Hace unos días me encontré por casualidad con una receta en la que Jamie Oliver envolvía un bloque de queso feta en hojas de higuera y lo metía al horno. Así que, como el queso lo tenía en casa, en cuanto he tenido un rato para irme de paseo he agarrado una tijera y me he lanzado como loca a recolectar algunas hojas de la higuera silvestre que tenía más a mano, que en mi barrio hay unas cuantas. Además, como a mis vecinos ya los tengo acostumbrados a verme, de vez en cuando, recogiendo flores, nísperos e higos, el que ahora me vieran cortando hojas de higuera tampoco le ha parecido nada fuera de lo común. Aunque a veces me temo que deben pensar que estoy una poco más pa allá que pacá, jejjeje.
Ingredientes :
- 6 hojas grandes de higuera
- 1 bloque de 200 g de queso feta
- 1 cucharada de orégano seco
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 1 limón
- Pimienta negra de molinillo
Enjuagar bien las hojas y ponerlas en un cuenco. Verter agua hirviendo hasta que estén totalmente cubiertas y dejar dentro hasta que esté frío.
Calentar el horno a 180ºC. Engrasar ligeramente una fuente de horno de un tamaño un poco mayor que el del queso. Reservar.
Retirar del agua y secar ligeramente. Retirar los tallos y los nervios más gruesos e ir colocándolas sobre una superficie limpia, superponiéndolas, hasta formar un círculo sin huecos.
En un plato hondo poner el queso, rallar sobre él la piel de la mitad del limón, espolvorear con el orégano y una pizca de pimienta recién molida. Regar con las dos cucharadas de aceite y voltear hasta que esté cubierto por todos los lados. Colocar en el centro de las hojas y envolver bien con ellas.
Depositar en la fuente preparada anteriormente, con el cierre hacia abajo, y hornear, a media altura, de 20 a 25 minutos. Pasado ese tiempo, colocar en un plato y abrir las hojas dejando descubierto el queso, que deberá estar ligeramente fundido.
Servir enseguida, para que no se enfríe, acompañado de tomate en rodajas y pan de pita caliente. Una vez en la mesa, exprimir por encima el zumo del otro medio limón.
Como podéis comprobar en mis fotos el pan de pita no aparece por ningún lado y es que, a pesar de haber ido a comprarlo para ponerlo en las fotos, cuando me di cuenta había hecho la sesión fotográfica y lo había recogido todo y las pitas... seguían en la bolsa de compra en la cocina. Vamos, pá matarme!!! No, si al final van a tener razón mis vecinos y ya estoy más pallá que pacá, jejjjeje.
Fuente : Jamie Oliver
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