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sábado, 31 de diciembre de 2022

Gevrek, el bagel búlgaro

    Otro año que se acaba y, no sé si a vosotros os pasa, cada vez me da la sensación de que se hacen más cortos, debe ser la edad... y yo que me reía y me parecía que me estaban tomando el pelo cuando lo comentaban las personas mayores que me rodeaban ¿qué le vamos a hacer?

    Pero a lo que vamos, que si en la entrada pasada os dejaba una delicatessen para degustar, hoy os dejo un pan para acompañarla.

    Este pan en forma de anillo también es conocido con otros nombres en la zona de los Balcanes, como Koulouri en Grecia o Simit en Turquía, aunque este último aparece trenzado.

    La peculiaridad de este pan es que hay que bañarlo en una solución de agua y melaza o miel de caña, antes de rebozarlo en sésamo, con lo que obtendremos un ligero toque dulce y un precioso tono dorado. 

    Ingredientes :

  • 250 g de harina
  • 140 g de agua
  • 20 g de azúcar
  • 5 g de sal
  • 10 g de aceite de oliva virgen 
  • 5 g de levadura fresca
  • Semillas de sésamo blanco
    Para el baño
  • 250 ml de agua 
  • 2 cucharadas de miel de caña

    Poner en un bol la harina, el agua, el azúcar, la sal y la levadura y amasar hasta formar una masa compacta. Verter el aceite de dos veces, amasando hasta que se integre por completo después de cada adicción. Cubrir con un paño y dejar que leve, en un sitio cálido y sin corrientes de aire, hasta que doble de volumen. 

    Desgasificar y dividir en 4 partes iguales, de unos 100g. Bolear cada parte, volver a tapar y dejar reposar unos 15 minutos para que la masa se relaje. 

    Con cada bola formar cilindros de unos 30 cm de largo. Unir ambos extremos presionando para que queden bien adheridos. Tapar y dejar levar de nuevo hasta que vuelvan a doblar. 

    Mientras poner en un bol los ingredientes del baño y remover hasta que la miel se disuelva por completo. Calentar el horno a 200ºC, con calor de arriba-abajo.

    Bañar en el líquido cada pan, rebozar bien en el sésamo y colocar sobre una bandeja forrada con papel. Meter a mitad de horno y dejar cocer durante unos 20 minutos, hasta que estén bien dorados.

    Sacar y dejar enfriar sobre una rejilla.

    Y terminada esta última receta del año sólo me queda desearos lo mejor de lo mejor para el nuevo año que mañana comienza. Os esperaré por aquí con nuevas recetas que espero os gusten tanto como a mí.

    Muchísimos besos para todos. 

domingo, 11 de diciembre de 2022

Salmón marinado con moras

    Con la Navidad a la vuelta de la esquina todos andamos locos pensando que poner en la mesa en estos días de fiesta. Así que hoy os voy a dejar un rico entrante que se puede dejar hecho con muucha antelación y es de éxito asegurado en cualquier mesa. Este año, en vez de poner el típico salmón ahumado, vamos a triunfar con esta exquisited.

    Y digo que se puede dejar hecho con muuucha antelación porque, aunque en la nevera aguantará perfecto durante 3 días, podéis congelarlo, entero o mejor cortado en porciones. para ir sacando según lo vayáis a necesitar. Tan sólo lo tenéis que dejar descongelar en la nevera. Estará divino y como recién preparado. 

    Pero vamos al lío.

    Ingredientes :

  • 1 lomo de salmón, de aproximadamente 1 kg, con piel
  • 250 g de moras
  • 75 g de azúcar moreno
  • 250 g de sal gorda
  • 60 ml de ginebra
  • 4 bayas de enebro
  • Ralladura de 1 limón
  • Eneldo fresco picado

    No es probable que los salmones que venden tengan anisakis ya que suelen venir de piscifactorías pero, por si acaso, no estará de más que lo congeléis durante un par de días antes de marinarlo. Aunque si vais a congelarlo en su totalidad después de prepararlo este paso os lo podéis saltar.

    Lavar y secar el lomo de salmón y retirar las espinas, si tuviera alguna, con ayuda de unas pinzas. Reservar.

    Mezclar en un bol el azúcar, la sal, la ralladura y 1 cucharada de eneldo. Romper, en un mortero, las bayas de enebro y añadírselas a la mezcla.

    Reservar unas cuantas moras para adornar. Poner el resto en un bol junto a la ginebra y, con la mano de un mortero, ir rompiéndolas hasta obtener una pasta poco trabada. Verter en el bol de los sólidos y remover hasta integrar. 

    Meter el salmón, con la piel hacia abajo, dentro de una fuente donde quepan holgadamente. Distribuir el marinado por encima y restregar bien con la mano para que el salmón se impregne por completo. Espolvorear con más eneldo y tapar a piel con plástico. Poner algo de peso encima, yo suelo poner un brick de caldo o de leche, y dejar curar en la nevera de 24 horas a 3 días, dependiendo de como os guste de curado. Cuanto más tiempo lo tengáis más se teñirá del color de las que moras y estará algo más salado y seco. A mí me gusta tiernecito así que tan sólo lo dejo 1 día y es por eso por lo que no ha cogido demasiado color.

    Sacar de la nevera, quitar el peso y el plástico y retirar, con ayuda de papel de cocina, los restos de la marinada. Lavar bajo el grifo y, si queréis, volver a cubrir con eneldo. Como podéis ver en las fotos yo no le puse más. Empezando por la parte más ancha, con un cuchillo bien afilado, ir sacando lascas lo más finas posibles.

    Acompañado de las moras reservadas y unos pepinillos en vinagre ya os podéis preparar para disfrutar de lo lindo.

    Fuente : El invitado de invierno

domingo, 4 de diciembre de 2022

Vánocka, pan navideño de la República Checa

    Hoy se celebra Santa Bárbara. Muchas costumbres están asociadas a este día en la República Checa donde, aunque los regalos navideños los traerá San Nicolás dentro de un par de días, antiguamente los niños colocaban en la ventana un calcetín esperando que la Santa los llenara de golosinas, aunque si habían sido traviesos le que encontrarían sería carbón y patatas, mientras que las muchachas casaderas cortaban ramilletes de cerezo poniéndolos en un florero, con la esperanza de que florecieran antes del día de Nochebuena ya que, si esto ocurría, querría decir que en menos de un año se casarían y si no no habría boda. Fuente : https://espanol.radio.cz/

    Preparar vuestras maletas que hoy nos vamos de viaje para conocer un poquito más de sus tradiciones navideñas. Eso sí, abrigaos bien porque en la República Checa, nuestro destino, tiene que hacer ya un frío de mil demonios. Y, para paliar un poco ese gélido clima, no sólo vamos a encender la chimenea, también pondremos el horno en funcionamiento para preparar una Vánocka, el pan tradicional checo típico de Navidad.

    Este pan consta de tres trenzados, uno encima de otro, teniendo cada uno un significado distinto. El trenzado de la base, de 4 cabos, simboliza los cuatro elementos; el del medio, de 3 cabos, el sentimiento, la razón y la voluntad; y, para finalizar, el de 2, el conocimiento y el amor.

    Son varias las supersticiones ancestrales que lleva asociado a la hora de prepararlo, como que se debe evitar que el pan roce con ningún objeto de plata o ningún otro metal. Aunque las más curiosas son que la persona que lo prepara deberá llevar un delantal blanco y un pañuelo en la cabeza, no podrá hablar durante la preparación debiendo pensar en alguien querido, para ahuyentar a los malos espíritus, y que deberá saltar mientras la masa esté levando.

    También existe la tradición, más normal y compartida en otros países en sus panes dulces navideños,  de meter dentro una moneda gozando, la persona que la encuentre en su rebanada, de riqueza y salud durante todo el año. Pero cuidado, que si la Vánocka se quemará o se rompiera atraería la mala suerte.

    Ingredientes :

  • 25 g de levadura fresca
  • 500 g de harina de fuerza
  • 230 ml de leche templada
  • 10 ml de ron + 30 ml para macerar las pasas
  • 100 g de mantequilla a temperatura ambiente
  • Ralladura de un limón
  • 2 yemas M
  • 100 g de azúcar
  • 50 g de pasas sultanas 
  • 80 g de almendras laminadas
  • 1 cucharadita de sal
  • 1/4 de cucharadita de clavo de olor en polvo
  • 1/4 de cucharadita de jengibre en polvo
  • 1/8 de cucharadita de nuez moscada rallada

    Para decorar

  • Clara de huevo
  • Almendras laminadas 
  • Azúcar glass

    Macerar las pasas en el ron durante una hora y después escurrir y secar un poco el exceso de líquido con papel. Echar la levadura en la leche tibia removiendo hasta que se disuelva.

    Poner en el bol de la amasadora la harina, las especias, el azúcar, la sal y la ralladura y mezclar. Añadir la mezcla de leche y levadura, el ron y las yemas y comenzar a amasar. Cuando la masa esté homogénea y comience a despegarse de las paredes del bol empezar a agregar la mantequilla, poco a poco, cortada en trocitos. Continuar amasando hasta que se vuelva suave y brillante y pase la prueba de la membrana. Entonces volcar la masa sobre la mesa de trabajo, ligeramente engrasada, estirarla, con ayuda de un rodillo, hasta formar un rectángulo. Poner por encima las pasas y las almendras, cortar en trozos colocando unos encima de otros con el objetivo de que queden bien repartidas por toda la masa. Bolear , colocar en un bol ligeramente engrasado, tapar y dejar levar hasta que doble su tamaño.

    Una vez levado, desgasificar, volver a poner sobre la mesa de trabajo y dividirlo en 8 partes iguales y una de esas partes dividirla en dos. Estirar formando cabos. Unir bien uno de los extremos de 4 de los cabos, reservando los otros cubiertos con un paño para que no se resequen, y comenzar a trenzar. Una vez trenzado unir bien los extremos y pintar con clara de huevo batida. Colocar sobre una bandeja de horno, cubierta con papel y reservar. Trenzaremos ahora los 3 cabos gruesos que nos quedan, uniendo bien los extremos, y colocar encima de la otra trenza. Pincelar con clara batida. Retorcer entre ellos los cabos más pequeños y poner en la parte superior, dejando los extremos pillados por debajo del pan. Pincelar también con clara. Engrasar ligeramente un plástico lo suficientemente grande para que lo abarque y cubrir con él el pan. Dejar levar de nuevo hasta que casi vuelva a levar.

    Calentar el horno a 185ºC, con calor de arriba-abajo. Una vez levado volver a pincelar con clara batida y espolvorear con azúcar y almendra laminada. Hornear a media altura. Pasados 5 minutos, bajar la temperatura del horno a 150ºC y dejar cocinar 40 minutos más.

    Sacar sobre una rejilla para que se enfríe. A la hora de servir, volver a espolvorear ligeramente con azúcar glass.

    Fuente : Con harina en mis zapatos