Kardemummabullar o bollos suecos de cardamomo

    Nada es comparable con la cara de deleite que pusieron mis compañeros de trabajo cuando esta mañana abrí la lata que llevo a la hora del café y, no me extraña,es que salía un aroma realmente embriagador. Si estuviéramos en Sucia estaríamos haciendo un fika ya que eran bollos de cardamomo lo que había dentro.

    Bueno, realmente no demasiado a su estilo ya que ellos aprovechan esas pausas para hacer un descanso de todos los sentidos donde es tan importante la pausa y el café como que se haga en un ambiente tranquilo y relajado y eso, en la máquina de café del taller, es francamente imposible. Por supuesto que las fotos no son de ese momento, no es el lugar más adecuado para hacerlas. Todos los días tengo que retirar tornillos y piezas de hierro para hacer un hueco en la mesa y poder colocar la lata. Al final es casi un ritual, retirarlo todo, colocar un trapo limpio a modo de mantelillo, colocar la lata en medio y abrirla rodeada de mis compañeros que se asoman para ver con que les voy a deleitar el paladar ese día. La imagen casi es como cuando los niños golosos se asoman a los cristales de una confitería, jejjeje.
   

    Hoy es día de publicación del reto "Reposteras por Europa" y nuestra repostera jefe de este mes, Eva, nos invitaba a viajar al país de las auroras boreales más bonitas, nuestro destino : Suecia.

    
    Nada más saber el destino me fui a por el libro Pan casero de Ibán Yarza, desde que lo tuve en mis manos tenía en la cabeza los bollos de cardamomo y, entre unas cosas y otras, aún no había tenido tiempo de ponerme con ellos. Ahora había llegado el momento. La verdad que no son nada complicados de hacer y están tan taaan buenos, claro que tenía un 200% de probabilidades a favor de que me gustaran teniendo en cuenta que a mi el cardamomo es una de las especias que me pierde.

    Ingredientes :

• 390 g de harina
• 210 g de leche
• 75 g de azúcar
• 75 g de mantequilla
• 4 g de levadura seca
• 4 g de sal
• 1 cucharadita de cardamomo recién molido

    Para el relleno :

• 70 g de mantequilla
• 70 g de azúcar moreno
• 1 cucharadita de cardamomo recién molido

    Para decorar :

• Huevo batido para pincelar
• Azúcar perlado

    Lo primero será moler las semillas de cardamomo. Retirar las vainas y poner solo las semillas del interior en un mortero o molinillo de café. La semillas son muuuuy duras por lo que yo os recomiendo la última opción, de hecho yo me compré un molinillo solo para moler las especias. Merece la pena hacerlo justo antes de usarlas porque el aroma y sabor que desprenden no es comparable a las que venden ya molidas. No moláis demasiada cantidad y, si os sobra, podéis conservarlo en un bote hermético para que no se pierda su aroma.
     Poner a calentar la leche y derretir en ella la mantequilla. Dejar enfriar hasta que alcance unos 37ºC, vamos que si metes un dedo en ella la notes calentita pero no te quema.
    Poner en un bol 2/3 de la harina, 260 g, la levadura y la mezcla de leche y mantequilla y remover unos 5 minutos. Incorporar el resto de la harina, el azúcar, la sal y el cardamomo y mezclar bien hasta integrar.
    Pasar a la mesa de trabajo, la masa se pegará ligeramente a los dedos, amasar unos 10 minutos hasta que adquiera una textura sedosa, deberá quedar una masa lisa y brillante.
    Dejar fermentar, tapada, durante 1 hora, no haciendo falta que llegue a doblar su volumen.
    Poner en un bol los ingredientes del relleno y mezclar hasta elaborar una pasta. 
    Espolvorear ligeramente con harina la superficie de trabajo y estirar, con ayuda de un rodillo, formando un cuadrado de unos 40X40 cm y un grosor de unos 3 mm.
    Untar el cuadrado con la pasta del relleno y doblar en tres, como si fuera un tríptico. Dejar reposar unos 10 minutos para que se relaje la masa.
    Cortar con un cuchillo afilado o con un cortapizzas, por el lado corto, tiras de un dedo de ancho, aproximadamente de 1,5 cm, deberán salir entre 15 y 20 tiras.
    Sujetar un extremo de cada tira con una mano y con la otra ir retorciéndola como un sacacorchos. Formar espirales como si fuesen ensaimadas, dejando pillados bien los extremos para que no se abran durante la cocción en el horno, y colocar en una bandeja de horno forrada con papel.
Dejar que leven, tapados, durante una hora para que adquieran un poco de volumen, no siendo necesario que doblen el volumen.
    Precalentar el horno a 250ºC.
    Pincelar los bollos con huevo batido y espolvorear el azúcar perlado por encima.

    Meter al horno y dejar cocer durante unos 7 minutos, lo justo para que se doren ligeramente.
    Cuando los saques del horno te puede dar la sensación de que no estén cocidos del todo, estarán blandos y la base dorada pero blanda, pero es la manera de asegurar que vas a disfrutar de unos bollos tiernos y jugosos.
    Dejar enfriar sobre una rejilla y conservar en una bolsa de plástico o en una lata de metal.

    No os podéis imaginar además que aroma sale de la cocina, aromatizarás la casa de una manera indescriptible.