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miércoles, 16 de diciembre de 2020

Vogelnestli, galletas nidito de pájaro suizas

     Curioso nombre el de estas galletas pero ése es exactamente su significado y, mirando la forma que tienen, creo que es bastante sencillo el adivinar por qué se llaman así ¿no os parece? Puede que ésta no sea una galleta tradicional de Navidad pero está tan tan deliciosa que he decidido que represente a Suiza, en este Galletario de Adviento. Suiza no podía faltar, ya que es uno de los países donde los calendarios de adviento son una tradición. A pesar de que lo que se esconde detrás de cada ventana tradicionalmente sea una figura de chocolate, tenía claro que la galleta que iba a aparecer en este galletario no lo iba a llevar, aunque sí de alguno de los productos que se encuentran en sus bosques : las avellanas y los frutos rojos, de los cuales yo he elegido las frambuesas. 


    Lo que es tan de allí como el chocolate y los relojes es, en tiempo de adviento, el meterse en la cocina con los más pequeños para preparar galletas. Ésta es una deliciosa manera de amenizar la espera impaciente de los más pequeños ante la llegada de Christkindli, un pequeño ángel tocado con una corona de joyas que, tras tañir su campanita de plata, repartirá sus regalos.


    Ingredientes :

  • 250 g de masa quebrada
  • 3 claras de huevo, talla L
  • 1 pizca de sal
  • 50 g de azúcar
  • 50 g de azúcar glass
  • 250 g de avellanas molidas
  • 1 cucharadita de zumo de limón
  • Mermelada de frutos del bosque (la mía de frambuesa)


    Estirar la masa hasta que tenga un grosor de unos 3mm. Cortar círculos de unos 8cm de diámetro, con ayuda de un cortador de galletas. Ir colocándolas en una bandeja cubierta con papel de horno y meter a la nevera.

    Calentar el horno a 180ºC, con calor de arriba-abajo. Mientras éste coge temperatura, montar las claras con la sal y el azúcar hasta obtener un merengue brillante y que haga picos duros. Añadir el azúcar glass, el zumo de limón y las avellanas molidas e integrar, con movimientos envolventes, justo hasta que esté homogéneo pero sin trabajar demasiado para que el merengue no se desmonte. Meter en una manga con boquilla grande de estrella. 

    Sacar la bandeja de la nevera y hacer una circunferencia con el merengue de avellanas en el borde de cada círculo de masa. Rellenar el centro con un poco de la mermelada elegida, como 1/2 cucharadita en cada hueco, y hornear, a media altura, durante unos 20 minutos. 

    Una vez pasado ese tiempo, sacar la bandeja del horno y dejar reposar un par de minutos antes de pasar las galletas a una rejilla para que terminen de enfriarse.


    Ya sé que estoy diciendo que están ricas con cada una de las galletas que conforman el Galletario pero éstas no sólo están ricas sino que están espectaculares. Jamas en la vida pensé que la mezcla de frambuesa y avellanas pegara y sin embargo, con esta delicia, he llegado a alucinar muy mucho. Vamos, que no tengo yo muy claro que no me las reserve para mí sola, jejjeje.


    Fuente : En guete! by Kako

viernes, 14 de agosto de 2020

Bombón helado de Tarta Sacher

    Aquí va otro helado inspirado en una tarta clásica y es que, aunque mis musas estén de vacaciones, cuando se desperezan y consiguen ponerse en movimiento no hay quien las pare 😂😂
    La tarta elegida, nuevamente, es puro glamour. En esta ocasión me he basado en el gelato de chocolate del libro Helados, resultando un helado muuuuy chocolateado y con una ligerísima capa de mermelada de albaricoque... no se puede decir más que : rico a rabiar.


    Para esta variedad, al ser tan chocolatosa, se me ha ocurrido utilizar unos moldes con forma de tableta de chocolate y, teniendo en cuenta que el congelador del que dispongo no es ninguna maravilla y no acaba de bajar la temperatura en exceso, me las he visto y deseado para que no me saliera un tocho de baño.
    Con estas cantidades salieron 5 helados grandes.
    

    Ingredientes :
  • 250 g de leche entera
  • 65 g de nata de montar
  • 15 g de cacao en polvo sin azúcar, tamizado
  • 65 g de chocolate negro de cobertura
  • 1 y 1/2 cucharaditas de azúcar invertido
  • 50 g de azúcar
  • 14 g de agua
  • 20 g de clara de huevo
  • 60 g de bizcocho de chocolate, en daditos pequeños 
    Para el baño de albaricoque
  • 125 g de mermelada de albaricoque
  • 3 g de gelatina en polvo
  • 1 y 1/2 cucharada de agua
    Para el baño y la decoración
  • 300 g de cobertura de chocolate negro
  • 10 g de mantequilla 
  • 25 g de cobertura de chocolate blanco
  • Bolitas de chocolate y galleta de 3 colores 

    Poner en un cazo a calentar la leche junto a la nata justo hasta que empiece a hervir. Añadir el chocolate troceado, el cacao en polvo y el azúcar invertido y remover hasta que el chocolate esté totalmente fundido y la mezcla esté uniforme. Dejar templar.
    Poner en otro cazo el azúcar y el agua y llevar al fuego medio, cuando alcance los 110ºC empezar a montar a velocidad máxima, en un bol, la clara de huevo. Cuando el almíbar llegue a los 118ºC retirar del fuego y verter en hilo, sin dejar de batir, sobre las claras montadas, con el fin de obtener un merengue italiano. Continuar batiendo hasta que el merengue esté a temperatura ambiente.
    Añadir el merengue a la mezcla de chocolate mezclándolo con movimientos envolventes hasta que la crema esté uniforme. Verter en un bol , tapar herméticamente y meter al congelador durante 2 horas. Sacar, remover con una varilla para romper los cistales de hielo que se hayan formado y volver a llevar al congelador durante otra hora. Pasado este tiempo, volver a remover la mezcla. Agregar los trocitos de bizcocho, remover con cuidado para que se distribuyan homogéneamente. y repartir la mezcla entre los moldes elegidos. Dejar que se endurezcan por completo por lo menos durante 5 ó 6 horas, aunque yo los dejé toda la noche.
    Cuando estén bien congelados prepararemos la capa de mermelada. Lo primero será hidratar la gelatina con el agua durante 3 ó 4 minutos. Darle un golpe de calor a la mermelada en el microondas para calentarla. Remover y, cuando esté bien fluida, añadir la gelatina hidratada y remover hasta que esté disuelta por completo.


    Verter en una bandeja donde quepan bien los helados y pasarlos por la gelatina para que crear una capa. Volver a llevar al congelador y repetir un par de veces para que la capa quede más gruesa. Volver a congelar para que se endurezca de nuevo.
     Fundir la cobertura de chocolate negro en el microondas, a golpes de 45 segundos, con cuidado de que no se queme. Cuando esté bien líquido añadir la mantequilla y remover para integrar.
    Sacar los helados de los moldes, de uno en uno. Sumergir en la cobertura y dejar que escurra el sobrante. Volver a llevar al congelador. Meter en una manga pequeña el sobrante del chocolate ya que con él haremos los medallones de la decoración. Para ello el sello deberá estar en el congelador durante un rato para que esté bien frío, si no será imposible formarlos.
    Hacer montoncitos pequeños con el chocolate y poner el sello encima, dejar unos segundos antes de retirarlo. Volver a llevar al congelador el sello y el medallón, cuando se haya endurecido meterlo en la nevera. Repetir hasta que tengamos medallones para todos los helados.


    Fundir la cobertura blanca, meterla en una manga pequeña.
    Poner los helados, de uno en uno para que no se derritan, sobre papel de horno, regar con unos hilos de chocolate blanco y decorar con las bolitas y los medallones que hemos hecho anteriormente.
    Volver a llevar al congelador hasta que vayamos a disfrutarlos.


    Si os gusta el chocolate estos bombones helados os van a encantar ya que el contraste del chocolate y la mermelada de albaricoque está brutal.


    Fuente : Libro Helados de Amelia Wasiliev & Alice Cannan

sábado, 9 de mayo de 2020

Macarons de chocolate y regaliz {Reto CocinArte}

        Hacía meses que tenía ganas de ponerme a preparar estos deliciosos "diablillos" de nuevo, pero nunca encontraba el momento y mira que nos gustan en casa. Hace unos días, en una de las cuentas que sigo en YouTube nos dejaban un tutorial de como hacer que quedaran bien negros los macarons y, claro está, me picó el gusanillo. Además, nada más verlo se me encendió la bombilla de la inspiración y supe con toda claridad para que los iba a utilizar.


    Volvemos a la carga con el reto que más arte tiene en las redes, el reto CocinArte. La obra elegida para inspirarnos en esta ocasión es el cuadro Madame X de John Singer Sargent. Mi aportación es la interpretación que he intentado hacer de la obra, queriendo que fuera el reflejo del vestido negro, la palidez de la piel y, sobre ella, las piedras preciosas de los tirantes.



    Este cuadro de gran formato fue presentado en el Salón de París en 1884 y escandalizó de tal manera que hasta se le llegó a pedir que lo retirara de la exposición. La pintura original mostraba a una mujer de pie con la cabeza girada con cierta altivez, retratada con un ceñido y escotado vestido negro, destacando así más su palidez aristocrática, y con el tirante derecho caído de una forma escandalosamente sugerente... demasiado para esa época. El pintor se negó a retirarlo, aunque lo repintó recolocando el tirante en su sitio. Este escándalo provocó que el artista, al poco tiempo, se marchara de París fijando su nueva resisdencia en Londres. Fue el propio autor quien se lo vendió al Museo Metropolitano de Nueva York, lugar donde se encuentra desde su adquisición.


    Ingredientes :
    Para las coquilles de regaliz
  • 50 g de azúcar glass
  • 50 g de harina de almendra
  • 18 g de claras
  • 2 g de regaliz en polvo
  • 1 pizca de colorante blanco 
  • 50 g de azúcar blanquilla
  • 14 g de agua
  • 18 g de claras 
  • 1 pizca de albúmina en polvo
  • Azúcar granulado dorado
    Para las coquilles de chocolate
  • 50 g de azúcar glass
  • 50 g de harina de almendra
  • 18 g de claras
  • 8 g de cacao en polvo sin azúcar
  • 1 buena pizca de colorante negro en pasta (usé Sugarflay extra negro) 
  • 50 g de azúcar blanquilla
  • 14 g de agua
  • 18 g de claras
  • 1 pizca de albúmina en polvo
     Para el relleno
  • 75 g de chocolate negro de cobertura
  • 75 g de nata líquida 35% m.g.
  • 1,5 g de regaliz en polvo
  • 1 pizca de colorante negro
  • Mermelada de arándanos rojos

    Lo primero prepararemos las coquilles de regaliz.  
    Triturar juntos la almendra, el azúcar glass y el regaliz en polvo del primer grupo de ingredientes durante unos 10 segundos a la máxima potencia. Yo lo hago en la Thermomix pero podéis usar también un molinillo. Ojo, si os pasáis la almendra comenzará a soltar su aceite interior formándose una pasta y ya no nos serviría.

    Poner en un bol, añadir las primeras claras y mezclar hasta que se unifique la masa. Agregar el colorante y mezclar hasta integrar. Tapar el mazapán resultante con film para que no se reseque.
    Para el siguiente paso necesitaremos un termómetro de cocina.
    Poner en un cazo el azúcar junto al agua y llevar al fuego. Cuando la mezcla alcance los 110º C comenzar a batir las otras claras, deberán estar casi montadas cuando el almíbar llegue a 118º C. Retirarlo del fuego, bajar la velocidad de montado de las claras y añadir el almíbar en forma de hilo por un lateral, nunca por encima de las varillas. Cuando esté totalmente integrado volver a subir la velocidad y seguir batiendo hasta que la temperatura baje a unos 40º C, vamos que al tocar las paredes del bol este esté templado.
    El siguiente paso uniremos ambas preparaciones mezclándolas, con una lengua, con movimientos envolventes hasta que estén bien integradas. La masa deberá estar lisa y brillante y debe caer lentamente en forma de cinta si la dejamos caer desde la lengua.
    Rellenar una manga provista de una boquilla lisa de unos 12 mm y formar pequeños montoncitos de unos 3'5 mm de diámetro (más o menos el mismo diámetro que el tapón de una botellita de agua)  sobre un tapete de teflón o papel de horno, con la manga perpendicular a la bandeja. Lo ideal es hacerse una plantilla para ajustar el espacio y controlar el tamaño. Dar golpecitos a la bandeja por bajo para que los picos que nos hayan quedado al formarlos se integren. Espolvorear cada coquilla con un poco de azúcar dorado.
    Dejar que se sequen para que formen una ligera costra que será determinante para que les salga un buen pie y no rompan por arriba al cocer.
    Mientras se secan prepararemos las coquilles de chocolate de igual forma que las anteriores pero sustituyendo el regaliz por el cacao y el colorante blanco por el negro. Éstos los dejaremos lisos, sin espolvorear azúcar dorado por encima.
    Precalentar el horno a 150º C, con calor de arriba-abajo y sin aire.
    Cuando hayan perdido el brillo y, al tocarlos ligeramente con la yema de un dedo éste no se pegue, meter al horno y dejarlos cocer durante unos 12 minutos a media altura, primero una bandeja y luego la otra. 
    Sacar y dejar enfriar sin levantarlos hasta que estén fríos que ya veréis como se despegarán casi solos. Si no es así podéis ayudaros de un cuchillito.
    Guardar en la nevera dentro un recipiente hermético durante unas 24 horas antes de rellenarlos para que se terminen de asentar y queden con esa textura tan especial que debe de tener un buen macaron.


    Al día siguiente prepararemos el relleno derritiendo el chocolate troceado, dentro de un bol, a pequeños golpes de microondas. Cuando esté totalmente fundido añadir el polvo de regaliz y remover para integrar. Dejar bajar un poco la temperatura y verter la nata y el colorante removiendo hasta que la mezcla esté uniforme. Tapar y meter n la nevera para que coja algo más de cuerpo.
    Meter en una manga con una boquilla lisa de unos 6 mm.
    Colocar las coquilles de chocolate boca arriba sobre papel sulfurizado, rellenar con un cordón de la ganache de regaliz y, en medio, una puntita de mermelada. Tapar con las coquilles de regaliz y presionar ligeramente. Guardar un rato en la nevera, dentro de un recipiente hermético, para que el relleno coja un poco más de cuerpo.


    Al morderlo se os llenará la boca de un sabor lleno de contrastes, el de la potencia de un intenso chocolate, la dulce acidez de la mermelada y el suave regusto a regaliz que persiste al terminar el bocado.


    Así que me voy corriendo a coger otro macaron antes de que los míos se los terminen todos.


    Creo que, por lo menos, han quedado monísimos. Y ricos, ya ni os cuento. Vamos, una pasada de macarons.


sábado, 25 de enero de 2020

Cupcakes de chocolate blanco y arándanos {Una galleta un cuento}

    Parece que, después del atracón de recetas que publiqué en diciembre con el tema del Calendario de Adviento, este enero está siendo bastante parco en entradas. De momento creo que voy consiguiendo el propósito que me hice de publicar por lo menos una vez a la semana y, aunque ya se sabe que los propósitos de año nuevo la mayor parte de las veces se incumplen más pronto que tarde, voy a poner toda mi intención en seguir llevándolo a efecto, o por lo menos eso espero. De momento parece que no lo estoy llevando mal ¿no os parece?
    Hoy volvemos a encontrarnos sumidas en el proyecto "Una galleta, un cuento" donde ha sido Maite, de Antojo en tu cocina, la encargada de elegir en esta ocasión.


    El Principito es más una novela corta que un cuento. Es una historia de las que te dejan cavilando, y además taaaan bonita que debería ser de obligada lectura para todos, grandes y pequeños.


    Después de esta semana donde, en Valencia, hemos tenido un cielo totalmente cargado de nubes nada me apetecía más que poder volver a observar el cielo estrellado, ese que veía El Principito desde su pequeño planeta, así que lo he intentado recrear en estos deliciosos bocados.



    Ingredientes :
    Para los cupcakes (8 unidades)
  • 70 g de chocolate blanco
  • 1 huevo L 
  • 30 g de azúcar moreno
  • 100 g de azúcar
  • 40 g de aceite de girasol
  • 1/2 cucharadita de extracto de vainilla
  • 100 g de harina
  • 4 g de levadura
  • 1 pizca de sal
  • 90 g de leche
  • 60 g de arándanos frescos 
    Para la crema de mantequilla de merengue suizo (SMBC)
  • 50 g de claras de huevo
  • 100 g de azúcar
  • 150 g de mantequilla, a punto pomada
  • 2 cucharadas colmadas de mermelada de arándanos
  • Colorante en pasta azul
    Además
  • Estrellas de chocolate blanco
  • Colorante en polvo dorado
  • Azúcar dorado

    Precalentar el horno a 180ºC, con calor de arriba-abajo. Preparar una bandeja de cupcakes con cápsulas de magdalenas. Tamizar la harina, la levadura y la sal.
    Fundir el chocolate en el microondas, en pequeños periodos de tiempo, y reservar.
    Batir el huevo junto a los azúcares hasta conseguir que la mezcla blanquee. Añadir el aceite y la vainilla y mezclar. Agregar la harina con levadura tamizadas e integrar sin trabajar demasiado.
    Verter la leche removiendo hasta que la mezcla esté homogénea y, entonces, echar el chocolate derretido. Integrar todo con movimientos envolventes hasta que la crema esté uniforme y rellenar con ella las cápsulas de magdalena hasta 2/3 de su capacidad. Repartir los arándanos por encima y meter al horno, a media altura.
    Hornear unos 20 minutos. Comprobar si están bien cocidos pinchando con una brocheta y retirar del horno. Desmoldar y dejar enfriar sobre una rejilla.
    Mientras se hornean los cupcakes pincelaremos las estrellas de chocolate blanco con el colorante dorado y las reservaremos.


    Para hacer la SMBC poner al baño maría en un cazo las claras junto al azúcar. Remover con una varilla hasta que el azúcar se haya disuelto. Podéis comprobarlo cogiendo un poco con los dedos y cuando no se noten granitos estará lista.
    Pasar al bol de la batidora y comenzaremos a montarlas con la varilla, a velocidad baja. Cuando comiencen a espumar subir la velocidad al máximo y seguir batiendo hasta que estén bien montadas formando picos duros y la temperatura haya bajado para que la mantequilla no se derrita al incorporarla.
    Cambiar la varilla por la pala y poner a velocidad media-baja. Comenzar a agregar la mantequilla, cortada en trozos, sin dejar de batir. Al principio parecerá que se haya cortado pero, poco a poco, se volverá una crema sedosa. Añadir entonces la mermelada y el colorante y seguir batiendo hasta que esté totalmente integrada y tenga el color que buscamos. Cuando esté uniforme, meter en una manga de repostería con boquilla estrellada.
    Una vez que los cupcakes estén totalmente fríos los decoraremos con la SMBC. Espolvorear con un poco de azúcar dorado sobre la crema y repartir las estrellas entre ellos.


    Tengo que decir que además de quedar muy llamativos fue muy divertido ver como las lenguas se iban tiñendo de azul, por el exceso de colorante, mientras nos los comíamos. Fue casi casi como volver a la niñez y la gran afición que le tenía yo a los tintalenguas, jejjeje.


    Os dejo también el enlace al recopilatorio. ¿Os venís a descubrir lo que han preparado el resto de participantes?



    Fuente : Cupcakes de La chocolaterapia

domingo, 5 de enero de 2020

París-Brest de frambuesa. Receta de Zoë François para Cooking the Chef

    Este año no habrá Roscón de Reyes sino otro delicioso manjar también en forma de rosca : un París-Brest. Pero eso será en el blog porque en mi casa si falta poco más que me asesinan 😂😂
    De sobra sabéis lo que me gusta descubrir los orígenes de las recetas que preparo así que lo primero que os voy a contar es de dónde nació la idea de este tradicional postre francés. Retrocedemos en el tiempo y nos trasladamos al París de 1891. Pierre Giffard, periodista del diario parisino Petit Journal y gran aficionado a la bicicleta, ideó una carrera ciclista para profesionales que enlazara ambas ciudades, París-Brest-París, con un recorrido de 1200 kilómetros de longitud. No se sabe muy bien si fue el mismo Giffard al que se le ocurrió la idea de crear un pastel con forma de llanta para homenajear a los participantes o la idea partió de Louis Durand, el pastelero que lo preparó, pero lo cierto es que, entusiasmado con el resultado, fue Giffard el que, con sus contactos periodísticos, lo dio a conocer por toda Francia.


    Hoy en día el postre es una de las estrellas de la repostería francesa.
    Y, en cuanto a la carrera, se llevó a cabo de manera profesional, cada 10 años, siendo la última en 1951. Aunque se hizo tan famosa que, paralelamente a partir de 1931, Audax Club Parisien comenzó a organizar una versión cicloturista, no competitiva, cada cuatro años. La 19ª edición, celebrada en agosto del año pasado, contó con casi 6700 participantes.
    Volviendo al pastel, que es lo que nos ocupa, el París-Brest original estaba relleno de crema de praliné, versión que más pronto que tarde os dejaré también en el blog.
    La versión que hoy os traigo es la de Zoë François ya que es ella la Chef elegida en esta ocasión en el reto Cooking the Chef. Aquí os dejo el recopilatorio con el resto de las aportaciones de mis compis de reto.


    Ingredientes :
    Para la masa choux
  • 125 ml de leche
  • 125 ml de agua
  • 100 g de mantequilla
  • 15 g de azúcar
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 125 g de harina
  • 4 huevos L, a temperatura ambiente
    Para la crema pastelera
  • 1/2 litro de leche
  • 100 g de azúcar
  • 25 g de mantequilla
  • 1 pizca de sal
  • 1 cucharada de esencia de vainilla
  • 3 cucharadas de maizena
  • 1 huevo L + 3 yemas
    Para la crema de mantequilla de frambuesa
  • 226 g de mantequilla en pomada
  • 165 g de mermelada de frambuesa tamizada
  • 1 pizca de sal
  • La crema pastelera anterior
    Además
  • 1 huevo L + 1 cucharada de leche
  • 20 g de almendras fileteadas
  • Frambuesas frescas
  • Azúcar glas para espolvorear

    Lo primero que haremos será preparar la crema pastelera para que se enfríe. Poner la leche, la mitad del azúcar, la mantequilla y la sal en un cazo. Remover y llevar al fuego. Retirar justo cuando arranque el hervor. Mezclar la maizena con el resto del azúcar, añadir el huevo y las yemas y batir hasta que se forme una pasta homogénea. Ir agregando algunas cucharadas de leche, poco a poco, sin dejar de batir, para atemperar la mezcla. Cuando ésta esté templada verter sobre el resto de la leche y remover para integrar. Llevar de nuevo a fuego suave y dejar cocer unos pocos minutos, sin parar de remover, hasta que la crema coja bastante cuerpo. Colar sobre un cuenco limpio, que no sea de cristal. Tapar la superficie con plástico a piel, para que no se forme costra, y meter en el congelador durante 15 minutos. Pasado ese tiempo, meter en la nevera hasta su utilización.
    Precalentar el horno a 190º C, con calor de arriba-abajo.
    Cubrir una bandeja de horno con un papel en el que habremos marcado una circunferencia de 20cm de diámetro.
    Para preparar la masa choux, poner la leche, el agua la mantequilla y la sal en un cazo, a fuego lento. Nada más que se haya derretido la mantequilla retirar del fuego y mezclar hasta que esté uniforme. Echar de golpe la harina y remover hasta que la masa se separe de las paredes. Volver a llevar a fuego lento, removiendo sin parar, para secar un poco más la masa.
    Volcar en el bol de la amasadora y, con la pala, poner a velocidad baja durante unos 10 minutos, de este modo bajaremos la temperatura de la masa. Una vez pasado este tiempo, incorporar los huevos de uno en uno, mezclando hasta que esté completamente integrado antes de echar el siguiente. Se formará una pasta suave pero que no pierde la forma, al dejarla caer con una espátula caerá en forma de cinta. Meter en una manga pastelera con boquilla lisa con una abertura de unos 2cm de diámetro.
    Hacer con la masa dos ruedas alrededor del círculo marcado, una por la parte de fuera y otra por la de dentro, tocándose entre si. Poner otro círculo de masa encima justo en la mitad de las dos, en la parte donde ambas se tocan. Pincelar, suavemente con la mezcla de huevo batido y leche y espolvorear generosamente con las almendras laminadas.
    Hornear, a media altura, durante 30 minutos. bajar la temperatura del horno a 180ºC y dejar cocer otros 20 minutos más. Cuando falten 10 minutos para terminar la cocción, entornar ligeramente la puerta del horno para dejar escapar la posible humedad que se haya acumulado, cerrar de nuevo y dejar enfriar dentro durante 1 hora.
    Sacar y terminar de enfriar sobre una rejilla.
    Sacar la crema pastelera de la nevera para que se atempere.
    Poner la mantequilla en el bol de la amasadora y, con la pala, trabajar hasta que se convierta en una crema esponjosa. Añadir la mermelada y la sal y seguir batiendo hasta que esté bien integrada.
    Retirar el plástico que cubre la crema y remover. Echar en el bol, de varias veces, mezclando bien con la mantequilla de frambuesa, hasta que esté cremosa y uniforme. Meter la crema, con ayuda de una espátula, en una manga con boquilla acanalada. Es importante que tanto la crema como la mantequilla de frambuesa estén prácticamente a la misma temperatura para que esta última no se solidifique. 
    Para armar el París-Brest deberéis cortar la masa por la mitad, os aconsejo hacerlo con un cuchillo de sierra porque sino es probable que se destroce, y rellenar tal y como veis en la foto siguiente.


    Primero,  lo primero de todo, es pasar la base de masa choux a la bandeja de servir. No hagáis como yo que lo preparé en la bandeja de horno y luego me las vi y me las deseé para moverlo un vez relleno.
    Colocar en la base, en pequeños montoncitos, una espesa capa de crema. Lo de colocarla en montoncitos es para que las aristas de la boquilla acanalada simulen los radios de la bici cuando esté terminado de rellenar... sí, ya sé que es echarle imaginación al tema, pero es como dicen que hay que hacerlo y yo soy muy bien mandada 😂😂
    Repartir por encima las frambuesas. Cubrir las frambuesas por completo con más montoncitos de crema, y poner la tapa de masa choux encima. Espolvorear con azúcar glas.


    Ya veis que mi relleno no estaba firme del todo, eso es debido a que no espesé la crema lo suficiente, lo me servirá de experiencia para mejorar el próximo, que seguro que caerá con lo delicioso que quedó.


    Tampoco contribuyó mucho el mover el "bicho" una vez relleno, lo que ocasionó más desbordamiento del relleno si cabe 😖 Pero lo dicho, de los errores se aprende porque, como dice la gran Su (de Webos Fritos) nadie nace enseñado.


lunes, 23 de diciembre de 2019

Galletas Linzer de almendra. Calendario de Adviento Día 23

    Ya sé que en este calendario ya hay una receta de galletas pero, después de ver inundadas las redes con cientos de recetas de ellas, no me he podido resistir a traeros estas típicas de la Navidad austriaca.
    Son super fáciles de hacer, de hecho, yo no he usado ninguna máquina para preparar la masa. y son ideales para pasar una tarde jugando en familia.
    Tradicionalmente están rellenas de mermelada de fresa o frambuesa, que es como yo os las traigo, pero podéis jugar perfectamente cambiando el relleno : chocolate, crema de speculoos, dulce de leche. Vamos lo que os apetezca en ese momento... imaginación al poder.


    Ingredientes :
  • 120 g de almendra molida
  • 180 g de harina
  • 70 g de azúcar glass
  • 120 g de mantequilla, a temperatura ambiente
  • 38 g de huevo batido
  • 4 g de azúcar avainillado
  • 1/2 cucharadita de levadura química
  • 1 pizca de sal
  • 40-50 g de mermelada de fresa
  • Azúcar glass para espolvorear

    Poner todos los ingredientes en un bol y amasar hasta que la masa esté uniforme. Hacer una bola y envolverla en film plástico. Meter a la nevera y dejar reposar por lo menos un par de horas.
    Pasado este tiempo estirarla con un rodillo entre dos papeles de horno hasta dejarla con un grosor uniforme de 0,6cm.
    Cortar las galletas con el cortador elegido e ir depositándolas en una bandeja de horno forrada con papel.  A la mitad de ellas, con ayuda de un cortador más pequeño, cortarles el centro. Juntar los recortes, volver a estirar con el rodillo y cortar más galletas hasta terminar con toda la masa.Yo, en esta ocasión, he elegido un cortador de flor para la forma de las galletas y uno pequeñito de un reno saltando para los cortes centrales... más navideñas no pueden ser, jejjeje. Volver a meter a la nevera durante media hora para que no se deformen al hornear.
    Precalentar el horno a 160ºC, con calor de arriba-abajo.
    Hornear, a media altura, durante unos 15 minutos. Cuando falten 5 minutos, en las galletas no cortadas en el centro, aplastar un poquito el centro con el dorso de un cucharilla y rellenar con una punta de mermelada. Los bordes de las galletas deberán estar ligeramente
    Sacar, dejar enfriar unos minutos en la bandeja, ya que estarán bastante tiernas, y espolvorear las galletas que harán de tapa, las cortadas en el medio, con azúcar glass.


    Cubrir las galletas base con las tapas haciendo coincidir las formas exteriores de ambas.


    Pasarlas a una rejilla para que se terminen de enfriar.


    Una vez que se terminen de enfriar veréis que se han endurecido ligeramente, dándoles una textura crujiente.


    No sé los días que pueden aguantar en perfecto estado porque fue acabar con la sesión de fotos y... aaaale, dale que te pego a comer una tras otra. Vamos, que no dejaron ni las migas.


    Y, aunque diga mi hija que más parecen liebres, os aseguro que son renos, jejjeje.

    Fuente : Kanela y Limón

jueves, 29 de agosto de 2019

Pizzaimada Margarita de Christian Escribà

    Una de las cosa mejores que tiene el verano es poder disfrutar haciendo cosas con mis hijos. Con esto no quiero decir que el resto del año no lo haga pero es en estas fechas, cuando las actividades deben ser más tranquilas, cuando procuramos que se vuelvan mucho más creativas. Meterlos en la cocina siempre es una buena idea, aunque en verano dé un poco de pereza, y dejarlos participar en los platos que vamos a comer después siempre es un aliciente para ellos.
    Si la semana pasada preparamos los vasitos de triffle de melocotón, hoy nos hemos decidido por hacer otro tipo de postre, pero no uno cualquiera. Hoy, de postre, comeremos pizza.


    Este trampantojo, ideado por Christian Escribà, además va a formar parte de la repesca del mes de agosto de Cooking the Chef que se publicará el 5 de septiembre... que me faltaba a mí hacer algo de este superchef y ya le tenía ganitas 😂😂


    Vamos al lío
    Ingredientes :
  • 4 ensaimadas pequeñas, de panadería, sin azúcar*
  • 4 fresas
  • 4 cucharadas de mermelada de fresa o frambuesa
  • Chocolate blanco
  • Hojas de hierbabuena o menta para decorar
    * Yo no tenía a mano ensaimadas sin azúcar así que le quité bien con un pincel el que llevaban por encima y sirvieron igual. Eso sí, os aconsejo que sean de panadería/pastelería porque la diferencia es brutal en cuanto a dulzor y, sobre todo, en cuanto a sabor.

  
    Diluir un poco la mermelada, si estuviera muy espesa, con un poco de agua. Deberá tener una textura ligeramente más gorda que la de un sirope.
    Lavar las fresas, secarlas con cuidado, laminar y reservar. Lavar las hojas de menta y secar bien.
    Aplanar en centro de cada ensaimada con el culo de un vaso. Poner una cucharada de la mermelada cubriendo toda la parte aplanada.
    Rallar un poco de chocolate blanco sobre cada una, esto simulará el queso de la pizza.
    Repartir las láminas de fresa por encima y decorar con las hojas de menta... que será nuestra albahaca.


    ¿A que han quedado preciosas? Pues están... ñam ñam.

    Fuente : La cocina de Peter Pan

jueves, 22 de agosto de 2019

Vasitos de triffle de melocotón en almíbar

    Siguen los días de calor en Valencia, por lo que la idea de poner el horno en marcha no es que me haga muy feliz. De todos modos, no por ello, he renunciado a preparar algo dulce para tomar como colofón de una comida especialmente rica, como estos vasitos de triffle así lo demuestran.


    Es un postre extremadamente rápido de preparar, donde he aprovechado parte de las existencias de mi despensa y mi nevera, una buena manera de que al comenzar de nuevo la rutina en septiembre todo lo almacenado esté renovado, y que me ha servido para poder participar en "Los viernes reto", un nuevo reto de Instagram que he encontrado... ya lo sé, me pierden los retos, pero yo soy así ¿qué le vamos a hacer?


    No me enrollo más que hace mucho calor y solo de ver las fotos de nuevo me están entrando unas irrefrenables ganas de ir a prepararlos de nuevo porque estaban ricos ricos de verdad.


    Ingredientes (para 10 vasitos) :
  • 10 mitades de melocotón en almíbar (345 g aprox.)
  • 200 g de mermelada de fresa
  • 10 bizcochos de soletilla
  • El almíbar del melocotón  
  • Unas hojas de hierbabuena para decorar
    Para la crema de yogur
  • 200 g de queso crema (usé Philadelphia)
  • 2 yogures griegos naturales sin azúcar (250 g)
  • 1/2 cucharadita de extracto de vainilla
  • 3-4 cucharadas del almíbar del melocotón
     Como podéis comprobar la receta no lleva más azúcar, en casa no nos gustan los postres excesivamente dulces, que la que le aporta la mermelada y el almíbar. Para nosotros, estaba en su punto justo 😋😋


    Lo primero que haremos es preparar la crema para que coja un poco de cuerpo en la nevera.
    Poner en un bol el queso crema, los yogures y la vainilla. Con ayuda de una varilla remover hasta que todos los ingredientes estén bien integrados. Sin dejar de remover, ir añadiendo el almíbar, cucharada a cucharada, hasta que esté en el punto de dulzor que más os guste.
    Si el postre no lo van a tomar niños, podéis sustituir el almíbar por licor de melocotón... para darle una chispa más de gracia 😉
    Meter la crema preparada en una manga y llevar a la nevera hasta la hora de montar los vasitos.
    Cortar cada mitad de melocotón en almíbar escurrido en 8 tiras y reservar. Lavar las hojas de hierbabuena y secar con papel.
    Poner el almíbar en un plato hondo, sumergir ligeramente los bizcochos, pero sin empaparlos demasiado, e ir acomodando cada uno en el fondo de uno de los vasitos. Repartir la mermelada de fresa sobre ellos y rellenar con la crema refrigerada. Para terminar, colocar por encima las tiras de melocotón, formando una rosa... pero seguro que con las fotos del paso a paso os queda claro del todo.


    Decorar con unas hojitas de hierbabuena.


    Refrigerar un par de horitas por lo menos para que se enfríen bien aunque bien podéis comerlos así... que es lo que yo hice con el primero 😂😂


    Para comerlos es sencillo, sólo hay que meter la cucharilla hasta el fondo del vaso para coger un poco de cada capa y comenzar a disfrutar.


    Así de limpito quedó mi vaso, sólo me faltó meter el dedo para terminar de rebañarlo 😂😂