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sábado, 7 de diciembre de 2019

Solomillo de cerdo al horno con salsa de mandarinas y madroños. Calendario de Adviento Día 7

    No puedo negar que en mi casa somos carnívoros y, aunque hemos reducido su ingesta que antes era prácticamente diaria, en la mesa de mis navidades tiene un sitio destacado. Normalmente nos decantamos entre lechazo o cochinillo pero, en esta ocasión, me he decantado por una carne que es bastante más fácil encontrar, de buena calidad, en cualquier supermercado.
    Aunque el solomillo lo podamos encontrar en cualquier época del año no pasará lo mismo con las frutas con las que vamos a elaborar la salsa. Las mandarinas y, sobre todo, los madroños sólo los encontraremos ahora, que me gusta a mí incluir frutas en los platos aprovechando la temporada de cada una, que es cuando están más buenas.


    Me sorprendo a mí misma dándome cuenta que aún no hubiera aparecido alguna receta de carne en este Calendario de Adviento. Y me sorprende más que no hubiera preparado ningún plato con carne de cerdo desde hace 4 años Bueno, pues aquí va la primera y queda subsanada la no inclusión del cerdo entre las recetas del blog. 😂😂
   Vamos a por la receta.


    Ingredientes :
  • 2 solomillos de cerdo (1 kilo aproximado entre los dos)  
  • 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 100 ml de vino tinto
  • 1 cucharadita de maizena
  • 200 ml de agua
  • 2 y 1/2 cucharaditas de mostaza a la antigua
  • 250 ml de madroños
  • 5 mandarinas
  • 2 chalotas
  • 2 cucharadas de mantequilla
  • 2 cucharadas de azúcar
  • Sal
  • Pimienta negra de molinillo

    Precalentar el horno a 200ºC con calor de arriba-abajo.
    Salpimentar los solomillos. En una sartén amplia echar 3 cucharadas del aceite. Añadir 1/2 cucharadita de mostaza y remover hasta que esté repartida por el fondo Poner los solomillos encima y dorarlos por todos lados para que la carne se selle bien y no pierda sus jugos.
    Una vez bien dorados, sacar y colocar en una fuente de horno, untada con la otra cucharada de aceite. Untar bien los solomillos con las 2 cucharaditas de mostaza restantes. Deberéis ayudaros de un cuchillo o una espátula, porque estarán muy calientes, para no quemaros.
    Meter a media altura y hornear unos 15 minutos. Una vez pasado el tiempo de horneado dejar reposar durante unos minutos para que los jugos interiores se asienten.
    Mientras se cuecen los solomillos desglasaremos la sartén, donde los hemos sellado, con el vino tinto y dejaremos reducir hasta que casi se haya evaporado por completo. Diluir la maizena en el agua e incorporarla a la sartén. Dejar cocer hasta que espese ligeramente. Reservar en caliente.
    Pelar y picar muy fino las chalotas. Lavar los madroños y escurrir, reservando unos pocos para decorar. Pelar una mandarina, retirar los hilitos blancos, lo más que se pueda, y reservar para decorar. Exprimir el zumo del resto de las mandarinas y reservar.
    En un cazo, a fuego bajo, poner a derretir la mantequilla. Añadir las chalotas picadas y dejar pochar hasta que estén doradas. Agregar los madroños enteros, espolvorear por encima el azúcar y echar el zumo. Remover, tapar y dejar cocer durante unos 15 minutos, removiendo de vez en cuando para que no se pegue al fondo. Triturar y colar, para eliminar las semillitas de los madroños. Enjuagar el cazo y volver a poner la salsa triturada en él. Dejar cocer  5 minutos más, al mínimo. Salpimentar. Deberá quedar ligeramente espesa pero, si hubiera espesado demasiado, agregar un poco más de zumo y dar un hervor. Reservar en caliente.
    Cortar los solomillos, calculando que en cada plato pondremos 2 ó 3 trozos.
    Para emplatar echaremos un par de cucharadas de la salsa de mandarinas y madroños en un extremo del plato y arrastraremos con el dorso de la cuchara creando una línea que llegue casi hasta el otro extremo. Colocar encima los trozos de solomillo y salsear con el desglasado de vino tinto. Terminar decorando el plato con los gajos de mandarina y los madroños reservados.


    Además yo he puesto unos cuantos microgreens y unas hojas de capuchina para darle la nota de color verde al plato pero también podrían ponerse unos germinados o incluso un manojito de berros.

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