Muchas de las tradiciones son similares a las de Australia, aunque este país tiene unas cuantas peculiaridades navideñas, son una mezcla de las anglosajonas pero con un ambiente veraniego.
En Nueva Zelanda hay una planta que florece en Diciembre, el Pohutukawa, con grandes y brillantes flores rojas, que se ha convertido en uno de los símbolos de la Navidad para aquel país utilizándose como "árbol de Navidad neozelandés".
Los platos para la comida de Navidad eran similares a los que se sirven en el Reino Unido, platos tradicionalmente invernales, que no acompañan para nada a las temperaturas veraniegas en las que ellos se encuentran en estos días, por lo que cada vez hay más gente que opta por organizar barbacoas y comidas mucho más ligeras en general donde las carnes son preparadas a la brasa y acompañadas de ensaladas.
Los postres tradicionales sin embargo siguen siendo el Christmas pudding, el trifle, los mincemeat pies y, por supuesto, el postre típico neozelandés : la Pavlova.
(Fuente : Wikipedia)
En Nueva Zelanda, al igual que en Australia, existe la tradición de cantar villancicos a la luz de las velas solo que aquí la denominan Chistmas in the park en vez de Carols by Candlelight.
Faltan 3 días. Meri Kirihimete!!
Hace tiempo que vi en un libro un árbol de Navidad hecho con bases de pavlovas y me encantó, así que me pareció el mejor de los momentos el reproducirlo a mi manera para esta entrada.
Del resultado no hace falta decir nada, creo que las fotos ya dicen lo suficiente. Personalmente me ha gustado mucho tanto el aspecto como el sabor.
Ingredientes :
- 1 clara de huevo
- 55 g de azúcar glass
- 1/2 cucharadita de maizena
- 1/2 cucharada de vinagre de frambuesa
- 125 ml de nata montada azucarada
- 1/4 de cucharadita de extracto de champán
- Moras, frambuesas, arándanos y grosellas para adornar
- Hilos de chocolate 70% derretido y un chorrito de sirope de arce
Precalentar el horno, con calor solo de abajo, a 130º C.
Marcar en un papel de horno círculos de 5, 7'5, 10 y 12'5 cm de diámetro y poner sobre una bandeja de horno con las marcas hacia abajo. Reservar.
Batir la clara a punto de nieve y, cuando esté semi-montada, añadir el azúcar y seguir batiendo hasta que estén brillantes. Verter entonces el vinagre y seguir batiendo.
Agregar la maizena e integrar por completo.
Repartir la mezcla sobre los círculos y, con el dorso de una cuchara, extender hasta darle forma redonda, haciendo una ligera cama en el centro y sacando picos en todos los contornos.
Meter al horno y dejar cocer 5 minutos. Bajar la temperatura a 120º C, poniendo calor de arriba-abajo, horneándolos durante unos 50 minutos hasta que estén bien secos por fuera.
Dejar enfriar dentro del horno con la puerta entreabierta para que vaya perdiendo calor poco a poco.
Aromatizar la nata montada azucarada con el extracto de champán e integrarlo con movimientos envolventes de abajo a arriba para que no se desmonte la nata.
Una vez fríos los merengues sacar del horno. Poner el círculo mayor en el plato de servir, cubrir con parte de la nata aromatizada preparada anteriormente y repartir parte de las frutas.
Colocar encima el círculo de tamaño inmediatamente inferior y repetir la operación. Seguir así hasta colocar todos las merengues. Terminar poniendo un pegotito de nata y alguna fruta encima.
Rematar rociando el conjunto con hilos de chocolate fundido y un hilo de sirope de arce.
Servir.
El conjunto, desde luego, que llama la atención además de ser un postre muuuy ligero y rico. Es una muy buena opción como colofón de una de esas comidas tan copiosas que solemos tener en estos días.
3 comentarios:
Antes de nada decir que te ha quedado espectacular. A mí el merengue no me gusta mucho, pero viendo este árbol dan ganas de coger un trocito.
Besos
Esta recetas es deliciosa y la presentación tan navideña es fantastica!
mola un montón y seguro que es deliciosa ¡¡¡ besotes
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