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miércoles, 13 de noviembre de 2024

Biscotti de café y harina de castañas, sin huevo

    Estando como estamos en plena temporada de castañas me ha parecido que estas galletas que hoy os traigo nos van a hacer disfrutar de lo lindo. Aunque, en realidad, lo que he usado para prepararlas ha sido su harina el sabor sigue siendo inigualable y, con cada bocado, parecerá que nos estemos llevando los sabores más otoñales a la boca. 

    La forma que tienen de grano de café se debe a que, precisamente, ese es su otro ingrediente  principal, cuyo sabor casa perfectamente con el del otoñal fruto. Y doy fe de que están ricas a rabiar.

    Ingredientes :

  • 225 g de harina de castañas
  • 125 g de mantequilla, a temperatura ambiente
  • 125 g de azúcar glass
  • 4 g de café soluble (2 sobrecitos)
  • 25 g de cacao en polvo
  • 1/4 de cucharadita de levadura química
  • 1/4 de cucharadita de bicarbonato sódico
  • 1 pizca de sal
  • 25 ml de café fuerte
  • 2 cucharadas de leche

    Batir la mantequilla junto al azúcar hasta que ésta blanquee. Añadir el café. Tamizar la harina, el café soluble, el caco, la levadura, el bicarbonato y la sal, mezclar bien y agregar a la crema de mantequilla y café. Integrar todo, con la ayuda de una lengua de cocina, añadiendo la leche si hiciera falta, de cucharada a cucharada, hasta que tenga una textura blandita pero manejable, que no se pegue demasiado a los dedos. Volcar la masa sobre un plástico de cocina dándole forma de churro, envolver bien y refrigerar durante, por lo menos, 1 hora.

    Sacar de la nevera y cortar en rodajas. A mí me salieron unas 40 no muy grandes, pero dependerá del tamaño que les deis. Bolear cada rodaja de manera que quede ligeramente ovalada y hacer un corte en la mitad, sin llegar al fondo, para que se asemeje a un grano de café. Repetir con el resto de rodajas y volver a refrigerar otra media hora, para conseguir que no se deformen al cocer.

    Calentar el horno a 180ºC, con calor de arriba-abajo, y hornear por tandas, dejando espacio entre cada galleta, sobre una bandeja cubierta con papel, alrededor de unos 15 minutos, dependiendo del tamaño. Sacar y dejar enfriar sobre una rejilla. Yo horneé 10 galletas en cada tanda.

    Fuente : Adaptada de I Sapori di Ethra 

viernes, 23 de septiembre de 2022

Brownie cheesecake de café

    Hoy es el primer día de otoño y, después de tantísimo calor que hemos tenido este año, la verdad que apetecía, y mucho, que se instalara entre nosotros. Es cierto que las temperatura han ido descendiendo ya desde hace unos días así que ya tocaba celebrar el inicio de estación por todo lo alto ¿no os parece? Y eso sólo puede querer decir que (redoble de tambores) retomamos la temporada de encender el horno, jejjeje.

    Viendo que estamos en plena hora de la merienda no se me ocurre nada mejor que traeros una pequeña exquisited que reúne varios de mis vicios confesables : brownie, cheesecake y café, ahí es ná.

    Ingredientes :

    Para el brownie

  • 200 g de chocolate con leche
  • 100 g de mantequilla
  • 110 g de azúcar moreno
  • 2 huevos L
  • 90 g de azúcar moreno
  • 1 pizca de sal
  • 60 ml de café bien fuertecito
    Para el cheesecake

  • 150 g de queso mascarpone
  • 45 g de azúcar glass
  • 1 cucharadita de vainilla en pasta
  • 1 yema de huevo L
  • 90 g de nata para montar

    Calentar el horno a 180ºC, con calor de arriba-abajo. Forrar un molde rectangular con papel de horno y reservar.

    Fundir el chocolate junto a la mantequilla en el microondas a pequeños golpes removiendo entre cada uno de ellos. Cuando estén totalmente fundidos, añadir el azúcar y remover hasta integrar.

    Agregar los huevos de uno en uno, batiendo con las varillas manuales. Verter el café e integrar. Echar la harina tamizada y la sal y, con ayuda de una lengua pero sin trabajar demasiado, remover la masa, con movimientos envolventes, hasta que esté totalmente uniforme. Volcar la masa en el molde y extender sobre la superficie.
    Batir los ingredientes de la cheesecake hasta que tenga una textura fina y homogénea. Repartir por encima de la masa de brownie y, con la ayuda de la punta de un cuchillo, ir haciendo remolinos a través de la mezcla de queso para que se hunda un poco en la masa de brownie.

    Meter al horno durante unos 40 minutos hasta que esté cuajado. Dejar enfriar en el horno, por lo menos un par de horas, de esta manera no se rajará la superficie. 

    Sacar del horno y terminar de enfriar sobre una rejilla. Cuando esté frío por completo desmoldar, trocear y ya podréis prepararos para disfrutar de lo lindo. 

    No sé a vosotros que os parecerá pero yo soy totalmente adicta a esta delicatessen.

miércoles, 28 de abril de 2021

Expresso Macadamia Loaf

     Tras la interminable sucesión de estos días grises y lluviosos que tenemos, en esta caprichosa primavera, se vuelve absolutamente necesario el alegrarlos con algo dulce, muy dulce, y altamente consistente, por supuesto. Y justo estaba yo pensando en que preparar cuando ante mis ojos se apareció en Instagram esta maravilla.


    Es cierto que algunos de los ingredientes que se necesitaban para realizarlo no los tenía pero me lié la manta a la cabeza y empece a hacer cambios con lo que encontré en la despensa. No sé como estaría el bizcocho de la receta original pero os aseguro que el que resultó de mis cambios estaba rico hasta decir basta así que aquí os dejo la receta que preparé por si os animáis a hacerlo vosotros.


    Ingredientes (para un molde de 25 cm de largo) :

    Para el bizcocho

  • 60 ml de café expresso frío
  • 125 g de nueces de macadamia
  • 3 huevos L
  • 150 g de sirope de arce
  • 200 ml de aceite de girasol
  • 60 ml de leche semidesnatada
  • 1 pizca de sal
  • 1/4 de cucharadita de esencia de vainilla
  • 3 cucharaditas de levadura química
  • 225 g de harina de espelta
  • 80 g de pepitas de chocolate

    Para el glaseado

  • 20 g de chocolate blanco
  • 1 cucharadita de aceite de girasol
  • 40 g de mantequilla de cacahuete
  • 3 cucharadas de café expresso templado
  • 1 cucharada de sirope de arce
  • 1/4 de cucharadita de esencia de vainilla

    Para la decoración

  • 1 cucharada de pepitas de chocolate
  • 25 g de nueces de macadamia
  • Pétalos de flores comestibles (opcional)


    Calentar el horno a 180ºC. Engrasar bien el molde elegido con spray antiadherente y reservar boca abajo sobre papel de cocina. 

    Tostar las macadamias, en una sartén sin grasa, hasta que empiece a desprenderse su aroma, pero con cuidado de que no se quemen, y dejar enfriar. Una vez frías triturar hasta que tenga una textura muy fina. Reservar. Tamizar la harina junto a la levadura y la sal y reservar.

    En un bol batir los huevos hasta que hayan doblado su volumen y estén espumosos. Poner a velocidad baja y, sin parar de batir, verter en hilo el aceite, el sirope, la leche, el café y la vainilla. Cuando esté uniforme, añadir la mezcla de harina y las macadamias trituradas y trabajar hasta que esté todo bien integrado. Agregar las pepitas de chocolate y mezclar, con ayuda de una espátula para que se repartan uniformemente por la masa.

    Verter en el molde preparado anteriormente y hornear, a media altura, durante unos 40-45 minutos hasta que al pinchar con una aguja ésta salga limpia. Sacar del horno y dejar reposar 5 minutos antes de desmoldar y traspasar a una rejilla para que se termine de enfriar.

    Para preparar el glaseado pondremos todos los ingredientes en un bol. Derretir a pequeños golpes de microondas removiendo entre cada golpe de calor hasta conseguir que la mezcla esté uniforme y cremosa. Dejar enfriar y meter en la nevera por la menos 30 minutos para que coja cuerpo.

    Verter el glaseado sobre el bizcocho cuando éste último esté frío y terminar de decorar repartiendo las pepitas de chocolate, las nueces troceadas y los pétalos por encima.


    Como podéis ver en el corte se trata de un bizcocho denso y, sin embargo es engañoso porque, al comerlo con el glaseado, está muy muy jugoso. Ah, eso sí, estar preparados para chuparos los dedos porque el glaseado es bien pringoso, jejjeje.

 

    Fuente : Adaptada de Frau Herzblut Blog

domingo, 20 de diciembre de 2020

Sörur o Sarah Bernhardt, las galletas preferidas en Navidad en Islandia

    Hornear galletas para Navidad es, al igual que en otras partes del mundo, una tradición que comparten en Islandia, donde las familias se reunen para prepararlas juntos. Estas galletas son de las preferidas por los islandeses en Navidad.


    Aunque su origen sea danés. De hecho, fueron creadas por el pastelero Johannes Steen, para homenajear a Sarah Bernhardt cuando ésta visitó Copenhague a principios del siglo XX.

     Para las galletas :

  • 67 g de almendra molida
  • 60 g de azúcar glass
  • 1 clara de huevo, talla L
  • 1 pizca de sal

    Para la crema :

  • 25 g de azúcar
  • 20 g de agua
  • 2 yemas de huevo talla L
  • 100 g de mantequilla a temperatura ambiente
  • 2 cucharaditas de cacao en polvo
  • 1/2 cucharadita de café instantaneo

    Para la cobertura

  • 130 g de chocolate de cobertura


    Lo primero prepararemos la crema para que se refrigere. Hacer un almíbar con el azúcar y el agua. Montar las yemas hasta que blanqueen y espesen. Ir añadiendo el almíbar, poco a poco, sin parar de batir. Ir agregando la mantequilla en trocitos hasta que se integre por completo. Echar el cacao y el café e integrar bien. Poner dentro de una manga y refrigerar durante, por lo menos, una hora para que coja cuerpo.

    Calentar a 170ºC, con calor de arriba-abajo. Triturar la almendra junto al azúcar glass. Poner la clara en un bol junto la pizca de sal hasta que se formen picos duros. Añadir la mezcla de harina y glass e integrar con movimientos envolventes con ayuda de una espátula. Meter en una manga  e ir poniendo montoncitos, de unos 5 cm de diámetro, sobre una bandeja de horno forrada con papel. Hornear, a media altura, durante unos 12 minutos hasta que estén ligeramente dorados. Sacar y dejar enfriar sobre una rejilla.

    Una vez que estén totalmente frías las galletas, fundir la cobertura de chocolate y dejar templar mientras empezamos poner un montoncito de la crema sobre la parte plana de las galletas y, con ayuda de la parte cóncava de una cucharilla, arrastrar el relleno hasta los bordes. Sumergir la parte de la crema en la cobertura hasta cubrirla por completo. Escurrir ligeramente e ir colocándolas sobre una bandeja y dejar secar por completo antes de servir. 


    Acompañadas de una taza de café harán las delicias de todos.


    Fuente : Ljúfmeti

viernes, 18 de diciembre de 2020

Pryaniki, galletas navideñas rusas de café, miel y especias

     Hoy toca abrigarse bien porque nos vamos a las heladas tierras rusas para deleitarnos con unas galletas con muchísimos siglos de historia. Su origen se encuentra en el siglo IV a C., pero no fue hasta el siglo IX cuando se popularizaron en la cocina rusa, aunque entonces eran llamados medovyy khleb (pan de miel) ya que estaban elaboradas con miel, harina de centeno y jugo de bayas. Fue entre los siglos XII y XIII cuando llegaron las especias, cuando se establecieron las rutas comerciales con Oriente Medio y la India, y las galletas cambiaron de nombre pasándose a llamar pryanik, nombre derivado de pryanost' que es el término ruso para las especias. Cuando se trata de galletas el nombre pasa al plural, pryaniki, quedándose el singular para denominar al pan. Los pryaniki se horneaban utilizándose como decoración en el árbol de Navidad aunque también como regalo para los cumpleaños e incluso juegan un papel muy importante en las celebraciones de las bodas tradicionales (Fuente : 196 flavors

     Aunque las originales no llevan café, yo no me he podido resistir a probar la receta de Patty's Cake que si lo incluye, aunque yo no le he puesto tanto, y que ella ha sacado del blog Olga's Flavor Factory pero vamos al lío... empezamos.


    Ingredientes :

  • 15 g de café instantaneo
  • 60 g de agua hirviendo
  • 115 g de mantequilla
  • 50 g de azúcar
  • 255 g de miel
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla
  • 1/8 de cucharadita de nuez moscada
  • 1/4 de cucharadita de jengibre molido
  • 1/8 de cucharadita de clavo molido
  • 40 g de huevo batido
  • 3/4 de cucharadita de levadura química
  • 3/4 de cucharadita de bicarbonato sódico
  • 1/2 cucharadita de vinagre
  • 375 g de harina

    Para el glaseado

  • 280 g de azúcar glass
  • 50 g de leche


    En un cazo disolver el café en el agua hirviendo. Añadir el azúcar, la mantequilla y la miel y llevar a fuego bajo removiendo hasta que la mentequilla esté derretida y el azúcar totalmente disuelto. Retirar del fuego y dejar templar.

    Poner la mezcla templada en un bol, agregar el huevo batido y las especias y remover. Echar la levadura y el bicarbonato disuelto en el vinagre e integrar. Ir añadiendo la harina, de tres veces, y, con ayuda de una espátula integrarla hasta que la masa esté homogénea. Tapar con plástico y dejar reposar, en la nevera, como mínimo 4 horas.

    Calentar el horno a 170ºC, con calor de arriba-abajo. Preparar un par de bandejas de horno cubriéndolas con papel.

    Sacar la masa de la nevera, ir haciendo bolitas con ella, del tamaño de una avellana, e ir depositándolas sobre las bandejas dejando sitio entre ellas. Hornear, a media altura, de 20-25 minutos. Sacar del horno y dejar enfriar sobre una rejilla.

    Cuando estén totalmente frías preparemos el glaseado batiendo el azúcar glass con la leche hasta que esté uniforme. Ir bañando la parte curva de las galletas en él y dejar secar. Con el paso de las horas el glaseado se irá tiñendo de marrón así que, como Patty nos aconseja, glasear solo las que se vayan a consumir en el momento. Sin bañar durarán bastantes días guardadas en una lata hermética.


    Aunque lo habitual sea tomarlas con una taza de té o de café creo que, con la cantidad de café que llevan ya en su interior, yo mejor voy a hacerlo con un chupito de vodka. Za zdorovie!!!

lunes, 9 de septiembre de 2019

Vieiras y champiñones al tomillo con sabayón de café {Reto CocinArte}

    Una vez terminado agosto comenzamos a retomar los retos. Aún hace un calor sofocante y, aunque el encender el horno ya no es un puro acto de heroicidad, y ya he empezado a hacer mis pinitos en él, en casa aún preferimos platos más  rápidos de realizar y que no proporcionen tanto calor a la cocina a la hora de comer. El horno lo dejamos apagado de momento... hasta la hora de cenar, jejjeje.
    No por ello tenemos que conformarnos con cualquier cosa. De hecho, el plato que hoy os traigo, es bastante rápido de preparar y no deja de ser una verdadera delicatessen.


    Tengo que reconocer que me pirro por las vieiras así que, cuando encuentro un plato que las contenga, no puedo dejar de pensar en él hasta que consigo prepararlo. Hace tiempo que vi un programa de Henrique Sá Pessoa donde cocinaba unas vieiras com molho de café, y, aunque no me terminaba de convencer el conjunto, la fusión entre los sabores de la vieira y el café me llamó poderosamente la atención, tanto como para  anotarlo en mi lista de pendientes.
    Hace unos días, buscando algo rico que preparar para el CocinArte en el comienzo de esta nueva temporada, me puse a revisar mis revistas francesas de cocina de otros veranos, que tengo llenitas de post-it con platos que me han gustado, y di con una receta de champiñones con sabayón de café. Entonces se me vinieron a la cabeza las vieiras de Pessoa y me llegó la inspiración de como conjugar ambos platos... y ahí comenzó todo.
     Comenzamos este segundo año de reto con este cuadro de Dalí : "Muchacha en la ventana"


    Este óleo sobre cartón piedra, que se encuentra en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid,  lo pintó en su etapa formativa, cuando contaba poco más de 20 años. En él, Dalí nos muestra a su hermana, su musa hasta que conoció a Gala, mirando por la ventana de su casa de vacaciones en Cadaqués. Observando el cuadro, me puedo imaginar mirando por la ventana junto a ella, acariciada por la tibieza de los rayos de sol del amanecer y respirando la suave brisa marina. Tal vez porque una copia de este el cuadro preside la sala del apartamento que he precuentado los agostos de estos últimos año donde, desde la ventana, tengo una vista bastante similar a la que se nos muestra.
    Viendo esa gama cromática de azules, tan representativa de su primera etapa, no podía imaginar otro plato que no tuviera como protagonista un ingrediente salido del mar. Y, cuando edité las fotos de estas vieiras, sabía que éste era el plato destinado para ser mi aportación de este mes. Me pareció que se conjugaba perfectamente con lo que transmite Dalí con su cuadro.


    Ingredientes :
  • 4 vieiras
  • 250 g de champiñones
  • 30 g de mantequilla
  • 5 ó 6 ramitas de tomillo fresco
  • 3 ó 4 tallos de cebollino fresco
  • Flores de tomillo
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Pimienta negra de molinillo
    Para el sabayón de café
  • 2 yemas de huevo L
  • 30 ml de café fuerte
  • 100 g de mantequilla

    Limpiar los champiñones y cortarlos en cuartos. Lavar las ramitas de tomillo y el cebollino, secar con papel. Picar fino el cebollino.
    Poner a calentar, en una cazuela, 25 g de la mantequilla y 2 cucharadas de aceite. Cuando la mantequilla esté derretida añadir los champiñones. Rehogar bien y espolvorear por encima las hojas de un par de las ramitas de tomillo. Dejar cocinar a fuego suave y removiendo de vez en cuando, hasta que hayan perdido casi todo el líquido que suelten, alrededor de unos 10 minutos.
    Salpimentar al gusto y agregar el resto de la mantequilla. Tapar y reservar en caliente.
    Batir las yemas en un cazo. Cuando comiencen a espumar añadir el café, que deberá estar tibio, y mezclar hasta que esté homogéneo. Llevar a fuego muy suave, removiendo constantemente para que no se pegue al fondo, dejando que espese ligeramente. Cuando haya cogido cuerpo, agregar la mantequilla cortada en trocitos y, cuando esté casi derretida del todo, retirar del fuego. Reservar caliente.
    Marcar las vieiras en una plancha ligeramente aceitada.
    Poner 2 ó 3 cucharadas de sabayón en el fondo de cada plato. Colocar una vieira en centro y repartir los champiñones en uno de los lados. Decorar con un poco de cebollino picado y las flores y las ramitas de tomillo restantes. Servir enseguida.


    El resultado es tan delicado y sorprendente que lo hace un auténtico bocado de placer.


    Y ahora, ¿os venís a ver que han prepardos mis compis de reto? Aquí tenéis el enlace al recopilatorio.

    Fuente : Receta de Thibaut Ruggeri para Regal Magazine

martes, 8 de mayo de 2018

Bocaditos de brownie de chocolate con leche, café, canela y avellanas

    Si hay un dulce que triunfa en mi casa es el brownie. Da lo mismo que sea de chocolate negro, blanco, con leche o caramelizado ya que lo que realmente les apasiona a mis fieras es su textura. Esa capa crujiente por fuera y su interior húmedo y jugoso no lo cambian por ningún otro postre.


    De nuevo estoy de reto en reto, casi sin tiempo para nada más, y es que ya sabéis que estos me pueden 😂😂
    Otra vez es salido de instagram, organizado por Cocinando sabores y cuyo hashtag #estebrowniecaserolocomoentero es una idea de La asaltante de dulces, y que ha conseguido llenar dicha red social de brownies el día de ayer. Yo también contribuí a la causa publicando una foto de estos deliciosos bocaditos pero, como siempre por falta de tiempo, no he podido redactar y publicar la entrada hasta ahora.


    La receta es una adaptación de una que publicó la revista ElleGourmet el otoño pasado en un monográfico de postres dedicado al café, solo que en versión bocadito.


    Ingredientes :
  • 170 g de chocolate con leche (Nestlé Postres)
  • 100 g de mantequilla
  • 2 huevos L
  • 90 g de azúcar super fino
  • 50 g de avellanas troceadas groseramente
  • 1 cucharadita de canela en polvo
  • 60 ml de café fuerte
  • 50 g de harina tamizada
  • 1 pizca de sal
   
    Precalentar el horno a 170º C, con calor de arriba-abajo.
    Forrar un molde rectangular con papel de horno o engrasarlo si no queréis forrarlo. Yo utilicé un molde de silicona de cuadraditos así que no tuve la necesidad de forrarlo ni de engrasarlo.
    Fundir el chocolate en el microondas a pequeños golpes para evitar que se queme, añadiendo la mantequilla cuando esté medio fundido. Esta última no debe hervir.
    Separar las claras de las yemas. Batir estas últimas con el azúcar hasta que espumen y se blanqueen. Añadir la avellanas, la canela, el café, la harina y la sal e integrar. Verter la mezcla de chocolate y mantequilla, que deberá estar tibia, en la crema anterior y mezclar.
    Montar las claras a punto de nieve  y agregar a la preparación anterior de dos veces, con movimientos envolventes para que no baje la mezcla.
    Echar la masa en el molde elegido preparado y hornear a media altura, durante unos 25 minutos. Estará listo cuando la superficie se empiece a agrietar y, al pinchar salga con migas ligeramente cremosas. En mi caso, como era un molde de bocaditos, en 15 minutos estaban ya cocidos.
    Dejar enfriar sobre una rejilla y desmoldar cuando esté tibio.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Irish coffee bundt with whiskey & coffee glaze. Hoy es el National Bundt Day

Happy National Bundt Day!!!
Happy National Bundt Day!!!
Happy National Bundt Day!!!
Happy National Bundt Day!!!
  
    Por fin llegó el gran día, hoy se celebra el National Bundt Day y yo, como apasionada de este tipo de bizcochos, no podía dejar de celebrarlo como se merece... haciendo un bundt.
    Hacía tiempo que tenía en mente hacer un bizcocho con café pero no veía nada que me entusiasmara demasiado hasta que, rebuscando entre mis libros, me encontré con esta receta.
    ¡Madre mía de mi vida, cómo podía no haberla visto antes! Si es la receta perfecta, en ella se auna mi deseo de hacer algo con café, la maravillosa textura y jugosidad que caracteriza a los bundts y una pizca de sabor irlandés, país del que me enamoré hace ya muuchos años.


    Además aprovecho para participar con él en la celebración-concurso que las chicas de I love Bundt Cakes, Bea y Mara, han organizado para este día.

     
    Ingredientes :
  • 300 g de azúcar
  • 250 g de harina
  • 75 g de cacao en polvo sin azúcar (Valor)
  • 6 g de bicarbonato
  • 6 g de levadura química (Royal)
  • 5 g de sal
  • 2 huevos a temperatura ambiente
  • 250 ml de leche
  • 125 ml de aceite de girasol
  • 2 cucharaditas de extracto de vainilla
  • 125 ml de café hirviendo
  • 125 ml de whiskey irlandés (Jameson)
  • 4 sobrecitos de café instantáneo (Nescafé)
    Para el glaseado
  • 250 g de azúcar glass
  • 2 cucharadas de café frío
  • 2 cucharadas de whiskey irlandés
   

    Precalentar el horno a 180ºC
    Tamizar la harina, el azúcar, el cacao, la levadura, el bicarbonato y la sal y reservar.
    Engrasar con spray el molde elegido.
    Batir los huevos, la leche, el aceite y el extracto de vainilla a velocidad media durante 1 minuto.
    Agregar, de media taza en media taza, los ingredientes secos a los líquidos, removiendo en cada adicción hasta que se integre del todo para que no se formen grumos.
    Desleir el café instantáneo en el café hirviendo hasta que se disuelva por completo. Agregar el whiskey.
    Ir añadiendo lentamente la masa en la mezcla de café. Verter la mezcla en el molde preparado anteriormente hasta llenar los 3/4 de su capacidad como máximo.
    Hornear durante unos45 minutos. Comprobar que está bien cocido pinchando con una brocheta y, si esta sale totalmente limpia, sacar del horno.
    Dejar reposar sobre una rejilla, dentro del molde, durante unos 15 minutos antes de invertir para desmoldarlo. Dejar terminar de enfriar sobre la rejilla.
    Batir los ingredientes del glaseado hasta que la mezcla esté uniforme
    Una vez totalmente frío el bundt verter el glaseado por encima.


    Dejar reposar por lo menos 10 minutos antes de servirlo para que el glaseado se asiente y coja cuerpo.
    Este bundt es extremadamente jugoso, es tan húmedo que me costó Dios y ayuda sacarlo entero del molde.


    La mezcla de chocolate- café- whiskey hacen que sea muy aromático, es una pasada lo bien que huele... y que sabe.


    Aquí podéis ver la entrada de I love bundt cakes con los Bundts que han participado en el concurso.

lunes, 7 de abril de 2014

Vasitos de tiramisú para niños

    Hace mucho, mucho que hago tiramisú, de hecho creo que es uno de los primeros postres que he hecho en mi vida, por lo que me parece imperdonable que aún no hubiera publicado la receta en el blog.


    La receta original lleva café y licor por lo que tenía que adaptarlo de alguna manerapara que mis niños pudieran comerlo también.
    Hoy es el día de publicación de ¡Qué rico, mamá!, la anfitriona de este mes ha sido Mara que nos ha propuesto hacer postres en vasitos, así que me parecía una ocasión estupenda para adaptar la receta del tiramisú.


    Ingredientes :
  • 50 ml de café descafeinado
  • 1 1/2 cucharadita de licor de avellana sin alcohol
  • 200 g de mascarpone
  • 100 ml de nata 35%
  • 1 yema de huevo XL
  • 50 g de azúcar
  • 1/4 cucharadita de extracto de vainilla
  • 12 bizcochos de soletilla
  • cacao en polvo para espolvorear

    Mezclar el café frío con el licor de avellana sin alcohol.
    Poner en un bol el mascarpone y la nata, que deben estar muy fríos, y batir con unas varillas hasta que la mezcla esté bien montada. Reservar en la nevera.
    Poner en un cazo la yema, el azúcar y el extracto de vainilla y batir hasta integrar. Poner al baño maría, sin parar de batir, hasta que espese formando una crema. Retirar y dejar enfriar.
    Mezclar la crema de queso con la crema de yemas hasta que esté homogénea.
    Cortar cada uno de los bizcochos por la mitad. Poner en el fondo de los vasitos dos pedazos y empapar con la mezcla de café y licor con ayuda de un pincel. Repartir la mitad de la mezcla de queso entre los vasitos. Espolvorear con cacao. Volver a repetir le operación pero sin espolvorear el cacao en la última capa. Meter en la nevera para que reposen durante por lo menos un par de horas.
     Espolvorear con cacao en polvo justo antes de servir.


    Lo de presentar el tiramisú en vasitos me parece una idea genial ya que así solo se tocan los que se van a comer y si sobran, cosa poco probable por lo menos en mi casa, quedan perfectos para otra ocasión.


    La receta en la que está basada es la de tiramisú de webos fritos pero bastante tuneada por mi parte, no podía ser que dejara la receta tal cual, jejjeje.

jueves, 6 de febrero de 2014

Cannolis de tiramisú

    Lo mio no tiene nombre, jajjaja. No, no me he vuelto loca todavía, no creo que me falte mucho pero aún no, jajjaja.
    Ya sabéis de mi obsesión por participar en todo reto que se me pone por delante, siempre he sido facilona y no me he podido resistir a eso de a qué no eres capaz de hacer esto o aquello?, así que no os puede extrañar que esta entrada sea para participar en uno. Se trata de la receta dulce que nos invitaban a preparar Eli y Mara desde la Comunidad FoodBloggers Trotamundos para su primer reto.


    Pero lo primero de todo que debemos de saber es lo que son los dichosos cannolis así que aquí comenzó mi labor de investigación. Es uno de los postres más típicos de Italia, originarios de Sicilia, y son unos canutillos de masa frita aromatizada con vino de Marsala y rellenos de queso ricotta con diversos ingredientes como frutas confitadas, chocolate  pistachos picados.
    Me fui a uno de mis bloggs italianos favorito, Giallo Zafferano, y allí encontré la receta en la que me he inspirado (aquí). Nada más ver los ingredientes principales me dije empezamos bien! Ni tengo ricotta ni Marsala y, lo peor de todo, es que no los he encontrado por ninguna parte así que me tocaba sustituirlos. La ricotta tenía claro que la cambiaría por Mascarpone y entonces fue cuando se me ocurrió que, como la masa llevaba un poquito de chocolate y café y el relleno Mascarpone, podía aunar este con otro postre italiano bastante más conocido, el tiramisú.


    Pero no me enrollo más, aquí os dejo la receta
    Ingredientes : (para 12)
    Masa
  • 140 g de harina
  • 15 g de azúcar
  • 25 g de manteca
  • 1/2 cucharadita de cacao en polvo
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 1/2 cucharadita de café en polvo
  • 1 huevo mediano + 1 clara para cerrar la masa
  • 15 ml de vinagre de vino blanco
  • 15 ml de aguardiente o licor de café
  • Aceite de girasol para freír 
    Relleno
  • 375 g de queso Mascarpone 
  • 150 g de azúcar
  • 10 caramelos de café expresso (los míos de Solano)
    Para adornar
  • Cacao en polvo
  • Azúcar glass
    Mezclar el vinagre y el aguardiente y reservar. En un bol mezclar el huevo y la manteca con los ingredientes secos de la masa. Ir añadiendo poco a poco la mezcla de vinagre hasta que tengamos una masa suave y firme que no se pegue a los dedos. Volcar sobre la superficie de trabajo y amasar hasta que tenga una textura elástica, suave y uniforme. Envolver con film y dejar reposar, por lo menos una hora, en la nevera.


    Mientras se refrigera haremos la crema. Machacar los caramelos hasta que estén hechos casi polvo. Mezclar el Mascarpone con el azúcar y el polvo de caramelo, reservando un poco de caramelo para adornar, hasta que la crema esté homogénea. Meter en una manga pastelera con una boquilla rizada ancha y reservar en la nevera hasta que la vayamos a utilizar.
    Estirar la masa, con ayuda de una rodillo, hasta que tenga 2 mm de grosor. Hacer círculos con un cortador de 9 cm de diámetro y alargar ligeramente con los dedos para darle forma oval.
    Enrollar sobre unos cilindros metálicos y pegar los extremos con la clara de huevo.


    Calentar el aceite en una sartén honda hasta que alcance unos 170º C y freír de pocos en pocos dándoles la vuelta de vez en cuando para que se doren por igual.
    Poner sobre papel absorvente para retirar el exceso de grasa y dejar enfriar antes de retirar los cilindros de metal.
    Una vez fríos rellenar con la crema, repartir el polvo de caramelo reservado en los extremos de la crema y espolvorear generosamente con el cacao y el azúcar glass por encima.


    Se deben comer enseguida para que la masa esté crujiente. Si no se van a comer enseguida es mejor guardar los canutillos, fríos y sin rellenar, en una lata de metal y la crema aparte y rellenar en el último momento justo antes de servirlos.

martes, 4 de diciembre de 2012

Mermelada de bacon

    Si, si, habéis leído bien, de bacon.
    Esta es otra de las exquisiteces con las cuales nos deleita Kevin de "Closet cooking" y al igual que él desde que la probé me he hecho adicta a ella. Está es una mezcla dulce y ligeramente picante ideal para untar en el pan de un bocadillo, el cual cambiará radicalmente y conseguirá que pase a estar más que bueno... sublime!!!


    Me moría de ganas de probarla aunque me retraía el prepararla el hecho de no poder encontrar los chiles chipotles en adobo que requiere la receta pero, mira tú por donde y para gusto de mis pituitarias, en el Aldi trajeron salsa de chipotles dulces adobados. La anterior vez que la trajeron no conseguí llegar a tiempo de encontrarla pero en cuanto me enteré que volvían a traerla me tenían allí como un clavo a la hora de abrir el sábado que comenzaba la oferta... y, por fin, cayó en mi poder. Ahora ya podía ponerme con las manos en la masa  así que me lancé de cabeza a hacerla.

    Ingredientes :

  • 450 g de bacon ahumado
  • 1 cebolla grande
  • 2 dientes de ajo
  • 65 ml de vinagre de sidra
  • 190 ml de café
  • 55 g de azúcar morena
  • 65 ml de jarabe de arce
  • 65 ml de whisky irlandés
  • 1/2 cucharadita de salsa de chipotles dulces adobados
  • 1/2 cucharadita de comino
  • Pimienta negra recién molida
 
    Cortar el bacon en trozos de unos 2 cm y la cebolla en juliana. Picar los dientes de ajo.
    Poner en una sartén el bacon, a fuego medio, hasta que empiece a estar crujiente. Retirar el bacon y reservar. Dejar tan solo una cucharada de la grasa que haya soltado el bacon en la sartén y añadir la cebolla y dejar pochar de 5 a 7 minutos. Agregar el ajo y saltear durante un minuto. Verter el vinagre y desglasar la sartén.
    Añadir el café, el azúcar, el jarabe de arce, el whisky, el bacon, la salsa de chile, el comino y la pimienta.
    Bajar el fuego y cocinar a fuego lento hasta que alcance la consistencia de jarabe, alrededor de hora y media.
    Triturar, pero no en exceso, hasta conseguir una consistencia no demasiado fina.


    Guardar en un recipiente hermético en el frigo. Nos aguantará aproximadamente un mes... si es que dura tanto, jejjeje.