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jueves, 24 de diciembre de 2020

Macarons de crème brûlée

    Si el año pasado comenzaba el Calendario de Adviento con unos macarons, en éste van a ser ellos los que pongan el punto final de este Galletario. Preparaos que partimos rumbo a París, el paraíso de esta pequeña delicatessen. 

    Las luces brillan en la Torre Eiffel iluminando nuestros pasos mientras nos encaminamos a la casa de uno de los más famosos y aclamados pastelos no solo en Francia sino en el mundo entero : Pierre Hermé. Lo difícil no solo será elegir un sabor, sino traer algo que represente totalmente a Francia y que sirva el como colofón especial que esta ocasión merece; así que ¿por qué no hacerlos de uno de sus postres más famosos? 


    Ingredientes :

    Para los macarons

  • 75 g de azúcar glass
  • 75 g de harina de almendra
  • 27 g de claras
  • 75 g de azúcar blanquilla
  • 21 g de agua
  • 27 g de claras

    Además


    Lo primero tendremos que hacer los macarons el día anterior a montarlos ya que tendrán que tener un reposo, guardados en un recipiente hermético, de  por lo meno  una noche en la nevera .

    Triturar juntos la harina de almendra y el azúcar glass con cuidado de que no se forme una pasta. Para que queden bien finos lo recomendable sería tamizar después la mezcla, aunque si está bien fina no será necesario. Poner en un bol, añadir las primeras claras y mezclar hasta que se unifique la masa. Tapar el mazapán resultante con film para que no se reseque.

    Para el siguiente paso necesitaremos un termómetro de cocina.
    Poner en un cazo el azúcar junto al agua y llevar al fuego. Cuando la mezcla alcance los 110º C comenzar a batir las otras claras, deberán estar casi montadas cuando el almíbar llegue a 118º C. Retirarlo del fuego, bajar la velocidad de montado de las claras y añadir el almíbar en forma de hilo por un lateral, nunca por encima de las varillas. Cuando esté totalmente integrado volver a subir la velocidad y seguir batiendo hasta que la temperatura baje a unos 40º C, vamos que al tocar las paredes del bol este esté templado.
    El siguiente paso es lo que se llama el macaronage, que consiste en unir ambas preparaciones, para lo cual usaremos una lengua y mezclaremos con movimientos envolventes hasta que estén bien integradas. Deberá estar lisa y brillante y debe caer lentamente en forma de cinta si la dejamos caer desde la lengua.
    Rellenar una manga provista de una boquilla lisa de unos 10 mm y formar pequeños montoncitos sobre un tapete de teflón o papel de horno, con la manga perpendicular a la bandeja, de unos 4 mm de diámetro (más o menos el mismo diámetro que el tapón de una botellita de agua) Lo ideal es hacerse una plantilla para ajustar el espacio y controlar el tamaño. Dar golpecitos a la bandeja por bajo para que los picos que nos hayan quedado al formarlos se integren.
    Dejar que se sequen para que formen una ligera costra que será determinante para que les salga un buen pie y no rompan por arriba al cocer. Al tocarlos ligeramente con la yema del dedo no se deben pegar.
    Precalentar el horno a 150º C, con calor de arriba-abajo y sin aire, y dejarlos cocer durante unos 12 minutos a media altura. 
    Sacar y dejar enfriar sin levantarlos hasta que estén fríos que ya veréis como se despegarán casi solos. Si no es así podéis ayudaros de un cuchillito.

    Guardar en la nevera dentro un recipiente hermético durante unas 24 horas antes de rellenarlos para que se terminen de asentar y queden con esa textura tan especial que debe de tener un buen macaron.

    Una vez asentados rellenar la mitad de las coquilles con un cordón de crema pastelera, que habremos metido previamente en una manga con boquilla estriada, y en medio una puntita de la salsa de caramelo. De la otra mitad de las coquilles humedecer ligeramente una con un pincel mojado en agua. Pasar la parte mojada por azúcar y quemar con un soplete. Repetir el proceso con el resto de la mitad de las coquilles que van a hacer de tapa, de una en una.


    Ir colocando las coquilles con caramelo sobre las coquilles con relleno que teníamos preparadas, cerrando de esta manera los macarons. Terminar de enfriar en la nevera dentro de un recipiente hermético para que el relleno coja cuerpo. 


    Aunque no la he seguido al pie de la letra, más bien solo he tomado prestada la idea del relleno y de como prepararlos, la receta original en la que me he basado es de Cristina, una grandísima crack a quien admiro profundamente. Os invito a ver los suyos porque son delicatessen total y tiene unas fotos absolutamente divinas.


sábado, 9 de mayo de 2020

Macarons de chocolate y regaliz {Reto CocinArte}

        Hacía meses que tenía ganas de ponerme a preparar estos deliciosos "diablillos" de nuevo, pero nunca encontraba el momento y mira que nos gustan en casa. Hace unos días, en una de las cuentas que sigo en YouTube nos dejaban un tutorial de como hacer que quedaran bien negros los macarons y, claro está, me picó el gusanillo. Además, nada más verlo se me encendió la bombilla de la inspiración y supe con toda claridad para que los iba a utilizar.


    Volvemos a la carga con el reto que más arte tiene en las redes, el reto CocinArte. La obra elegida para inspirarnos en esta ocasión es el cuadro Madame X de John Singer Sargent. Mi aportación es la interpretación que he intentado hacer de la obra, queriendo que fuera el reflejo del vestido negro, la palidez de la piel y, sobre ella, las piedras preciosas de los tirantes.



    Este cuadro de gran formato fue presentado en el Salón de París en 1884 y escandalizó de tal manera que hasta se le llegó a pedir que lo retirara de la exposición. La pintura original mostraba a una mujer de pie con la cabeza girada con cierta altivez, retratada con un ceñido y escotado vestido negro, destacando así más su palidez aristocrática, y con el tirante derecho caído de una forma escandalosamente sugerente... demasiado para esa época. El pintor se negó a retirarlo, aunque lo repintó recolocando el tirante en su sitio. Este escándalo provocó que el artista, al poco tiempo, se marchara de París fijando su nueva resisdencia en Londres. Fue el propio autor quien se lo vendió al Museo Metropolitano de Nueva York, lugar donde se encuentra desde su adquisición.


    Ingredientes :
    Para las coquilles de regaliz
  • 50 g de azúcar glass
  • 50 g de harina de almendra
  • 18 g de claras
  • 2 g de regaliz en polvo
  • 1 pizca de colorante blanco 
  • 50 g de azúcar blanquilla
  • 14 g de agua
  • 18 g de claras 
  • 1 pizca de albúmina en polvo
  • Azúcar granulado dorado
    Para las coquilles de chocolate
  • 50 g de azúcar glass
  • 50 g de harina de almendra
  • 18 g de claras
  • 8 g de cacao en polvo sin azúcar
  • 1 buena pizca de colorante negro en pasta (usé Sugarflay extra negro) 
  • 50 g de azúcar blanquilla
  • 14 g de agua
  • 18 g de claras
  • 1 pizca de albúmina en polvo
     Para el relleno
  • 75 g de chocolate negro de cobertura
  • 75 g de nata líquida 35% m.g.
  • 1,5 g de regaliz en polvo
  • 1 pizca de colorante negro
  • Mermelada de arándanos rojos

    Lo primero prepararemos las coquilles de regaliz.  
    Triturar juntos la almendra, el azúcar glass y el regaliz en polvo del primer grupo de ingredientes durante unos 10 segundos a la máxima potencia. Yo lo hago en la Thermomix pero podéis usar también un molinillo. Ojo, si os pasáis la almendra comenzará a soltar su aceite interior formándose una pasta y ya no nos serviría.

    Poner en un bol, añadir las primeras claras y mezclar hasta que se unifique la masa. Agregar el colorante y mezclar hasta integrar. Tapar el mazapán resultante con film para que no se reseque.
    Para el siguiente paso necesitaremos un termómetro de cocina.
    Poner en un cazo el azúcar junto al agua y llevar al fuego. Cuando la mezcla alcance los 110º C comenzar a batir las otras claras, deberán estar casi montadas cuando el almíbar llegue a 118º C. Retirarlo del fuego, bajar la velocidad de montado de las claras y añadir el almíbar en forma de hilo por un lateral, nunca por encima de las varillas. Cuando esté totalmente integrado volver a subir la velocidad y seguir batiendo hasta que la temperatura baje a unos 40º C, vamos que al tocar las paredes del bol este esté templado.
    El siguiente paso uniremos ambas preparaciones mezclándolas, con una lengua, con movimientos envolventes hasta que estén bien integradas. La masa deberá estar lisa y brillante y debe caer lentamente en forma de cinta si la dejamos caer desde la lengua.
    Rellenar una manga provista de una boquilla lisa de unos 12 mm y formar pequeños montoncitos de unos 3'5 mm de diámetro (más o menos el mismo diámetro que el tapón de una botellita de agua)  sobre un tapete de teflón o papel de horno, con la manga perpendicular a la bandeja. Lo ideal es hacerse una plantilla para ajustar el espacio y controlar el tamaño. Dar golpecitos a la bandeja por bajo para que los picos que nos hayan quedado al formarlos se integren. Espolvorear cada coquilla con un poco de azúcar dorado.
    Dejar que se sequen para que formen una ligera costra que será determinante para que les salga un buen pie y no rompan por arriba al cocer.
    Mientras se secan prepararemos las coquilles de chocolate de igual forma que las anteriores pero sustituyendo el regaliz por el cacao y el colorante blanco por el negro. Éstos los dejaremos lisos, sin espolvorear azúcar dorado por encima.
    Precalentar el horno a 150º C, con calor de arriba-abajo y sin aire.
    Cuando hayan perdido el brillo y, al tocarlos ligeramente con la yema de un dedo éste no se pegue, meter al horno y dejarlos cocer durante unos 12 minutos a media altura, primero una bandeja y luego la otra. 
    Sacar y dejar enfriar sin levantarlos hasta que estén fríos que ya veréis como se despegarán casi solos. Si no es así podéis ayudaros de un cuchillito.
    Guardar en la nevera dentro un recipiente hermético durante unas 24 horas antes de rellenarlos para que se terminen de asentar y queden con esa textura tan especial que debe de tener un buen macaron.


    Al día siguiente prepararemos el relleno derritiendo el chocolate troceado, dentro de un bol, a pequeños golpes de microondas. Cuando esté totalmente fundido añadir el polvo de regaliz y remover para integrar. Dejar bajar un poco la temperatura y verter la nata y el colorante removiendo hasta que la mezcla esté uniforme. Tapar y meter n la nevera para que coja algo más de cuerpo.
    Meter en una manga con una boquilla lisa de unos 6 mm.
    Colocar las coquilles de chocolate boca arriba sobre papel sulfurizado, rellenar con un cordón de la ganache de regaliz y, en medio, una puntita de mermelada. Tapar con las coquilles de regaliz y presionar ligeramente. Guardar un rato en la nevera, dentro de un recipiente hermético, para que el relleno coja un poco más de cuerpo.


    Al morderlo se os llenará la boca de un sabor lleno de contrastes, el de la potencia de un intenso chocolate, la dulce acidez de la mermelada y el suave regusto a regaliz que persiste al terminar el bocado.


    Así que me voy corriendo a coger otro macaron antes de que los míos se los terminen todos.


    Creo que, por lo menos, han quedado monísimos. Y ricos, ya ni os cuento. Vamos, una pasada de macarons.


viernes, 13 de diciembre de 2019

Alfajores de Medina Sidonia. Calendario de Adviento Día 13

    No me he podido resistir a preparar otro dulce tipiquísimo de Navidad para incluirlo en el Calendario de Adviento.
    Los alfajores de Medina Sidonia son un dulce con muchos siglos de historia, herencia de Al Ándalus, cuya receta se ha ido transmitiendo de generación en generación. En su origen era llamadoalajú”, que procede del término árabe 'al-hasú' (relleno), y son los únicos alfajores que gozan de Indicación Geográfica Protegida.


    Una de las cosas que más me gustan es que, esta pasta de frutos secos molidos con miel, pan rallado y especias, no se hornea... bueno, eso será si no tuestas los frutos secos y las especias en él, jejjeje. Yo los he tostado, con muchísimo cuidado de que no se quemaran, a fuego lento en una sartén. Además que no son excesivamente dulces pero sí muy especiados.
    Pero vamos con la receta.


    Ingredientes :
  • 200 g de picos de harina candeal 
  • 100 g de avellanas crudas
  • 150 g de almendras marconas crudas
  • 5 g de canela molida
  • 10 g de matalahúva (anís verde)
  • 0,5 g de clavo de olor
  • 0,5 g de semillas de cilantro
  • 40 g de sésamos
  • 225 g de miel
  • 60 g de azúcar
  • 60 g de agua
    Para el baño de almíbar
  • 100 g de agua
  • 100 g de azúcar
  • Azúcar glass
    Tostar por un lado los frutos secos y por otro las especias. Ya os digo que yo los tosté en una sartén al fuego, pero podéis tostarlos en el horno poniéndolos en dos bandejas distintas a 180ºC vigilando para que no se quemen. Dejar enfriar bien para que al triturarlos no salga el aceite y se haga una pasta.
    Triturar los picos hasta que quede con la textura de una harina. Reservar.
    Poner en un cazo el agua y el azúcar. Llevar a ebullición y dejar cocer un minuto. Retirar y reservar. 
    Triturar el matalahúva, el clavo y el cilantro con un molinillo de café. Reservar.
    Triturar los frutos secos, dejando algún trocito más grueso, y mezclar con el pan rallado, las especias trituradas, el sésamo y la canela. En un cazo calentar la miel hasta que comience a hervir y retirar del fuego. Añadir el almíbar y la mezcla preparada anteriormente y remover bien, con ayuda de una espátula, hasta tener una masa espesa, y algo pegajosa, que no se desmigue al apretarla con la mano. Si estuviera demasiado seca agregar un poco de agua caliente, poco a poco, y remover hasta que se integre.
    Cuando esté templado dividir en pedacitos de unos 45g. Mantenerlos tapados para que no se sequen. Formar cilindros con cada pedacito apretando con la mano, para que no se desmiguen, y luego hacerlos rodar sobre la superficie de trabajo para alisarlos. Ir depositándolos sobre una bandeja forrada con papel.
    Preparar el almíbar para el baño y dejar templar. Bañar cada alfajor, escurrir y rebozar en el azúcar glass.


    Dejar secar sobre una rejilla antes de envolverlos en papel.
    La costra que se forma es lo que hará que se conserven durante bastante tiempo en perfecto estado, por lo menos un mes, siempre que se tengan metidos en una caja metálica en un lugar fresco y seco.



    Fuente : El invitado de invierno

jueves, 9 de octubre de 2014

La "mocadorà" para el 9 d'Octubre

    Tal día como hoy, en el año 1238, entraba en la ciudad de Valencia el Rey Jaume I, es por esto que hoy se celebra el día de la Comunidad Valenciana.
    Valencia era una ciudad rica y culta. En ella los árabes trabajaban la tierra, habían desarrollado un sistema de regadío por medio de acequias que regaba sus huertas, que aún persiste en gran parte del territorio, y la noria que llevaba el agua de los ríos a las acequias. Cultivaban arroz. naranjas, olivas, trigo y uvas. Cultivaban moreras con cuyas hojas alimentaban gusanos de seda y fabricaban tejidos. También fabricaban papel y trabajaban la cerámica. Todas estas riquezas aún son importantes hoy en día en estas tierras. Por todo esto era por lo que el Rey Jaume quería hacerse con el control del Reino de Valencia.
    Las huestes cristianas, aprovechando los enfrentamientos existentes entre los diferentes reyes árabes que rodeaban el Reino, bajaron desde las tierras de Teruel comenzando a conquistar todos los pueblos que se encontraban a su paso hasta llegar a Borriana. Una vez que toda la Plana de Castelló estaba dominada, el Rey Jaume se encaminó hacia Valencia, acampando en primer lugar en el Puig para preparar la conquista de la ciudad.
    El Rey tampoco era tonto y, como lo que le interesaba era seguir disfrutando de las riquezas de esta tierra, no entró a sangre y fuego en Valencia sino que rodeó sus murallas para que no pudiera entrar alimento alguno en ella, tras el asedio al que fue sometida la ciudad por parte de las huestes cristianas, el Rey Zayyan se sentó a negociar la rendición  árabe con el Rey Jaume I firmando las Capitulaciones de Ruzafa. En ellas el Rey Jaume se comprometió a respetar a los habitantes árabes conquistados y no permitió a su ejército que los matara ni los hiciera daño, concediéndoles unas leyes propias, los fueros, y un gobierno propio, las Cortes, que residían en el Palacio de la Generalitat, lugar donde reside actualmente el gobierno de la Comunidad.
    Y, después de tanto rollo histórico para ponernos en situación, podemos comprender el porqué un pueblo doblegado por otro rey que no era el suyo agasajara, en su entrada a la ciudad de Valencia, a Jaume I y Violante de Hungría, su esposa, regalándoles productos de la huerta envueltos en un pañuelo.
    De ahí nace la tradición de regalar la mocadorà. Mocador es pañuelo en valenciano y es donde se envuelven las frutas de mazapán que se regalan en este día para conmemorar la entrada del Rey. Es tradición que se lo regalen los chicos a sus enamoradas convirtiéndose de este modo en el día de los enamorados para los valencianos. Y después de tanto rollo os dejo las frutitas que hizo el año pasado Sonia para este día y que no me dio tiempo a publicar entonces.


    Ingredientes :
  • 200 g de azúcar glass
  • 250 g de harina de almendras
  • 1 clara de huevo
  • 1 yema de huevo para pintar
  • Extracto de fresa, de naranja y de limón
  • Colorante rojo, naranja, amarillo y verde
    La masa base la hicimos con la Thermomix con la receta de mazapán del libro Imprescindible.
    Nosotras en esta ocasión utilizamos el azúcar glass comprado pero se puede utilizar azúcar normal y triturarlo 1 min, vel.10 y dejarlo enfriar.
    Precalentar el horno a 180ºC.
    Poner en el vaso la harina de almendras y el azúcar durante 15 seg, vel.6
    Incorporar la clara y mezclar 20 seg, vel.6. Sacar del vaso, retirar un trocito y dividir el resto en tres partes que pondremos en tres boles. En el primer bol añadir unas gotas de extracto de fresa y un poco de colorante rojo, en el segundo extracto de naranja y colorante naranja y en el tercero extracto de limón y colorante amarillo. En el trocito que retiramos antes de dividir la masa le pondremos unas gotas de colorante verde.


    Amasar hasta que esté todo completamente integrado y probar la mezcla por si necesitáramos añadir alguna gota más de extracto o de color.
     Dar a las masas forma de naranjas, limones y fresas y con el trocito verde formar tallitos y hojas que colocaremos en las naranjas y las fresas.
    Colocar en una bandeja de horno cubierta con papel y pincelar con la yema de huevo batida. Meter en el horno, a media altura, y cocer durante unos 5 minutos.
    Sacar del horno y dejar reposar unos 5 minutos en la bandeja antes de ponerlos a terminar de enfriar sobre una rejilla.

  
    La verdad que nos quedaron un poquitín raros pero estaban deliciosos. Creo que los próximos no los pincelaremos con la yema de huevo para que nos les quede esa película por encima, jejjeje.


    Pueden conservarse en el frigo, guardados en un recipiente hermético, durante una semana pero la verdad es que en casa volaron.

viernes, 25 de octubre de 2013

Dobos Torte

    De nuevo Bea y Silvia, las chicas de Whole Kitchen, nos invitan a descubrir una propuesta con nombre propio, la  tarta que el pastelero húngaro Jozef C. Dobos creó en 1884 presentándola en la National General Exhibition of Budapest de 1885. En aquella ocasión, entre otras personalidades, fueron el Emperador Francisco José I y su esposa Sissi los que tuvieron el placer de degustarla (fuente : Wikipedia). Aunque no creo que Sissi comiera demasiada siendo anoréxica como era, más bien que su esposo se debió poner morado, jejjeje.
    Se trata de una tarta de 5 finas capas de esponjoso bizcocho rellenas con crema de chocolate y una última cubierta de caramelo.


    Whole Kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de Octubre nos invita a preparar : Dobos Torte.
   
    Nada más saber la propuesta recordé que este mismo fue el reto de Abril que tuvieron los blogs integrantes de Desafío en la cocina, así que me puse a curiosear entre ellos y decidí que haría la receta de Begoña de "Mi cocina en la distancia". Una vez decidido esto me puse manos a la obra... más bien a la masa, jejjeje.
    Ingredientes :
    (Para el bizcocho)
  • 6 huevos
  • 150 g de harina de repostería
  • 150 g de azúcar glass 
  • 1 pizca de sal
    (Para la buttercream de chocolate)
  • 200 g de chocolate fondant
  • 200 g de mantequilla 
  • 140 g de azúcar glass
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 95 g de leche
    (Para el caramelo)
  • 100 g de azúcar
  • 90 g de agua
  • 5 g de zumo de limón
    Todos los ingredientes deben estar a temperatura ambiente. Precalentar el horno a 180º C.
    Lo primero prepararemos los bizcochos. En la receta pone que el azúcar que se debe utilizar para hacerlos debía ser glass pero, en este caso, Yo lo hice con azúcar normal triturado con la Thermomix un rato antes para que le diera tiempo a enfriarse.
    Separar las claras de las yemas y batir las claras con la pizca de sal hasta que estén bien montadas.
    Batir las yemas con el azúcar hasta que la mezcla blanquee y se espese. Incorporar las claras montadas poco a poco con movimientos envolventes de arriba a abajo.
    Tamizar la harina e ir agregándola poco a poco y sin batir, con movimientos envolventes como antes habíamos hecho con las claras, hasta que esté totalmente integrada.
    Dividir en 6 partes para que salgan las planchas de igual tamaño.
    Untar el molde que vayamos a utilizar con mantequilla y verter una parte, extender uniformemente, con ayuda de una espátula, y hornear unos 10 minutos, hasta que empiece a dorarse. Sacar a una rejilla para que se enfríe y repetir con el resto de la masa.
    Yo utilice 3 moldes de 18 cm de cada vez, que son los que me caben en el horno, con lo que de dos veces tenía  todos los bizcochos horneados. Además les puse papel de hornear en la base para que se desmoldaran con mayor facilidad.
    Mientras se enfrían montaremos la buttercream de chocolate. Derretir el chocolate en el microondas, con cuidado de que no se queme. Remover para asegurarnos que está totalmente fundido y dejar que se enfríe ligeramente.
    Batir la mantequilla hasta que esté cremosa. Sin dejar de batir ir añadiendo el azúcar glass poco a poco, en este caso si que es necesario que sea azúcar glass ya que con el hecho con el thermomix el resultado no es el mismo. Cuando esté totalmente integrado agregar el extracto, la leche y el chocolate reservado. Seguir batiendo hasta que la crema esté homogénea. Reservar mientras hacemos el caramelo.
    Elegir la plancha que haya quedado mejor y ponerla sobre un papel de horno. Cortar en porciones, Yo hice 8, pero dejarlas en su sitio de modo que siga teniendo su forma circular.
    Poner el azúcar, el agua y el zumo en un cazo al fuego, a temperatura media-alta, sin dejar de remover hasta que el azúcar esté disuelto, hasta alcanzar la ebullición. Entonces subir el fuego, dejar de remover y dejar que hierva hasta que se vuelva ámbar.
    Engrasar un cuchillo bien afilado con aceite.
    Echar el caramelo sobre la plancha y repartir rápidamente por la superficie. Con el cuchillo engrasado repasar los cortes que habíamos hecho anteriormente. Dejar enfriar durante un minuto.
    Limpiar el cuchillo y volver a engrasarlo para repasar los cortes de nuevo. Separar los triángulos y dejar enfriar.
    Guardar un poco de buttercream dentro de una manga con boquilla de estrella para la decoración.

 
    Poner la primera plancha en el plato de servir y untar con una capa uniforme de crema de chocolate, tapar con otra plancha y repetir hasta que terminemos con los bizcochos.
    Cubrir la última capa y los laterales con más crema.
    Hacer 8 rosetones con la manga en la parte superior de la tarta.
    Colocar sobre cada uno un triángulo caramelizado inclinado formando un aspa.

    Begoña le puso crocanti en todo el lateral de la tarta aunque a mi me pareció que así ya estaba suficientemente bien decorada... aparte que no tenía crocanti en casa, jejjeje.


    Lo que si hice fue poner otro rosetón sobre el pico de los triángulos, ahora ya si que me parecía que estaba bien rematada.


    El problema es que al ser una tarta tan alta el rosetón se chafó al cerrar el portatartas en el que la metí para transportarla ya que no estaba destinada para comerse en casa. Una verdadera lástima... buaaaa!!


    La tarta está muy rica de sabor pero, para mi gusto, la encontré un poco seca. Como seguro que vuelvo a hacerla, porque el resultado es espectacular, probaré a calar el bizcocho con un poco de almíbar para que esté más jugosa, así estoy convencida de que estará perfecta.

lunes, 26 de marzo de 2012

Goxua express... de aprovechamiento

    Este dulce, que significa "dulce" en euskera, es el postre de más prestigio de la repostería de Vitoria, aunque hoy en día se puede disfrutar en todo el País Vasco. Fué creado por el pastelero López Sasoaga en la década de los 70, inspirándose en la crema catalana (fuente : "El rincón de Marimel")


   El destino elegido este mes por las chicas de "De Norte a Sur", Ana y Rocío, es precisamente Vitoria y la propuesta que nos invitan a preparar es el "Goxua".


    Cuando ví lo sencilla que era su elaboración no me lo pensé más y me puse manos a la obra... además así quitaba de en medio un trozo de Angel Food Cake que me quedaba y un envase de natillas a punto de caducar.
    El postre consiste en poner en un bol o copa 3 capas iguales, la primera de nata montada, la segunda de bizcocho ligeramente napado de almibar y la tercera y última de crema espolvoreada con azúcar y quemada con un soplete.
   

    Yo la preparé en una copa. Puse la primera capa de nata azucarada en spray. Luego una capa de bizcocho, una rebanada de unos dos dedos de Angel Food Cake calado con almibar. Y, por último, una buena capa de natillas envasadas. Espolvorear groseramente con azúcar y quemarla con un soplete hasta que el azúcar se convierta en caramelo... ummm, totalmente delicioso!

   
    Gracias chicas, por hacerme redescubrireste riquísimo postre.

domingo, 5 de febrero de 2012

Panna cotta de caramelo. Reto de Kanela y Limón

    Hace un par de semanas, viendo las entradas de los blogs de los que soy seguidora, me quedé alucinada con unos panes rellenos de camembert que Cristina de Kanela y Limón había propuesto hacer a sus seguidores de Facebook. Investigué un poco para ver de que se trataba y descubrí un nuevo reto de los que a mí me gustan, de los que no tienes obligación de hacer si no tienes tiempo. Y, como Yo me apunto a un bombardeo, como me lo iba a perder. El siguiente reto ya estaba en marcha, esta Panna cotta de caramelo y los únicos requisitos para poder participar son subir una foto a su página de Facebook y no publicar la entrada de la receta antes de que ella lo haga en su blog. Con el retraso que Yo llevo con mis publicaciones eso estaba chupado, jajaja.


    Pinchar aquí para ver la entrada de su blog donde podréis ver tanto la receta original como las fotos de los demás participantes. Esto es lo que Yo utilicé :

    Ingredientes :
  • 300 ml de nata para montar
  • 75 ml de leche
  • 65 g de azúcar mascabado
  • el interior de 1 trozo de vaina de vainilla
  • 4 hojas de gelatina (de las del Mercadona que son más cortas)
  • sirope de caramelo
  • Corazones de chocolate blanco y de azúcar de colores
    Cubrir las hojas de gelatina con agua para que se hidraten hasta que estén hinchadas, unos 10 minutos, y reservar.
    Poner el azúcar en un cazo con el interior de la vaina de vainilla para que se haga caramelo. En cuanto esté líquido y dorado añadir la nata con la leche en forma de hilo removiendo constantemente. Al echarlo a mí se me solidifico y tuve que estar un buen rato removiendo sin parar hasta que se disolvió del todo.
    Dejar hervir, retirar del fuego y añadir la gelatina bien escurrida. Remover hasta que se integre del todo y pasar la mezcla a los moldes elegidos.
    Dejar enfríar toda la noche y regar con el sirope de caramelo. Adornar con los corazones de chocolate blanco y azúcar y servir.


    Está deliciosa!!!!!


    Con su sabor fué la estrella de la comida... comimos atragantados para poder comérnoslo cuanto antes, jajaja.

domingo, 2 de enero de 2011

Helado de caramelo

    En mi casa se come helado a lo largo de todo el año y, después de una comida copiosa, como las que solemos hacer en las Navidades, mucho más ya que siempre me han dicho que es digestivo...aunque también lo dicen de una copa de whisky o incluso de un gin-tonic. Bueno, la cuestión es que para postre del día 1 hice este riquísimo helado. Está basado en la salsa de caramelo que hice hace algún tiempo y que podéis ver si pincháis aquí.

    Ingredientes:
  • 400 ml de nata líquida para montar
  • 1 cucharada de azúcar invertido
  • 85 g de azúcar
  • 25 ml de agua
  • 40 g de mantequilla semi-salada
    Lo primero que haremos será preparar una salsa de caramelo poco espesa.
    Calentar el agua junto con el azúcar hasta que esta se disuelva. Añadir la mantequilla cortada en daditos y dejar que cocer hasta que tome un color de caramelo dorado. Entonces agregar 50 ml de nata y dejar cocer durante unos 15 minutos. Como ya he dicho antes la salsa no debe espesar demasiado. Dejar enfríar un poco, mientras tanto batir el resto de la nata sin llegar a montarla del todo.

    Agregar poco a poco la salsa preparada anteriomente y el azúcar invertido y remover hasta que esté completamente integrado.

  
    Dejar reposar la crema resultante en la nevera durante una hora por lo menos. Sacarla de nuevo e introducir en la heladera durante el tiempo que el fabricante nos indique, en mi caso durante 15 minutos.



    Remover un poco para que esté uniforme y meter en el cogelador por lo menos un par de horas.
    En el caso que no tengas heladera tan solo tendrás que meter la crema en el congelador, después del reposo en la nevera, sacarlo al cabo de hora y media y batirlo para romper los cristales de hielo que se hayan formado. Volver a introducirlo en el congelador y repetir el proceso del batido al cabo de una hora.  Congelar de nuevo hasta que esté en su punto.
    Sacarlo del congelador un poco antes de tener que servirlo para que esté manejable y se puedan hacer las bolas con facilidad.

    Regado con un poco de sirope de chocolate está delicioso.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Mermelada de frambuesa

    Este verano encontré, de casualidad en una de mis visitas al super, un azúcar especial para hacer mermeladas (Gelier zucker 2:1 de la marca Diadem), que lleva añadida pectina para conservar, y acabé llevándome un par de paquetes para mi casa. Esta es la primera mermelada que hago con ella y los resultados han sido buenísimos.


    Según la receta que venía en el paquete tan solo hay que lavar la fruta. Cortarla (Yo la machaqué un poco con la mano de un mortero) y dejarla en maceración con el azúcar, poniendo la mitad del peso de la fruta elegida, de hora a hora y media. Llevarla a ebullición, sin dejar de remover, y cocerla a fuego fuerte durante unos 3 minutos.
    Tan solo tendremos que embotarla en caliente y ya estará preparada. Como yo la hice de frambuesa, que tiene muchas pepitas, la pasé por un colador para eliminarlas antes de pasarla a los botes.

    ¿A qué tiene un color precioso? Y el sabor es pura delicia...os lo aseguro.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Turrones para el inicio de la Navidad

    Por fín es día 8, día de la Inmaculada Concepción. Este día en mi casa es especial porque es el primero en el que se come turrón...inicio oficial de las fiestas de Navidad, con todo lo que eso implica: adornar la casa, poner el árbol y el nacimiento. Yo me crié en Valladolid dentro de una familia católica practicante...Yo soy la oveja negra: paso de todo eso y soy de izquierdas, pero la tradición del primer día del inicio de la Navidad la sigo respetando...y más teniendo 2 niños que, si por ellos fuera, tendrían la casa adornada para las fiestas desde que empieza el cole en Septiembre.
    Este año he decidido que los dulces navideños los voy a confeccionar en casa, al fín y al cabo no comemos demasiadas cosas: un par de tabletas de turrón y un par de cajas de roscos de vino y polvorones...y bombones, muchos bombones.
 

    Turrón de chocolate
    Ingredientes:
  • 175 g de chocolate de cobertura
  • 40 g de mantequilla
  • 30 g de arroz inflado (Yo puse una cajita de esas de 22 g)
  • 20 g de azúcar glass

    Fundir los dos chocolates junto con la mantequilla en el microondas, teniendo cuidado de que no se queme la mezcla.


    Cuando la mezcla sea uniforme añadir el azúcar y el arroz inflado y remover bien.


    Forrar un molde con papel de horno y verter la mezcla dentro. Yo lo puse en un molde desechable de aluminio porque es bastante más fácil de desmoldar después.


    Dejar enfriar en la nevera y cuando esté compacto desmoldar y retirar el papel.


    Turrón de guirlache
    Ingredientes:
  • 200 g de azúcar
  • 1 cucharada de agua
  • 75 g de almendra picada
  • chocolate de cobertura para decorar

     Poner al fuego el azúcar junto con el agua y cuando esté empezando a hacerse caramelo añadir la almendra picada y remover sin parar hasta que esté listo el caramelo. Extender sobre un papel de horno y, cuando esté frío del todo, regar con un hilo de chocolate derretido.