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jueves, 21 de noviembre de 2019

Gratín de tupinambos al gorgonzola

    Parece que ya se ha decidido a llegar el frío y, la verdad, ya tenía ganitas porque estaba saturada de buen tiempo... seguro que en menos de un mes me acordaré de estas palabras y estaré totalmente arrepentida de haberlas pronunciado pero, en este momento, eso es lo que pienso.
    La mejor manera de poner el cuerpo a tono es una comida contundente, con un ingrediente de temporada, aunque no demasiado conocido, que es una verdadera delicia : el tupinambo.
    Hace poco más de 3 años que descubrí este tubérculo, de la mano de Yotam Ottolenghi, y sigue entrando en mi cocina cada invierno desde entonces.


    Los tupinambos, también llamados alcachofas de Jerusalén, patatas de Judea, patacas o girasoles de Canadá, aunque en nuestro país son más conocidos como aguaturmas, son ricos en fósforo y potasio. Eran otro de los productos cultivados por los nativos americanos que vinieron a colonizar nuestras cocinas desde el otro lado del charco, aunque no eran muy populares hasta que Antoine Parmentier empezó a incluirlos en su cocina. (Fuente: Directo al paladar)


    Ingredientes :
  • 700 g de tupinambos
  • 125 g de crème fraîche
  • 100 ml de leche
  • 2 dientes de ajo
  • 4 ramitas de tomillo fresco
  • 100 g de queso gorgonzola
  • 2 cucharadas de zumo de limón
  • Sal
  • Pimienta negra de molinillo

    Pelar los ajos y aplastarlos con la hoja de un cuchillo. Ponerlos en una cazuela con la leche, la crème fraîche y 2 de las ramitas de tomillo. Salpimentar. Llevar a ebullición, apartar del fuego y dejar infusionar durante unos 20 minutos.
    Pelar los tupinambos e ir poniéndolos dentro de una cazuela que contenga agua fría y el zumo de limón para que no se oscurezcan.
    Precalentar el horno a 180º C, con calor de arriba-abajo.
    Cortar el queso en pequeños trozos. Escurrir los tupinambos, secarlos y cortarlos en rodajas finas de unos 3mm de grosor.
    Repartir las rodajas de tupinambo y los trocitos de queso sobre una fuente, apta para el horno, reservando un poco de queso para decorar.
    Verter la leche infusionada, previamente colada, sobre ellos. Repartir el queso reservado por encima y espolvorear con las hojas de las ramitas de tomillo restantes.
    Hornear durante unos 50 minutos, hasta que el queso se haya derretido y la superficie del conjunto esté bien dorada.
    Servir bien caliente.


        Fuente : Saveurs Magazine nº 250

1 comentario:

Natalia Cortés dijo...

Vivi los tupinambos no los conozco de cerca, siempre me han llamado la atención, se ve delicioso este plato con su queso gorgonzola, yo la ratona más feliz, me encanta.
Besos