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viernes, 31 de octubre de 2014

Linguine con langostinos, almejas, ajo y chile

    De nuevo estamos en el último día del mes y eso quiere decir que toca reto, el del grupo de cocinillas lok@s por Lorraine. Y, de nuevo, nos tocaba reto salado así que hemos elegido este riquísimo plato de pasta.
    Tendríais que haber visto la cara de mi hijo cuando vío su plato, jejjeje. Está acostumbrado a que la pasta se acompañe con tomate ya sea con atún, con carne o gratinados, y había hecho un gran avance cuando introduje la pasta a la carbonara, pero ver el plato lleno de tanto "tropezón" fue algo que no se esperaba en absoluto. Entre semana él solo come en casa 2 días, que no tiene clase por la tarde, y nunca se me había ocurrido ponerle ciertas cosas, pero este día no debería haber comido aquí así que le tocó lo que había pensado cocinar para nosotros.
    A pesar de la primera cara de sorpresa debo decir que, después de probarlo no sin cierta aprensión, acabó comiendoselo.


    Pero vamos ya con la receta. Como es habitual no he seguido al pie de la letra la receta aunque esta vez no he hecho demasiados cambios. Así es como la he preparado Yo, la original podéis verla pinchando aquí.
    Ingredientes :
  • 350 g de linguine
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 2 chalotas grandes
  • 2 dientes de ajo
  • 2 chiles rojos 
  • 400 g de langostinos
  • 400 g de almejas
  • 150 ml de vino blanco
  • 2 cucharadas de perejl fresco picado
  • Sal en escamas 
  • Pimienta negra de molinillo recién molida 

    Yo utilicé almejas límpias congeladas pero si las utilizáis frescas dejarlas en agua fría durante por lo menos una hora, para que se limpien de la posible arena que puedan tener, y desechar las que queden abiertas al mojarlas.
    Cocer la pasta en agua salada hirviendo durante el tiempo que indique el fabricante.
    Poner el aceite en una sartén, a fuego medio, y añadir las chalotas picadas finamente. Dejar pochar durante unos 10 minutos, removiendo de vez en cuando. Agregar el ajo bien picado y los chiles, limpios de pepitas y dejar cocer 2 minutos. Yo dejé los chiles enteros y los retiré al acabar los 2 minutos pero si os gusta el picante picarlos muy finos y dejarlos en la preparación.
    Añadir los langostinos y cocinar 1 minuto, removiendo de vez en cuando. Echar las almejas y el vino blanco, llevar a ebullición y tapar. Dejar cocer 5 minutos hasta que las almejas se hayan abierto y los langostinos estén rosados.
    Escurrir la pasta, verter en la sartén con el marisco y remover bien.
    Espolvorear con el perejil y sazonar con la sal en escamas y la pimienta negra de molinillo recién molida.
    Repartir en boles y regar con un hilo de aceite de oliva virgen extra.
    Servir enseguida.


    De nuevo ha sido Susana quien ha realizado el logo para este reto que vuelve a ser precioso, en cada reto se supera ¿a qué si?


    Y parece que se va animando el reto y han aumentado las participaciones. ¿Os apetece ver lo que han hecho el resto de mis compis? Pues vamonos de visita

    Blanca de Menjar a ca la Blanca
    Vivi de Ó carón da lareira
    Tere de Aurea's Kitchen
    Chus de Siguiendo a Nenalinda
    Angeles de Sweet Cakes
    Mavi de Mandarinas y Miel
    Marisa de Marisa en la Cocina
    Vane de Estorbando en la cocina... maluvaru
    Susana de Té con limón y canela

Pide turco de Ramadán o Ramazan Pidesi

    Durante el Ramadán, cuando cae la tarde, las calles se llenan de vendedores ambulantes con carritos cargados de panes recién hechos. El olor va atrayendo a la gente que se los llevan calientes, casi quemándose los dedos.  Se trata de un pan plano que se consume especialmente durante estos días de Ramadán y de ahí le viene el nombre, Ramazan pidesi, para distinguirlo de otras variedades de pides, los pides rellenos. Pero esos ya os los mostraré en alguna otra ocasión.


    Este mes las chicas de Bake the world, Clara y Virginia, nos llevan de viaje hasta Turquía para invitarnos a preparar Pide turco.
    En esta ocasión lo he preparado con Thermomix siguiendo la receta de Pepekitchen (pincha aquí) pero reduciendo las cantidades a la mitad con lo que he obtenido 2 tortas o panes.


    Ingredientes :
  • 125 g de agua
  • 250 g de harina de fuerza
  • 3/4 de cucharadita de azúcar
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 5 g de levadura seca
  • 1 yema de huevo pequeño
  • 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
  • semillas de sésamo blanco y negro
    Poner el agua en el vas y calentarla 3 min, 37ºC, vel cuchara
    Añadir la harina, 1/4 de cucharadita de azúcar, la sal y la levadura, poniendo en un lado el azúcar y la sal y en el contrario la levadura para que no entren en contacto directo.
    Amasar 5 min, vel espiga. Tapar bien el vaso, arropándole para que no pierda calor y dejar levar hasta que doble de volumen.
    Precalentar el horno a 200ºC.
Pasar la masa a la mesa de trabajo enharinada ligeramente y dividir la masa en dos partes.
    Extender cada parte, con ayuda de un rodillo, hasta darle forma de torta, de un centímetro de grosor, dejando la parte central ligeramente más fina.
    Poner las tortas sobre la bandeja del horno, cubierta con papel.
    Batir la yema de huevo junto al resto del azúcar y el aceite y pintar la superficie de las tortas. Espolvorear con las semillas de sésamo y hornear alrededor de unos 15 minutos, hasta que esté dorada y crujiente.
    Sacar y dejar enfriar sobre una rejilla.


    Para conservarlo tan solo habrá que meterlo dentro de una bolsa de pan, no se el tiempo que puede llegar a durar porque en casa fue visto y no visto, la primera torta me le comí casi entera de una sentada del mismo modo que se la comen los turcos, prácticamente recién salida del horno. Me pareció que estaba absolutamente deliciosa, con el incomparable sabor que le da el sésamo.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Berenjena pizza

    Una de las fuentes más grandes de inspiración para mi es Pinterest y es allí donde me encontré esta joya. Nada más ver la foto me quedé enamorada de ella y no paré hasta que averiguar de donde provenía y poder saber como se preparaba.


    Según iba leyendo, después de pasarla por el traductor ya que el blog es polaco, me iba gustando más y más. El único inconveniente es que la receta lleva higos y ya no es tiempo de ellos así que la apunté en recetas pendientes para poder prepararla el año que viene.
    Lo bueno que tiene que el tiempo esté tan loco y continúe haciendo este calor es que hasta los árboles no saben muy bien en que época del año estamos y, digo esto porque, en una de mis incursiones al mercado, encontré unos pocos. Para que luego hablen de que no hay cambio climático.
    Aquí tenéis la receta aunque con unas pequeñas variaciones, si queréis ver la original pinchar aquí.


    Ingredientes :
  • 1 berenjena grande
  • 1 diente de ajo
  • 1 bola de mozzarella
  • 1 puerro (1 trozo de unos 10 cm)
  • 2 higos
  • 6 tomates cherries
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Crema de vinagre balsámico de frambuesa
    Precalentar el horno a 200ºC
    Lavar y secar la berenjena, partirla a la mitad a lo largo y hacer cortes profundos en su carne, sin llegar a cortar la piel.
    Cortar el puerro y el ajo en láminas e introducir la mitad del puerro y el ajo entre los cortes. Rociar con un chorrito de aceite y hornear durante 40 minutos.
    Mientras poner 3 cucharadas de aceite en una sartén saltear en ella los cherries cortados a la mitad. Retirar y reservar.
    Sacar la berenjena y colocar por encima la mozzarella, desmigada ligeramente con los dedos. Repartir el resto del puerro, los cherries salteados y los higos cortados en cuartos.
    Meter de nuevo en el horno durante unos minutos hasta que la mozzarella esté derretida.
    Aliñar con la crema de vinagre y un chorrito de aceite y servir inmediatamente.


    Decir que está bueno es quedarse corto, está espectacular con esa mezcla de sabores.


    Si le hubiera puesto además un pelín de sal en escamas por encima o le hubiera cambiado la mozzarella por scamorza se hubiera terminado por convertir en un plato sublime.

lunes, 27 de octubre de 2014

Crema de zanahoria e hinojo. Presentación del libro Thermorecetas en Valencia

    No es que haya ido a muchas presentaciones de libros pero, desde luego, esta ha sido diferente a todas ellas.
    Ayer por la tarde tuvo lugar, en la Fnac, la presentación del libro Thermorecetas. La presentación fue muy dinámica y divertida, como las chicas que están detrás del blog y del libro. Y que mejor manera que hablaros del mismo que preparando una de sus recetas, Yo he elegido esta rica crema de zanahoria e hinojo porque, aunque aún hace un calor de mil demonios en Valencia, el cuerpo ya va pidendo algún que otro plato de cuchara.


    Pero antes de mostraros la receta os voy a contar un poco lo que fue la presentación del libro por parte de sus autoras.
    Cuando llegué allí estaban ellas ataviadas con delantal y preparadas para demostrarnos las maravillas que podemos encontrar en él.


    Bueno, de las cuatro chicas solo estaban Ana, Irene y mi queridísima Mayra. La cuarta integrante, Ascen, no pudo acercarse al evento dado que vive en Italia, aunque estuvo presente gracias a que uno de los tres riquísimos platos con los que nos agasajaron era suyo : el bizcocho mágico (un brownie de taza que se hace en menos de dos minutos). Además nos prepararon ajoblanco de mango y tartaletas de jamón y queso crema.


    Pasamos un rato realmente agradable en un ambiente relajado y divertido, donde nos contaron alguna cosilla sobre ellas y su cocina.
    También nos contaron que hasta ese mismo día no se conocían en persona, sus conversaciones han sido siempre a través de las redes y mails. Por todo ello puedo entender perfectamente su alegría y lo especial que ha sido esta presentación, la emoción que da poner cara y voz a tus amigos virtuales solo se puede entender cuando lo has vivido en tus carnes.
    Además los tres platos salieron realmente buenos, a pesar de lo difícil de cocinar en un sitio que no esta especialmente preparado para ello. Y, después de degustar los platos, terminaron la presentación con una firma de libros donde Yo les di bastante trabajo ya que llevaba 5 libros, jejjeje, el que me habían mandado desde la editorial gracias a Mayra y otros 4 que compré allí mismo para regalar.


    Y ahora si que ya vamos con la receta, que es de Ana. En el libro pone que es para seis personas pero a nosotros nos gustan mucho las cremas y nos comimos esa cantidad entre 4. Además al presentarla le di mi toque adornándola con un poco de creme fraiche, una pizca de pimienta d'Espelette y unas chips de zanahoria.

    Ingredientes :
  • 100 g de puerro
  • 50 g de bulbo de hinojo
  • 500 g de zanahorias
  • 100 g de patatas (1 grandecita)
  • 1 diente de ajo
  • 50 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 25 g de mantequilla
  • 500 ml de agua
  • 1 pastilla de caldo de verduras
  • Sal 
  • Pimienta negra recién molida
  • 2 cucharadas de creme fraiche
  • Pimienta d'Espelette (sino pimentón picante o cayena molida)
  • Chips de zanahoria para adornar
    Partir en trozos los puerros y el hinojo. Poner en el vaso junto al ajo, el aceite y la mantequilla. Triturar 4 seg, vel.4
    Pelar las zanahorias y la patata y partirlas en trozos grandes. Añadir al vaso y sofreir 5 min, temperatura Varoma, vel.1
    Incorporar el agua, la pastilla de caldo y la pimienta al gusto y cocer 20 min, 100ºC, vel.2
    Rectificar de sal y pimenta en este punto si fuese necesario.
    Esperar unos minutos a que baje la temperatura y triturar 1 min, vel 5_10
    Verter la crema en los platos de servir y adornar cada uno poniendo media cucharada  de creme fraiche en el centro. Espolvorear con una pizca de pimienta d'Espelette y colocar, encima de la creme fraiche, 2 ó 3 chips de zanahoria.


    La pimienta d'Espelette no se encuentra fácilmente en España, a mi me la trajo mi hermana de Francia, así que la podéis sustituir por un poco de pimentón picante o incluso por cayena molida.
    Las chips de zanahoria las encontré en Carrefour en una cajita que contenía chips de varias verduras.

domingo, 26 de octubre de 2014

Ensalada de alubias blancas con crema de gildas {El Asalta Blogs}

    Parece que este año el frío se resiste a hacer acto de presencia por estas tierras, porque aunque por las mañanas empieza a notarse fresquito a medio día aún tenemos temperaturas casi casi de principios de verano.
    Todavía apetecen más las ensaladas que los platos de cuchara e incluso, algún que otro día, no está de más refrigerarse tomando un rico helado. Pero el decir que apetecen más las ensaladas no quiere decir que renegemos de las legumbres así que ¿por qué no integrarlas en ellas? Aquí os traigo un maravilloso ejemplo de como hacerlo y que, además, está para morirse.


    Pero esta delicatessen no es mía, jajjaja. Esta delicatessen es la joya que les he robado a las chicas de El mito del sofrito, porque hoy es el día en que los asaltadores hemos esquilmado su blog y nos lo hemos llevado todo, no les hemos dejado ni los paños de cocina de muestra, jajjaja. De nuevo llegó el día más gamberro de toda la blogosfera, donde los bandoleros nos calzamos nuestros ropajes de ataque y desvalijamos el blog que tenemos en nuestro punto de mira, llegó el día de "El Asalta Blogs", una gran idea de Conxi Gastro Andalusi, nuestra jefa Al Caparrona.

    Nada más empezar a husmear por su cocina me encontré con esta maravilla de ensalada así que metí la receta en el saco y me volví corriendo para casa. Para la crema utilicé una bandejita de gildas ya preparadas de las que tienen en Mercadona, sin darme ni cuenta de que aún me quedaba un bote de piparras de mi visita a Donosti de este verano, y quedó bien rico de todas formas.


    Ingredientes :
  • 1 bote grande de alubias blancas
  • 1 pimiento verde
  • 1 trozo de pimiento rojo (igual de cantidad que del verde)
  • 1 cebolleta
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Vinagre 
  • Sal
  • 2 bandejas de gildas de Mercadona
    La verdad que quedaría más rica con las alubias cocidas en casa pero esta fue una ensalada exprés así que utilicé de las de bote.
    Escurrir las alubias del líquido de conservación y enjuagarlas bien bajo el grifo del agua fría. Dejarlas escurrir mientras cortamos las verduras.
    Lavar, secar y picar los pimientos, despepitados, en trocitos pequeños. Ponerlos en un bol.
    Pelar y picar la cebolleta de igual manera que los pimientos, que queden los trocitos del mismo tamaño más o menos. Agregarlos al bol.
    Añadir también las alubias bien escurridas y aliñar con sal, vinagre y un buen chorreón de aceite de oliva.
    Poner las gildas con el aceite que lleva el envase, sin los palitos que sujetan los ingredientes, en el vaso de la batidora, reservando algunas enteras para la decoración de los platos. Triturar hasta que quede una crema fina. Si quedara muy espesa podéis aligerarla con un chorrito más de aceite.
    Poner un aro de emplatar en cada plato y repartir la ensalada entre ellos. Quitar los aros y adornar con una gilda cada ración. Acompañar con un poco de crema de gildas.


    Como podéis ver en las fotos mi ensalada está desparramada en el plato, os puedo prometer que puse el aro de emplatar un montón de veces e incluso, en el último intento, las apreté un poco con el dorso de una cuchara para se compactaran un poco. Pero todo fue inútil, aparte de conseguir desesperarme y casi espachurrarlas, cada vez que sacaba el aro las alubias resbalaban hasta convertirse en esto que veis. El final del combate acabó con un contundente Alubias 1- Vivi 0.
    Para olvidarme del mal trago que me habían hecho pasar las dichosas alubias, temperamentales ellas, decidí acompañarlas con una botellita que me quedaba de chacolí, umm!! Y rica estaba riquísima, eso si, jajjaja, la botella y, sobre todo, la ensalada.

sábado, 25 de octubre de 2014

Galletas de los tres cerditos {Una galleta, un cuento}

    ¡Cómo pasa el tiempo! Parece que fue ayer cuando mi hijo me pedía que le pusiera a los cerditos una y otra vez y han pasado ya 13 años de aquello.
    Tanto y tanto que pusimos la cinta de VHS que al final acabó por romperse, aquello fue todo un drama que Sergio aún recuerda de cuando en cuando, jejjeje.
    Seguro que entonces estas galletas hubieran hecho las delicias de mi hijo y le hubieran consolado, sin duda alguna, de la pérdida de la cinta pero por entonces aún no había comenzado mi afición por las galletas decoradas. Aún no había trabajado con fondant, de hecho, no sabía ni que existía. jejjeje.


    Aunque la primera historia de Los tres cerditos fue escrita por James Orchard Halliwell en 1849, dentro del libro"Rimas populares y cuentos infantiles", no se tiene muy claro si él fue realmente el autor del relato o lo tomó de generaciones anteriores. Lo que si que está claro es que lo que la hizo más popular fue la adaptación, de tan solo 8 minutos, que de la historia hizo Walt Disney.
    En la versión de Halliwell el lobo acaba asado en una ola y devorado por los tres cerditos, fue en la adaptación de Joseph Jacobs para el libro "Cuentos de hadas ingleses" donde se suavizó, con el fin de adaptarlo para los niños, dejando que el lobo bajara por la chimenea y solo se quemara la cola. En la versión de Disney el lobo aterriza en una olla hirviendo de trementina y acaba huyendo aullando de dolor.
    La moraleja del cuento es bien clara : solo el trabajo duro y concienzudo es capaz de vencer las adversidades.
    (Fuente : eHow en Español


    Pero os preguntaréis que a que viene todo esto que os estoy contando de los cerditos, y es que este mes en el reto "Una galleta, un cuento" la ganadora del reto anterior, Elena, encargada de elegir el cuento de este mes, nos propuso trabajar sobre "Los tres cerditos"

   
    Este mes el reto, a pesar de tener una apego muy especial al cuento como ya os he contado, me ha resultado extremadamente difícil. Así como con el cuento de Caperucita supe desde el principio que era lo que iba a hacer, en este casi hasta el último momento no lo he tenido claro.
    Al final me decidí por estas galletas (receta aquí) decoradas con fondant y coronadas con la cara de un cerdito realizado con Candy melts. Con los lobos quería experimentar pintándolos con rotuladores de tinte comestible directamente sobre el fondant y, bueno, creo que mejor seguiré dedicándome a cocinar porque definitivamente el dibujo no es lo mío, jajjaja.


    A pesar del paso de los años Sergio estaba más que encantado con sus cerditos y Sonia no se quedaba atrás. Espero que a vosotros también os haya gustado la idea.
   

    La verdad que no me gusta demasiado trabajar con Candy melts, no acaba de correr bien el chocolate y enseguida se queda duro pero tenía un paquete a puntito de caducar y era el momento oportuno de aprovecharlo. Los Candy melts eran blancos pero los tinté con una pizca de colorante en pasta, claret de Sugarflair. Tan solo me queda daros unos pequeños consejos para hacer los bombones con candy melts, después de metido el chocolate derretido en los huecos introducirlo unos segundos al microondas para que se funda del todo y, al sacarlo, dar unos pequeños golpes para que si hay alguna burbuja de aire esta suba a la superficie.  Dejar enfriar un poco en el congelador antes de desmoldarlos. Para pegar los bombones al fondant tan solo pasé la base de estos por un vaso lleno con agua caliente para que se fundiera ligeramente y así se quedara bien pegado al enfriar.

    Y si queréis ver lo que han hecho este mes mes compis de reto tan solo tenéis que pinchar aquí.

domingo, 19 de octubre de 2014

Quenelles con salsa cremosa de parmesano. Reto Cocinas del mundo

    De nuevo me voy de viaje, bueno, exactamente de viaje viaje no, pero casi. De nuevo os traigo una receta francesa, una riquísima preparación típica de Lyon que se ha extendido a lo largo de toda Francia : quenelles.


    Muchos pueden pensar que las quenelles solo es una manera de presentar ciertos alimentos, y no les falta razón, dado que la forma característica que adquiere este suculento manjar al formarse con dos cucharas es lo que le ha dado ese nombre. Pero las quenelles son mucho más que eso.
    Sus orígenes se remontan a la antigüedad siendo muy frecuentes en los banquetes de los reyes de los siglos XVII y XVIII, estas se elaboraban con una masa de harina llamada panade. Alrededor de 1830 aparecen las quenelles de lucio en Lyon y comienzan ha elaborarse con pasta choux. La escasez de alimentos durante la Segunda Guerra Mundial hizo que se prepararan solo de masa, sin adicción de carne ni pescado y no es hasta el siglo XX cuando aparecen las quenelles dulces, generalmente envueltas en chocolate. Hoy en día se preparan con muy distintos ingredientes como base sustituyendo a la masa choux : patata, calabaza. Además podemos encontrarlas en todas las superficies comerciales del país ya sean frescas, en latas, al vacío o congeladas (fuente : Wikipedia)


    De nuevo me encuentro metida en otro reto que nos invita a descubrir la gastronomía de otros países los cuales iremos visitando por orden alfabético, es el reto de Cocinas del mundo. La idea salió de un grupo de amigas con ganas de divertirse descubriendo lo que se cuece en los hogares de todo el mundo, ellas son Marga, Tere, Concha, Mar, Nieves y Elena.


    Este reto ya lleva unos meses en funcionamiento así que ya se llegan por la letra F. La anfitriona de este mes, Marga de Acibechería, es quien nos ha propuesto viajar al país vecino.
    Este verano, mientras pasaba unos días en Donosti, me acerqué un par de días a Hendaya. Del primer día no me quedó muy buen recuerdo ya que, de repente, entró una galerna del mar y nos cayó tal cortina de agua encima que no tuvimos más remedio que regresar a casa a cambiarnos de ropa y zapatos. Teníamos empapada hasta la ropa interior y eso que llevábamos gabardinas y paraguas.
    El segundo día pasamos por un bazar en el que encontré un montón de libritos de cocina. Por supuesto unos cuantos se vinieron conmigo para casa y de uno de ellos es de donde he sacado la receta de esta delicatessen. El libro se llama Quenelles tendance,de Lucia Pantaleoni, de la editorial Giraudet.


    Ingredientes :
  • 2 huevos + 1 yema
  • 170 ml de leche (le puse semi desnatada)
  • 250 ml de nata líquida
  • 70 g de mantequilla
  • 90 g de queso parmesano rallado (120 g en la receta original)
  • 100 g de harina
  • 1 pizca de nuez moscada
  • Sal 
  • Pimienta negra de molinillo
  • Pimienta d'Espelette (la receta original no lleva)
    Poner una cazuela con 4 litros de agua con sal al fuego.
    En otra cacerola poner la leche con la sal, la nuez moscada y la pimienta negra y llevarla al fuego. Cuando arranque el hervor añadir la mantequilla y dejar que esta se funda. Retirar del fuego y echar la harina de golpe. Mezclar con unas varillas y volver a poner al fuego durante unos 5 minutos, sin parar de remover.
    Cuando la pasta se separe de las paredes de la cacerola retirar del fuego. Añadir los huevos, uno a uno, y 30 g de queso parmesano. Remover hasta integrar por completo.
    Con ayuda de dos cucharas formar quenelles e introducirlas dentro del agua hirviendo. Bajar el fuego para que tengan un hervor ligero y dejar cocer durante 12 minutos.
    Unos minutos antes de finalizar la cocción poner al fuego en un cazo la nata líquida y, cuando rompa a hervir, añadir el resto de parmesano y mezclar con una varilla. Retirar del fuego, agregar la yema de huevo y seguir batiendo hasta que esté integrado. Yo lo volví a acercar al fuego, sin dejar de batir, hasta que la salsa espesó un poco más, aunque esto no lo ponía en la receta original.
    Cuando acabe el tiempo de cocción retirar las quenelles con una espumadera y ponerlas sobre un papel de cocina para retirar el exceso de humedad.
    Colocar en los platos de servir y napar con la salsa de parmesano. Espolvorear con una pizca de pimienta d'Espelette y servir enseguida.


    Para mi gusto es un plato exquisito, ya sabéis que en mi casa el queso desaparece como por ensalmo, ahora que sino te gusta el queso más vale abstenerse ya que tiene un marcado gusto a parmesano.


    El punto ligeramente picante que le da la pimienta d'Espelette es brutal.

viernes, 10 de octubre de 2014

Szarlotka, tarta de manzana polaca

    Una de las tartas que más apetecen en esta época sin duda alguna es la tarta de manzana y esto debe pasar en innumerables países ya que es muy común encontrar diferentes formas de prepararla como receta tradicional.


    Este mes nos ponemos de nuevo las botas de siete leguas para encaminarnos al nuevo destino de las Reposteras por Europa. En este caso Sam, la repostera jefe, nos invitó a viajar a Polonia y descubrir la repostería de este país.

    
    Nada más descubrir que uno de sus dulces tradicionales era una tarta de manzana con canela no busqué más, esa era mi receta. Adoro la combinación de ambos ingredientes y es ahora, precisamente cuando el otoño comienza, cuando más me apetece degustarlos.


    Ingredientes :
  • 5 yemas
  • 1 vaso de azúcar
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 500 g de harina aproximadamente
  • 250 g de mantequilla a temperatura ambiente
  • 2 cucharaditas de levadura química (Royal)
  • 5-6 manzanas
  • Canela molida
  • Azúcar glass para espolvorear
    Precalentar el horno a 180ºC.
    Batir las yemas con el azúcar y el extracto de vainilla hasta que blanqueen.
    Añadir la mantequilla y batir hasta que esté bien mezclado.
    Cambiar las varillas por el gancho amasador, ir agregando la mitad de la harina junto con la levadura y mezclar. Seguir añadiendo harina poco a poco hasta que empiece a estar espeso, es probable que no necesitéis toda la harina, Yo solo usé 475 g.
    Sacar del bol y comenzar a amasar a mano. La masa tendrá que estar tierna pero sin que llegue a pegarse a los dedos.
    Dividir en 2 partes iguales y guardar una de ellas en el congelador para que se endurezca.
    Echar la otra en un molde, forrado con papel de horno, presionando con los dedos para que no queden huecos.
    Pelar las manzanas, descorazonarlas y cortar en cuartos. Hacer láminas de grosor medio y cubrir la masa del molde con ellas. Espolvorear con un poco de azúcar y canela.
    Rallar la masa del congelador, con ayuda de un rallador de agujero grueso, cubriendo totalmente la manzana de manera uniforme.
    Hornear durante una hora. Sacar y dejar enfriar sobre una rejilla.
    Desmoldar y espolvorear con azúcar glass.


    En esta ocasión la preparé para uno de los almuerzos que a veces tengo con mis compañeros y resultó todo un éxito así que decir que estaba deliciosa no es una opinión parcial por mi parte, que también lo es, sino que fue la opinión consensuada de otras 12 personas, jejjeje.


    Y menudo corte que tiene ¿verdad? Lo que peor llevaron mis compañeros fue esperar mientras hacía las fotos, jejjeje. Eso es porque les tengo mal acostumbrados, en casa ya lo tienen asumido no me hace falta decir ni mu, jejjeje.


    Lo dicho, una verdadera delicia.

    Fuente : Recetas de repostería y platos tradicionales

jueves, 9 de octubre de 2014

La "mocadorà" para el 9 d'Octubre

    Tal día como hoy, en el año 1238, entraba en la ciudad de Valencia el Rey Jaume I, es por esto que hoy se celebra el día de la Comunidad Valenciana.
    Valencia era una ciudad rica y culta. En ella los árabes trabajaban la tierra, habían desarrollado un sistema de regadío por medio de acequias que regaba sus huertas, que aún persiste en gran parte del territorio, y la noria que llevaba el agua de los ríos a las acequias. Cultivaban arroz. naranjas, olivas, trigo y uvas. Cultivaban moreras con cuyas hojas alimentaban gusanos de seda y fabricaban tejidos. También fabricaban papel y trabajaban la cerámica. Todas estas riquezas aún son importantes hoy en día en estas tierras. Por todo esto era por lo que el Rey Jaume quería hacerse con el control del Reino de Valencia.
    Las huestes cristianas, aprovechando los enfrentamientos existentes entre los diferentes reyes árabes que rodeaban el Reino, bajaron desde las tierras de Teruel comenzando a conquistar todos los pueblos que se encontraban a su paso hasta llegar a Borriana. Una vez que toda la Plana de Castelló estaba dominada, el Rey Jaume se encaminó hacia Valencia, acampando en primer lugar en el Puig para preparar la conquista de la ciudad.
    El Rey tampoco era tonto y, como lo que le interesaba era seguir disfrutando de las riquezas de esta tierra, no entró a sangre y fuego en Valencia sino que rodeó sus murallas para que no pudiera entrar alimento alguno en ella, tras el asedio al que fue sometida la ciudad por parte de las huestes cristianas, el Rey Zayyan se sentó a negociar la rendición  árabe con el Rey Jaume I firmando las Capitulaciones de Ruzafa. En ellas el Rey Jaume se comprometió a respetar a los habitantes árabes conquistados y no permitió a su ejército que los matara ni los hiciera daño, concediéndoles unas leyes propias, los fueros, y un gobierno propio, las Cortes, que residían en el Palacio de la Generalitat, lugar donde reside actualmente el gobierno de la Comunidad.
    Y, después de tanto rollo histórico para ponernos en situación, podemos comprender el porqué un pueblo doblegado por otro rey que no era el suyo agasajara, en su entrada a la ciudad de Valencia, a Jaume I y Violante de Hungría, su esposa, regalándoles productos de la huerta envueltos en un pañuelo.
    De ahí nace la tradición de regalar la mocadorà. Mocador es pañuelo en valenciano y es donde se envuelven las frutas de mazapán que se regalan en este día para conmemorar la entrada del Rey. Es tradición que se lo regalen los chicos a sus enamoradas convirtiéndose de este modo en el día de los enamorados para los valencianos. Y después de tanto rollo os dejo las frutitas que hizo el año pasado Sonia para este día y que no me dio tiempo a publicar entonces.


    Ingredientes :
  • 200 g de azúcar glass
  • 250 g de harina de almendras
  • 1 clara de huevo
  • 1 yema de huevo para pintar
  • Extracto de fresa, de naranja y de limón
  • Colorante rojo, naranja, amarillo y verde
    La masa base la hicimos con la Thermomix con la receta de mazapán del libro Imprescindible.
    Nosotras en esta ocasión utilizamos el azúcar glass comprado pero se puede utilizar azúcar normal y triturarlo 1 min, vel.10 y dejarlo enfriar.
    Precalentar el horno a 180ºC.
    Poner en el vaso la harina de almendras y el azúcar durante 15 seg, vel.6
    Incorporar la clara y mezclar 20 seg, vel.6. Sacar del vaso, retirar un trocito y dividir el resto en tres partes que pondremos en tres boles. En el primer bol añadir unas gotas de extracto de fresa y un poco de colorante rojo, en el segundo extracto de naranja y colorante naranja y en el tercero extracto de limón y colorante amarillo. En el trocito que retiramos antes de dividir la masa le pondremos unas gotas de colorante verde.


    Amasar hasta que esté todo completamente integrado y probar la mezcla por si necesitáramos añadir alguna gota más de extracto o de color.
     Dar a las masas forma de naranjas, limones y fresas y con el trocito verde formar tallitos y hojas que colocaremos en las naranjas y las fresas.
    Colocar en una bandeja de horno cubierta con papel y pincelar con la yema de huevo batida. Meter en el horno, a media altura, y cocer durante unos 5 minutos.
    Sacar del horno y dejar reposar unos 5 minutos en la bandeja antes de ponerlos a terminar de enfriar sobre una rejilla.

  
    La verdad que nos quedaron un poquitín raros pero estaban deliciosos. Creo que los próximos no los pincelaremos con la yema de huevo para que nos les quede esa película por encima, jejjeje.


    Pueden conservarse en el frigo, guardados en un recipiente hermético, durante una semana pero la verdad es que en casa volaron.

martes, 7 de octubre de 2014

Hojaldre con queso de cabra y frutos del bosque

    Últimamente veo quesos de todo tipo hechos al horno por todas partes, sobre todo en Pinterest, y, con lo quesera que soy no me podía resistir a hornear algo que lo contuviera.


    Cuando nos dijeron que el reto consistía en hacer una combinación de hojaldre, queso y fruta no me lo podía creer, jejjeje, había llegado la hora de meter un queso al horno.
    De nuevo llegó el día 7 y con él la publicación del reto ¡Qué rico, mamá!


    La anfitriona de este mes ha sido Leire de Cocina con gusto, ella ha sido la que nos ha hecho llegar esta propuesta así que es a ella a la que tengo que agradecer que se haya visto cumplido mi objetivo de meter un queso al horno.


    Ingredientes :
  • 1/4 de lámina de hojaldre comprado (el mío era de Mercadona)
  • 1 rulo de queso de cabra (75 g)
  • 1 huevo batido para pincelar
  • 1 puñado de frutas del bosque congeladas
  • 5 ó 6 tallos de cebollino
  • 1 chorrito de crema de vinagre de frambuesa 
 

    Extender la lámina de hojaldre y cortar en 4 cuadrados. Utilizaremos uno, el resto lo reservaremos para hacer otras preparaciones.
    Coger los picos del cuadrado y doblarlos hacia el centro haciendo que se unan los 4. Pinchar la parte central con un tenedor y poner el rulo de queso de cabra en el centro, encima de la unión de los 4 picos.
    Pincelar la superficie del hojaldre que queda libre con el huevo batido. Reservar en la nevera para que esté bien frío mientras precalentamos el horno a 200ºC.
    Cortar los tallos de cebollino en trocitos pequeños y reservar.
    Cuando el horno esté bien caliente, poner el hojaldre sobre una bandeja de horno cubierta con papel, colocar el puñado de frutos del bosque sobre el queso y esparcir el cebollino por encima.
     Introducir la bandeja en el centro del horno y dejar cocer durante unos 20 minutos, hasta que el hojaldre haya subido y esté bien dorado.
    Sacar del horno y poner sobre el plato de servir. Rociar con un hilo de crema de vinagre de frambuesa y servir en seguida.


    Lo mejor del plato es el contraste de sabores que tiene, además el queso de cabra con los frutos del bosque casan la mar de bien.


    Un bocado realmente exquisito para compartir si se va a comer de pinchos y acompañado de una buena ensalada de brotes tiernos puede llegar a convertirse en un gran primer plato.

domingo, 5 de octubre de 2014

Islas flotantes sobre coulis de mango al cardamomo

    Todos sabemos que la forma más apetecible de adentrarnos en la cultura y las tradiciones de un país es a través de su gastronomía. Volvemos de nuevo a Francia para descubrir una receta dulce, aunque, en esta ocasión, con ciertos matices hindúes.
 

    Cuando las chicas de FoodBloggers Trotamundos, Aisha y Mon, nos hacían llegar las recetas propuestas por Aurélie para el reto de este mes donde el país de destino, por supuesto, era Francia pensé en hacer la tarta bourdaloue pero, casualidades de la vida, en el Saveurs de Septiembre me quedé prendada con estas islas flotantes y, como esta era la otra receta dulce propuesta, me puse manos a la obra.
    La única diferencia con la receta original que vi en la revista es que, aparte de reducir a la mitad las cantidades, al coulis de mango le he añadido una pizca de cardamomo. Me encanta como se complementan ambos sabores y me gusta el toque indio que le aporta al plato.


    Ingredientes (para 2 personas) :
  • 1 clara de huevo a temperatura ambiente
  • 50 g de azúcar + 2 cucharadas
  • 1/4 l. de leche
  • 1 mango pequeño
  • 1 puñado de avellanas
  • 1 chorrito de zumo de limón
  • 1 pizca de cardamomo molido
    Lo primero que haremos será preparar el coulis.
    Pelar el mango y quitarle el hueso. Cortar su carne en trozos y poner en el vaso de una batidora.Verter el chorrito de zumo, las 2 cucharadas de azúcary la pizca de cardamomo y batir hasta que se forme una crema. Reservar en la nevera.
    Pelar las avellanas y dorarlas en el horno, precalentado a 160ºC, durante 5 minutos. Ir volteándolas de vez en cuando para que se tuesten por igual. Pasarlas a un paño limpio y, tapándolas con el mismo, hacerlas rodar para quitarles la película marrón. Dejarlas enfriar y, con ayuda de un mortero partirlas en trozos.
    Batir la clara de huevo a punto de nieve. Cuando comiencen a formarse picos añadir los 50 gramos de azúcar poco a poco, sin dejar de batir hasta que el merengue esté firme y brillante.
    Poner la leche a cocer en un cazo a fuego suave y, cuando arranque el hervor, depositar delicadamente el merengue, dándole forma de quenelles con ayuda de dos cucharas. Dejar cocer durante unos 40 segundos por cada lado y sacar con una espumadera. Depositar sobre papel absorbente para retirar el exceso de leche.
    Verter el coulis de mango en un par de cuencos. Depositar encima las islas de clara de huevo y espolvorear con las avellanas tostadas reservadas.

 
    Como podéis ver en la foto se aprecia perfectamente el juego de texturas del postre. Un juego de texturas que hace que sea irresistible y delicioso.