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viernes, 13 de septiembre de 2019

Salmonetes en papillote

    Estamos en ese tiempo en el que tan pronto un día hace calor como que te cae una tromba de agua y es lo que tiene el estar llegando el otoño. Y como que ya lo de encender el horno no es un deporte de riesgo, es más, hasta hay ratos en los que llega a agradecerse el calorcito que de él se desprende,  me empiezo a atrever a preparar platos tan deliciosos como éste que hoy os traigo, que además nos ayuden a recuperarnos de los excesos del verano.


    Uno de los pescados más agradecidos para cocinar, por lo menos a mí me lo parece, es el salmonete, un pescado semi graso de agua salada. Os animo a que preparéis este papillote antes de que termine su temporada de pesca porque es un éxito seguro en la mesa.


    Ingredientes:
  • 4 salmonetes de ración (8 si son pequeños)
  • 1 cebolleta
  • 1 patata mediana
  • 1 calabacín
  • Sal
  • Pimienta
  • Unas ramitas de tomillo fresco
  • Aceite de oliva virgen extra

    Precalentar el horno a 200ºC
    Limpiar y descamar los salmonetes. Retirar las espinas, las cabezas y las aletas y sacar los lomos. Reservar.
    Pelar la cebolleta y cortarla en juliana. Lavar bien el calabacín y hacer rodajas de 2-3 mm de grosor. Pelar, lavar y secar la patata y rebanarla con el mismo grosor que el calabacín.
    Cortar cuadrados de papel de horno y poner sobre ellos las rodajas de patata.
    Repartir la cebolleta en juliana y las rodajas de calabacín por encima de ellas y salpimentar. Terminar poniendo los lomos de salmonete como última capa. 


    Salpimentar y regar con un chorrito de aceite. Poner unas cuantas ramitas de tomillo por encima.
    Cerrar los paquetes y colocar sobre la bandeja del horno.
    Dejar cocinar de 8 a 10 minutos. Pasado ese tiempo, sacar con cuidado y colocar en los platos donde se vaya a servir. Cortar el papel rodeando el pescado, teniendo en cuenta que saldrá vapor muy caliente que puede quemarnos. 


        Servir enseguida para que no se enfríe. Yo he decorado los platos con algunas flores de tomillo y unos pocos pensamientos que le aporta al plato otro toque de color, aparte del bonito tono rosado que tienen los salmonetes.


   

lunes, 9 de septiembre de 2019

Vieiras y champiñones al tomillo con sabayón de café {Reto CocinArte}

    Una vez terminado agosto comenzamos a retomar los retos. Aún hace un calor sofocante y, aunque el encender el horno ya no es un puro acto de heroicidad, y ya he empezado a hacer mis pinitos en él, en casa aún preferimos platos más  rápidos de realizar y que no proporcionen tanto calor a la cocina a la hora de comer. El horno lo dejamos apagado de momento... hasta la hora de cenar, jejjeje.
    No por ello tenemos que conformarnos con cualquier cosa. De hecho, el plato que hoy os traigo, es bastante rápido de preparar y no deja de ser una verdadera delicatessen.


    Tengo que reconocer que me pirro por las vieiras así que, cuando encuentro un plato que las contenga, no puedo dejar de pensar en él hasta que consigo prepararlo. Hace tiempo que vi un programa de Henrique Sá Pessoa donde cocinaba unas vieiras com molho de café, y, aunque no me terminaba de convencer el conjunto, la fusión entre los sabores de la vieira y el café me llamó poderosamente la atención, tanto como para  anotarlo en mi lista de pendientes.
    Hace unos días, buscando algo rico que preparar para el CocinArte en el comienzo de esta nueva temporada, me puse a revisar mis revistas francesas de cocina de otros veranos, que tengo llenitas de post-it con platos que me han gustado, y di con una receta de champiñones con sabayón de café. Entonces se me vinieron a la cabeza las vieiras de Pessoa y me llegó la inspiración de como conjugar ambos platos... y ahí comenzó todo.
     Comenzamos este segundo año de reto con este cuadro de Dalí : "Muchacha en la ventana"


    Este óleo sobre cartón piedra, que se encuentra en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid,  lo pintó en su etapa formativa, cuando contaba poco más de 20 años. En él, Dalí nos muestra a su hermana, su musa hasta que conoció a Gala, mirando por la ventana de su casa de vacaciones en Cadaqués. Observando el cuadro, me puedo imaginar mirando por la ventana junto a ella, acariciada por la tibieza de los rayos de sol del amanecer y respirando la suave brisa marina. Tal vez porque una copia de este el cuadro preside la sala del apartamento que he precuentado los agostos de estos últimos año donde, desde la ventana, tengo una vista bastante similar a la que se nos muestra.
    Viendo esa gama cromática de azules, tan representativa de su primera etapa, no podía imaginar otro plato que no tuviera como protagonista un ingrediente salido del mar. Y, cuando edité las fotos de estas vieiras, sabía que éste era el plato destinado para ser mi aportación de este mes. Me pareció que se conjugaba perfectamente con lo que transmite Dalí con su cuadro.


    Ingredientes :
  • 4 vieiras
  • 250 g de champiñones
  • 30 g de mantequilla
  • 5 ó 6 ramitas de tomillo fresco
  • 3 ó 4 tallos de cebollino fresco
  • Flores de tomillo
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Pimienta negra de molinillo
    Para el sabayón de café
  • 2 yemas de huevo L
  • 30 ml de café fuerte
  • 100 g de mantequilla

    Limpiar los champiñones y cortarlos en cuartos. Lavar las ramitas de tomillo y el cebollino, secar con papel. Picar fino el cebollino.
    Poner a calentar, en una cazuela, 25 g de la mantequilla y 2 cucharadas de aceite. Cuando la mantequilla esté derretida añadir los champiñones. Rehogar bien y espolvorear por encima las hojas de un par de las ramitas de tomillo. Dejar cocinar a fuego suave y removiendo de vez en cuando, hasta que hayan perdido casi todo el líquido que suelten, alrededor de unos 10 minutos.
    Salpimentar al gusto y agregar el resto de la mantequilla. Tapar y reservar en caliente.
    Batir las yemas en un cazo. Cuando comiencen a espumar añadir el café, que deberá estar tibio, y mezclar hasta que esté homogéneo. Llevar a fuego muy suave, removiendo constantemente para que no se pegue al fondo, dejando que espese ligeramente. Cuando haya cogido cuerpo, agregar la mantequilla cortada en trocitos y, cuando esté casi derretida del todo, retirar del fuego. Reservar caliente.
    Marcar las vieiras en una plancha ligeramente aceitada.
    Poner 2 ó 3 cucharadas de sabayón en el fondo de cada plato. Colocar una vieira en centro y repartir los champiñones en uno de los lados. Decorar con un poco de cebollino picado y las flores y las ramitas de tomillo restantes. Servir enseguida.


    El resultado es tan delicado y sorprendente que lo hace un auténtico bocado de placer.


    Y ahora, ¿os venís a ver que han prepardos mis compis de reto? Aquí tenéis el enlace al recopilatorio.

    Fuente : Receta de Thibaut Ruggeri para Regal Magazine

jueves, 5 de septiembre de 2019

Babka de chocolate de Daniel Jordà {Reto Cooking the Chef}

    No os podéis hacer una idea de las ganas que tenía de ponerme a amasar de nuevo.
    Mi muñeca está casi restablecida y, aunque aún se me hincha un pelín por las noches, ya me está dando cuartelillo. Esto, unido a que las temperaturas han descendido un poco y al mono que tenía de encender el horno, me ha hecho que me anime y me líe la manta a la cabeza... y aquí tenéis el resultado.


    Cuando las chicas de Cooking the Chef eligieron a Daniel Jordà en el mes de marzo, pincha aquí para ver el recopilatorio, tenía claro que no me lo iba a perder pero, con mi habitual talento de dejarlo todo para última hora, me encontré con una mano escayolada y sin receta que publicar. 😭😭 No os imagináis la rabia que me dio. La pasada repesca iba muy justita aún para plantearme el ponerme a amasar pero, en ésta, no iba a faltar. Y es que no sé a quién le tenía más ganas si al Chef o al babka. 😂😂


    Aunque ya llevaba tiempo participando en su "Comando panarra de Panes Creativos" de Facebook, a Daniel lo conocí, en persona, hace unos años. No tuve ninguna duda cuando me propusieron hacer una escapadita desde Valencia y así fue como, la "caravana valenciana", cogió el tren para asistir a un curso en su obrador : La Trinidad.
    No se puede decir nada malo de él : es sencillo, amable, atento, divertido y muy cariñoso. Nos hizo sentir como que estuviéramos en casa. Fue un día muuuy intenso pero que mereció la pena de todas todas.


    Bueno, que se me va la pinza, y al final no os dejo la receta, jejjeje. A lo que íbamos y, con ésta, son tres las recetas que voy a aportar en la repesca de agosto de Cooking the Chef.
    Ingredientes :
    Para la masa
  • 500 g de harina de fuerza
  • 30 g de azúcar
  • 10 g de sal
  • 20 g de levadura fresca de panadero
  • 120 g de leche
  • 150 g de agua
  • 100 g de mantequilla, a temperatura ambiente 
  • 1 huevo + 1 cucharadita de leche para pincelar
    Para el relleno
  • 200 g de mantequilla en pomada
  • 150 g de azúcar*
  • 25 g de cacao en polvo sin azúcar (tipo Valor)
  • 1 cucharadita de vainilla
  • 1/2 cucharadita de canela molida
    * Mejor cuanto más fina sea ya que quedará una mezcla menos granulosa, más fina.


    Templar la leche y diluir en ella la levadura. Reservar.
    Poner en el bol de la amasadora la harina tamizada, el azúcar y la sal. Hacer un hueco en el medio y verter en él la leche con la levadura y el agua. Remover hasta que esté todo integrado y amasar un par de minutos. Tapar y dejar reposar 10 minutos. Repetir el ciclo de 2 minutos de amasado y 10 de reposo hasta que la masa esté lisa  y suave. Ir añadiendo la mantequilla, cortada en trocitos, y amasar hasta que esté totalmente integrada. Al principio, será una masa muy pegajosa pero, con el amasado, se despegará de las paredes del bol y acabará estando aterciopelada y muy elástica, tanto que al estirarla quede muy muy fina, que se pueda ver a través de ella, sin romperse. Esto es lo que se llama la prueba de la membrana.
    Hacer una bola con ella, colocar en un bol ligeramente engrasado y tapar. Dejar levar, en un sitio cálido y sin corrientes de aire, hasta que doble su volumen.
    Mientras leva, prepararemos el relleno mezclando todos los ingredientes, con ayuda de una espátula, hasta obtener una crema uniforme. Meter en la nevera un rato para que coja algo de cuerpo.
    Precalentar el horno a 200ºC.
    Volcar la masa, con cuidado, en una superficie de trabajo ligeramente enharinada. Dividir en 4 partes, más o menos iguales. Mientras estiramos cada parte mantendremos las otras tapadas para que no se sequen.
    Formar con una de las partes un cilindro y, con ayuda de un rodillo, estirar a lo largo hasta obtener una tira de unos 45x20 cm. que quede muy fina. Untar 1/4 parte del relleno por encima y, por el lado largo, comenzar a enrollar, apretando lo que podamos, hasta que nos quede un churro largo y recto.
    Repetir el proceso con cada parte de masa y con cada dos churros hacer una trenza.
    Colocar cada trenza en un molde de plum-cake previamente engrasado o sobre la bandeja de horno cubierta con papel. Tapar y dejar levar de nuevo.
    Batir el huevo con la cucharadita de leche y pincelar la superficie de las dos trenzas, justo antes de meter al horno.
    Hornear, a mitad de altura, durante unos 20 minutos y esté bien dorado.
   
  
    Sacar y dejar reposar una hora. Desmoldar, en el caso de haber usado molde. Pasar las trenzas a una rejilla para que terminen de enfriar.


    Ahora que me fijo en el corte, a mí me quedó un poco gorda la masa en el estirado pero, de todas formas, rico estaba un rato largo.


    Fuente : "Love is in the bread" de Daniel Jordà

domingo, 1 de septiembre de 2019

Curry de remolacha y naan de coco, yogur y pasas

    Comienza septiembre y yo sigo sin ganas de volver a la rutina, aunque no me quede más remedio que acostumbrarme e ir habituándome a ella. Este año ha sido bastante atípico para mí ya que, al tener que acudir cada día a rehabilitación, no he podido tener vacaciones como tal con lo que mi verano ha sido menos verano... pero no me voy a quejar ya que me ha dado tiempo a descubrir nuevos retos en los que poder participar. ¡Ay lo que me gusta  a mí un reto! 😂😂 La mayor parte de ellos han sido lectores (que me gusta leer tanto como cocinar) pero también he tenido ocasión de poder aportar alguna cosilla a #losviernesreto, como ya os conté en la entrada de los vasitos de triffle de melocotón hace una semana.
    Esta semana no tenía pensado publicar otra entrada pero, con lo ricos que salieron el curry y el naan de la propuesta de este viernes, me he visto en la obligación de ponerme a ello.


    Aunque la invitación era para viajar a la India yo me he ido un pelín más abajo para traeros este curry vegetariano típico de Sri Lanka.
    Este curry tiene además la particularidad de que se puede degustar tanto en caliente como en frío, lo que es un plus para prepararlo aunque haga un calor de muerte. Se puede comer presentado como guarnición de otro plato o bien como plato principal, acompañado de una ensalada, arroz o /y pan chapati.


    Como la propuesta que se nos hacía era acompañado de naan en vez de chapati (ambos panes que se pueden hacer en sartén, aunque allí los cuecen en tandoor) elegí un naan un tanto peculiar que lleva, igual que el curry, coco y yogur entre sus ingredientes, ya que el clásico y el relleno de queso hace tiempo que los tengo publicados en el blog (pincha aquí si quieres verlos)



    Ingredientes para el naan :
  • 120 ml de leche de coco
  • 1 cucharadita de levadura seca de panadería
  • 40 g de azúcar
  • 330 g de harina de fuerza
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 40 g de ghee + 20 g para pincelar
  • 75 g de yogur griego
  • 50 g de coco rallado
  • 50 g de pasas sultanas

    Ingredientes para el curry :
  • 500 g de remolachas cocidas
  • 1 trozo de 2,5 cm de jengibre fresco
  • 1 cebolla 
  • 1 guindilla verde
  • 10 hojas de curry fresco
  • 1/2 cucharadita de semillas de hinojo
  • 1 pizca de guindilla en polvo
  • 1 cucharadita de cúrcuma molida
  • 1 cucharadita de comino molido
  • 2 cucharaditas de semilla de mostaza negra
  • 4 cardamomos negros
  • 3 cucharadas de aceite de semillas de mostaza o vegetal
  • 30 g de coco rallado
  • 1 cucharadita de sal
  • 225 ml de yogur natural

    Lo primero empezaremos preparando el naan que es lo que más tardará en hacerse.
    Remojar las pasas en agua templada durante un rato. Escurrir y secar ligeramente.
    Poner en un bol todos los ingredientes del naan y mezclar hasta que esté todo bien integrado. Volcar sobre la mesa de trabajo, ligeramente enharinada, y amasar hasta que esté lisa y suave. Colocar en un cuenco, ligeramente aceitado, y cubrir con film plástico. Dejar fermentar hasta que casi doble su volumen.
    Volcar sobre la mesa enharinada y desgasificar un poco con las manos. Formar una bola y dividir en 6 porciones. Bolear cada parte y, con la ayuda de un rodillo, extender dándole forma alargada hasta que tenga un grosor de 6 a 8 mm.
    Poner una plancha al fuego y, cuando esté bien caliente, pasar los panes por ella 2 minutos por cada lado hasta que comiencen a dorarse, para luego ponerlos, con ayuda de unas pinzas, directamente sobre el fuego, volteándolos con frecuencia para que no se quemen. De esta manera los naan tomarán el ligero sabor que les dá el tandoor. Estarán listos cuando comiencen a hincharse. Pincelarlos generosamente con más ghee, cubrir con un paño y mantener en caliente.


    Lavar y secar la guindilla, cortarla longitudinalmente por la mitad y retirar las semillas y el pedúnculo. Pelar el trozo de jengibre y trocear. Sacar las semillas de las vainas de los cardamomos.
    Pelar y picar la cebolla muy finamente.
    Poner en el vaso de la batidora el coco, la guindilla, el jengibre, las semillas de los cardamomos negros y las semillas de hinojo. Triturar e ir añadiendo un poquito de agua hasta que se forme una pasta sin apelmazar. Reservar.
    Escurrir las remolachas, cortar en gajos o en cubos de tamaño similar y reservar.
    Calentar el aceite en una sartén grande y añadir las semillas de mostaza negra. Cuando empiecen a saltar agregar las hojas de curry junto con la remolacha, la cebolla, la cúrcuma, el comino, la sal y la pizca de guindilla. Dejar cocer 7-8 minutos removiendo frecuentemente para que no se agarre.
    Echar la pasta de coco, preparada anteriormente, integrar y poner a fuego medio. Continuar la cocción durante 5 minutos, removiendo a menudo. Añadir agua poco a poco para aclararlo ligeramente y dejarlo cocer otros 5-7 minutos más.
    Retirar del fuego. Echar el yogur por encima, mezclándolo ligeramente, justo antes de llevar a la mesa.


    Servir acompañado de arroz basmati cocido y del naan de coco, yogur y pasas. Cerrar los ojos, aspirar el aroma que emana y preparaos a disfrutar de la comida, sintiéndoos transportados a esos lugares remotos.

    Fuentes : "Mi primer libro de cocina india" y Pepekitchen