A finales de año Clara nos recordaba en twitter su receta de verdinas con mejillones. Madre mía, ¡¡menuda pinta!!, no podía esperar más para probarlas. El problema vino cuando comprobé que no me quedaban las suficientes como para ponerme a ello así que he tenido que esperar a volver a viajar a Valladolid para poder comprar las verdinas sin que me pidieran un ojo de la cara por ellas. Porque estas pequeñas alubias son originarias de Asturias, más concretamente de las inmediaciones de Llanes.
Es un plato realmente exquisito, tanto que cuando lo probé no pude parar hasta acabar con ellas, estaba claro que tenía que compartir la receta en mi blog pero no iba a tener la suerte de cara en esta ocasión ya que las fotos salieron realmente penosas.
Esta semana las he vuelto a repetir y, aunque el día no acompañaba y la luz era bastante pobre conseguí sacar unas fotos lo suficientemente potables como para publicarlas, menos es nada ¿no?
Ingredientes :
- 1 kg de mejillones
- 250 g de alubias verdinas
- 1 cebolla
- 2 dientes de ajo
- 1 zanahoria
- 1 manojo de perejil
- 1/4 de hoja de laurel
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra
- Caldo de pescado
- Agua de cocción de los mejillones
- 1 cebolla dulce
- 1 diente de ajo
- 1/2 puerro
- 1/2 vaso de vino blanco
- 1 sobrecito de azafrán en polvo (0,1g)
- 1 cucharada de perejil
Poner a remojo las alubias, con agua fría, la noche anterior.
Limpiar los mejillones. Poner una cazuela al fuego con un vaso de agua y un puñadito de sal. Cuando rompa a hervir añadir los mejillones, tapar para que comiencen a abrirse e ir retirándolos según lo vayan haciendo. Cuando estén todos abiertos, colar el agua y reservar.
Escurrir las alubias y poner en una cazuela junto con los ajos, la zanahoria, el laurel y el perejil. Cubrir con 1/2 vaso de caldo de pescado y un poco del agua de los mejillones y poner a cocer. Cuando rompa el hervor añadir un poco más de caldo para asustarlas. Repetir este proceso un par de veces más procurando que en el último añadido queden cubiertas. Poner a fuego lento y, de vez en cuando, retirar la espuma que se vaya formando.
Dejar cocer aproximadamente 1 hora y media o hasta que comprobemos que ya están tiernas, añadiendo más líquido si se fueran quedando secas.
Hacer el sofrito. Rehogar en una sartén, con un chorrito de aceite, la cebolla y el puerro, picados finos, durante un par de minutos. Añadir el ajo picado y rehogar durante un minuto. Verter el vino y dejar cocer hasta que se evapore el líquido por completo. Agregar el azafrán y el perejil picado. Remover y cuando las alubias estén tiernas agregarles el sofrito y los mejillones.
Rectificar de sal y pimienta al gusto.
Espolvorear con más perejil picado al servir.
Estas pequeñas alubias son suaves y delicadas, tanto como que parece que no tengan piel, ideales para que vayan acompañadas de marisco o pescado lo que harán de ellas un bocado extremadamente delicioso.
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