con un rico plato de cuchara, con lo que nos gusta el cuchareo y lo bien sienta. Así que, como esta tarde se está poniendo fría fría, os voy dejando una cremita rica y contundente que seguro que os entona a tope.


    Hacía tiempo que no encontraba tupinambos en el mercado y es que tengo que reconocer que últimamente me dejo caer poco por allí... bueno, por allí y por cualquier otro sitio, que esto de la pandemia me está pasando factura. Pero a lo que íbamos, que el otro día los encontré y no me pude resistir a llevarme unos cuantos para casa, además de un buen manojo de zanahorias cuyas hojas eran ideales para hacer un pesto de acompañamiento. Aquí os dejo el resultado de lo que hice con todo ello. Vamos pues al lío.


    Ingredientes :

    Para la crema

  • 1 cebolla mediana
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 300 g de tupinambos
  • 300 g de zanahorias
  • 500 ml de agua
  • 200 ml de nata líquida
  • Sal
  • Pimienta negra recién molida

    Para el pesto

  • 1 taza de hojas de zanahorias
  • 1 diente de ajo pequeño
  • 1 puñado de avellanas tostadas + unas pocas para adornar los platos
  • 1 pizca de sal
  • 1 cucharada de parmesano rallado
  • 1 chorrito de aceite de oliva virgen extra

    Lo primero preparemos la crema. 
    Pelar y picar fina la cebolla. Poner en una cazuela el aceite a fuego medio. Cuando esté caliente echar la cebolla y dejar sofreír bien. Mientras la cebolla se pocha, pelar y picar en cuadraditos las zanahorias y los tupinambos. Añadir ambos a la cazuela y rehogar ligeramente antes de verter el agua. Salpimentar y llevar a ebullición. Bajar el fuego al mínimo, tapar y dejar cocer hasta que todo esté bien blando. Apartar del fuego y, mientras dejamos que baje un poco la temperatura, prepararemos el pesto.

    Lavar concienzudamente las hojas de zanahoria. Retirar los tallos e ir echándolas en el vaso de una picadora. Añadir el ajo pelado y cortado en trozos, las avellanas, el parmesano rallado, una pizca de sal y un poquito de aceite. Triturar hasta que se forme una pasta e ir añadiendo más aceite, en hilo, hasta que esté bien ligada y tenga la textura deseada. Pasar a un bote con cierre hermético y tapar. Golpear el resto de las avellanas y reservar.

     Una vez que haya bajado la temperatura de las verduras, agregar la nata y triturar hasta que tenga una textura bien fina. Volver a llevar al fuego para que se caliente de nuevo. Rectificar de sazón y servir enseguida para que no se enfríe.

    Repartir en los platos, echar un poco de pesto en el medio de cada uno y espolvorear con las avellanas troceadas por encima.

    Fuente : Pesto, adaptado de Patty's Cake

martes, 20 de octubre de 2020

Sopa especiada de zanahoria, hojas de lima kaffir y leche de coco

     Parece que ahora sí que se ha instalado definitivamente el frío entre nosotros por lo que se tercia la comida de cuchareo ¿no os parece? 

    Hoy os traigo una sopita calentita, pero no una sopa cualquiera sino una muy muy especial y exótica y es que, con las especias que lleva, sería capaz hasta de hacer levantarse a un muerto, jejjeje.

    Pero vamos al lío

    Ingredientes :

  • 1 kg de zanahorias medianas
  • 1 cebolla grande
  • 3 dientes de ajo
  • 2 cucharadas de jengibre fresco picado
  • 1 palo de citronella
  • 3 hojas de lima kaffir
  • 2 cucharadas de aceite de coco
  • 1 cucharadita de curry en polvo
  • 1/2 cucharadita de cúrcuma en polvo
  • 1 cucharada de tallos de cilantro picados
  • 1 litro de agua
  • 310 ml de leche de coco
  • 1 cucharadita de sal

    Para acompañar

  • Hojas de cilantro picadas
  • 125 g de queso Halloumi
  • Pimienta d'Espelette en polvo


    Envolver la citronella, partida por la mitad a lo largo y cortada en trozos de unos 5 cm de largo, y las hojas de lima en un trozo de gasa y atarlo bien. Pelar y picar la cebolla, los ajos y las zanahorias.

    Calentar en una cazuela el aceite de coco a fuego medio, añadir la cebolla picada y rehogar hasta que esté dorada. Agregar el ajo, el jengibre y la sal y dejar cocinar 2 ó 3 minutos más bajando el fuego. 

    Espolvorear el curry, la cúrcuma y los tallos de cilantro picados por encima, remover para integrar y añadir las zanahorias. Verter el agua, la leche de coco (reservando unas cuantas cucharadas para la presentación final del plato) y el atadillo de citronella y hojas de lima. Subir el fuego y llevar a ebullición. Tapar, poner a fuego lento y dejar cocer unos 20 minutos o hasta que las zanahorias estén blandas. Apartar del fuego, retirar el atadillo y triturar hasta que esté suave y aterciopelada. Rectificar de sal si fuese necesario.

    Lonchear el queso halloumi y pasar por una plancha caliente. Cortar en cubos y reservar en caliente.

    Verter la sopa en boles. Regar cada uno con un poco de la leche de coco reservada. Añadir unos cuantos cubos de halloumi y espolvorear con hojas de cilantro picadas y una pizca de pimienta d'Espelette.


     Fuente : Adaptada del blog Seven spoons (Tara O'Brady)

lunes, 5 de octubre de 2020

Sopas avahadas al horno {Cooking the Chef}

    Creo que lo digo todos los años en estas fechas pero, de verdad os lo digo, cada vez llevo peor el inicio del nuevo curso. Después de casi un mes sin publicar hoy, por fin, hago acto de presencia con un plato extremadamente sencillo pero no por eso menos delicioso : unas sopas avahadas al horno que quitan el sentido.

     Muchos de los grandes chefs han intentado dar valor a los platos más tradicionales con maravillosas reinterpretaciones. Esto me parece grandioso además de necesario pero, ¿de dónde vienen esos platos de toda la vida que se han convertido en tradicionales? ¿Por qué no ahondar en su historia para llegar a conocer el origen de la alimentación de nuestros más lejanos ancestros?

    Eso mismo es lo que nos han propuesto desde Cooking the Chef en su retorno a las redes, conocer la gastronomía primitiva de los pobladores de nuestras tierras justo hasta antes del desembarco de los árabes a nuestras costas. Si hay que volver la vista a nuestras raíces, las de mis antepasados se encuentran en Valladolid, por lo que esa es la zona donde se ha centrado mi investigación. Antes de que los romanos llegaran, esas tierras estaban habitadas por los vacceos y es de ellos de donde viene la receta que he elegido en esta ocasión. 


     Para entender lo que comían es fundamental conocer sus costumbres y manera de vivir. Así que voy a hacer un pequeño resumen de su cultura, porque si no esto daría para varias entradas, basado en los hallazgos encontrados en los yacimientos arqueológicos de algunas de sus principales ciudades como Pintia, Pallantia e Intercatia.

    De este pueblo celta, cuya existencia está probada al menos desde el s.IV a.C., ha quedado demostrado que fue el pueblo más culto y avanzado de la Iberia antigua. Aparte de ser recolectores de frutos, como uvas con las que elaboraban vino, desarrollaron un sistema agrícola colectivista muy eficaz y productivo cultivando cereales (trigo y cebada) y leguminosas (garbanzos, lentejas y almortas), llegando a convertirse ya desde aquellos tiempos en el granero de la meseta, con cuyos excedentes realizaban intercambios comerciales con los pueblos limítrofes. También se dedicaron a la ganadería bovina y fueron capaces de desarrollar una industria textil y cerámica incluso más avanzada que la de los romanos. Contaban con un ejército de dos mil soldados con una caballería imbatible, los romanos acabaron valorando más los caballos de esta zona que los suyos propios, y unas costumbres y forma de vida que, a través de la admiración, acabaron respetando. De hecho los habitantes de Pallantia e Intercatia cohabitaron, más o menos pacíficamente, con los romanos mientras, estos últimos, sometían al resto de los pueblos de Hispania.

    Volviendo a lo que nos ocupa, que es el tema gastronómico, se tiene constancia de que el pan fue el primer alimento elaborado por el pueblo primitivo. Los restos encontrados muestran que ya horneaban un pan fermentado de candeal, que era el tipo de trigo que cultivaban. Además cocinaban corderos lechales tanto en parrillas de hierro como al horno así como un primitivo cocido omnívoro. La cocina de aprovechamiento y transformación de sus restos también es una de sus características, de ahí proviene la elaboración que os traigo siendo estas sopas, parece ser, el alimento que tomaban los guerreros antes de entrar en batalla. Cierto es que no eran exactamente iguales a las mías, ya que para hacerlas ellos no contaban con aceite de oliva ni con pimentón, pero creo que puede llegar a ser una aproximación bastante cercana... con una pizca más de alegría. Pero vamos al lío que ya os he metido bastante rollo.

    Ingredientes :

  • Pan de candeal del día anterior
  • 2 dientes de ajo hermosos
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 cucharada de pimentón
  • Agua 

    Calentar el horno a 200ºC, con calor de arriba-abajo.

    Dorar en una sartén, en el aceite de oliva, uno de los dientes de ajo cortado en láminas. Añadir el pimentón, rehogar ligeramente y retirar del fuego. Verter un vaso de agua, para que el pimentón no siga cocinándose y corra el riesgo de quemarse, y agregar el otro diente de ajo, machacado previamente.

    Cortar el pan en rebanadas gruesas, de un dedo más o menos, e ir colocándolas en el fondo de una cazuela de barro o en varias individuales. Ir empapando el pan poco a poco con la preparación anterior, añadiendo más agua si fuese necesario para quedar muy empapado pero sin llegar a estar sumergido en líquido. Hornear, a media altura, durante un par de horas. Remover con una cuchara, sobre todo por el borde de las cazuelas, y volver a meter al horno de media a una hora más. 


    La sopa deberá tener una textura cremosa por dentro con una costra crujiente y dorada por fuera y, como dijo Ibán Yarza, en la publicación que hizo él de estas sopas, al comerlas deberás tener la sensación de estar comiendo una deliciosa torrija salada.

sábado, 1 de agosto de 2020

Gazpacho de cerezas de Dani García

    Comenzamos agosto con el calor apretando a base de bien así que no hay nada que siente mejor a la hora de comer que algo bien frío. Yo me pasaría el verano a base de salmorejos, sopas frías y gazpachos de todo tipo por lo que no es raro el que me apetezca experimentar con nuevas variedades de cada uno de ellos.
    Me imagino que a los puristas les haga poca gracia que a todas estas variedades las denominemos como gazpacho, pero es lo que tiene al final al convertirse en algo tan popular. Pasa lo mismo con la paella y cualquier otro plato que se haya extendido a lo largo y ancho de la península... es lo que tiene la fama.


    Yo, como podéis comprobar de purista tengo bien poco así que aquí os traigo una receta de gazpacho con estrella... más bien de tres estrellas, ya que es la receta que el mismísimo Dani García servía en su restaurante antes de declinar seguir cargando con ellas.


    Ingredientes :
  • 400 g de tomate cherry maduros
  • 600 g de tomate de rama bien maduros
  • 300 g de cerezas*
  • 1 cucharadita de azúcar
  • 1 pimiento verde italiano
  • 1 cebolla pequeña
  • 1 diente de ajo, sin gérmen
  • 50 ml de vinagre de Jeréz
  • 200 ml de aceite de oliva virgen extra
  • Sal
    Para acompañar
  • Taquitos de queso fresco
  • Sardina ahumada cortada en trozos
  • Pistachos picados


    * En la receta original Dani García utiliza pulpa de cerezas negras pero como yo no la he encontrado le he puesto las cerezas más oscuras que he encontrado y, como este tipo no es tan dulce, le he añadido la cucharadita de azúcar para compensarlo.


    Lavar toda la verdura y dejarla escurrir. Cortar los cherry por la mitad y el resto de tomates en trozos y ponerlos en un bol. Añadir también al bol el pimiento cortado en trozos, la cebolla en juliana y el ajo en trozos. Salar y regar con el vinagre y 50 ml del aceite. Remover bien, tapar con plástico y dejar macerar, en la nevera, durante por lo menos 2 horas.
    Pasado ese tiempo los tomates habrán soltado su agua. Volcar en el vaso de la Thermomix y triturar a máxima potencia durante unos 7 minutos. Mientras ir retirando el hueso de las cerezas.
    Agregar el resto del aceite, remover y rectificar de sal si fuese necesario. Colar para que quede muy fino y volver a refrigerar.
    Echar las cerezas deshuesadas y cortadas por la mitad, reservando alguna para la decoración final del plato, junto con el azúcar en el vaso de la Thermomix, no es necesario que lo lavéis, y triturar a máxima potencia durante unos 2 minutos.
    Verter el gazpacho en el vaso junto a la pulpa triturada de las cerezas y poner a máxima potencia de nuevo durante 1 minuto hasta que el conjunto haya emulsionado.
    Colar de nuevo para que quede bien fino y dejar refrigerar.


    Servir bien frío acompañado de trocitos de queso fresco, unos trozos de sardina ahumada y unas cerezas deshuesadas cortadas por la mitad. Espolvorear con las pistachos picados y, por último, regar con un hilo del aceite de la sardina ahumada.


    Solamente os queda llevarlo a la mesa y segurísimo que vais a disfrutar. Probarlo y veréis como acabáis dándome la razón.

jueves, 9 de julio de 2020

Falso salmorejo de remolacha, ciruelas fresa y tomates {Reto cocinArte}

    Parecía que no iba a llegar pero ya está aquí el calor achicharrador, claro que estamos en julio y lo raro sería que no lo hiciera. Es por esto que lo que más nos va a hacer ponernos a tono es tomar algo que nos refresque a la hora de comer y este falso salmorejo es una excelente manera de hacerlo.


    Para el CocinArte del mes de marzo, en homenaje al día de la mujer, María eligió el cuadro de Artemisia Gentilleschi "Judith decapitando a Holofernes". Una obra muy dura que se encuentra en la Galleria degli Uffizi de Florencia.


        En aquel momento no encontré la inspiración suficiente para participar en el reto pero, viendo el color de este plato, tan rojo sangre, decidí que iba a ser mi aportación en la repesca.


    Ingredientes :
  • 150 g de remolacha cocida
  • 350 g de tomates bien maduros
  • 225 g de ciruelas fresa
  • 40 g de pan duro
  • 1 diente de ajo pequeño
  • 25 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 10 ml de vinagre de manzana
  • Sal
  • 75 g de queso fresco
  • Cebollino fresco picado

    Poner el pan en un bol pequeño y cubrir de agua.
    Meter las ciruelas en un robot a velocidad baja. Sacar del vaso y retirar los huesos. Esta es un truco maravilloso de retirar los huesos sin dejar la mayor parte de la pulpa pegada a ellos.
    Volver a poner la pulpa en el vaso junto a la remolacha, los tomates cortados en trozos y el ajo. Triturar hasta que esté homogéneo. En Thermomix 3 min, vel. 8.
    Escurrir el pan todo lo que podamos estrujándolo con las manos, añadir al vaso y volver a triturar, 2 min, vel. 8. Salpimentar. Volcar en un bol.
    Mezclar el aceite y el vinagre y batir hasta que emulsione. Verter en el bol y remover hasta integrar.
    Llevar a la nevera y dejar que se enfríe bien.
    Servir bien frío acompañado del queso fresco cortado en cubos y espolvoreado con el cebollino fresco picado.


    Con los calores las redes se llenan de diversos salmorejos y gazpachos, todos y cada uno de ellos maravillosos, a los que merece la pena dar una oportunidad. Así que os invito a probar éste, que es algo distinto, delicioso a más no poder.


    Fuente : Fentdetutto