Pan Blaa de Waterford {Bake the World}

    El blaa es un bollo típico de Waterford, primera ciudad fundada por los vikingos en el año 914, y su condado (Irlanda).
    Se trata de un pan simple ligeramente dulce y esponjoso. Un bollo con forma cuadrada, suave y blanco, gracias a la capa de harina que lo cubre. Principalmente es comido en el desayuno untado con mantequilla aunque también como vehículo de su, también tradicional, chicken and stuffing sandwich o relleno con red lead o corned beef.

    Hay varias versiones para explicar de donde surgió el nombre aunque yo me quedo con la que nos da Niamh Shields, del blog Eat like a Girl, que es de donde he tomado la receta.
    Se cree que fue introducido en la ciudad por los Hugonotes a finales del s.XVII y ellos le llamaban blanc (porque ere un simple bollo blanco por la harina) El acento de la zona y el tiempo hicieron que derivara en su actual nombre : blaa.

    Y este pan es precisamente el propuesto para este mes por las chicas de Bake the World, Clara y Virginia.

    Ingredientes :

• 500 g de harina de fuerza + para espolvorear
• 275 ml de agua templada
• 10 g de levadura seca de panadería
• 10 g de azúcar superfina
• 10 g de sal
• 10 g de mantequilla 

  
    Disolver la levadura y el azúcar en el agua y dejar reposar 10 minutos hasta que esté espumoso.
    Tamizar la harina y la sal. Poner en un bol, hacer un hueco en el centro y verter dentro la mezcla de agua con levadura y la mantequilla en pomada.
    Trabajar hasta que la masa esté lisa y elástica.
    Meter en un bol ligeramente engrasado, tapar con film plástico y dejar levar hasta que doble su volumen.
    Volcar sobre la mesa de trabajo, desgasificar ligeramente y dejar reposar 15 minutos para que el gluten se relaje.
    Dividir en 8 trozos, bolear cada uno de ellos e ir depositándolos en una bandeja de horno espolvoreada con harina uno al lado de otro. Espolvorear por encima ligeramente, meter dentro de una bolsa de plástico y volver a dejar levar hasta que doble.
    Precalentar el horno a 210º C.
    Espolvorear de nuevo con harina, debe quedar una capa fina, y hornear 18 minutos.
    Sacar del horno, dejar reposar 10 minutos y sacar de la bandeja dejándolos enfriar sobre una rejilla.

    Al golpearlos deben sonar a hueco.

    El problema que tiene este exquisito bocado es que hay que consumirlos en el día para que no pierdan su frescura, aunque yo he congelado parte de ellos y luego, con un golpe de horno, estabán como recién hechos.