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jueves, 29 de noviembre de 2018

Cupcakes de guinness con crema intensa de chocolate, guinness, pretzels y flor de sal #cupcakesrevival

    No sé si os pasa también a vosotros pero hay días en los que se te tuercen todas las cosas que intentas hacer. Hoy tengo uno de esos días y, como considero que no merece la pena desesperarse, lo mejor es respirar profundamente y contar hasta 10. Si eso no funciona lo mejor que puedes hacer es lanzarte a comer chocolate... eso sí que, si no va a solucionarte las cosas, por lo menos te va a hacer ver el día con otro talante 😋😋


Volvemos a la carga con el #cupcakesrevival, que ya sabéis como me ponen a mí los retos, organizado por Carlamel de Canyella y Cookcakes de Ainhoa. En esta ocasión las tartas elegidas para versionar en modo cupcakes han sido la Sacher y la Guinness. Entre chocolate y chocolate esta vez me voy a decantar por la guinness, pero no con su estupenda capa de crema de queso por encima, que hoy ha sido el día especialmente duro, sino con una deliciosa e intensa crema de chocolate y guinness y, para darle un puntito distinto, rematada con pedacitos de pretzel y espolvoreada con una pizca de flor de sal. Irresistible ¿a qué sí?


    Ingredientes :
    Para las magdalenas (12 unidades)
  • 120 ml de cerveza guinness
  • 40 ml de leche
  • 40 ml de aceite de girasol
  • 1 cucharadita de vainilla en pasta
  • 1 cucharadita de café soluble (tipo Nescafé)
  • 1 huevo L
  • 60 g de nata fresca
  • 20 g de cacao en polvo (tipo Valor)
  • 1/4 de cucharadita de zumo de limón
  • 135 g de azúcar
  • 100 g de harina
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
    Para la crema intensa de chocolate y guinness
  • 125 g de mantequilla en pomada
  • 80 g de cacao en polvo
  • 375 g de azúcar glass
  • 60 ml de cerveza guinness
  • 30 ml de leche
  • 1 cucharada de vainilla
    Además
  • Pretzels
  • Flor de sal

    Precalentar el horno a 180ºC con calor de arriba-abajo. Introducir capacitos de papel en un molde de magdalenas.
    Tamizar, en un bol, la harina, el cacao y el bicarbonato. Añadir el café y el azúcar y remover para que se mezcle todo.
    En otro bol mezclar la cerveza, la leche, el aceite y la vainilla. Agregar el huevo, ligeramente batido, y la nata e integrar. Hacer un volcán en los sólidos y verter los líquidos en el centro. Remover justo hasta que la mezcla esté homogénea, pero sin trabajar demasiado.
    La masa resultante es muuuy líquida así que no os asustéis pensando que os habéis olvidado de añadir algo.
    Rellenar con la masa los capacitos de magdalena, hasta los 2/3 de su capacidad, y hornear durante unos 20 minutos, hasta que al pinchar con un palito este salga húmedo pero limpio.
    Sacar del horno y pasar a una rejilla para que terminen de enfriarse. hasta que no estén bien fríos no se podrá cubrir con la crema.
    Para hacer la crema tamizaremos el glass y el cacao. Poner en un bol todos los ingredientes y batir, a velocidad baja, durante un minuto. Esto evitará que decoremos toda la cocina con goterones de masa de chocolate 😁😂
    Una vez que la masa esté bastante unificada, subir la velocidad y seguir batiendo hasta que esté cremosa y esponjosa, aproximadamente unos 5 minutos.
    Meter la crema en una manga con boquilla de estrella y decorar las magdalenas ya frías.  Partir en trocitos los pretzels reservando unos cuantos enteros.
    Distribuir los trocitos de pretzels por encima, pinchando uno entero en el centro de la crema y espolvorear con una pizca de flor de sal.


    Y con uno de estos en la mano a ver quien es el guapo que no mira el día de otra manera, jejjeje.

    Fuente : Receta versionada de esta del blog Tarta de manzana

domingo, 25 de noviembre de 2018

Crackers de harina de garbanzo y parmesano. El pez de oro {Una galleta, un cuento}

    Desde muy pequeña me aficioné a la lectura. Ese mundo mágico que te transporta a lugares lejanos o no tanto donde vivir aventuras y disfrutar con cada palabra. Parte importante en ese viaje de entonces fue a través de los cuentos así que, es por eso que, este reto de Una galleta, un cuento, ideado por Patricia, me gusta tanto.
    En el anterior reto, mis galletas de castaña para Maruca la castañera gustaron tanto entre las participantes que resultaron ganadoras así que, otra vez he tenido el honor de elegir cuento. Como ya llevamos muchos cuentos a las espaldas pensé en elegir uno que no fuera de los tradicionales, por lo que me fui en busca de otros "cuentistas" y, surcando el mar hacia otras tierras, un pez de oro me llevó hasta este relato ruso, escrito por Aleksandr Nikoalevich Afanasiev.


    Me resistía a poner, de nuevo, una receta dulce así que se me ocurrió que estos crackers eran una buena opción, acompañados de una crema de untar o cualquier dip, para completar una mesa de cumpleaños de una forma divertida.
    Yo los he acompañado con un poco de tarama pero con hummus o un buen queso o embutido seguro que estarán igual de buenos. 


    Ingredientes :
  • 75 g de harina de garbanzo
  • 50 g de harina bizcochona
  • 30 g de parmesano en polvo
  • 1/4 de cucharadita de semillas de cilantro en polvo
  • 1/4 de cucharadita de sal
  • 3/4 de cucharadita de azúcar
  • 20 g de semillas de sésamo
  • 35 g de aceite de oliva virgen extra
  • 60 g de agua
  • Escamas de sal

    Precalentar el horno a 200ºC con calor de arriba-abajo.
    Poner en un bol los ingredientes sólidos y remover un poco para que se mezclen. Formar un volcán con ellos y verter, en el centro, el aceite y 2/3 del agua. Trabajar con una espátula e ir añadiendo el resto del agua, poco a poco, hasta que tengamos una masa compacta pero que pueda trabajar bien con las manos. Puede que no necesitéis todo el agua o que tengáis que añadir un poquito más, dependerá de la humedad que tengan vuestras harinas. Lo podéis comprobar apretando la masa con la mano, esta no deberá desmoronarse ni pegarse a los dedos, la consistencia será como la de la plastilina.
    Hacer una bola y poner entre dos papeles de horno y estirar con un rodillo hasta que tenga unos 3 mm de grosor. Cortar con la forma deseada e ir colocando en una bandeja de horno forrada con papel. Pinchar con un tenedor para que no suba y espolvorear con las escamas de sal.
    Como veis yo he utilizado un cortador de galletas con forma de pez y he hecho las marcas de los cuerpos, las aletas y las colas con la punta de un cuchillo.
    Hornear de 12 a 15 minutos hasta que se vean ligeramente tostadas.
    Pasar a una rejilla hasta que se terminen de enfriar.
    Y, mientras se enfrían, ¿me acompañáis a ver el recopilatorio de este mes? Pues vamos...


    Para tenerlas hechas con antelación son ideales ya que se conservarán muy bien, durante unos días, dentro de una lata hermética.

    Fuente : Gastronomía & Cía

domingo, 11 de noviembre de 2018

Weckmänner, el pan de leche para San Martín {#elpanperfecto}

    De nuevo a la carga buscando #elpanperfecto. En esta ocasión el pan elegido era un pan de leche y, buscando una receta para hacer, encontré estos hombrecitos que se preparan en Renania del Norte-Westfalia para San Martín, que casualmente es hoy día 11 de noviembre. Cierto es que los originales llevan todos una pipa de cerámica pero, como fuera de esas tierras es complicado encontrarlas, los míos he decidido que hayan dejado de fumar, jejjjeje.
   

    Estos hombrecitos se preparan en varios países, no solo en Alemania, con diferentes nombres y en todos ellos representan a San Nicolás de Bari y se preparan para el 6 de diciembre menos en Renania del Norte- Westfalia que se preparan para San Martín.


    Como os he dicho los hombrecitos deberían de llevar una pipa de cerámica aunque, originalmente, no era una pipa sino el báculo que representa a San Nicolás de Bari pero que, con la reforma de Lutero, los panaderos lo adecuaron de esta forma para eliminar los símbolos religiosos.


    La receta, por supuesto, es de un blog alemán, Klitzeklein y, como en él, yo también he cambiado las pasas originales por pepitas de chocolate aunque no he puesto el limón y he hecho algunos cambios en la manera de realizarlo.


    Ingredientes :
  • 250 ml de leche templada
  • 8 g de levadura seca de panadería
  • 100 g de azúcar
  • 125 g de mantequilla
  • 500 g de harina de fuerza
  • 1 pizca de sal
  • 1 huevo L
  • 30 pepitas de chocolate
  • 1 yema + 1 cucharada de leche
    Poner en el bol de la amasadora la harina, el azúcar, la levadura, la leche templada, la sal, el huevo y comenzar a trabajar con el gancho hasta que la masa esté suave. Añadir la mantequilla a trozos y seguir trabajando hasta que esté totalmente integrada y la masa esté brillante y no se pegue en las paredes ni en las manos.
    Bolear y poner en un bol, tapar y dejar levar en un sitio cálido hasta que doble. Volcar sobre la superficie de trabajo ligeramente enharinada, y desgasificarla. Pesarla y dividir en 6 partes iguales.
    Hacer bolas ovaladas, colocarlas sobre una bandeja forrada con papel, tapar y dejar levar de nuevo.
    Precalentar el horno a 170ºC con aire.
    Presionar las bolas ligeramente con la palma de la mano, cortar con un cuchillo y terminar de moldear la cabeza, los brazos y las piernas con los dedos.
    Poner los ojos y los botones con pepitas de chocolate presionando un poco y marcar la boca. Pincelar los hombrecitos con la yema batida con la cucharada de leche y hornear de 12 a 14 minutos hasta que estén dorados.


    En casa han volado, no sé si por la forma tan divertida que tienen o por que estaban realmente buenos.


viernes, 9 de noviembre de 2018

Calabaza asada al horno o Carabassa torrà {Reto CocinArte}

    Hace ya 30 años que vivo en Valencia, toda una vida. Todos asociamos esta ciudad con las Fallas y la paella, por supuesto, pero fueron otra serie de cosas, desconocidas para mí en ese momento y tan emblemáticas como las anteriores, las que  me llamaron poderosamente la atención. Una de ellas fue encontrar, en la carta de postres de todos los restaurantes, la carabassa torrà. Y fue tal el descubrimiento y tan delicioso, mucho más que delicioso debería decir, que un trozo de calabaza asada al horno ahora también está asociada a esta ciudad, sobre todo después de un paseo a orillas del mar.


    Imaginaté que retrocedes en el tiempo y el azar te lleva a 1909. Estarías de enhorabuena porque tendrías la oportunidad de llegar a tiempo de asistir a la Exposición Regional que el Rey Alfonso XIII inauguró en Valencia ese año. Si, como a mí, la monarquía te la trae al pairo, podrías ir a comer una paella y, después, dar una vuelta por la playa al atardecer. Quizás allí podrías coincidir con unas delicadas damiselas, madre e hija, paseando por la orilla y unos metros más allá un caballero pincel en ristre, ya que fue, justo ese año, cuando Sorolla inmortalizó esa estampa, creando uno de sus cuadros más famosos.
    Seguro que con las pistas que os he dado sabéis de sobra el cuadro propuesto por María para el #CocinArte de este mes, y lo que me inspira ese cuadro también, jejjeje.


    Y, como no podía ser de otra forma, la manera de hacerla la he sacado de Cuinant.


    Cortar la calabaza por la mitad y retirarle las pipas.
    Precalentar el horno a 160ºC, con calor de arriba-abajo, dejando a media altura una bandeja forrada con papel.
    Meter media calabaza al microondas a máxima potencia durante 10 minutos. Una vez pasado ese tiempo coocarla en la bandeja del horno. Repetir el mismo proceso con la otra mitad y colocarla en la bandeja de horno al lado de la otra. Hornear durante una hora.
    Subir la temperatura a 180ºC, con aire, y dejar hasta que este tostadita y al pincharla esté muuuy tierna, yo la tuve unos 50 minutos más. Dejar enfriar.


    Aunque lo ideal es tomarla a temperatura ambiente, yo no me puedo resistir a meter la cuchara estando aún templada... Ummmm, es un bocado divino!!


    La suelen servir con nata montada pero, para mí, no le hace falta más acompañamiento que una cucharilla.


    No puedo resistirme más, me voy corriendo a ver el recopilatorio mientras acabo de zamparme el trozo entero, antes de que mis fieras se den cueta de que ha salido del horno y me dejen sin nada, jejjeje.