Aún a pesar de haber pasado tanto tiempo todas las sensaciones que me dejó este encuentro siguen estando a flor de piel.
Nada más conocer que el encuentro se realizaría en Donosti sabía que iba a acudir, no sabía muy bien como me las apañaría pero no me cabía duda alguna... cuantos buenos recuerdos se agolparon en mi cabeza de tiempos pasados. Además era la excusa ideal para ir de visita a casa de mi hermana Marian (ni que necesitar alguna excusa para ir a verla, jajjaja)
Por fin llegó el día y, tras prácticamente estar viajando toda la jornada anterior, llegó la hora de acudir a la Sociedad de cazadores y pescadores Basollua, lugar donde se celebró el encuentro.
Hacía mucho que no paseaba por Donosti así que, aprovechando que aún era temprano, tenía suficiente tiempo para hacer una visita rápida. No podía dejar de pasar por el Hotel Mª Cristina.
Ni por el Teatro Victoria Eugenia ya que, justo la noche anterior, se inauguró la 61 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, Donostia Zinemaldia. Y el glamour de este teatro para mí no consigue tenerlo la actual sede.
Después de tener el placer de pisar la alfombra roja que conecta el hotel con el teatro pudimos divisar en la lejanía el Kursaal, que es la sede del Festival ahora.
No podíamos dejar de visitar el mercado de La Bretxa, donde no me pude resistir a comprar alubias rojas y piparras de Ibarra.
En el lateral del mercado pude descubrir el monumento a la marcha de San Sebastian del cual me habían hablado pero aún no había tenido ocasión de visitar.
Tampoco se puede visitar Donosti y no parar a reponer fuerzas con alguno de sus numerosos y deliciosos pintxos, no hacerlo es algo imperdonable y más después de pasear por el mercado, donde el olor de los productos que los caseros venden despiertan hasta la más dormida de las pituitarias, jejjeje. Lo más complicado de esto es poder decidirse solo por uno.
Y, después de haber repuesto fuerzas, seguimos de camino al encuentro pasando por la plaza Gipuzkoa donde podemos descubrir más sobre las estrellas y observar los cisnes y palomas que viven en su pequeño estanque.
Pasamos por delante del Buen Pastor.
Y nos adentramos en la calle San Bartolomé.
Y, por fin, llegamos al lugar de la GastroKDD, la Sociedad Gastronómica Basollua, lugar donde Lorentzero oficia en su cocina.
Después de nuevas desvirtualizaciones y reencuentros, nos dispusimos a preparar la primera de las actividades organizadas : la realización de un pastel vasco de la mano de Ainara de Un rincón de mi cocina, explicándonos pacientemente su receta y bajo su atenta mirada.
Mientras los pasteles se horneaban Rafa, en nombre suyo y de Elena, nos habló del presente y futuro de GastroNómadas, en definitiva del final de una etapa.
La siguiente en intervenir fue Marta de Conservas Olasagasti quién, además de hablarnos de sus productos realizados artesanalmente con ingredientes frescos y de gran calidad y de sus métodos de producción totalmente respetuosos con el medio ambiente, nos invitó a degustar alguno de ellos... absolutamente deliciosos.
Después de este aperitivo, acompañado de una riquísima sidra de la tierra, nos dispusimos a probar el aceite de oliva virgen extra de arbequina, Cal Saboi. Ester nos fue explicando la manera de realizar la cata correctamente y nos explicó e invitó a descubrir cada uno de los matices de esta variedad. Por cierto que mojadito en pan estaba de muerte lenta... espectacular!!
Tras el aperitivo se sacaron del horno los pasteles vascos que habíamos realizado para dejarlos enfriar, ya que nos los comeríamos como postre.
Y antes de sentarnos a la mesa pasamos a hacernos la que no podía faltar, la tradicional foto de familia.
Foto de Rafa Prades
Qué rápido pasa el tiempo cuando estás en la mejor de las compañías... llegó la hora de abandonar la sociedad para dejar que la pudieran preparar de nuevo para la hora de la cena. Aún nos daba tiempo para ir a visitar la bahía de La Concha, no me podía marchar de Donosti sin ver el mar, el Cantábrico, mi mar.
Y de nuevo llegó la hora de regresar a casa, con la mente llena de maravillosos recuerdos y sensaciones y en la maleta una muestra del buen hacer de conservas Olasagasti y Cal Saboi, además de las ricas alubias rojas y las piparras de Ibarra que compré en el mercado de La Bretxa.
De nuevo gracias a Rafa, Elena, Loren, Ainara, Marta, Ester... por vuestro buen hacer y conseguir que cada GastroKDD sea mejor que la anterior. La próxima será el 9 de Noviembre en Cáceres y, con gran pesar de mi corazón, no podré asistir.
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