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sábado, 10 de febrero de 2024

Baos de pato a la pekinesa

    Feliz Año Nuevo!!!

    Que no, que no me he terminado de volver majareta, que me refiero al nuevo año lunar chino, el 4722, año del tigre, que hoy da comienzo. Además que, como no subí nada para celebrar el nuestro, ¿por qué no hacerlo con el chino? Al fin el cabo de lo que se trata es de celebrar algo y para eso, en España, no tenemos problemas y lo celebramos todo todo... anda que no nos gusta la fiesta, jejjeje. 

    Y, para más celebración, os traigo dos recetas en una : por un lado la del pan bao y por otra la del pato a la pekinesa. Vamos al lío que la entrada de hoy es larga

    Ingredientes :

    Para los baos :

  • 250 g de harina
  • 7 g de levadura fresca de panadería
  • 20 g de azúcar
  • 120 g de agua templada
  • 15 g de aceite de girasol
    Para el pato :

  • 2 magrets de pato
  • 2 badianas o anís estrellado
  • 1 palo de canela
  • 1 cucharadita de semillas de hinojo
  • 1 cucharadita de pimienta de Sichuan
  • 100 ml de mirin o vino de arroz
  • 1/4 de cucharadita de cayena
  • 1 cm de jengibre fresco rallado
  • 4 cucharadas de salsa de soja 
  • 3 cucharadas de miel
  • Sal
  • Pimienta negra de molinillo recién molida
    Para acompañar :

  • Cebolleta tierna en juliana

    Lo primero será empezar a preparar los baos para darle tiempo a la masa para que leve.

    Disolver la levadura en el agua templada. Poner en un bol la harina abriendo un hueco en el medio y echar dentro el aceite, el azúcar y la mezcla de levadura. Amasar hasta que tener una masa suave y lisa. Tapar con un paño limpio y dejar levar hasta que doble de volumen.

    Mientras la masa va levando comenzaremos con el pato ya que también tendrá que macerar durante un par de horas. Secar bien los magrets, salpimentar ligeramente y, con un cuchillo bien afilado, hacer cortes profundos en la parte de la grasa, pero sin llegar a la carne. Colocar en una fuente de horno y reservar.

    Poner en un cazo la soja, el jengibre, las especias, la miel y el mirin. Remover y calentar a fuego lento hasta que arranque el hervor. Colar la mezcla y verter por encima de los magrets. Tapar y dejar macerar, para que absorban todos los sabores, durante un par de horas.

    Una vez que haya pasado ese tiempo, llevar a mitad de horno, precalentado a 200ºC con calor de arriba-abajo, y dejar durante unos 15- 20 minutos.

    Mientras se cocina el pato desgasificar la masa de los baos y dividir en 8 partes, de unos 50 g cada una, y bolear. Con ayuda de un rodillo, estirar cada bola suavemente dándole forma ovalada. Pintar con un poco de aceite, doblar por la mitad y poner en una vaporera, o en la varoma de la thermomix, sobre un cuadradito de papel de hornear, para que no se peguen en el fondo, sin tocarse entre ellos. Volver a tapar y dejar levar de nuevo durante unos 45 minutos más.

    Volvemos con el pato. Retirar el líquido pasándolo a un cazo. Bajar la temperatura del horno a 180ºC, y seguir asando los magrets hasta que estén bien dorados, de 20-30 minutos. Sacar del horno y dejar reposar un poco antes de laminarlos en lonchitas bien finas. Mantener el pato en caliente. Poner el cazo con el líquido de la maceración a fuego lento y dejar reducir hasta que espese un poco y esté meloso.

    Poner una cazuela con algo de agua al fuego y, cuando comience a hervir, poner encima la vaporera con los baos. Dejar cocer 15 minutos. Apartar y dejar reposar un par de minutos. Si los vas a cocer en Thermomix poner 300 g de agua en el vaso, cerrar y programar 10 minutos, temperatura varoma, vel.2. Poner encima el accesorio varoma y programar 12 minutos, temperatura varoma, vel.2. Retirar de encima del vaso y dejar reposar los baos 5 minutos más.

    Rellenar los panes con las lonchitas de pato y la cebolleta en juliana. Regar con un poquito de la salsa reducida y servir antes de que se enfríe. 

    Fuente : Baos de Cupcakes a gogó y Pato Pekín de  @dondemauge 

viernes, 17 de junio de 2016

Pato con salsa de ruibarbo y jengibre

    Desde que descubrí el ruibarbo parece que me he enganchado a su sabor, no me extraña que en algunos países no paren de hacer preparaciones con este suculento manjar. Pero, siempre suele haber un pero, ya tenía ganas de probarlo en un plato salado.
    Cuando descubrí esta receta estaba segurísima que la iba a preparar en breve. En ella la salsa la preparan con cerezas secas pero yo lo que tenía en casa eran fresas confitadas así que, como esa combinación es de éxito asegurado, es lo que he utilizado.


    Ingredientes :
  • 2 pechugas de pato con piel
  • 2 cucharadas de miel
  • 60 g de ruibarbo
  • 25 g de fresas confitadas
  • 1/2 cucharadita de jengibre molido
  • 130 ml de zumo de naranja
  • 120 ml de vino añejo

    Precalentar el horno a 200º C.
    Limpiar y picar finamente el ruibarbo. Pelar y picar finamente el jengibre. Reservar.
    Lavar las pechugas de pato y secarlas. Hacer cortes diagonales en la parte de la piel sin llegar a la carne.
    Calentar una sartén a fuego alto y poner las pechugas, con la parte de la piel hacia abajo, hasta que estén bien doradas y crujientes. Sacar y poner en una fuente de horno, con la piel hacia arriba.
    Reservar la grasa que hayan soltado las pechugas. Verter una cucharada de miel por encima y hornear de 10 a 15 minutos. Retirar del horno, tapar con papel aluminio y dejar reposar 5 minutos.
    Mientras, calentar la grasa de pato que teníamos reservada y añadir a ella el ruibarbo picado, las fresas confitadas y el jengibre y dejar cocinar durante un par de minutos. Retirar y reservar.
    Verter en la misma sartén el zumo y el vino y llevar a ebullición, dejar cocer 10 minutos hasta que reduzca. Añadir también los jugos que el pato haya soltado y el resto de la miel. Volver a llevar a ebullición dejando que termine de reducir hasta que espese ligeramente.
    Introducir de nuevo la mezcla de ruibarbo y fresas y dar un hervor para que los sabores se amalgamen.
    Cortar las pechugas en filetes y rociar con parte de la salsa justo antes de servir.


    Si el ruibarbo en dulce está bueno ya en platos salados ni os cuento.


    Un gran descubrimiento, desde luego.