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sábado, 30 de abril de 2016

Albóndigas veganas de garbanzos con salsa de tomate al romero {Reto Cocinillas Lok@s por Lorraine}

    Otro mes que se nos escapa entre los dedos, de nuevo llegamos al último día y, es por esto que, es el día de publicación del reto de los Cocinillas a los que Lorraine Pascale nos tiene loquitos.
    En esta ocasión nos tocaba elegir propuesta salada y, por una mínima diferencia de votos, acabó saliendo esta receta de legumbres.
    Tengo que decir que, ya que mis hijos lo de comer garbanzos va a ser que no, esta ha resultado una maravillosa manera de introducirlos a su dieta de una manera distinta y más atractiva.


    La verdad que la cara que puso mi hija, al meterse la primera albóndiga en la boca, fue todo un poema ya que no se esperaba esa textura pero, contra mi pronóstico inicial, no solo no se la sacó de la boca sino que se la comió con gran gusto.


    La receta de Lorraine (aquí) es algo distinta que la que yo he preparado, fruto del olvido de poner a remojo los garbanzos la noche anterior y de no tener demasiado tiempo para ponerme a preparar la pasatta casera, así que esta es la que he hecho con mis variaciones.


    Ingredientes :
  • 1 bote grande de garbanzos
  • 1 pizca de sal
  • 1 1 cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • 3 cucharadas de pan rallado
  • 1 patata mediana cocida
  • Harina para rebozar
  • 1 bote de tomate frito casero de 400 g
  • 1 cucharadita de comino en polvo
  • 1 ramita de romero fresco lavado y picado fino
  • 2 cucharadas de salsa Worcestershire
    Escurrir los garbanzos de su líquido y lavarlos bajo el grifo.
    Triturar juntos los garbanzos, la cebolla en trozos, los dientes de ajo pelados y la patata cocida troceada. Salar, añadir el pan rallado y remover hasta integrar. Dejar reposar mientras empezamos a preparar la salsa.
    Poner en una cazuela, a fuego medio, el tomate. Espolvorear el comino y el romero picado y verter la salsa Worcestershire, remover y dejar cocer 8 minutos para que espese ligeramente.
    Formar bolas de unos 4 cm de diámetro y pasar por harina. Freír en un poco de aceite de oliva hasta que se doren por todos los lados y sacar a un plato cubierto con papel de cocina para retirar el exceso de grasa.
    Añadir las albóndigas a la salsa preparada anteriormente y dejar cocer un par de minutos más para que los sabores se integren.


    Tratar con mucho cuidado las albóndigas ya que son bastante delicaditas pero mejor eso a que fueran mazacotes poco jugosos a la hora de comerlos ¿no os parece?


    De nuevo el logo de este reto nos lo ha cocinado Susana, precioso ¿a que sí?


    Y aquí están el resto de los participantes de este mes ¿con qué tuneos nos sorprenderán en esta ocasión?
    Blanca de Menjar a ca la Blanca
    Alicia de Pan, uvas y queso
    Mar de El horno de Mar
    Chus de Siguiendo a Nenalinda
    Mara de Más dulce que salado
    Montse de No sin mi taper
    Mavi de Mandarinas y Miel
    Marisa de Marisa en la Cocina
    Susana de Té con limón y canela 

martes, 26 de abril de 2016

Crema de lombarda y remolacha

    La primavera definitivamente se ha instalado entre nosotros, las mañanas frescas se suceden de mediodías bastante calurosos y tardes especialmente apropiadas parar pasear.
    Aunque en Valencia la verdad que ya no apetece mucho comer de caliente, no me he podido resistir a preparar esta versión del puré, que a finales de febrero, nos enseñaba Bea (pincha aquí) aprovechando los últimos ejemplares de estas verduras de invierno.


    Con una crema tan tan rosa, bueno más que rosa es lila, sabía que mi hija, la de el rosa es definitivamente mi color preferido, además de estar encantada no iba a rechistar siquiera cuando la presentara el plato delante pero, sinceramente, no pensaba yo que mis chicos no protestaran a la hora de comer algo tan colorido, jejjeje, y ha sido todo un éxito.Vamos que esta receta es de las que pasará a formar parte de mis habituales de invierno.


    Os aviso que tanto para pelar y cortar la remolacha como para trocear la lombarda os pongáis unos guantes, salvo que os apetezca tener un bonito color rosado en las manos durante unas cuantos horas, que es exactamente lo que me pasó a mí.


    Ingredientes :
  • 600 g de lombarda
  • 1 bulbo de remolacha cruda
  • 2 ramas de apio
  • 1 puerro
  • 1 manzana grande
  • 400 ml de agua
  • Sal 
  • Pimienta negra de molinillo recién molida
  • 200 ml de nata líquida
  
    Cortar la lombarda en trozos y pelar la remolacha y trocearla... como os he dicho antes os aconsejo usar guantes.
    Lavar, quitar los hilos del apio y cortarlo en trozos, reservando unas cuantas hojas para adornar el plato. Quitar el extremo y la parte más verde del puerro, lavarlo bajo el grifo para quitar la tierra que pueda tener y cortarlo en rodajas gruesas.
    Pelar, cortar en cuartos y descorazonar la manzana.
    Poner una cazuela con el agua a fuego alto y añadir todas las verduras troceadas y la manzana. Salpimentar. Cuando rompa el hervor bajar a fuego medio y dejar cocer hasta que estén tiernas, desespumando de vez en cuando para quitar las impurezas que vayan subiendo a la superficie.
    Triturar hasta que quede fina y añadir la nata. Remover y rectificar de sal y pimienta. Volver a calentar con cuidado de que no rompa a hervir.
    Repartir en platos y adornar con las hojas de apio reservadas y un chorrito más de nata.


    Rica no, lo siguiente.

sábado, 23 de abril de 2016

Rosas de manzana para Dulcinea #diainternacionaldellibro2016

    Como ya sabéis hoy se celebra el día internacional del libro. Esta fecha fue elegida y aprobada por la UNESCO, en Noviembre de 1995, ya que supuestamente coincide con la muerte de  Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega. Aunque realmente no es del todo cierto ya que Cervantes murió el día 22, aunque se le enterró el 23, y Shakespeare el 23 del calendario juliano, o sea, 10 días después según el calendario gregoriano que es el actual. De todos modos es una buena manera de poder cumplir el objetivo de fomentar la cultura.
    En España ya se celebraba antes el día del libro, aunque no siempre en esta fecha. Durante el reinado de Alfonso XIII este firmó un decreto por el que se creaba El día del Libro Español celebrándose en la fecha en la que se creía nació Cervantes, el 7 de Octubre, no siendo hasta 1930 cuando se instauró la fecha actual.
    En Cataluña, además, coincide con Sant Jordi donde es tradicional intercambiar y regalar rosas y libros entre parejas y personas queridas. (Fuente : Wikipedia)
    Yo me he querido unir a esta celebración preparando estas deliciosas rosas, y me he permitido la licencia poética de dedicárselas a la damisela del caballero de la triste figura, la bella Dulcinea, ya que en este año se cumple el 400 aniversario de la publicación de El Quijote.


    Ya llevaba tiempo detrás de preparar estas rosas, quedan tan tan bonitas...


    Y son tan fáciles de hacer que ahora no me explico como he tardado tantísimo tiempo en decidirme a prepararlas. Pero bueno, vamos a ello. Me he basado en la receta de Cooking with Manuela pero con algún cambio para darle mi toque personal, ella lo pincela con mermelada y yo con crema pastelera. Aún así os invito a visitar su entrada ya que tiene un vídeo de como montar las rosas que os va a venir genial para entenderlo mejor.
    Ingredientes :
  • 1 plancha de hojaldre
  • 2 manzanas rojas (He usado Fuji)
  • El zumo de 1/2 limón
  • 3 cucharadas de crema pastelera
  • Harina para espolvorear
  • Canela en polvo
  • Azúcar glass para adornar
    Lavar bien y secar las manzanas. Cortar por la mitad a lo largo, sin pelar, y retirar el corazón y las partes duras. Laminar finamente cada mitad.


    Poner en un bol un poco de agua y el zumo de limón. Introducir en él las láminas de manzana y remover para que se impregnen bien y evitar así que se oxiden.
    Cocer en el microondas, a máxima potencia, durante 3 minutos para que se ablanden y evitar así su rotura al enrollarlas.
    Espolvorear la mesa de trabajo, colocar la masa de hojaldre encima, espolvorear un poco más de harina para que no se pegue y estirar con un rodillo hasta obtener una superficie de 38x30 cm. Cortar la parte más larga por la mitad y la corta en 6 tiras de unos 5 cm. En total saldrán 12 tiras.
    Repartir la crema sobre las tiras y extender por toda su superficie.
    Escurrir las láminas de manzana y secar. Colocarlas en el extremo superior de cada tira, de la mitad hacia arriba, poniendo la parte de la piel hacia fuera, sobreponiendo ligeramente unas sobre otras.
    Espolvorear con canela y doblar la mitad inferior sobre las láminas. Ir enrollando y apretar el final para sellarlo y que no se abra. A mí se me olvidó espolvorear con la canela en este punto las dos primeras que hice, aunque lo solucioné espolvoreándolas una vez colocadas en el molde en el que las iba a hornear. Y ya las hice así todas. Colocar en un molde engrasado y reservar en la nevera.


    Precalentar el horno a 190ª C.
    Meter el molde a una altura un poco más baja de la mitad del horno y dejar cocer durante unos 35 minutos con calor de arriba-abajo y otros 10-15 minutos o hasta que el hojaldre esté cocido con calor solo de abajo.


    Una vez cocido el hojaldre, dejar enfriar sobre una rejilla. Justo antes de servir espolvorear con azúcar glass.


    En mi caso ha tardado más en cocerse al estar unas rosas junto a otras. Pero también podéis hacer la versión individual poniendo cada rosa en el hueco de una bandeja de magdalenas con lo que tardará menos en cocerse, unos 40-45 minutos.


    Sea como sea el resultado es espectacular. Una rica manera de comer tarta de manzana de forma distinta y estéticamente preciosa.


    Venga, ¿os animáis a preparar esta preciosa delicatessen? Seguro que todos se quedarán con la boca abierta.

lunes, 18 de abril de 2016

Tacos de pulpo

    Cuando termina el primer día de la semana estamos tan tan cansados que lo que menos apetece es meterse durante mucho tiempo en la cocina así que toca una cena rápida, de esas que no tardas mucho en preparar pero que te levantan el ánimo inmediatamente.
    Y ¿qué hay más rápido que preparar unos tacos? Pero no os traigo unos tacos tradicionales sino unos deliciosos de pulpo.


    No hay que tener mucha imaginación para intuir lo mucho que me gusta este "bichito" y lo que me gusta preparar platos distintos en los que integrarlo, como colocándolo sobre unas natillas de gamba (aquí), preparándolo con chocolate (aquí) o acompañando a unas lentejas (aquí).


    Ingredientes :
  • 1 paquete de tortillas de trigo
  • 2 patas de pulpo cocidas
  • 1 chorrito de aceite de oliva virgen extra
  • 2 cucharadas de salsa de soja
  • Guacamole
  • Salsa mexicana
    Como veis esta vez no me he complicado la vida haciendo ni el guacamole ni la salsa y lo he comprado ya preparado.
    Lo único que he terminado de preparar ha sido el pulpo, el cual he tostado, cortado en trozos grandes, en una sartén con un chorrito de aceite y la salsa de soja hasta que se caramelice.
    Calentar las tortillas, ligeramente húmedas, en el microondas durante unos segundos y tapar con un paño para mantener calientes.
    Una vez hecho esto tan solo quedará montar los tacos. Poner un poco de guacamole en cada tortilla.


    Poner encima unos trozos de pulpo y regar con un poco de salsa.


 Y tan solo queda una cosa que hacer antes de que se enfríe... Pegarle un buen bocado.


    Si lo acompañas con una coronita bien fresca ya será la cena perfecta ¿no os parece?

viernes, 15 de abril de 2016

Gâteau basque o pastel vasco

    El tiempo pasa muy deprisa, a veces demasiado, y casi sin darnos cuenta se van quedando aletargadas vivencias que te llenaron en otra época y que ahora parece que estén dormidas.
    Cuando Blanca nos reto a hornear este pastel yo tenía claro que iba a lanzarme a la piscina de cabeza pero, nunca en la vida me podía imaginar todo lo que me iba a hacer sentir el comenzar a prepararlo. Este pastel forma parte de mi adolescencia, de las jornadas que pasé en Irún y que me abrieron los ojos a nuevas experiencias.


    Esas tardes de cafetera de émbolo y punto de cruz, de 40 principales y Benito Lertxundi, de playa en Hendaya y paseos por Donosti... ha pasado tanto, tanto tiempo y sin embargo los recuerdos permanecen tan nítidos en mi memoria. El hacer este pastel que me trae tantas cosas a la cabeza ha sido una de las experiencias más gratificantes de los últimos tiempos, a si que, gracias Blanca de todo corazón.
    Y ya vamos a lo que vamos, después de este arrebato de añoranza que, como dice mi ahijada, ya pasó.


    Para preparar este pastel he elegido la receta de Luis Olmedo, ya que con sus explicaciones y sus fotos con el paso a paso hacen que todo resulte mucho menos complicado (pincha aquí).
    Antes de meternos en harina primero os diré que el origen de antiquísimo pastel, que para mi siempre será un gatobas, ya que eso era lo que yo entendía cuando nos mandaban a comprarlo, está  en Lapurdi, en el país vasco-francés. Hay recetas escritas fechadas en el s.XVII en la ciudad de Cambo les Bains de una elaboración similar. Originariamente el pastel estaba relleno de frutas, casi siempre de mermelada de las deliciosas cerezas negras de Itsasu, y hasta finales del s.XIX no empezó a rellenarse de crema. Por supuesto que el relleno que más me gusta es este último, ya que es como recuerdo que lo comía en mi juventud.


    Mi primera intención era hacer un pastel grande relleno con crema pero el destino ha querido que, sin buscarlo, cayera en mis manos un bote de mermelada de cerezas negras y no me he podido resistir a repartir la masa haciendo dos más pequeños, de 15 cm, y rellenando cada uno de una cosa.


    Ahora si, vamos al lío.
    Ingredientes :
    Para la crema
  • 250 ml de leche entera
  • 2 huevos
  • 50 g de azúcar
  • 25 g de maicena
  • 1/2 cucharadita de pasta de vainilla
    Para la masa
  • 300 g de harina de repostería
  • 200 g de mantequilla fría, cortada en trocitos
  • 150 g de azúcar glass
  • 7 g de levadura química (tipo Royal)
  • 65 g de huevo 
  • 40 g de yemas
  • 1 pizca de sal
    Además
  • 150 g de mermelada de cerezas negras
  •  1 yema para pintar la masa
    Lo primero haremos la crema con bastante antelación para que le de tiempo a enfriarse bien, si la hacemos el día anterior mejor que mejor.
    Si la queréis hacer de la manera tradicional solo tenéis que seguir las indicaciones del enlace que os he puesto de Luis Olmedo, yo la he preparado en Thermomix.
    Poner todos los ingredientes de la crema en el vaso y programar 7 min, 90º C, vel. 4. No deberá de quedar demasiado gorda ya que luego al cocer en el horno espesará algo más.
    Rellenar una manga sin boquilla con la crema resultante y cerrarla bien, intentando quitar todo el aire posible, para que no se forme costra. De esta manera luego sera mucho más fácil repartirla en el interior de la masa.
    Dejar enfriar y, cuando esté tibia, reservar en la nevera.
    Poner la harina, la sal y la levadura en el vaso de la amasadora y mezclar. Agregar el resto de los ingredientes de la masa y, con la pala, integrar justo hasta que esté ligada pero sin trabajar demasiado para que no comience a desarrollarse el gluten.
    Dividir en dos bolas y meter, envueltas en film plástico, un rato a la nevera, para que tomen cuerpo.
    Separar 1/3 de cada bola y extender cada parte entre dos trozos de film plástico dejándolo con un grosor de unos 4 mm. También podéis extender la masa entre dos papeles de horno pero haciéndolo entre plástico luego será más fácil retirarlo sin que se queden restos pegados en él. Meter en el congelador hasta que tome consistencia.
    Yo preparé los pasteles en unos moldes de cerámica no desmontables por lo que, para luego poder desmoldarlos sin dificultad, los engrasé con mantequilla, forré la base con un círculo de papel y puse unas tiras cruzadas que sobresalían por los extremos.
    Cubrir con la masa  de tamaño más grande la base y los laterales del molde dejando que sobresalga un poco por los bordes. Rellenar con la crema reservada, pincelar con un poco de yema batida la parte que queda por encima del lateral del molde  y tapar con la masa de tamaño más pequeño. Pasar el rodillo por encima para cortar los excedentes y que se queden pegadas ambas masas en los extremos. Pincelar la superficie con la yema, marcar con las púas de un tenedor, con cuidado de no romper la masa, y hacer unos cuantos agujeros con un palillo para que el relleno respire y pueda escapar el vapor y no se formen abultamientos.
    Repetir todo el proceso para hacer el otro pastel solo que rellenándolo con la mermelada de cerezas.
    Meter ambos en la nevera por lo menos una hora.
    Precalentar el horno a 180º C.
    Hornear de 35 a 45 minutos. A mí el de crema me tardó un rato más en hacerse que el de cerezas. Si se comenzara a abombar volver a pinchar las tapas.
    Dejar enfriar sobre la bandeja y desmoldar, con mucho cuidado, cuando esté tibia. Terminar de enfriar sobre una rejilla.


    Con la masa tuve mis más y mis menos, me costó dios y ayuda poder manejarla ya que se reblandecía enseguida y se empezaba a pegar por todos lados así que al final, cuando la extendí, la metí directamente al congelador a que se pusiera bien dura. El resultado bien valió la pena ya que los pasteles quedaron con una consistencia y un sabor absolutamente impresionantes, prácticamente iguales a los que yo recordaba.


    Ya os he dicho que fue Blanca la que nos reto y no soy yo sola la que entró al trapo, que somos más a las que nos guata más un reto que a un niño un pirulí. En esta ocasión estas han sido, aparte de mi y de Blanca, por supuesto la retadora no podía faltar a la cita, las que hemos preparado este delicioso pastel.
    Estoy deseando saber de que lo habrán rellenado ellas.
    De mermelada???


    O de crema???

sábado, 9 de abril de 2016

Muffins de ruibarbo y frambuesas

    Me encanta ir a comprar a los mercados porque, además de la calidad que tienen los productos, siempre te encuentras alguna sorpresa con la que llenar la cesta de la compra. Llevo mucho tiempo viendo recetas de ruibarbo en la red pero, cada vez que he ido a buscarlo, no lo he encontrado ni por asomo. Yo creo que me va huyendo porque solo una vez que no lo buscaba lo encontré en la parada donde compro siempre... nunca más lo he vuelto a ver desde entonces.
    Ni que decir tiene me llevé unas pocas tijas para casa, vaya que no nos gustara y tener que desaprovecharlo, para probarlo por fin y con ellas hice estos muufins para el desayuno.


    ¡Qué lástima no haber comprado más! Porque nos ha encantado su textura y su sabor y tengo un montón más de recetas pendientes por hacer.


    Ingredientes :
  • 200 g de ruibarbo
  • 2 cucharadas
  • 200 g de harina bizcochona
  • 1 pizca de sal
  • 1/2 cucharadita de cardamomo
  • 50 g de azúcar moreno + para espolvorear
  • 2 huevos L
  • 125 ml de leche
  • 75 ml de aceite de girasol
  • 36 frambuesas
   
    Precalentar el horno a 180º C.
    Forrar una bandeja de muffins con papelillos de magdalenas.
    Lavar el ruibarbo y secarlo. Quitar las hebras más fibrosas y cortar en trocitos de unos 2 cm. Poner en una fuente de horno y espolvorear con las 2 cucharadas de azúcar. Hornear 10 minutos. Sacar el ruibarbo y escurrirlo de su líquido.
    Tamizar en un bol la harina, el cardamomo y la sal. Añadir el azúcar y remover para integrar.
    Batir los huevos, en otro bol, junto a la leche y el aceite. Verterlo sobre la mezcla de harina a la vez que el ruibarbo escurrido y mezclar con movimientos suaves sin trabajar demasiado, solo hasta que estén integrados.
    Repartir la masa dentro de los huecos del molde preparado, colocar 3 frambuesas limpias por cada muffin y espolvorear con un poco más de azúcar moreno.
    Hornear de 20 a 25 minutos hasta que estén doraditos. Sacar, dejar reposar un par de minutos, sacar del molde y dejar enfriar sobre una rejilla.


    El resultado es riquísimo. Unos muffins muy muy jugosos y llenos de sabor.


martes, 5 de abril de 2016

Suquet de calamar, alubias rojas y okras de Carme Ruscalleda {Cooking the Chef}

    Si alguna vez alguien me hubiera preguntado quien es la española más destacada entre los fogones de un restaurante no tendría ninguna duda en responder que, para mí, la CHEF con mayúsculas es Carme Ruscalleda.
    Hay que reconocer que hay más mujeres destacadas en el campo de la restauración pero ninguna en el mundo alcanza su nivel y más teniendo en cuenta que es una cocinera autodidacta que ha llegado a conseguir siete estrellas Michelin, ahí es nada.
    Lo que más me llama la atención de ella es la imagen cercana que transmite. Una mujer que siempre ha sabido lo que quería y no ha cejado en su empeño hasta que lo ha conseguido, todo a base de su esfuerzo y el de los que la rodean.
    Hace mucho tiempo que la descubrí a través de la revista Cuina, con la que sigue colaborando mensualmente, y de esa colaboración es de donde he elegido este plato que hoy os presento.


    Como en este tiempo de primavera tan pronto hace frío como calor me ha parecido que este plato es inmejorable. Que hace calor, pues nada mejor que un plato de legumbre para entonar el cuerpo pero si hace calor comiéndolo templado la frescura se la darán los okras.


    Un conjunto atemporal que será una verdadera delicia para nuestro paladar.


    En realidad mi plato es una adaptación del que ella realiza ya que en el suyo utiliza okura, que es el okra japonés, fesols del sastre y a los calamares no les quita la piel exterior, cosa que yo si que hice sin darme cuenta siquiera. Vamos que los limpié como habitualmente hago, que le vamos a hacer, jejjeje. Además, ya me ha sido bastante difícil localizar donde poder encontrar okras a un precio razonable como para tener que pagar okuras a precio de oro... eso si hubiera sido capaz de encontrarlo. Con las alubias no dude ni un momento y utilicé unas rojas que me traje de Valladolid y que son bocatto di cardinale.


    No me extiendo más, vamos con la que es mi aportación al reto ideado por Aisha y April, Cooking the Chef, en este mes.


    Ingredientes :
  • 4 calamares de unos 20 cm cada uno
  • 200 g de alubias rojas
  • 1 litro de agua mineral
  • 1 puerro
  • 1/2 rama de apio
  • Perejil
  • 1/2 hoja pequeña de laurel 
  • 100 g de tomate rallado
  • 100 g de cebolla
  • 100 g de pimiento verde
  • 6 okras
  • Sal
  • Pimienta blanca de molinillo recién molida
  • Aceite de oliva virgen extra
    La noche anterior, lavar bien las alubias y ponerlas a remojo con el agua mineral.
    Limpiar los calamares dejando la piel exterior de los cuerpos, ya os dije que yo se la quite.
    Poner en una olla las alubias con el agua de remojo, las patas de los calamares, el puerro, la rama de apio, el perejil, el tomate rallado, la media hoja de laurel y un chorro de aceite. Cuando arranque el hervor bajar a fuego lentísimo y dejar cocer hasta que estén tiernas. Retirar las patas de calamar, el puerro, el apio, el perejil y el laurel y salar.
    Limpiar y picar la cebolla y el pimiento bien finos y lavar, secar y trocear en rodajas de 1 cm los okras.
    En una sartén con un chorrito de aceite dejar cocer la cebolla hasta que esté ligeramente dorada, añadir el pimiento y cocinar 5 minutos más removiendo de vez en cuando. Salpimentar, agregarlo a las alubias y dejar cocer un par de minutos.
    Cortar los cuerpos de los calamares en rodajas de 2 cm, salar y saltear por tandas, con un hilo de aceite y un poco de pimienta, en una sartén. Sacar y saltear también las rodajas de okra, durante 15 segundos, ligeramente sazonadas.
    Servir en platos las alubias ligeramente caldosas, repartiendo los calamares y las rodajas de okura por encima.


    A mi me gustan calentitas calentitas ¿y a vosotros?


    Y solo queda ir de visita para ver el resto de los platos de mis compis de reto ¿os venís?

sábado, 2 de abril de 2016

Salmonetes a la naranja con tirabeques y senderuelas salteados al estilo thai

    Los meses se me pasan volando, casi sin enterarme, y ya entramos en el segundo trimestre. Comienza abril con una cierta tristeza al pensar que ya no habrá descansos extras antes de que llegue el verano, es lo que tiene que la Pascua se celebre tan temprano.
    A pesar de ello abril es un mes distinto, sobre todo en lo que a temperatura se refiere, tan pronto te hielas como te asfixias. Y ante este panorama de climatología incierta hay que estar preparado tanto para comer un reparador puchero caliente como un delicioso plato refrescante.
    Es por eso de que este mes es un poco loco que en los mercados conviven productos de varias estaciones. Yo he querido aprovechar en este plato esa conjunción de otoño-invierno-primavera dándole, además, un ligero toque asiático.


    Hacía mucho que no comía salmonetes y estos tenían tan buena pinta que o me pude resistir a llevarme unos cuantos. Vamos, que no eran Rodolfo el langostino pero también me dijeron eso de "llevaame a cassa", jejjeje. Además que, ojeando una revista Cuina de hace tiempo, redescubrí una receta de salmonetes de Pep Nogué, que me hizo tilín, y es en la que me he inspirado.


    Ingredientes :
    Para los salmonetes
  • 16 salmonetes pequeños
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Ralladura de 1 lima káfir
  • Escamas de sal
    Para los tirabeques
  • 200 g de tirabeques
  • 2 palos de citronella
  • 1 trozo de jengibre fresco de unos 2 cm 
  • 2 hojas de lima káfir
  • 2 cucharadas de aceite de wok
  • 100 g de senderuelas
  • 60 ml de zumo de naranja
  
    Para el sirope de naranja
  • 100 ml de zumo de naranja colado
  • 15 g de azúcar
    Para el aceite de perifollo
  • 20 ml de aceite de girasol
  • 1 ramita de perifollo
  • Sal 
    Lo primero prepararemos el aceite de perifollo y el sirope de naranja. Poner en un cazo el zumo de naranja junto al azúcar y remover hasta que este esté disuelto. Calentar, a fuego medio, hasta que tenga la textura de una salsa, teniendo en cuenta que según se enfríe espesará algo más. Reservar templado guardado en un biberón.
    Lavar bien y secar las hojas de perifollo. Triturar junto al aceite y una pizca de sal. Meter en otro biberón y reservar.
    Limpiar las senderuelas con un pincel y reservar. No las limpiéis bajo el chorro del agua ya que perderán mucho aroma. Limpiar los salmonetes, sacar los filetes quitando la espina central y terminar de desespinarlos con ayuda de unas pinzas. Lavar los tirabeques, cortar las puntas y retirar los hilos laterales si los tuvieran.
    Pelar y cortar finamente la citonella y el jengibre. Poner un wok con el aceite de wok, a fuego medio-alto, y saltear ambos duante unos segundos. Cuando empiecen a tomar color añadir los tirabeques limpios y las hojas de lima káfir cortadas en dos. Saltear unos minutos y agregar las senderuelas. Cuando hayan perdido el líquido de cocción verter el zumo y dejar reducir. Reservar en caliente.


    Poner una plancha con las dos cucharadas de aceite de oliva, a fuego medio, y marcar los salmonetes unos segundos, primero por la parte de la piel y después por la de la carne. No deben quedar demasiado hechos.


    Montar en un plato llano colocando los salmonetes en el centro y el salteado de tirabeques y senderuelas a ambos lados.


    Espolvorear la ralladura de lima káfir por encima de los salmonetes y regar con un hilo de aceite de perifollo y otro de sirope de naranja. Añadir al plato algunos puntos más de sirope de naranja y espolvorear con las escamas de sal.


    Solo quedará servirlo bien caliente y disfrutar del momento que el plato bien lo vale.