Boquerones en vinagre al aroma de frambuesa

    Este es un aperitivo con poco esfuerzo y bastante económico. Es conveniente prepararlo de un día para otro para que puedan macerar bien y tomen todo el sabor. Es un aperitivo tradicional pero con una vuelta de tuerca para variarlos un poquitín.

    Lo preparé para una de las comidas de "mi grupo de los jueves" y las reacciones fueron diversas. A unos les gustó y a otros no, preferían los tradicionales en vinagre con el ajito y el perejil picaditos, pero en la variación está el gusto y...tenía ganas de innovar. Particularmente a mí si que me gustaron, el regustillo te se te queda en la boca a frambuesa es una delicia aunque sí que el regarlos con el glasé de vinagre a la frambuesa le daba un sabor casi demasiado fuerte. La segunda vez que los preparé en vez de ponerlo los mariné de igual manera pero los acompañé de la manera tradicional (con el picadillo de ajo y perejil) y estaban bastante más ricos...no me dejaron ni uno para poder sacar la foto, una verdadera pena.
    Bueno, empezamos con la receta.
    Ingredientes:

• 1/2 kg de boquerones medianitos
• 1/2 cucharada de sal gorda
• vinagre de vino a la frambuesa
• aceite de oliva virgen extra
• Glasé de vinagre a la frambuesa

    Quitar la cabeza y las tripas de los boquerones, sacar la espina dejando dos filetes y lavarlos bien.
    Dejarlos en agua dentro de la nevera por lo menos un par de horas. Escurrirlos bien. Hacer una salmuera con la sal y un poco de vinagre e introducir los filetes de boquerón dentro, añadir el vinagre necesario cuidando que queden todos sumergidos en la mezcla.
   

    Dejar sumergidos de 4 a 6 horas dentro del frigorífico.
    Pasado este tiempo dejar escurrir bien y ponerlos extendidos en una fuente, se rocían con un poco de aceite y un chorreón de glasé.
    Mi consejo es que, cuando los compréis, los limpiéis y congeléis para evitar que pudieran contener "anisakis", descongelarlos dentro de la nevera y ya estarán listos para utilizar.
    Si los váis a hacer de un día para otro cuando le pongáis el aceite meterlos tapados en la nevera y sacarlos un rato antes de ir a comerlos para que se templen, justo antes de servirlos rociarlos con el glasé.