Leche frita de violetas

    Cada vez que pienso en leche frita no puedo dejar de acordarme de mi abuela : su leche frita hecha con "flanín", sus polos de "gaseosa de naranja", su leche condensada cocida en la nevera y, sobre todo, el aroma a violetas que siempre desprendía. Le encantaban las violetas, siempre tenía caramelos de violetas en su cómoda y el regalo más maravilloso para ella, sin duda alguna, era si le llevabas violetas escarchadas.
    Hace poco estuve en Madrid y no pude resistir no pasarmepor la confitería "La violeta". Ellos son especialistasen el tratamiento dulce de esa flor y, al final, salí cargada con un poco de cada cosa, por supuesto, todo ello de violetas... menos mal que allí no se puede pagar con tarjeta porque si no arramblo con toda la tienda, jajaja.
    Todo acabó mezclándose en mi cabeza, como en una coctelera, y este es el resultado de ese cóctel : leche frita con aroma de violetas.

    Este mes, Ana y Rocío, las chicas de "De Norte a Sur" nos proponen viajar hasta Castilla y León invitándonos a preparar leche frita.

    De inmediato, me acordé de mi abuela de su leche frita y de sus violetas... y de ahí nació mi aportación.

    Ingredientes :

• 450 ml de leche
• 180 g de caramelos de violetas
• 45 g de maicena
• 1 huevo batido (para rebozar)
• Harina (para rebozar)
• Aceite de girasol ( para freír)
• Azúcar glass (para espolvorear por encima)
• Sirope de violetas y violetas escarchadas (para adornar)

    Derretir los caramelos en la mitad de la leche en un cazo a fuego lento. Añadir la maicena al resto de la leche y remover hasta que esté completamente disuelta. Verter la mezcla de leche y maicena, muy poco a poco en forma de hilo, sobre la de leche con caramelos sin dejar de remover hasta que espese.
    Echar en un molde ligeramente mojado con agua y dejar enfriar totalmente. Cortar la crema fría en cuadrados. Yo lo puse en un molde de financiers de silicona con lo cual no me hizo falta cortarlo en porciones.
    Pasar las porciones por harina y huevo y freír en el aceite bien caliente. Yo, para los dulces, utilizo aceite de girasol ya que este no le aporta sabor alguno a los fritos.
    Dejar escurrir sobre papel de cocina para retirar el exceso de grasa y espolvorear por todas las caras con azúcar glass.

    Servir acompañado de un poco de sirope y unas cuantas violetas escarchadas.

    El sabor es de escándalo, su aroma embriagador y el color... ¿a qué es precioso? Seguro que a mi abuela le hubiera encantado.