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sábado, 30 de diciembre de 2017

Galette de manzanas, canela y nueces

    Estamos a punto de terminar otro año más. Normalmente en estos últimos días nos dedicamos a hacer un rápido balance de los que ha sido el año, yo no voy ni a intentarlo ya que estos últimos meses han sido tan sumamente nefastos que, sin duda alguna, son capaces de quitar el brillo al resto. Así que solo desear que el vuestro si haya brillado y que 2018 nos colme a todos de buenos momentos, dulces y alegres.
    Dicho esto ya me centro en la receta que os traigo para hoy. Después de las comilonas de Navidad ahora vienen las de Nochevieja y mi propuesta es un postre algo más ligero, con un poco de fruta y con el aroma invernal que le confieren las nueces y la canela.

 
    Ingredientes :
  • 1 paquete de masa brisa o quebrada
  • 2 manzanas
  • 50 g de azúcar moreno 
  • 1 cucharada de zumo de limón
  • 1 cucharadita de maizena
  • 1/2 cucharadita de canela molida
  • 70 g de queso crema (tipo Philadelphia)
  • 50 g de nueces, peladas y en trozos grandes 
    Para decorar
  • 1 cucharada de azúcar moreno
  • 1 yema de huevo batida
    Precalentar el horno a 180ºC, con calor de arriba-abajo.
    Desenrollar la masa brisa y colocarla sobre una bandeja de horno cubierta con papel. Extender el queso crema dejando libre unos 3 dedos a todo alrededor.
    Pelar las manzanas y laminarlas con un grosor aproximado de 5 mm. Ponerlas en un bol, verter por encima el zumo, el azúcar, la canela y la maizena y remover con cuidado para que no se rompa la manzana pero que quede bien rebozada en la mezcla.
    Colocar las láminas de manzana formando un remolino encima de la crema de queso respetando la parte sin cubrir. Repartir las nueces por encima.
    Doblar la parte libre por encima haciendo pequeños pliegues. Pincelar con la yema batida y espolvorear con la cucharada de azúcar restante.
    Hornear durante unos 40 minutos o hasta que esté bien dorada.
    Sacar del horno y retirar de la bandeja poniéndola sobre una rejilla para que se enfríe por completo.


    El pasar la galette enseguida a una rejilla, teniendo cuidado porque estará frágil, hará que la masa no se reblandezca por debajo y siga bien crujiente.


    Como podéis ver, la serví acompañada de unas quenelles de helado de yogur y unos hilos de salsa de caramelo de mantequilla salada y estaba de muerte relenta.


    No las tenía yo muy conmigo al ponerle la capa de queso por dentro pero al final fue todo un acierto ya que le dio una cremosidad extra pero sin pasarse y, además, ayudó a recoger los jugos que soltaron las manzanas dejando realmente crujiente la parte de abajo. Vamos, todo un acierto.


1 comentario:

Pilar dijo...

Qué pinta tiene, ésta la voy a hacer!!!
Feliz 2018!

*Pilar*