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martes, 28 de julio de 2020

Causa limeña de cangrejo

    De nuevo tenía ganas de viajar gastronómicamente así que, he cogido la mochila y, andandito andandito, me he encaminado hacia un nuevo destino.
    Hoy es el Día Nacional de Perú así que para allá nos vamos. Y que mejor que de la mano de Gastón Acurio para realizar uno de los entrantes más representativos de aquella tierra : la causa limeña.


    Dicen que causas hay muchas, una por cada familia que la prepara, pudiendo tener diversos rellenos. Aunque el más habitual sea el de pollo, yo os traigo esta modalidad rellena de cangrejo que me ha parecido la más refrescante teniendo en cuenta los calores que tenemos.
    El curioso nombre del plato parece ser que se debe a que las limeñas comenzaron a venderlo en las esquinas de las calles para apoyar la causa de la independencia, ayudando a solventar así los gastos de la campaña militar de José San Martín. Lo cierto es que este es un plato precolombino que ya se conocía antes del Virreinato pero sin tener una denominación específica.


    Ingredientes :
  • 6 patatas para cocer
  • 1/4 de cucharadita de cúrcuma en polvo
  • 2 cucharadas de pasta de ají amarillo
  • 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 3 limas
  • 200 g de palitos de cangrejo
  • Sal
  • Mahonesa
  • Huevo cocido en rebanadas
  • Hojas de cilantro fresco  
    Para la pasta de ají amarillo
  • 5 ajís amarillos

    Lo primero que haremos será preparar la pasta de ají para que le de tiempo a enfriarse.
    Lavar los ajís y secarlos bien. Cortarlos por la mitad a lo largo y retirar las semillas y las nervaduras. Aconsejo que cuando manipuléis los ajís lo hagáis con guantes teniendo mucho cuidado de no tocaros la cara porque pican a rabiar.
    Una vez los tengáis limpios colocarlos en una cazuela y cubrirlos con agua. Llevar a fuego medio y, cuando rompa el hervor, escurrir del agua. Repetir el proceso con el fin de matar un poco la fuerza del picante. Volver a cubrir con agua y dejar cocer 10 minutos desde que comience a hervir. Escurrir y dejar enfrier un poco antes de pelar las mitades.
    Triturar hasta que se forme una pasta. Si queda demasiado espesa añadir un chorrito de agua para aligerarla.


    Limpiar bien las patatas y poner a cocer, sin pelar, en una cazuela con agua y sal. Cuando estén bien cocidas, y al pinchar con un cuchillo éste entre suavemente, escurrir y dejar que se enfrien ligeramente para poder pelar sin quemarnos. Exprimir las limas y reservar el zumo.
    Poner en un bol, añadir la cúrcuma, el aceite, el zumo de lima, reservando 2 cucharadas para el relleno, y la pasta de ají amarillo. Os aconsejo ir añadiendo la pasta de ají poco a poco para probar el punto de picante que queráis darle. Con dos cucharadas solo le daréis un toque así que, si queréis que pique de verdad, añadir un par de cucharadas más... por lo menos. Chafar hasta tener un puré espeso y cremoso. Rectificar de sal y reservar tapado a piel hasta que se enfríe.
    Poner en un bol los palitos de cangrejo picados finamente y las dos cucharadas reservadas de zumo de lima. Ir añadiendo mahonesa, poco a poco, hasta que tengamos una pasta firme pero cremosa. Reservar en la nevera.
    Puedes hacer una sola grande o varias individuales como yo. Poner un aro en cada plato y rellenar con la mitad del puré de patata repartiéndolo entre los aros. Extender por encima de cada aro la mezcla de cangrejo y terminar de rellenar con el resto del puré.
    Retirar con mucho cuidado los aros de emplatar, pasando una puntilla por el borde del aro si fuese necesario, para que nos se desmonten las causas, y decorar con las rodajas de huevo cocido, un puntito de mahonesa y las hojas de cilantro fresco.


    Normalmente se añade también una capa de láminas de aguacate pero, como en casa sólo me gusta a mí, no se lo puse. También podéis reservar un poco de cangrejo picado para el adorno aunque con el huevo y el cilantro yo creo que es más que suficiente.
    Reservar tapado en la nevera hasta su consumo.


        Jamás pensé que un plato con picante pudiera dar esa sensación de frescura en la boca al ser comido. Desde luego no será la última vez que lo prepare.

domingo, 26 de julio de 2020

Bizcocho de zanahoria y almendra con glaseado de queso

    Otro año que me queda pendiente de publicar la tarta de Santiago pero este año ha sido por causa de fuerza mayor. Después del tute que le dí al horno durante el confinamiento, parece que se ha querido jubilar antes de tiempo y el cristal de la puerta reventó. Después de una infructuosa busqueda de la puerta me he encontrado con que no hay repuesto por ningún lado así que no me ha quedado otra que resignerme y comprarme un horno nuevo que, espero, me instalen en unos días.
    Mientras tanto os dejo este bizcocho que horneé durante la cuarentena y, por lo menos, algo de almendra también lleva y está impresionantemente rico. Una buena manera de comenzar el domingo.
    En la receta el bizcocho está horneado en un molde de 20 cm de diámetro pero yo tenía este molde de Nordic Ware por estrenar y me ha parecido la manera ideal de hacerlo... queda taaan bonito.


   Ingredientes :
  • 140 g de harina de espelta*
  • 50 g de almendra molida
  • 200 g de azúcar moreno (le puse panela)
  • 150 g de aceite de girasol
  • 200 g de zanahoria rallada
  • 2 huevos L + 1 yema
  • 8 g de levadura química
  • 1 cucharadita de canela en polvo
  • Ralladura de naranja
  • 1 pizca de sal
   *También podéis sustituir la harina de espelta por harina de repostería sin ningún problema.

   Para el glaseado de queso

  • 25 g de azúcar glass
  • 25 g de queso crema
  • 8 ml de agua caliente
  • 1/4 de cuchardita de extracto de vainilla


    Calentar el horno a 180ºC, con calor de arriba-abajo.
    Engrasar el molde con spray desmoldante antiadherente, incidiendo bien en todos los recovecos. Si usáis un molde redondo poner papel o teflón  en el fondo, para poder desmoldar mejor el bizcocho, y engrasar también. Colocar el molde boca abajo sobre papel absorbente para que escurra el exceso de grasa.
    En el vaso de la batidora echar la mitad del aceite y la zanahoria y triturar. En mi casa no les gusta encontrarse la ralladura de la zanahoria y por eso la trituro, para que prácticamente no se note, pero si a vosotros no os importa encontraros la zanahoria podéis obviar este paso.
    Tamizar la harina junto a la levadura, la canela y la sal. Reservar.
    Poner en un bol amplio los huevos, la yema y el azúcar y batir, a velovidad alta, hasta que espumen y empiecen a blanquear.
    Añadir el aceite restante, bajar la velocidad al máximo, y seguir batiendo hasta que la masa esté uniforme. Agregar la mezcla de harina tamizada y la almendra e integrar con ayuda de una espátula, con movimientos circulares y de abajo hacia arriba. Incorporar de igual modo la zanahoria triturada y la ralladura de naranja.
    Cuando esté todo bien integrado verter la masa dentro del molde elegido.
    Hornear, a media altura, colocado sobre la rejilla de 40 a 45 minutos. Pinchar con una brocheta para comprobar que esté bien cocido, sacar del horno y dejar enfriar 10 minutos antes de desmoldar.
    Pasado ese tiempo, zarandear el molde un poco, para que el bizcocho se termine de despegar de las paredes, volcar sobre una rejilla y dejar que se enfríe por completo sobre ella.
    Preparar el glaseado batiendo, enérgicamente, todos los ingredientes, con una varilla manual, hasta que la mezcla esté fina y suave. Regar con el glaseado por encima como veis en las fotos cuando el bizcocho esté totalmente frío.
    Dejar que se seque un poco antes de llevarlo a la mesa... si es que podéis esperar, jejjeje.


    Para mí los bizcochos de zanahoria van unido irremediablemente a la crema de queso o, en su defecto, a un buen glaseado de queso como éste. Pero si lo de cubrirlo con algo de queso es demasiado para tí, simplemente espolvoreado con un poco de azúcar glass también estará delicioso.


    Es un bizcocho muy esponjoso y humedo y con ese aroma de canela está... ñam ñam, rico no, lo siguiente.

    Fuente : Bizcocho de Cupcakes a gogo. Glaseado de queso de Megasilvita

jueves, 16 de julio de 2020

Chipirones en salsa

    Hoy, día de la Virgen del Carmen, es un día muy especial para muchos pueblos de pescadores ya que es la patrona de estos últimos. Este día también es especial en mi casa ya que es el cumpleaños de mi hijo pero, como podéis comprobar, no os he traído una tarta sino algo relacionado con la otra celebración... la marinera. La tarta, si acaso, ya os la traigo otro día 😉
    Si este año fuera un año normal, probablemente estaría disfrutando de alguna de las procesiones en barca que le rinden culto a su patrona pero, en este que nos ha tocado vivir, todas las celebraciones se han tenido que suspender así que nos conformaremos con algo que nos acerque al mar ¿no os parece?


    Cuando pienso en el mar en mi cabeza se refleja la bravura del Cantábrico, con ese color azul, casi verde, contrastando con la blanca espuma del romper de las olas contra las rocas de su abrupta costa.
    Es probable que por aquí, en la Comunidad Valenciana, tambien haya celebraciones por este día pero los recuerdos de la niñez son poderosos y siempre me trasladan al norte.
    Nada mejor, para terminar de evocar esos recuerdos, que utilizar uno de los ingredientes más típicos de aquellos lares : los chipirones, aprovechando además que están en plena temporada. Así que venga, manos a los fogones, que vamos a cocinar un delicioso guiso que, por lo menos a mí, me transporta a la costa cantábrica. Pero, eso sí, con un toque no tan tradicional pero que seguro que hace que al comerlo te acabes rechupeteando los dedos.


    Ingredientes :
  • 900 g de chipirones limpios
  • 1 cebolla grande
  • 2 dientes de ajo
  • 100 ml de vino blanco
  • 220 g de tomate triturado
  • 200 ml de caldo de pescado
  • 3 galletas speculoos
  • 3 cucharadas de aceite de oliva 
  • Sal
  • Perejil picado

    Pelar y trocear bien finos la cebolla y los dientes de ajo.
    Poner una cazuela con el aceite, a fuego medio-alto, y saltear ligeramente los chipirones.Retirar y reservar.
    En la misma cazuela añadir la cebolla y dejar pochar, a fuego bajo, hasta que empiece a coger color. Subir a fuego medio, agregar los ajos y dejar rehogar. Echar el vino, desglasar y cocinar hasta que se quede seco. Incorporar el tomate y seguir cocinando hasta que reduzca a la mitad.
    Agregar el caldo y remover. Bajar el fuego, tapar y dejar cocinar unos 12 minutos. Pasado ese tiempo añadir los chipirones reservados, remover y dejar cocer otros 20 minutos. Pasado ese tiempo, incorporar las galletas trituradas, remover para que se integren en el guiso y dejar cocinar 5 minutos más.
    Rectificar de sazón si fuese necesario y, si la salsa hubiera quedado demasiado espesa, aclararla con un poco de agua.
    Repartir en los platos. Acompañar de arroz blanco cocido y espolvorear con perejil fresco picado.


    Servir antes de que se enfríe.


    ¿Cómo os habéis quedado con la salsa? Ese puntito dulce-especiado que le dan las galletas es lo más, porque los chipirones están ricos pero la salsa... la salsa está para comerse una barra de pan mojando en ella o, como diría David Muñoz está para bañarse en ella, jajjaja.


lunes, 13 de julio de 2020

Tortitas americanas o pancakes {Repesca Reto CocinArte}

    Desde hace algún tiempo, una vez llegado el verano, en mi casa se desayunan tortitas muchos domingos. Esa costumbre nació de la necesidad de que mis hijos se levantaran sin protestar consiguiendo que no se les juntara el desayuno con la comida... y es que, a mis hijos, se les gana por el estómago y esta es una de las mejores maneras de hacerlo, jejjeje.


    Hay tantas variedades de tortitas como americanos hay : con leche, con buttermilk, con fruta, con chocolate, con harinas integrales... como podéis ver es una preparación de lo más versátil. Lo que suele ser común en todas ellas es que vayan acompañadas de un buen chorreón de sirope de arce.


    Lo raro es que aún no hubiera dejado la receta en el blog. Cuando María eligió en noviembre el cuadro "Nighthawks" de Edward Hooper para el CocinArte pensé que era un buen momento para hacerlo, luego no pude participar pero tenía claro que esta sería mi aportación en la repesca.


    Y es que en la barra de ese café tan típicamente neoyorkino es imposible que no sirvieran las tradicionales tortitas americanas ¿no os parece?
    Pues vamos allá con la receta.


    Ingredientes :
    Para unas 16 tortitas
  • 200 g de harina de repostería
  • 14 g de levadura química
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 50 g de aceite de girasol
  • 35 g de azúcar
  • 300 g de leche 
  • 2 huevos L
  • Mantequilla para pincelar
  • Sirope de arce

    Batir los huevos junto a la leche, en un bol amplio, hasta que la mezcla esté homogénea. Añadir el aceite e integrar. Añadir la harina, el azúcar, la sal y la levadura y remover con unas varillas hasta que esté uniforme. Tapar y meter en la nevera por lo menos 15 minutos.
    Una vez que haya reposado la masa pincelar una sartén pequeña con un poco de mantequilla y, a fuego medio, verter un cacillo de masa hasta que toda la base esté cubierta.
    Cuando comiencen a salir burbujas en la superficie, darle la vuelta y dejar que se dore por el otro lado.
    Sacar y poner en un plato y tapar con papel aluminio para que se conserve caliente mientras repetimos el proceso hasta terminar con la masa.
    Servir calientes regadas con un buen chorreón de sirope de arce y acompañadas de nata montada.


       Como podéis observar en las fotos, en casa les sobra la nata, sólo con el chorreón de sirope de arce es como más les gusta para disfrutar a tope.


jueves, 9 de julio de 2020

Falso salmorejo de remolacha, ciruelas fresa y tomates {Reto cocinArte}

    Parecía que no iba a llegar pero ya está aquí el calor achicharrador, claro que estamos en julio y lo raro sería que no lo hiciera. Es por esto que lo que más nos va a hacer ponernos a tono es tomar algo que nos refresque a la hora de comer y este falso salmorejo es una excelente manera de hacerlo.


    Para el CocinArte del mes de marzo, en homenaje al día de la mujer, María eligió el cuadro de Artemisia Gentilleschi "Judith decapitando a Holofernes". Una obra muy dura que se encuentra en la Galleria degli Uffizi de Florencia.


        En aquel momento no encontré la inspiración suficiente para participar en el reto pero, viendo el color de este plato, tan rojo sangre, decidí que iba a ser mi aportación en la repesca.


    Ingredientes :
  • 150 g de remolacha cocida
  • 350 g de tomates bien maduros
  • 225 g de ciruelas fresa
  • 40 g de pan duro
  • 1 diente de ajo pequeño
  • 25 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 10 ml de vinagre de manzana
  • Sal
  • 75 g de queso fresco
  • Cebollino fresco picado

    Poner el pan en un bol pequeño y cubrir de agua.
    Meter las ciruelas en un robot a velocidad baja. Sacar del vaso y retirar los huesos. Esta es un truco maravilloso de retirar los huesos sin dejar la mayor parte de la pulpa pegada a ellos.
    Volver a poner la pulpa en el vaso junto a la remolacha, los tomates cortados en trozos y el ajo. Triturar hasta que esté homogéneo. En Thermomix 3 min, vel. 8.
    Escurrir el pan todo lo que podamos estrujándolo con las manos, añadir al vaso y volver a triturar, 2 min, vel. 8. Salpimentar. Volcar en un bol.
    Mezclar el aceite y el vinagre y batir hasta que emulsione. Verter en el bol y remover hasta integrar.
    Llevar a la nevera y dejar que se enfríe bien.
    Servir bien frío acompañado del queso fresco cortado en cubos y espolvoreado con el cebollino fresco picado.


    Con los calores las redes se llenan de diversos salmorejos y gazpachos, todos y cada uno de ellos maravillosos, a los que merece la pena dar una oportunidad. Así que os invito a probar éste, que es algo distinto, delicioso a más no poder.


    Fuente : Fentdetutto