Tradicionalmente, se decora poniendo un pequeño muñeco con forma de niño Jesús encima, llamado rond de cougnole, o con un huevo duro cuando no se dispone de él. Yo he optado por no ponerle nada, que al fin y al cabo, ni soy belga ni estoy por aquellos lares, jejejjeje.
Dicen que su forma representa al niño Jesús envuelto en pañales. La verdad que así, de primeras, me resulta difícil imaginarme la escena pero, ha sido ver la obra que ha elegido María para el CocinArte de este mes, y me ha venido a la cabeza este pan enseguida ¿a vosotros qué os parece?
La obra en cuestión es El recién nacido, también llamado La natividad, del pintor Georges de La Tour. Este óleo sobre lienzo, perteneciente al barroco francés, se exhibe actualmente en el Museo de Bellas Artes de Rennes (Francia)
El origen del Cougnou se cree que pudiera estar en el s.IX ya que, el erudito Du Gange encontró, en unos textos de ese siglo, la mención de algo similar, unos rollos amasados de leche y huevos, llamados coniadas.
Vamos ya con la receta.
Ingredientes :
- 250 g de harina de fuerza
- 50 g de azúcar
- 2 g de sal
- 38 g de huevo batido + para pincelar
- 125 g de leche
- 50 g de mantequilla
- 12 g de levadura fresca de panadero
- 50 g de pasas (opcional, yo no se las puse)
- Azúcar perlado
Mezclar todos los ingredientes menos la levadura y amasar, durante un par de minutos, hasta que los ingredientes están totalmente integrados. Dejar reposar 10 minutos.
Echar un par de gotas de leche a la levadura para crear una pasta muy poco hidratada. Estirar la masa y añadir la levadura extendiéndola por encima de ella. Agregar también las pasas en este punto, si se las queréis poner. Ya os digo que yo no se las puse ya que no les gusta encontrárselas a ninguno de mis hijos, ¿qué se le va a hacer? Amasar hasta que esté homogéneo y volver a darle un reposo de 10 minutos.
Repetir los amasados y reposos hasta que la masa no se pegue casi a las manos y esté lisa y suave.
Colocar en un bol, ligeramente aceitado, y dejar levar hasta que doble, en un sitio cálido y sin corrientes de aire.
Volcar sobre la mesa de trabajo, desgasificar y dividir en dos piezas de aproximadamente del mismo tamaño. Dejar una de las piezas tapada para que no se reseque mientras trabajamos con la otra.
Cortar 1/3 de la pieza y bolear la parte más grande. Dividir la parte pequeña en dos y bolear también. Colocar en una bandeja de horno forrada con papel, dejando sitio para el otro Cougnou, y cubrir con un paño limpio.
Repetir la operación con otra pieza y colocarla también en la bandeja de horno, dejando sitio entre ambas para que no se toquen al crecer. Volver a tapar y dejar levar de nuevo hasta que casi doblen su volumen.
Precalentar el horno a 180ºC, con calor de arriba-abajo.
Justo antes de meter al horno, pincelar con huevo batido y espolvorear con el azúcar perlado. Hornear, a media altura, durante unos 20 minutos, hasta que estén bien dorados.
Sacar y dejar enfriar sobre una rejilla.
Desde luego, sólo con ver la miga, ya dan ganas de pegarle un bocadito. Y ¿qué me decís de la taza? ¿No os parece una chulada?
Aquí os dejo el enlace al recopilatorio, que se publicará mañana, para que veáis las maravillas que mis compis han preparado.
Fuente : Libro Love is in the Bread de Daniel Jordà
Son preciosos...da penita comerlos...jeje. un abracito
ResponderEliminarLa verdad es que son preciosos y seguro que están riquisimos!!
ResponderEliminarSi le echas imaginación si parecen un bebé jejeje...
Besos
Nieves
Muy apropiado para esta obra, y se ve muy rico, asi tal cual sin mas huevo ni nada. Muy buena propuesta. Muy Feliz Navidad, besitos.
ResponderEliminarQué chulada de bollitos, se ven deliciosos y muy jugosos.
ResponderEliminarYo los mojaba en chocolate.
Bss
Me encantan Vivi, estos panecillos los tuve entre ojos también, me llevo un par.
ResponderEliminarte mando un abrazo