Tenía mis dudas de como los iban a recibir cuando planté el plato en la mesa. De hecho, los dejé en el medio y me fui de nuevo a la cocina, escuchando en todo momento para oír, después de que los hubieran mirado bien, lo que decían. Mi sorpresa fue mayúscula cuando volví y ya casi no quedaban. Esa es la mejor señal de que les habían gustado ¿o no es verdad?
Los he preparado tal cual se indica en la receta original pero imaginaros alguna que otra variación : con pera, nueces y gorgonzola, por ejemplo. Buuuaahhh, sólo de pensarlo se me hace la boca agua.
Ingredientes :
- 1 boniato pequeño
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 55 g de queso de cabra de rulo
- 2 cucharadas de leche
- 1/2 cucharadita de romero fresco picado
- Sal
- Pimienta negra de molinillo
- 25 g de arándanos rojos secos
- 50 g de nueces pecanas
- Miel
Precalentar el horno a 220ºC, con calor de arriba-abajo.
Lavar bien el boniato, ya que lo usaremos con su piel. Cortar en rebanadas de medio centímetro de grosor y ponerlas en un bol. Añadir el aceite, salpimentar y removerlas con los dedos hasta que queden totalmente impregnadas.
Poner papel en una bandeja de horno y rociar con un poco de aceite. Colocar las rebanadas, sin amontonar, sobre ella.
Llevar al horno y dejar cocer, a media altura, durante 10 minutos. Darle la vuelta a las rebanadas y cocer 8 minutos más.
Mientras se esté horneando prepararemos la crema de queso. Triturar juntos el queso de cabra, la leche y el romero hasta que quede una mezcla suave y cremosa. Salpimentar y remover para integrar.
Colocar las rebanadas en la bandeja de servir, poner media cucharadita de la mezcla de queso sobre cada rebanada de boniato y repartir los arándanos rojos y las pecanas, cortadas en trocitos, por encima y terminar regando todo con un hilo de miel.
Se pueden comer tanto calientes como a temperatura ambiente.
Fuente : Recipe Runner
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