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jueves, 14 de marzo de 2019

Bizcocho de naranja cremoso

    El que los que te rodean en el día a día conozcan que tienes un blog tiene ventajas e inconvenientes.
    Los inconvenientes son mínimos ya que, como dicta el refrán, "Ante el defecto de pedir está la virtud de no dar". Además que, la verdad sea dicha, en mi caso no me ha ocurrido más que en un par de ocasiones.
    Las ventajas son muchas ya que, debo de estar rodeada de gente muy generosa, siempren se acuerdan de mí cuando tienen algo especial. Este es el caso de esta receta ya que, para poder prepararla, han sido generosas dos personas. La primera uno de mis compañeros de trabajo, que fue al que le dieron esta receta de Naranjas de Castellón y, un par de tardes después, me la proporcionó. La segunda una de mis vecinas, que se encontró con mi marido y le plantó delante un bolsón de naranjas recién cogidas de su campo. Menuda intensidad de aroma y sabor.


    Aunque no puedo olvidarme de agradecer, sobre todo, la especial colaboración de mis conejillos de indias, que son los que, en gran medida, se han comido practicamente todo el bizcocho. Bueno, para no decir mentiras, este y todo lo que les llevo, que no es poco 😂😂


    Entrando en materia, tengo que decir que la textura me ha sorprendido ya que es un bizcocho jugoso y cremoso al mismo tiempo, casi tanto como un pudin. Y el hecho de que no sea muy dulce hace que, al ser extremadamente delicado, se coma sin sentir. Pero vamos al lío.
    Ingredientes :
  • Una naranja hermosa (la mía 200g entera)
  • 200 g de azúcar
  • 200 g de huevo (unos 4 talla M)
  • 200 g de aceite suave (le puse de girasol)
  • 200 g de harina
  • 12 g de levadura química (tipo Royal. 1 sobre por cada 250g de harina)
  • 200 g de leche (la puse semi)
  • 1 pizca de sal (en la receta original no venía pero se lo puse ya que  potencia los sabores)

    En la receta pone que se mezcle todo con la batidora y se lleve al horno, al baño maria, en un molde engrasado. Yo lo preparé como cualquier bizcocho así os lo cuento.
    Precalentar el horno a 180ºC, con calor sólo de abajo, poniendo una bandeja un poco más bajo de la mitad de horno y con un recipiente, donde quepa el molde que vayáis a utilizar, con agua. Engrasar el molde con mantequilla o con spray desmoldante y, en este último caso, dejar escurrir boca abajo hasta que lo vayáis a utilizar.
    Lavar y secar muy bien la naranja. Rallar su piel y exprimir después, no colar el zumo. Reservar. Tamizar la harina junto a la levadura y la sal.
    Batir el huevo con el azúcar hasta que blanquee. Sin dejar de batir, añadir el aceite y después agregar el zumo y la ralladura de naranja. Espolvorear por encima la mezcla de harina removiendo hasta integrar. Verter la leche y batir justo hasta que esté integrado.
    Verter en el molde anteriormente preparado y meter al horno dentro del recipiente de agua, que deberá estar ya caliente. Dejar cocer 30 minutos. Pasado ese tiempo, poner el calor de arriba-abajo para que se pueda dorar la superficie y dejar de 10 a 15 minutos más, hasta que al pincharlo con una aguja esta salga limpia.
    Sacar y dejar enfriar durante 1 hora sobre una rejilla antes de desmoldarlo. Pasada la hora, volcar el molde sobre la rejilla y dejar que se termine de enfriar. Decorar al gusto.


    Como  utilicé el molde Crown de Nordic Ware, que quedá tan bonito, ni se me pasó por la cabeza decorarlo aunque bien podría haber espolvoreado un poco de azúcar glass por encima.


lunes, 11 de marzo de 2019

Pan de molde con tang zhong {#elpanperfecto}

    Tengo un amigo panadero, de esos que lo lleva en la sangre desde hace varias generaciones, que afirma que no todos los que hacen pan son panarras ni todos los panarras son panaderos. Su argumento es bien sencillo : panadero es el que hace pan, panarra el que disfruta haciendo pan.
    Yo no puedo estar más de acuerdo con él, y más teniendo en cuenta el pan que te encuentras a la venta en algunos sitios. Y es que debería haber panaderías y panarraderías para diferenciar a unos y a otros ¿o no es verdad?


    No me hagáis demasiado caso que hoy me he levantado con la vena filosófica, jejjeje. La cuestión es que hoy os traigo mi aportación panarra para #elpanperfecto, donde este mes nos proponían preparar pan de molde, y se me ha debido meter parte de la harina por las venas.


    Como ya tenía un pan de molde en el blog tenía que hacer algo distinto, aparte que me atraía el probar el tang zhong, una papilla cocida de agua y harina que provoca que la miga del pan se vuelva más tierna y esponjosa. Esta técnica asiática de influencia francesa es, técnicamente hablando, uno de los mejorante panadero naturales más antiguos.


    Ingredientes :
    Para el tang zhong
  • 60 g de harina panadera
  • 300 g de agua
    Para la masa
  • 540 g de harina panadera
  • 100 g de agua
  • 15 g de levadura fresca de panadería
  • 10 g de sal
  • 10 g de azúcar
  • 30 g de mantequilla a temperatura ambiente

    Poner en un cazo los ingredientes del tang zhong y remover hasta que la mezcla esté uniforme. Cocer, a fuego bajo, removiendo sin parar, hasta que tenga la consistencia de una crema y esté a unos 55-60ºC. Dejar enfriar.
    Una vez que esté frío, poner en un bol junto al resto de la harina y el agua, mezclar bien y dejar reposar 20 minutos (autolisis)
    Agregar la sal, el azúcar y la levadura y amasar hasta que esté uniforme. Entonces ir añadiendo la mantequilla, cortada en trocitos, y amasar hasta que esté totalmente incorporada.
    Seguir amasando en periodos de 2 minutos, alternados con reposos de 10 minutos, hasta que la masa esté elástica y suave. Bolear, colocar en un bol ligeramente engrasado, tapar y dejar levar, en un sitio cálido y sin corrientes de aire, hasta que doble su volumen.
    Volcar sobre la superficie de trabajo, espolvoreada con un poco de harina, desgasificar y dividir la masa en dos partes, si vais a preparar 2 panes de 500g.
    Dividir cada parte en dos o tres y bolear cada una de ellas. Ir depositándolas dentro de un molde rectangular, tapar y dejar levar hasta que vuelva a doblar.
    Precalentar el horno a 220º C, con calor de arriba-abajo. Vaporizar y hornear durante 15 minutos. Bajar la temperatura del horno a 180ºC y dejar cocer otros 25 minutos más.
    Sacar y dejar enfriar sobre una rejilla antes de desmoldar.


    ¿Qué os parece la miga? ¿A que tiene buena pinta?

    Fuente : El invitado de invierno

sábado, 9 de marzo de 2019

Ensalada templada de perdiz escabechada con naranja {CocinArte}

    Ayer fue el día de la mujer. Pocas veces las mujeres han aparecido retratadas en los libros de historia pero, gracias a su lucha y tesón, poco a poco, vamos descubriendo todo lo que nos dejaron como herencia. En el #cocinArte de este mes, homenajeamos a una de esas mujeres casi desconocidas, aquí podéis ver el recopilatorio.     


    Poco se sabe de la biografía de Clara Peeters, una de las pocas mujeres, que se sepa, que dedicaron su vida a la pintura a principios del s.XVII. Otro ejemplo de superación personal que, a buen seguro, no lo tendría nada fácil para destacar en un mundo de hombres, dejando tras de sí una maravillosa muestra de los gustos y costumbres de la clase social privilegiada de los Países Bajos a través de sus exquisitos bodegones.


    La idea de recrear un bodegón era algo que me apetecía mucho así que ¿por qué no intentar hacerlo para homenajear a esta desconocida pintora?


    Y que mejor que utilizar, para elaborar la receta, parte de los productos del cuadro de Clara Peeters que María ha elegido para el CocinArte de este mes.


    Ingredientes :
    (Para dos personas)
  • 1 lata de perdiz escabechada
  • 2 naranjas medianas
  • 1 bolsa de escarola en trozos
  • 1 puñado de canónigos
  • 1 puñado de aceitunas verdes
  • Sal 
  • Aceite de oliva virgen extra

    Pelar las naranjas a piel y sacar los gajos, encima de un bol para recoger el zumo. Sacar la perdiz de la lata, ponerla en un cazo y calentar ligeramente. Escurrir del escabeche y desmigar la carne, reservando parte del líquido. Lavar y escurrir bien la escarola y los canónigos.
    Extender en el fondo del plato de servir la escarola y los canónigos. Poner en el centro la carne desmigada de perdiz y repartir por encima los gajos de naranja y las aceitunas.
    Poner en un bol un poco del escabeche reservado, un par de cucharadas del zumo recogido, un buen chorreón de aceite y agitar hasta integrar.
    Salar la ensalada al gusto y regar con la mezcla anteriormente preparada.
    Servir enseguida.


martes, 5 de marzo de 2019

Muéganos y sirope casero de maíz {Cooking the Chef}

    Cada vez más cerca del día de la mujer y, a pesar de encontrarnos en el s.XXI y muchos puedan pensar que ya no tiene sentido la celebración de este día, historias como la de Cristina Martínez nos dicen que aún queda mucho camino que recorrer.
    Se casó para escapar del acoso de su padre y se encontró explotada por la familia de su marido del que, también, recibía malos tratos. No tuvo más remedio que huir para escapar de las palizas y los golpes dejando atrás su patria y a sus hijos. No quiero ni imaginarme hasta que punto tuvo que llevar la cosa para renunciar a ellos, sin duda alguna, una de las decisiones más difíciles de su vida.
    Ella, además, tiene mucho que decir sobre la migración existente entre México y EEUU ya que, aunque se haya convertido en una chef de prestigio internacional, no deja de ser una persona indocumentada dentro de un país cada vez más restrictivo con ellos y, aunque pague impuestos, no puede acceder a la nacionalidad ya que fue fichada en una de sus incursiones.
    Con su restaurante, South Philly Barbacoa, ha conseguido llevar un trocito de su Capulhuac natal a Filadelfia a través de su barbacoa de borrego, con la receta que, con los métodos tradicionales, aprendió a cocinar desde niña en su familia. Además, desde allí se coordina un movimiento social que trata de ayudar a los "sin papeles" sin derecho de trabajar legalmente en EEUU. Nos encontramos con la historia del día a día de una luchadora sin tregua, por lo que pienso que ha sido una decisión más que acertada la de las chicas de Cooking the Chef eligiéndola a ella para este mes.
    Mi intención era preparar una de esas tradicionales barbacoas pero, tras la infructuosa búsqueda de sus ingredientes, me he decidido por un dulce presente en cada una de las ferias mexicanas : unos deliciosos muéganos. Aquí os dejo el recopilatorio con el resto de aportaciones al reto.


    Mis blogs de referencia, cuando deseo que mi casa se inunde con los olores de México, son Rústica y Enchílame esta gorda y, tanto Maite como Lupita, logran introducirme un poquito más en la gran riqueza gastronómica de su país. En esta ocasión la receta es de Maite y, si no conocéis su blog, os aconsejo que os paséis a leer sus entradas porque son, además de un regalo para los sentidos, verdadera poesía.


    Ingredientes :
    Para el sirope de maíz (Fuente : Repostería Suena Dulce)
  • 150 g de azúcar
  • 35 g de azúcar glass
  • 1/8 de cucharadita de cremor tártaro
  • 1/2 cucharadita de zumo de limón
  • 60 ml de agua
    Para la masa
  •  250 g de harina
  • 1 pizca de sal
  • 1/2 cucharadita de levadura química (tipo Royal)
  • 1 cucharada de semillas de anís molidas
  • 15 g de manteca
  • 1 huevo L
  • El agua que admita (yo le puse 80g)
    Para la miel de piloncillo (panela)
  • 125 g de panela
  • 20 g de sirope de maíz
  • 100 g de agua
  • 1 palo de canela
  • 1 clavo de olor
  • 1 pizca de semillas de anís
  • Unas gotas de zumo de limón

    Prepararemos primero el sirope, para que pierda un poco de calor, poniendo en un cazo a fuego medio el agua, el azúcar, el cremor tártaro y el zumo de limón. Cuando rompa a hervir añadir el azúcar glass e ir integrándolo con cuidado. Dejar cocer hasta que la superficie se llene de espuma. Filtrar a través de un colador fino y dejar enfriar. Cuando esté frío su consistencia será espesa, como la de la miel.
    Mezclar la harina, la pizca de sal, la levadura, y las semillas de anís molidas en un bol. Formar un volcán y añadir en el centro el huevo ligeramente batido. Ir mezclándolo hasta que tenga una consistencia arenosa, entonces agregar la manteca e integrar. Verter poco a poco el agua hasta que obtener una masa suave y blandita. Amasar hasta que se vuelva elástica y se deje de pegar a los dedos. Cubrir y dejar reposar unos 10 minutos a temperatura ambiente.
    Pasado ese tiempo, dividir la masa en dos y estirar, con la ayuda de un rodillo, hasta te tenga un grosor de unos 5mm. Con un cuchillo afilado, cortar cuadrados de unos 2 cm de lado.


    Despegar con cuidado y freír, en abundante aceite caliente, hasta que estén dorados. Sacar y poner sobre papel de cocina para retirar el exceso de grasa.
    Para hacer la miel poner en un cazo la panela, el sirope de maíz, el zumo, el agua y las especias y cocinar, a fuego vivo, hasta que se vuelva oscura y espese un poco, unos 10 minutos más o menos hasta que esté a punto de bola, removiendo de vez en cuando. Colar y dejar enfriar un poco.
    Colocar los cuadraditos sobre un papel de horno y regar con la mayor parte de la miel por encima hasta cubrirlos por completo. Con ayuda de un par de cucharas formar bolas, regar con el resto de la miel y dejar secar por lo menos durante media hora.


    A pesar de estar regados con la miel os aseguro que el conjunto no es tan dulce como pudiera parecer. Y el sabor que le dan las especias hacen de este un bocado sublime, no me extraña que esté presente en las ferias de parte del país.


    Debéis apretar las bolas para que queden bien adheridos los cuadraditos aunque si alguno se suelta no debéis dudar en hacer como yo y disfrutar del manjar antes de llevar a la mesa. Podríamos decir que es el control de calidad, jejjeje.