Después de sufrir un verano tan extremadamente caluroso, ya iba necesitando que la temperatura descendiese y nos metiéramos de lleno en la que es, sin duda alguna, mi estación favorita: el otoño. Y no es que el calorcito no me guste pero, tantas y tantas tórridas jornadas acaban por saturarme. Para celebrar la entrada de la nueva estación, más vale tarde que nunca, he preparado un plato con uno de sus productos estrella: el membrillo.
Este tajine es, junto al de pollo con limón confitado y aceitunas y al de cordero con ciruelas, un clásico de la cocina de los países del Norte de África (tradicionalmente Marruecos, Túnez y Argelia)
Ingredientes :
- 1,200 g de cordero troceado
- 35 g de mantequilla
- 1 chorrito de aceite de oliva
- 1 rama de canela
- 3 cucharaditas de jengibre en polvo
- 1 cucharadita de miel
- 10 hebras de azafrán
- 1 cebolla roja
- 1/2 cucharadita de sal
- 1/4 de cucharadita de pimienta negra
- 1 ramillete de cilantro fresco
- 2 cucharadas de cilantro fresco picado
- Semillas de sésamo tostado
- 2 ó 3 membrillos
- 3 cucharadas de miel
- 1 cucharadita de canela en polvo
- Agua + 1 rama de canela (para la cocción)
- Zumo de 1/2 limón
Poner en el tajín, en su defecto una olla de fondo grueso o de hierro colado, a fuego medio, la mantequilla hasta que esté derretida. Añadir las especias y rehogar ligeramente. Cuando empiecen a desprender sus aromas agregar el aceite y la cebolla en juliana y dejar cocinar hasta que esté pochada. Echar el cordero e ir moviendo hasta que esté completamente sellado. Verter agua hasta que quede cubierto, salpimentar y añadir el ramillete de cilantro. Cuando rompa el hervor, bajar el fuego al mínimo, tapar y dejar cocinar.
Mientras se se cocina el cordero prepararemos los membrillos. Cortar los membrillos en cuartos retirando las semillas, que envolveremos en una gasa. En una cazuela amplia, introducir los cuartos de membrillo, la gasa de las semillas, el palo de canela y el zumo de limón. Verter agua hasta cubrir, llevar al fuego y dejar cocinar hasta que estén cocidos. Sacar los trozos del agua, secar e ir colocándolos en una sartén, rociarlos con la miel y saltear hasta que estén caramelizados. Espolvorear con la canela y reservar en caliente.
Cuando la carne esté tierna, aproximadamente después de una hora, retirar el ramillete de cilantro. Agregar la miel y remover para integrar. Rodear la carne con los membrillos, dejando ésta en el centro. Espolvorear con el sésamo y el cilantro picado y servir enseguida.
Fuente : Sweet & Sour



 
