Todos los años me acaba pasando lo mismo. Con la llegada del verano, y con él los albaricoques, melocotones y toda la demás fruta de hueso que tanto me gusta, me planteo preparar un montón de platos con ellos, tanto dulces como salados; pero al final, ya entrado y bien entrado el otoño, me doy cuenta que de lo proyectado no he hecho ni una cuarta parte y es entonces cuando me meto como loca en la cocina antes de que se retiren por completo algunas de esas frutas que todavía quedan en los mercados. Éste es uno de los platos que tenía en mente preparar y que, como aún no hace demasiado frío, es muy agradable de comer.
Ingredientes :
- 2 melocotones
- 1 bola de mozzarella
- 100g de cecina
- 1 puñado de rúcula
- 1/4 de cucharadita de tomillo seco
- Sal
- Pimienta negra de molinillo
- Aceite de oliva virgen extra
Lavar la rúcula, escurrir bien todo el agua posible y poner en el fondo de una bandeja. Sacar la mozzarella de su envase, secar con papel absorbente y cortar en rebanadas. Formar rollitos con cada loncha de cecina.
Lavar y secar bien los melocotones y cortarlos en gajos. Dorarlos ligeramente, por ambas caras, en una sartén con un chorrito de aceite.
Ir colocando los gajos de melocotón ya dorados sobre la rúcula, alternando cada gajo con una rebanada de mozzarella en la mitad de la bandeja y con los rollitos de cecina en los lados.
Poner en un bote un chorreón de aceite, sal, pimienta negra y el tomillo, tapar, agitar hasta que emulsione y verter sobre la ensalada.
Servir enseguida para que el melocotón llegue caliente a la mesa.
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