Hay veces que las cosas se te descuadran sí o sí y esto es lo que me ha pasado cuando me puse a ello. Sabía que tenía una tarrina de crème fraîche en la nevera, y pensé que estaba sin empezar, pero claro, no me acordaba que había cogido unas pocas cucharadas para adornar la velouté que os tuvimos ayer en el Calendario de Adviento. Esto no habría sido problema sino me hubiera puesto a hornear a más de las 9 de la noche.
Ufff, con el mono de bundt que tenía no podía esperar, así que me lié la manta a la cabeza y probé a ver que salía. Este es el motivo por el que la cantidad no es la misma que la del original. Además que reduje la cantidad de azúcar un 25% que me gusta a mí que el chocolate sea ligeramente amargo.
Ingredientes :
- 375 g de harina
- 345 g de mantequilla
- 3 huevos L
- 50 g de cacao en polvo sin azúcar (tipo Valor)
- 150 g de crème fraîche (180 g en el original)
- 360 g de agua
- 300 g de azúcar (400 g en el original)
- 1 pizca de sal
- 2 cucharaditas de bicarbonato
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- Azúcar glass para espolvorear
Precalentar el horno a 180ºC, con calor de arriba-abajo.
Engrasar el molde con spray desmoldante y ¿llevar a la nevera? Eso es lo que ella aconseja, pero mi nevera está tan hasta los topes que hay que jugar al tetris cuando necesito meter algo más así que meter el molde dentro sería misión imposible, yo lo dejé boca abajo sobre un papel de cocina absorbente para que se eliminara el exceso de grasa.
Tamizar la harina, el bicarbonato y la sal y mezclar bien.
En una cazuela amplia poner el agua, la mantequilla y el cacao y calentar justo hasta que esté casi derretida por completo la mantequilla, pero sin que llegue a hervir. Añadir el azúcar y mover para que se disuelva. Apartar del fuego, remover hasta que esté homogéneo y dejar templar.
Mezclar los huevos, la crème fraîche y la vainilla hasta que la crema esté uniforme y echar, poco a poco y sin batir para no meterle demasiado aire, a la preparación anterior que deberá estar tibia para que los huevos no se cuajen y la masa no se corte.
Ir añadiendo la harina, de varias veces, integrándola con ayuda de una espátula. Cuando no tenga ningún grumo verter en el molde preparado. No llenar demasiado el molde porque acabaría desbordándose la mezcla. Yo llené el molde y aún me sobró mezcla como para 4 magdalenas medianas.
Dar un par de golpes al molde sobre la encimera, cubierta con un paño, para que la masa se distribuya bien por todos los huequecitos del molde y las posibles burbujas que se hayan formado suban hacia arriba.
Hornear, a media altura, durante unos 35-40 minutos, hasta que al pinchar con una aguja esta salga húmeda pero limpia.
Colocar sobre una rejilla y dejar reposar 10 minutos antes de desmoldar. Pasado ese tiempo, zarandear ligeramente para que se desprenda de las paredes del molde y volcar sobre la rejilla para que se termine de enfriar.
Cuando esté totalmente frío, traspasar al plato de servir.
Solamente quedará espolvorearlo con azúcar glass justo antes de llevar a la mesa.
Aunque dicen que el café potencia la fuerza del chocolate yo, este bundt, aconsejo acompañarlo con una tacita de té, ya que tiene la suficiente fuerza para que no sea necesario el potenciar su sabor.
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