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martes, 31 de enero de 2017

Amorelli glamurosos con queso, foie y rebozuelos {Reto Cocinillas}

    Hoy os traigo una receta salada donde, un sencillo plato de pasta, se convierte en una auténtica delicatessen digna de la cocina de los más prestigiosos chefs.


    Este mes ha sido Blanca la encargada de buscar receta de Lorraine Pascale para el reto de los cocinillas, la elegida ha sido los "Glam Mac&Cheese"(Macarrones con queso glamurosos) del libro Baking Made Easy. Leyendo los ingredientes de la receta he visto que es bastante parecida a los Mac&Cheese que ya tengo publicados así que, como me apetecía mucho participar en el reto, no me ha tocado otra que tunearla y hacerlos realmente glamurosos.


    Ingredientes :
  • 400 g de amorelli
  • 3 chalotas
  • 100 g de bacon ahumado
  • 20 g de rebozuelos secos
  • 30 g de mantequilla
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 3 cucharadas de harina
  • 250 ml de leche
  • 250 ml de nata espesa de cocina
  • 50 g de foie fresco
  • 2 ramitas de tomillo fresco
  • 70 g de queso parmesano rallado
  • 50 g de pan rallado
  • Sal
  • Pimienta negra recién molida
  • Perejil picado

    Precalentar el horno a 200º C.
    Poner en un cuenco con agua templada los rebozuelos, para que se hidraten, durante 12 minutos. Cuando haya pasado ese tiempo, volcar sobre un colador y reservar.
    Mezclar 50 g del parmesano con el pan rallado y reservar. Pelar y cortar las chalotas muy finas y reservar.
    Poner en una cazuela el bacon cortado en trocitos y freír hasta que esté dorado y crujiente. Retirar y reservar.
    En la misma cazuela poner la mantequilla y el aceite a fuego bajo y dejar pochar dentro las chalotas. Cuando empiecen a estar blanditas añadir las hojitas de tomillo y los rebozuelos, bien escurridos, y dejar cocinar hasta que estos pierdan su agua. Espolvorear con la harina y remover bien hasta que pierda el color a crudo. Verter la leche poco a poco, removiendo entre cada adicción, para evitar que nos salgan grumos. Cuando tenga la consistencia de una crema añadir la nata y el foie en trocitos y remover hasta que este último se derrita y esté completamente integrado. Agregar los 20 g de parmesano que nos quedaban, el bacon reservado y mezclar hasta integrar en la salsa. Salpimentar al gusto. Retirar del fuego y reservar en caliente.
    Cocer los amorelli en abundante agua con sal hasta que estén al dente, mirar los tiempos de cocción que recomienda el fabricante, yo los tuve durante unos 8 minutos. Escurrir poner en un cuenco amplio, verter la salsa sobre ellos y, con mucho cuidado, remover hasta que estén todos bien cubiertos por ella. Echar en una fuente de horno, espolvorear con la mezcla de parmesano y pan rallado, colocar unas nueces de mantequilla por encima y hornear durante 20 minutos hasta que la superficie esté bien dorada.
    Justo antes de servir espolvorear con un poco de perejil picado.


    Cuando los llevé a la mesa tenía serias dudas de que mis hijos no protestaran, ya que el sabor que toma del foie no sabía si les terminaría de gustar, así que crucé los dedos y esperé a ver que decían... fué un éxito total.


    Y, en esta ocasión, la portada la ha hecho Blanca, chulísima que está ¿a qué sí?


    Y solamente me queda invitaros a visitar las aportaciones de mis compis
    Alicia de Pan, uvas y queso
    Bea de Sweet Cookies by Bea
    Mavi de Mandarinas y Miel
    Blanca de Menjar a ca la Blanca

sábado, 21 de enero de 2017

Bundt de calabaza, arándanos rojos y pepitas de chocolate blanco

    Frío, hace muuucho frío y que mejor forma de calentar el ambiente que encender el horno para preparar algo rico. Los que seguís este blog ya sabéis cuanto me gusta la calabaza, me da igual de la variedad que sea o el que forme parte de preparaciones dulces o saladas, pero es en estos días donde casi se vuelve una necesidad el incluirla en mi dieta y, meter una calabaza a hornear se hace casi imprescindible, no solo por el delicioso manjar resultante sino por el intenso y embriagador olor que aromatizará toda la casa.
    Este manjar, horneado en un molde de bundt cake, una de mis últimas adquisiciones de Nordic Ware, el Harvest Leaves, va a ser el ingrediente principal del bizcocho que hoy os traigo aportándole una jugosidad extraordinaria.


    Además que el ligero toque picante que le dan las especias del tradicional "pumpkin pie" americano, el puntito de acidez de los arándanos rojos y la dulzura y cremosidad del chocolate blanco hacen que este bundt resulte deliciosamente especial ¿te atreves a probarlo?


    Ingredientes :
  • 150 ml de aceite de girasol
  • 250 g de azúcar moreno
  • 3 huevos L
  • 410 g de puré de calabaza
  • 350 g de harina
  • 1 cucharadita de especias para tarta de calabaza o pumpkin pie spice* 
  • 1 y 1/2 cucharaditas de levadura química (tipo Royal)
  • 1 y 1/2 cucharaditas de bicarbonato sódico
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 250 ml de leche (la mía era semi)
  • 100 g de arándanos rojos secos
  • 100 g de pepitas de chocolate blanco
  • Azúcar glass para espolvorear
    * Las especias que lleva esta mezcla son nuez moscada, canela, jengibre, clavo y pimienta de Jamaica.


    Precalentar el horno a 175º C
    Engrasar el molde elegido procurando que llegue bien por todos los rincones.
    Tamizar la harina junto a la levadura, el bicarbonato, la sal y las especias. Reservar.
    Batir en un bol el azúcar y el aceite hasta que este emulsione. Añadir los huevos uno a uno batiendo hasta que este totalmente integrado entre cada adicción. Echar el puré de calabaza y seguir batiendo hasta que la mezcla esté homogénea.
    Agregar la harina de tres veces alternándola con la leche sin batir demasiado para que no se desarrolle el gluten de la harina y evitar así que el bizcocho quede gomoso.
    Añadir los arándanos y las pepitas de chocolate e integrar con ayuda de una lengua de repostería hasta que se repartan de manera uniforme por toda la masa.
    Verter en el molde anteriormente preparado echando la mezcla siempre desde el mismo lado, igualar con la lengua y hornear, a mitad de horno con calor de arriba-abajo, durante una hora aproximada o hasta que al pinchar con una brocheta esta salga limpia.
    Sacar del horno y dejar reposar sobre una rejilla por lo menos 10 minutos antes de desmoldar. Bambolear el molde ligeramente para que el bizcocho se despegue de las paredes, poner la rejilla encima y volcarlo sobre ella. Dejar que se termine de enfriar.


    Una vez frío, si queréis, podéis espolvorearlo con azúcar glass o glasearlo. Yo no suelo glasear los bundts ya que en gran parte están destinados para la hora del café en el trabajo y sería bastante engorroso llevármelos de esta manera así que tan solo los espolvoreo con glass.


    Os aseguro que estaba insuperable, y digo estaba porque ya no quedan ni las migas, jejjeje.


    ¿¿¿A que tiene buena pinta??? Pues las fotos no le hacen justicia, hacía tiempo que no me quedaba un bizcocho tan jugoso y es que echar calabaza es un acierto seguro.

lunes, 16 de enero de 2017

Arroz meloso de carabineros

    Hace tiempo que no subía la receta de un arroz, la verdad, es que siempre suelo hacer las mismas que ya tengo publicadas, pero como aún me quedaban unos cuantos carabineros congelados, que compré para Navidad, pensé que había llegado el momento de preparar algo distinto y... voilà, una maravilla de arroz.


    Para inspirarme me adentré en los arroces de Fentdetutto y elegí esta receta suya de arroz meloso de bogavante aunque a mí me quedó bastante más seco, qué le vamos a hacer! Él es un profesional y yo solo una aficionada principiante, pero para el próximo seguro que lo bordo... o eso espero, jejjjeje.


    Ingredientes :
  • 8 carabineros grandes
  • 245 g de gambones pelados
  • 275 g de arroz bomba
  • 2 dientes de ajo
  • 1 cucharadita de carne de pimiento choricero
  • 3 cucharadas de tomate triturado
  • 0,1 g de azafrán en polvo
  • 1, 5 l de fumet de pescado Aneto
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
    Calentar bien el caldo. Picar bien finos los dientes de ajo.
    Poner en una cazuela un buen chorreón de aceite de oliva y sofreír ligeramente los carabineros a fuego medio. Retirar y reservar.
    En el mismo aceite echar el ajo, bajar a fuego lento y, cuando comience a tomar color, añadir la carne de pimiento. Rehogar un poco, agregar el tomate, y cuando comience a cambiar de color, tiene que confitarse ligeramente, echar el arroz. Sofreír bien el arroz, esto hará que luego los granos queden sueltos.
    Verter el caldo bien caliente junto con el azafrán, rectificar de sal si hiciera falta, y dejar cocer a fuego medio durante 13 minutos desde que comience a hervir.
    Bajar un poco el fuego y añadir los gambones integrándolos en la cazuela. Poner los carabineros por encima y dejar que se termine de cocer el arroz.


    Dejar reposar unos minutos el arroz y servir enseguida.


    La verdad que hacía tiempo que no comíamos un arroz tan tan sabroso, si casi parecía que fuera de restaurante, jejjeje.


    Además si hubiera preparado  más cantidad más nos hubiéramos comido porque fue visto y no visto, vamos que en un abrir y cerrar de ojos los platos quedaron así


martes, 10 de enero de 2017

Roscón de Reyes de chocolate. El Roscón de Baltasar

    Ya han terminado las fiestas. Por fin llegaron los Magos, doctores de la iglesia o sacerdotes eruditos a los que en otro tiempo se les coronó como Reyes, cargados en mayor o menor medida de regalos. No puedo dejar de pensar en las tres cosas distintas que simbolizan. Cada uno de los Magos representa uno de los continentes que se conocía en la Edad Media y una de las edades del hombre. Melchor encarnaría a los europeos y a la edad anciana, Gaspar a los asiáticos y a la edad madura y Baltasar a los africanos y a la adolescencia. Así mismo los regalos, oro, incienso y mirra, simbolizan la realeza, la divinidad y la humanidad del recién nacido.
    En el blog ya tenía publicados dos roscones. El primero, el tradicional, sería el roscón de Melchor, representando la clara piel de los europeos. El segundo era de calabaza, el de Gaspar, con el toque de color de la piel de los asiáticos. Así que esté que hoy os traigo es el que cierra la trilogía correspondiendo a Baltasar, el representante africano... por eso no podía ser más que de dulce chocolate.


    Este año, bueno mejor dicho el año pasado, tuve el gran acierto de apuntarme al curso de Repostería Navideña de La Tallerería impartido por el gran Luis Olmedo (My European Cakes) y, uno de los ejercicios fue, como es de suponer, el roscón de Reyes... impresionante es decir poco.
    Poco podía imaginar que cuando una de mis compis de curso, Susana Alonso Talavera, nos enseñó una adaptación de la receta en la que había puesto cacao, creando su Roscón de Ferrero Rocher, me entraron unas ganas irreprimibles de hacer mi propia versión chocolatosa.
    Ya se que han pasado un porrón de días desde Reyes y que la red nos ha saturado un poco con roscones por todos lados, aún así no podía dejar de compartir con vosotros esta creación. 


    Ingredientes :
    Para el prefermento
  • 200 g de harina de fuerza  de 13% proteína (usé Harimsa)
  • 75 g de agua
  • 25 g de agua de azahar
  • 50 g de leche entera
  • 1,5 g de levadura seca de panadería
    Para la masa final
  • 280 g de harina de fuerza 13% proteína (usé Harimsa)
  • 20 g de cacao en polvo sin azúcar (usé Valor)
  • 110 g de azúcar blanquilla
  • 100 g de huevo batido
  • 5 g de sal
  • 30 g de ron de caña
  • 20 g de agua de azahar
  • 100 g de mantequilla en pomada
    Para la crema símil Ferrero Rocher (receta de Susana Ruggerini)
  • 200 g de nutella
  • 100 g de nata montada sin azúcar
  • 60 g de avellanas tostadas trituradas no muy finas
  • 30 g de barquillos en trocitos
    Para el baño de chocolate
  • 100 g de azúcar
  • 65 ml de agua 
  • 75 g de chocolate negro postres
    Para las avellanas caramelizadas
  • 1 puñado de avellanas
  • 25 g de azúcar
  • 1/2 cucharada de agua
    Además
  • Nata montada azucarada
  • Rizos de chocolate dorado
  • Ferrero Rocher
    Solo con la lista de ingredientes da un poco de miedo ponerse a ello pero realmente no es tan complicado. Lo primero será hacer el roscón.
    Mezclar los ingredientes del prefermento en un bol y amasar ligeramente hasta hacer una bola. Cubrir con film plástico y dejar fermentar durante una hora a unos 20º. Meter en la nevera toda la noche (yo lo tuve hasta la hora de comer)
   
    Al día siguiente poner el prefermento en el bol de la amasadora y añadir los demás ingredientes de la masa menos la mantequilla. Amasar a velocidad media hasta que esté algo trabajada, la tuve unos 12 minutos, en ese momento agregar la mantequilla cortada en trocitos y volver a amasar a velocidad media hasta que esté integrado durante unos 15 minutos. Al estirar un trocito de la masa con los dedos con mucha suavidad debe quedar una membrana muy fina, casi transparente. Una vez pasada la prueba de la membrana volcar la masa sobre la encimera, ligeramente engrasada, ir metiendo los extremos de la masa hacia el centro, haciendo unos 20 pliegues, hasta que se forme una bola que colocaremos en un bol ligeramente engrasado con los pliegues hacia arriba. Cubrir con plástico y dejar levar hasta que suba un poco pero sin llegar a doblar el volumen. Yo la dejé un par de horas a 20º, le dí otros 10 plegados y después la metí a la nevera toda la noche.

    Al día siguiente la deje atemperar una hora y comencé a darle forma. Con esta cantidad de masa me salieron dos roscones medianos. Dividí la masa en dos y una de las partes la dividí de nuevo en 6. Formé bolas con cada parte y las fui poniendo, formando un círculo pero sin tocarse, sobre una bandeja de horno cubierta con papel. Aquí fui un poco a mi bola y no seguí las indicaciones de Luis. Puse un vaso ligeramente engrasado en el centro de las bolas, metí la bandeja dentro de una bolsa de basura limpia y la dejé dentro del horno toda la noche, teniendo cuidado de que la bolsa estuviera un poco hueca para que no tocara la masa.

    Al día siguiente la masa había doblado su volumen así que retiré la bolsa, precalenté el horno a 180º C, y una vez llegado a esta temperatura lo horneé durante media hora. Sacar del horno y dejar enfriar sobre una rejilla.


    Mientras se enfría prepararemos la crema símil Ferrero Rocher, el baño de chocolate y las avellanas caramelizadas.
    Para la crema mezclaremos la nutella, las avellanas y los barquillos y se los añadiremos a la nata montada con movimientos envolventes hasta que la mezcla esté uniforme.
    Para el baño poner el azúcar y el agua al fuego y llevar a ebullición, cuando el azúcar esté disuelto retirar del fuego y añadir el chocolate. Dejar reposar unos minutos y remover hasta que esté totalmente derretido. Reservar para que se enfríe y coja algo más de consistencia.
    Para las avellanas caramelizadas poner en un cazo el azúcar con el agua y dejar al fuego hasta que obtengamos un caramelo dorado. Pinchar cada avellana con un palillo y pasar por el caramelo dejando que quede una gota en suspensión para que quede bonita. Colocar sobre un papel encerado y dejar enfriar por completo antes de retirar el palillo. Tener cuidado porque el caramelo quema mucho y al enfriar es muy frágil.

    Una vez frío el roscón, partir por la mitad y rellenar con la crema. Cerrar y napar con el baño. Decorar poniendo en unas bolas un rosetón de nata y un Ferrero encima y en las otras espolvorear con los rizos de chocolate dorado y una de las avellanas caramelizadas.


    Ya se que ha sido muy muy larga esta entrada pero os aseguro que merece la pena aunque, eso sí, consistente es un rato.


    Vamos, que con un trocito vais bien servidos. Madre mía qué bomba!! Pero que deliciosa mezcla.

jueves, 5 de enero de 2017

Calabaza con cardamomo y semillas de nigella. Receta de Yotam Ottolenghi {Cooking the Chef}

    Muchas veces el desconocimiento de algunas materias nos lleva a equivocarnos de cabo a rabo. Digo esto porque antes, cuando pensaba en una dieta vegetariana, me venían a la cabeza platos aburridos con mucho verde, no obstante cuando he ido descubriendo su verdadera esencia he cambiado totalmente de opinión. El mayor responsable de este cambio ha sido precisamente el Chef propuesto para este mes en Cooking the Chef, el gran Yotam Ottolenghi, aunque no todas sus recetas son vegetarianas en todas toman gran importancia las verduras y todas están absolutamente deliciosas.
    En el blog podéis encontrar varias recetas suyas (aquí, aquí y aquí), todas ellas extremadamente sabrosas, realmente esta vez lo difícil ha sido elegir una sola. Esta pertenece al último de los libros que han publicado en castellano, Exuberancia.


    Ingredientes :
  • 20 g de mantequilla
  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • 170 g de cebolla roja
  • 1 kg de calabaza (tipo cacahuete o violín)
  • 30 g de pipas de calabaza
  • 1 y 1/4 de cucharaditas de semillas de nigella o neguilla
  • 1/2 cucharadita de comino molido
  • 1/2 cucharadita de cilantro molido
  • 1/4 de cucharadita de cúrcuma molida
  • 4 vainas de cardamomo ligeramente chafadas
  • 3 espirales de canela o una palito grande
  • 1 cucharada de azúcar extrafino
  • 200 ml de caldo de verduras
  • 150 g de yogur griego
  • 1 cucharada de hojas de cilantro picadas
  • sal
    La receta original además lleva 1 chile verde pero yo no se lo puse ya que, aunque me guste mucho el picante, ahora no puedo comerlo... una verdadera pena.


    Precalentar el horno a 220º C.
    Pelar, despepitar y cortar la calabaza en tacos de unos 3cm.
    Calentar la mantequilla junto al aceite en una sartén a fuego medio. Cortar la cebolla en juliana fina, echar en la sartén y dejar cocinar hasta que comience a ablandarse.
    Añadir los tacos de calabaza y dejar cocer a fuego medio-alto durante unos 10 minutos, removiendo de vez en cuando.
    Cuando empiece a cambiar de color retirar del fuego y agregar las pipas de calabaza, 1 cucharadita de semillas de nigella, las especias, el azúcar y 3/4 de cucharadita de sal. Si quieres echar el chile este será el momento cortado por la mitad a lo largo.
    Mezclar bien hasta que esté uniformemente repartido y echar en una bandeja honda y grande de horno ya que deberán quedar en una sola capa. Verter el caldo y hornear durante una media hora o hasta que la calabaza esté tierna al pincharla con la punta de una cuchillo.
    Dejar reposar otros 10 minutos para que el jugo se siga absorbiendo.
    Servir bien caliente con el yogur por encima. Espolvorear con las hojas de cilantro picado y el resto de las semillas de nigella.


    Toda una explosión de sabores y olores que te transportarán a tierras lejanas y exóticas, un plato absolutamente divino.