De nuevo hemos vuelto a coger la maleta para irnos de viaje gastronómico. Nuestro destino : Italia. Y es que hoy, Día de la Mujer, allí preparan un peculiar pastel inspirado en la flor de la mimosa, de ahí su forma y su nombre. Y es que estas flores son todo un símbolo en Italia en este día, en el cual es costumbre regalar ramilletes de mimosas a las mujeres.
Este postre italiano, que consiste en un bizcocho genovés, coloreado de amarillo, bien calado en almíbar de ron moreno, relleno con crema diplomática y decorado con trocitos de bizcocho simulando la flor de la mimosa, se preparó por primera vez en Rieti en la década de 1950.
Aunque no es habitual que se prepare en formato individual yo he optado por prepararlo de este modo y creo que me han quedado unos cupcakes la mar de monos ¿no os parece?
Ingredientes :
Para el bizcocho
- 120 g de harina
- 120 g de azúcar
- 3 huevos L
- 1 puntita de colorante amarillo
- 240 ml de leche
- 125 g de azúcar
- 25 g de maicena (almidón de maíz)
- 2 tiras de piel de limón
- 3 yemas L
- 25 g de mantequilla, a temperatura ambiente
- 160 ml de nata para montar
- 80 ml de agua
- 60 g de azúcar
- 2 cucharaditas de ron moreno (yo puse armañac)
- Azúcar glass para decorar
Calentar el horno a 180ºC, con calor de arriba-abajo. Preparar una bandeja de cupcakes con capacitos de magdalenas.
Primero prepararemos la masa de los cupcakes. Poner en un bol grande los huevos junto al azúcar y montar, al baño maría, hasta que blanquee y triplique su volumen. Añadir el colorante y batir hasta integrar. La cantidad dependerá de como de amarillo queráis que quede, el mío quedó bastante subidito de color como podéis ver en las fotos.
Tamizar la harina encima de la mezcla y trabajar suavemente, con movimientos envolventes con ayuda de una espátula, hasta que la masa esté uniforme. Repartir entre los capacitos de la bandeja preparada anteriormente y hornear, a media altura, durante unos 20-22 minutos. Sacar, desmoldar y dejar enfriar por completo sobre una rejilla.
Para preparar el almíbar poner el agua y el azúcar en un cazo y llevar a ebullición. Dejar cocer un par de minutos antes de retirar del fuego. Echar el licor elegido, remover y dejar enfriar.
Ya sólo quedará preparar la crema diplomática. Para ello pondremos las yemas junto a la maicena en un bol y batir ligeramente. Echar un par de cacitos de la leche y remover hasta integrar todo sin que queden grumos. Calentar el resto de la leche en un cazo junto con el azúcar y la piel de limón. Cuando rompa a hervir retirar la piel de limón y verter sobre la mezcla de yemas, removiendo hasta que esté totalmente integrada. Volver a poner en el cazo y llevar a fuego bajo, removiendo sin parar, hasta que coja cuerpo. Deberá espesar bastante. Retirar del fuego y dejar enfriar hasta que alcance unos 60ºC. Cortar en trocitos la mantequilla e incorporarla en la mezcla trabajando con una espátula. Tapar a piel y dejar enfriar por completo en la nevera.
Montar la nata hasta que empiece a hacer picos suaves e incorporar a la crema fría de dos veces. Volver a tapar a piel y llevar de nuevo a la nevera.
Cortar 3 bizcochitos en cubitos bastante pequeños, quitando las partes que estén doradas, y reservar. Retirar el centro de los 9 restantes, con ayuda de un descorazonador, y calar bien con el almíbar alrededor de todo el agujero creado. Rellenar con crema y volver a tapar con la parte superior de los centros retirados. Cubrir con más crema por encima y terminar de decorar con los pequeños cubitos reservados procurando que no quede ningún hueco. Espolvorear con azúcar glass justo antes de servir.
Como resultado final tendremos unos cupcakes suaves y ligeros, casi etéreos, que emulan a la perfección las sensaciones que nos provocan las flores de la mimosa.
Fuente : Adaptada de Bavette
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